La Universidad Tecnológica Nacional y la Fundación Grameen propusieron en La Falda proyecto de viviendas para sectores de bajos recursos

Una propuesta con “gancho” que es el de reducir el déficit habitacional, pero que deja abierto un “disparador” para que otras iniciativas, de acuerdo al interés que presenten las autoridades gubernamentales, puedan ser desarrolladas con pleno respaldo técnico.

El lunes último, Jorge L. Lentini, Secretario de Gestión Académica de la Facultad Regional Avellaneda de la UTN que ha conformado junto a la Fundación Grameen (Aldeas) Argentina la Empresa Social Grameen Habitat, expuso sobre el proyecto de viviendas sociales para los municipios de Villa Dolores, Cosquín, Tanti, Cruz del Eje, Villa Giardino y La Falda.
En la ocasión, apuntó que el sistema empleado se sustenta conceptualmente en la brillante idea del economista Muhammad Yunus (Premio Nobel) que ideó
un sistema de microcrédito, sin garantía material, destinado a beneficiar a los más pobres, para que puedan invertirlo en actividades que les generen las ganancias suficientes como para mejorar su calidad de vida mediante su propio esfuerzo. Se basa en la confianza mutua, la responsabilidad, la participación, la creatividad y, fundamentalmente, en la solidaridad. Apuntó que el vocablo “Grameen” proviene de Bangladesh, y significa “aldeano”, o “de la aldea”. Los orígenes de Grameen se remontan al año 1974 en Bangladesh, cuando Yunus, entonces Profesor Universitario, comenzó una experiencia inédita hasta entonces: prestar dinero a gente pobre para microemprendimientos sin exigirles ningún tipo de garantía. Lo que comenzó como un intento de ayuda a algunas familias, creció hasta convertirse en el actual Grameen Bank. El profesor Muhammad Yunus pensó que si los recursos financieros pudieran ser puestos al alcance de los pobres en términos y condiciones apropiadas y razonables, "estos millones de personas con sus millones de pequeños emprendimientos se potenciarían para crear la mayor maravilla de desarrollo". El éxito del Banco Grameen en aliviar la pobreza ha inspirado a individuos e instituciones en todo el mundo. Muchos de ellos asisten a los programas de capacitación y aprendizaje para replicar el sistema en sus países de origen. Así se han establecido réplicas de Grameen en más de 100 países.
*Créditos individuales. Los microcréditos están destinados sólo a personas pobres que residan en las zonas alcanzadas por la actividad de alguna de las réplicas.
*Garantía moralmente vinculante. No se exige garantía material alguna.
*Formación de grupos. Si bien los microcréditos se otorgan para ser destinados a emprendimientos individuales es menester formar grupos de 5 personas del mismo sexo y sin parentesco, obligándose solidariamente unas con otras. Las solicitudes de préstamo deben ser aprobadas por todo el grupo. Esto crea responsabilidad y cooperación grupal que asegura el compromiso con el reembolso de los préstamos
*Aprendizaje de la metodología.
*Desembolsos escalonados.
*Reuniones semanales. Los reembolsos son semanales, lo que facilita el pago con una cuota mínima y permite el seguimiento continuo de la situación de los microemprendimientos,
*Crecimiento. Inicialmente el monto del préstamo es bajo, pero si la persona cumple íntegramente con la devolución del mismo puede renovarlo por montos superiores.
*“El banco va a la gente”. Las reuniones de centro se realizan en el lugar (aldea, barrio) en el que viven los prestatarios.

Además Grameen: Crea oportunidades para el auto-empleo a un gran número de personas desempleadas.
Permite revertir el antiguo círculo vicioso de "bajos ingresos, bajos ahorros, baja inversión", convirtiéndolo en un círculo virtuoso de "bajos ingresos, inyección de crédito, inversión, mayores ingresos, mayor ahorro, más inversión, mayores ingresos".
Aumenta la autoestima, favorece la educación, desarrolla hábitos de vida, incrementa la cooperación entre las personas y encuentran contención.
En el caso concreto de Argentina, la UTN se ha unido a la Fundación Grameen y han elaborado el Proyecto Grameen Habitat de Vivienda Social, el que pretenden implementar a través de empresas sociales en las que intervienen la universidad, los municipios y los beneficiados.
Se definió que el programa se plantea resolver el problema de la vivienda mediante la utilización de un sistema prefabricado denominado “Speed House- Tenthome” que cuenta con certificado de Aptitud Técnica emitido por la Secretaría de Desarrollo y Vivienda de la nación, y que consiste en su crecimiento por módulos, partiendo del núcleo húmedo y 20 metros cuadrados cubiertos, a 34, 48, 67, 81 y 95 metros cuadrados cubiertos, generándose acuerdos con empresas proveedoras de materiales y mano de obra. Dentro de las ventajas del sistema se apunta a) La calidad de los componentes y materiales utilizados, lo que permite un bajo costo de mantenimiento, esencial para las personas humildes, b) la rapidez con que se puede montar una solución habitacional para los “sin techo”, en tan sólo 2 a 3 días, c) el costo, que es inferior al de las viviendas sociales construidas hoy en día y d) su financiación puede ser compartida por el sector público y sus productores del sector privado.
La articulación con los municipios aparece como necesaria a tenor que estos, por su cercanía, pueden implementar la educación técnica básica, que capacite a los segmentos más desprotegidos de habitantes en edad adolescente y adulta, en adquirir un oficio sencillo y práctico, como lo es construir soluciones habitacionales que permitan generar trabajo para esas personas, utilizando como vehículo a una empresa social. Esta es una forma concreta de ayudarlos a ellos y sus familias a no emigrar de sus pueblos de origen, aseveran.
El programa, de acuerdo a la información volcada, ha conseguido el interés de 35 municipios en el país. La propuesta en concreto para los municipios es la instrumentar un plan para la construcción de cien viviendas, el que concluido puede ser repetido por los municipios en forma independiente, ya que recibirán todos los elementos que lo concretaron más la experiencia que hayan adquirido. Los municipios, de unirse a la iniciativa, deben aportar un monto aproximado a los $5.000 mensuales por el término de 36 meses, y en reconocimiento a ese ingreso recibirán una vivienda tipo que podrán disponer a su deseo.
Cabe apuntar que si bien la intención es la de aplicar este sistema de construcción de viviendas sociales, pueden desarrollarse otro tipo de programas de acuerdo a las necesidades a cubrir que los municipios planteen, para lo cual la UTN dispondrá de sus profesionales en la elaboración de dichos proyectos.



Con la universidad a la calle

A primer análisis, es positivo que la universidad haya puesto su mirada en la gente, y más si apunta a los de menos recursos, considerando que habitualmente los profesionales conformados en los claustros públicos son renuentes a disponer de sus conocimientos y tiempo en procura de morigerar las grandes falencias que presenta la sociedad en su conjunto. También lo es que se plantee un programa que incluya al beneficiario, lo que le dará sentido de pertenencia, propiedad y solidaridad. Otro de los beneficios que aparecen en la propuesta es que no se agota en el programa planteado sino que pueden integrarse otras iniciativas de acuerdo con las demandas que existan en cada localidad o región. Esto es una “idea disparador” que abre un abanico de inmensas posibilidades, sólo faltará que los gobiernos municipales y sus funcionarios pongan la neurona en funcionamiento para determinar de acuerdo a sus datos y prioridades qué estadios son dignos de explorar a fin de propender al crecimiento de sus comunidades, y esto significa desde incluir la salud pública a la explotación de los recursos naturales. Todo un desafío, cuando los tiempos indican épocas de vacas flacas.
N.H.