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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Una necesaria, oportuna y feliz inauguración en su contexto

Todo lo que acontece en el lugar donde uno trabajó durante 38 años importa y mucho. Más aún cuando se trata de muy buenas noticias y especialmente cuando son los niños, los discapacitados y el personal del Hospital Municipal de La Falda – antes de 1995 “Regional” y Provincial- los principales beneficiarios de una inauguración. Creo que todos los faldenses y punillenses que reciben a diario algún tipo de atención en el nosocomio deben asumir que de lo que se trata en el “fondo” del anuncio, es de reconocer los derechos de los niños, sus familias, los discapacitados, y el personal a tener un ambiente donde las palabras “buen trato y condiciones dignas de trabajo” sean hechos y no solo “formales” palabras de ocasión.
Los vecinos tendrán la oportunidad de juzgar personalmente si las apreciaciones de quién escribe esta nota se adecuan a la realidad, pero como médico de niños y adolescentes, lo que me interesa fundamentalmente es resaltar que los progresos estructurales en el sector pediátrico, hacen justicia a una antigua necesidad.
Nuestra especialidad, orientada inicialmente a la salud de los niños, su prevención, reparación y rehabilitación, poco a poco se ha ido convirtiendo en lo que hoy aspira a ser, cuidadores privilegiados no solo del niño o niña, sino también de su familia y de su ambiente o medio ecológico donde reside, tanto físico como social. Más aún los nuevos adelantos en el ámbito científico, evidencian que lo que ocurre en los 2 primeros años de la vida tendrán importantes repercusiones muchos años después. Si las condiciones de crianza o incluso lo que acontece en la etapa intrauterina no son las adecuadas para favorecer un desarrollo normal, por carencias, violencias, alcohol o drogas se generan situaciones de tensión o estrés que sobrepasan la capacidad de resistencia de los niños, afectando muchos sistemas, especialmente el nervioso, el que regula sus hormonas y el que los protege de las infecciones.
Si no se detecta el riego precozmente y esa es una tarea del equipo pediátrico entrenado en esto que se llama “nueva morbilidad”, y actúa tempranamente, el daño luego será más difícil de compensar o neutralizar. Aunque siempre hay algo que hacer para rescatar las resiliencias personales o familiares con esperanzas de recuperación.
Así podemos observar que muchos de los problemas de salud que preocupan a la sociedad como las lesiones por los mal llamados accidentes, los daños relacionados con las diferentes formas de violencia, intra o extra familiar, los problemas nutricionales, las adicciones, los problemas de aprendizaje y de conducta, entre otros requieren de una activa, constante y eficiente actividad no solo de los pediatras sino también de todo el equipo de salud del que forma parte. Incluso de la propia familia y de los vecinos que con sus actividades solidarias son parte de una red de apoyo y contención en no pocas oportunidades, lo que hoy se denomina “Capital Social”. Y decíamos que esos dos primero años son de real importancia porque las hoy preocupantes enfermedades del adulto, como la hipertensión arterial, la resistencia a la insulina y la diabetes tipo dos, la obesidad, depende mucho de lo que se hace para promover hábitos de vida saludables, especialmente cuando se detectan situaciones de riesgo o que favorecen el desarrollo de esas amenazantes alteraciones de la salud. Es la nueva pediatría orientada o centrada en el niño, su familia y en su contexto ecológico, la que trabajando en un equipo integrado por Enfermeros, Trabajadores Sociales, Psicólogos, entre otros Profesionales de la Salud los que podrán cumplir la desafiante misión antes descripta. Y hablando de nuevas familias, un lugar importante lo ocupan madres adolescentes, excelentes cuidadoras de sus hijos, muchas solas pero que con el apoyo de sus familiares cercanos, los planes sociales como la AUH o NACER-SUMAR, los amigos y vecinos, siguen estudiando, finalizando la secundaria e incluso preparándose para ingresar a la universidad, a veces como la primera de su familia en acometer ese desafío.
Contar con una Sala de Espera agradable ya de por si favorece el acceso a una atención oportuna. Asimismo poder ser atendidos los niños en Consultorios con luz natural, favorece las condiciones para trabajar en un ámbito más saludable y humanizado.

Durante 20 años realizamos nuestras tarea en los primeros consultorios que se ubicaban en lo que era el sector de las religiosas. Eran amplios y bien ventilados. Luego nos trasladaron – en épocas en que el autoritarismo sanitario predominaba y la opinión de los profesionales afectados no importaba- a los que funcionaron hasta ahora y de los que realmente no tengo un buen recuerdo.
Considero que este importante paso que da la Administración Municipal actual sería una buena oportunidad para igualmente procurar inaugurar una nueva etapa en la relación con los Profesionales y Personal de la Salud del área de salud. Me refiero concretamente a terminar con las contrataciones y re-contrataciones en un modelo de precarización laboral, que podría haber sido entendido como justificado por un breve periodo de tiempo, pero no cuando no tiene un fin cronológico bien determinado. Es un modelo perverso que se practica igualmente a nivel nacional y provincial y que no favorece la formación profesional que debe ser continua y la tranquilidad de que deben gozar las familias de todos los trabajadores en relación de dependencia. Claro que algunos de nosotros las pasamos peor en otras épocas en que ni siquiera contratos teníamos. Menciono al Dr Joaquín Agost que se dedicó a trabajar 8 años con mucha dedicación sin cobrar un peso en el Servicio de Pediatría. Yo lo hice durante 7 años hasta que un domingo de setiembre del 70, un Gobernador- Interventor de la Provincia, Arturo M. Bas, me vio luchando con una venita para canalizar un lactante deshidratado a las 2 de la tarde, y me preguntó cuánto ganaba…El día lunes recibí el nombramiento, que si hubiese pasado por los “servicios de inteligencia” de esa época, seguro no llegaba. Fueron muchos los colegas que pasaron por situaciones semejantes. En los años 70 se consiguieron nombramientos de la mayoría gracias a una huelga provincial que incluso benefició a quienes no la acataron. ¿Es que es necesario recurrir siempre a los medios de presión para lograr objetivos tan justos? Creo que es posible una doble inauguración si hay voluntad política y un cambio de actitud hacia otra forma de violencia invisibilizada, que es la precarización laboral.

Benjamín Malamud

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