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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 4 de julio de 2013

El periodista Luis Rodeiro disertó sobre el pasado y presente del kirchnerismo, convencido de que es un movimiento al que aún le falta estructura de base en Córdoba

El núcleo Unión y Organización que integra a los sectores de La Campora, La Jauretche, Kolina, entre otros, a través de sus representantes locales, convocaron a la disertación sobre “perspectivas electorales” a cargo del periodista Luis Rodeiro, que se concretó en el segundo nivel de la Confitería Scala, el último sábado. Algo más de un medio centenar de asistentes siguieron los conceptos vertidos por Rodeiro cuyas perspectivas electorales no fueron más allá de las que le interesaban a los militantes y simpatizantes del kirchnerismo. El periodista fue acompañado por los referentes locales Ana María Bobadilla y Tito Mathiu.
A continuación, algunos de los párrafos más destacados de la conferencia:
“…El proyecto nacional, popular y democrático en construcción tiene ahora un nombre propio, se llama kirchnerismo. Estamos convencidos de que para que exista un movimiento político que trascienda, se requiere no sólo un conjunto de ideas y una voluntad política fuerte, sino también un apasionamiento, un enamoramiento, es esta mística militante lo que diferencia, precisamente, un movimiento histórico, de un mero artefacto político que vive mientras dura su momento coyuntural, su impulso coyuntural. Paradójicamente, fue la muerte del compañero Néstor Kirchner, que tanto lamentamos, que tanto lloramos, la que abrió, definitivamente, las compuertas, como un último y decisivo aporte, a la causa nacional, para que asomara, con fuerza, un nuevo instrumento de construcción, donde se reúnen, evidentemente, los compañeros que fueron fieles a los fundamentos legados por Perón y por Evita junto a una juventud que reescribe, con nuevas palabras, los anhelos de justicia social, de soberanía política y de independencia económica de ese movimiento histórico. Los militantes que supieron cribar, que supieron colar, los sueños de liberación de los `70 y quedarse con lo fundamental, quedarse con las utopías que nos permiten avanzar, paso a paso, en este camino junto a los luchadores sociales que supieron resistir en la época del neoliberalismo…un movimiento que surge, así, de vertientes políticas y sociales diversas, ciertamente, y hay que decirlo con todas las letras, con el peronismo histórico como eje, pero que converge en un proyecto colectivo, integrando otras tradiciones…”.
“…El mayor desafío que enfrentamos es el de defender lo logrado, contar con la fuerza necesaria para profundizar permanentemente la lucha por la igualdad y por sobre todo asegurar la continuidad, en el tiempo, de este proyecto. Sabemos del apoyo que Cristina ha brindado a la ilusión juvenil, a esta generación, que ella llama del bicentenario, que surgió desde la intemperie a la que nos había conducido el modelo neoliberal y de una resistencia que fue creciendo. Esa generación pasó a ser central en la construcción de un sujeto histórico, no sólo por su condición de jóvenes, sino por su potencialidad de desarrollo, por su inserción en todos los ámbitos de la sociedad. Cristina, espero, creo, humildemente, que ese sector juvenil juegue, además de una tarea de impulso de lo que falta, un rol de contrapeso junto a los movimientos sociales de base territorial, con respecto a los viejos poderes caudillistas que todavía perduran en el movimiento justicialista, convencidos algunos de que el movimiento nacional y popular les pertenece simplemente por un hecho de antigüedad, del crecimiento de estos sectores juveniles, de su autonomía, dependerá, también, que pueda actuar de límite frente a las aspiraciones de sucesores, donde se anotan varios gobernadores, no total ni auténticamente identificados con el proyecto nacional, popular y democrático en marcha…”.
“…Hablemos un poco de la realidad cordobesa. Todos sabemos, todos sentimos, que estamos en deuda. Desde hace años, en Córdoba, venimos hablando de la extrema necesidad de unir y organizar el kirchnerismo, de transformar la fragmentación en una fuerza coherente, que tenga la potencialidad necesaria para ser una alternativa. Podemos decir que el kirchnerismo cordobés se debatió, hasta ahora, entre el ser y no ser. Nadie ignora que los intentos han sido de una construcción compleja. Así como el kirchnerismo claramente significó el rescate histórico de un peronismo que, como les decía, había sido prostituido por la desviación menemista, en Córdoba la proyección nacional del movimiento popular chocó contra la larga hegemonía neoliberal, sustentada tanto por el radicalismo cuanto por la desviación delasotista del peronismo. Es preciso apuntar, porque de alguna manera explica esta larga hegemonía, que el delasotismo inmerso en el modelo neoliberal representó, en su momento, cuando aparece, un rostro modernizado del modelo neoliberal, no rompió con el menemismo sino que lo perfeccionó de una manera mucho más sutil. Allá por 1999, cuando compitió De La Sota por la gobernación, cultivo una imagen de político posmoderno, que lo dije, en ese tiempo, tenía algo del Aznar español, pero también de Felipe González, que era el inglés Jhon Mayor y a la vez Tony Blair, al igual que sus modelos, sonrisa amplia, con remembranzas keynesianas, facilidad de palabras, don de ubicuidad, imagen pulcra, pensada desde el objetivo de una cámara televisiva, pragmatismo, escasez de escrúpulos y abandono de las definiciones ideológicas a la hora de construir poder. Todo ello, con un discurso ambiguo, que venía a reemplazar la adustez, la dureza, del discurso de la Magaret Tacher y de George Bush impulsores del modelo neoconservador del mundo, que las fuerzas de la economía lograron imponer. De La Sota no fue un improvisado, llegó al gobierno tras una lectura sagaz de la realidad, en primer lugar de la fortaleza del radicalismo en esta isla, que a partir de la recuperación democrática eligió a Angeloz y luego a Mestre, vuelvo a recordarlo, reservó para el estricto orden interno los símbolos y la mística del justicialismo y los reemplazó por otros símbolos y otra mística que le parecían más universal y más moderna. De La Sota vació de contenido político e ideológico, no digamos revolucionario sino al menos progresista, al peronismo mediterráneo, al conformar Unión por Córdoba. Ustedes se acuerdan con quienes era la alianza primera, con la UCeDe, el Partido Demócrata Liberal, el mini partido de Cavallo, el Partido RECREAR de López Murphy y el Demócrata Cristiano dependiente del arzobispado, supo trabajar sobre las debilidades del oficialismo, sobre la debacle económico social en la que terminó el angelocismo y el autoritarismo que se insinuaba en Mestre, y para esto forjó una imagen de hombre dispuesto al diálogo, cultor de las formas democráticas, abierto, renovado, gran actuación, que logró borrar aquella otra imagen que lo presentaba como un militante del peronismo diestro, cercano a Guardia de Hierro y soldado de Isabel como lo destacan diversas biografías que indagaron sobre su pasado. La segunda lectura, fue resguardarse bajo las alas seguras de quienes ostentaban, y ostentan todavía, el poder económico en la provincia, las grandes empresas, alguna vez familiares, de los Astori, de los Roggio, de los Pagani, de los Urquia, etc., que convergían en la Fundación Mediterránea. Por eso, antes de llegar a la gobernación, ya había sido reconocido por estos empresarios, como el hombre que había abierto las puertas de la política a uno de sus hijos dilectos, como era Domingo Cavallo. De La Sota hablaba de la modernización del peronismo para justificar, así, su nuevo catecismo neoliberal. La tercera lectura, fue aprender de los cambios que la cultura de la imagen en el centro de la hegemonía neoliberal había impuesto en la vida política, lo hizo, como lo hace ahora, con grandes inversiones en el aspecto publicitario, entonces lo contrató a Duda Mendoca, un brasileño que había sido el publicista que había llevado a Enrique Cardoso a la presidencia de Brasil, una gran inversión que indudablemente le dio sus frutos…Ese proyecto cordobés, que se renueva y prolonga en el cordobesismo actual, creo que fue el intento quizás más solido de pertenencia al modelo neoliberal, heredero de la teoría del fin de las ideologías, que considera que las nuevas formas del capitalismo financiero son una especie de hecho natural, como la creciente en un río, en la cual nosotros no podemos hacer nada, es una manera natural el dominio de los mercados financieros. Esto, es lo que creo el adversario que tenemos enfrente, a lo cual podríamos agregarle otras cosas. Es decir, esa verticalidad, por ejemplo, se manifestó internamente en el partido, porque cuando asumió modificó el reglamento interno del partido justicialista dividiéndolo en circuitos y subcircuitos por lo cual nadie que pretendiera tener una lista opositora podría triunfar. O sus políticas en el terreno de la justicia, en Córdoba hubo un Consejo de la Magistratura, era una idea interesante, pero qué pasó, cuando ese Consejo no le sirvió, lo bajó, nombró una Comisión Judicial para refundar y repensar el sistema judicial, nombró una pila de jueces adictos y después volvió al sistema, pero totalmente atado de pies y manos. O sea, ese autoritarismo se veía en todos los aspectos incluso en la reforma política, que se hizo tras un plebiscito, por el cual las cámaras de diputados y senadores se fundieron en una y donde, indudablemente, la oposición solamente se puede contentar con pedir un informe en una comisión o en gritar, pero jamás poder ganar una posición. Y además, si Uds. se recuerdan, para hacer más claro el asunto, fue el mismo que inició un contra acto cuando el Presidente Kirchner convirtió el Centro de Tortura de la ESMA en un espacio de reflexión y de vida, el 24 de marzo de 2004, allí De La Sota desde el palco, en su discurso, le recriminó a las Madres preguntándoles si sabían dónde estaban sus hijos. Esta es la realidad donde es preciso construir el kirchnerismo en Córdoba. Hemos avanzado mucho, hay un movimiento en construcción, pero debemos ser conscientes que su proyección, su perdurabilidad, no es un determinismo divino, es el desarrollo de una voluntad política expresa, de un compromiso de lucha. Desde mi visión, esa perdurabilidad está ligada al tema de la organicidad y sus complejas derivaciones. Hay que afrontar este problema, porque no es fácil, todos sabemos, por ejemplo, que los grandes movimientos populares, con la impronta latinoamericana, están ligados a fuertes liderazgos, nadie duda que tras la muerte de Néstor, Cristina es quien ocupa con plenitud el liderazgo del kirchnerismo. Nadie duda, tampoco, que una batalla central, en el seno de la sociedad, sería lograr abrir la posibilidad de su reelección a través de los mecanismos de la democracia. Pero, no somos ingenuos, en cuanto a la magnitud de esa lucha y a las posibilidades de triunfar. Es cierto, no necesariamente un liderazgo debe ejercerse desde la función de gobierno, allí está el ejemplo de Lula, pero superar esta instancia depende de una movilización sólida, precisamente la debilidad organizativa es lo que nos plantea como un puñal la necesidad de la reelección. Más allá de esta situación concreta, sabemos que los líderes son personas, y las personas no son inmortales, nos duele como una herida absurda la muerte de Néstor, nos duele como una herida abierta la muerte de Chávez, tenemos la experiencia de la muerte de Perón y sus consecuencias hacia dentro del peronismo, por ello, y para hacer frente a la eventualidad de una reelección imposible, es preciso plantearse a fondo la perspectiva de los próximos años, de los próximos diez años, la organicidad del kirchnerismo y la formación acelerada de cuadros. Esta debilidad, tenemos que ser conscientes que el kirchnerismo surge con el 22% de los votos. Es decir, nació débil, y se hizo fuerte con una serie de medidas políticas certeras, concretas, pero organizativamente todavía puede ser débil. Todavía queda un terreno grande de necesidad de acuerdos, y de acuerdos con quién, de acuerdos que no pueden ser con los partidos ya identificados, porque están en las antípodas nuestras, pero hay todo un campo de gente que plantea desde el campo popular una serie de temas que tienen que estar de nuestro lado, que tienen que formar parte de nuestro espacio, pero para eso, tenemos que tener una actitud para rescatar e integrarlos al movimiento. Tenemos que encontrar aquello que Perón decía, una organización que venza al tiempo, que represente la originalidad de movimientos, podríamos decir, como lo que está viviendo el kirchnerismo ahora, que se construya en una estructura convocante y abierta, que ensaye una democratización a fondo sin perder la mística, el sentido gravitante de la movilización, que elija el camino del diálogo, no el de la soberbia, que evite constituirse en un coto cerrado de elegidos que establece su propia agenda, sino un movimiento capaz de proponer y autocriticarse, un movimiento vivo que bulle desde abajo y no un aparato vertical…”.
“…El aporte de Carolina Scotto, por provenir de un ámbito de militancia distinto, ofrece hoy la mejor oportunidad de unidad, en aras del fortalecimiento de una alternativa propia, en que cada uno pueda ocupar un lugar en función de un objetivo superior, y cuando digo cada uno, lo digo en el cada uno personal o de los movimientos o grupos que integran el kirchnerismo. En ese sentido, Carolina viene a sumar y armonizar contradicciones, no a jugar en una interna donde se juegue la mediocridad de adjudicarse quien es más o quien es menos kirchnerista. Córdoba atraviesa graves problemas derivados de la hegemonía neoliberal a la que hacíamos referencia, tanto en materia de educación, en salud, seguridad, que exigen del kirchnerismo además de la crítica, propiestas concretas, Carolina con base en su experiencia universitaria puede ser un factor decisivo en la conformación de equipos técnicos y políticos que puedan desarrollar un programa claro y contundente como respuesta a los intereses del cordobesismo. La tarea es ahora movilizarnos y movilizar a la sociedad, en primer lugar para conjugar correctamente el verbo movilizar es borrar el más mínimo resabio de sectarismo, superar generosamente la fragmentación, unir todas las expresiones respetando sus identidades y perfiles, pero con la conciencia que perseguimos un objetivo colectivo que pasa a ser prioritario…”.

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