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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

viernes, 7 de septiembre de 2012

¡HAGAMOS MEMORIA DE VERDAD! (II)

Por Alberto E. Moro
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Esta es la verdadera MEMORIA que debemos hacer, en momentos en que un grupo de políticos corruptos intenta poner en juego la continuidad jurídica de la Constitución Argentina que supo hacernos grandes como país republicano.
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Perón logró por primera vez en la historia del país, reformar la previsora Constitución Argentina para poder ser reelegido, dando un pésimo ejemplo que, como sabemos, fue después muchas veces imitado por numerosos dictadores y políticos oportunistas latinoamericanos. Durante su gobierno, sucesivas “purgas”, acabaron con los Jueces “no peronistas”. O se estaba con el partido, o se estaba fuera de él y de toda protección legal. La libertad era solo una palabra desvalorizada, y el que no manifestaba ampulosamente su adhesión incondicional al régimen, carecía de los derechos civiles más elementales. La prepotencia se había enseñoreado de las calles, la Marcha Peronista reemplazaba a Giovinezza de Mussolini y la Juventud Peronista eran los Camicie Nere del mismo régimen italiano. También se intentó manipular demagógicamente a la niñez, enseñándole con otras palabras, lo que Mussolini hacía con los pequeños “balilla” que cantaban “Ai nemici il sasso in fronte, e a gli amici tutto il cuor” (A los enemigos la piedra en la frente y a los amigos todo el corazón), habiéndose dado como consecuencia de ello casos en que los niños denunciaban a sus propios padres por no ser peronistas,
Con la Carta de los Derechos del Trabajo, que contradice todos los principios de libertad sindical, se remedaba a la Carta del Lavoro italiana, sin disimular, como se observa, ni siquiera su nombre y su origen fascista. Una imitación casi perfecta. Esto, sumado a las simpatías filo-nazis del GOU (agrupación militar a la que pertenecía Perón), explica por qué nuestro país al revés del mundo libre, no rompió con Alemania hasta que la guerra llegaba a su fin, constituyéndose posteriormente en uno de los paraísos ocultos a los que venían a refugiarse clandestinamente los genocidas europeos, seguros de contar con la protección oficial por la que habían pagado generosamente.
Todo esto ha sido prolijamente ocultado por la propaganda peronista, con la asombrosa complicidad del resto de la clase política argentina, que lentamente se dejó corromper para entrar en el juego de los negocios subterráneos y las coimas a los legisladores para votar las leyes de la República, como hoy mismo estamos viendo. Lo triste es que para los peronistas actuales, no parece haber pasado el tiempo, ni haber dejado su paso enseñanza alguna. Seguimos con las mismas imágenes de hace sesenta años, la marchita, las concentraciones patoteriles. Y con la obscena obsecuencia, la corruptela generalizada, el ocultamiento de los datos y la identificación del Estado con el partido.
A la Juventud Peronista, que todavía existe integrada por desprevenidos adoctrinados, ignorantes de la verdadera historia, se le han agregado los grupos de facinerosos llamados “piqueteros”, que a cambio de migajas actúan como patotas organizadas “apretando” donde se los mande, munidos de palos y fierros, cobardemente encapuchados. Y últimamente, otra organización que lleva el nombre afeminado de un impresentable obsecuente, están copando todas las instituciones públicas y estatales, pero ya no a cambio de migajas sino de elevadísimos sueldos que no se compadecen en absoluto ni con su capacidad ni con su experiencia. Cada grupo de los nombrados tiene un jefe de muy buenas migas con el gobierno, cuya lealtad es “comprada” entregando a cada unos sus propios “cotos de caza” reservados, donde pueden meter mano a gusto y placer, enriqueciéndose rápidamente al repartir discrecionalmente un poco y quedarse con el resto. No hace falta nombrarlos individualmente; todos saben quienes son y como se llaman. Algunos, como el líder de la CGT, han caído en desgracia últimamente. Hay una lucha feroz y despiadada por el poder, en cuanto éste significa acceso a los dineros públicos que pertenecen a todos los argentinos.
La egolatría y la soberbia de aquellos tiempos, aún mas exacerbadas que las de la actual presidenta, lo cual es mucho decir, generó la genuflexa obsecuencia que parece ser un carácter distintivo del peronismo de todos los tiempos. En vida del líder y su segunda mujer, en todas partes surgían como hongos los bustos de ambos sobre pedestales, remedando a las esculturas de la antigua Grecia, tratando de imponer esos íconos partidarios aún vivos a todos los argentinos, en las escuelas, plazas e instituciones. No conformes con eso, a la Estación Retiro de Buenos Aires le cambiaron el nombre por el de Estación Presidente Perón. El nombre de la ciudad de La Plata fue cambiado por el de Eva Perón, lo mismo que la provincia de La Pampa que pasó a ser Provincia Eva Perón. Otra localidad bonaerense llamada General Belgrano se llamó, y aún se llama, Ciudad Evita, y la Provincia del Chaco fue denominada Provincia Presidente Perón. Lo mismo le sucedió más tarde a la céntrica calle porteña de Cangallo, y a muchas otras, entre las cuales la calle Pringles de La Falda, aunque el cambio no termina de cuajar, y poca gente lo utiliza. Y a numerosas arterias viales y dependencias oficiales en todo el país, en un revanchismo destructivo, se les ponía y se les sigue poniendo el nombre de alguno de los integrantes de la pareja, ofendiendo así a muchos compatriotas y fomentando la división que hasta hoy se pretende hacer durar, entre peronistas y el resto, formado –según Perón- por cipayos, vendepatrias y gorilas, a los que se denostaba desde el balcón de la Casa Rosada. Cualquier semejanza con el presente y las injurias proferidas desde el atril presidencial no es, como se suele decir, pura coincidencia.
Por si alguien no me cree o aún duda del grado de violencia verbal con que un dictador que como tantos otros llegó a la presidencia por el voto, instigaba a sus fanatizados seguidores en hipnóticos discursos de hasta ocho horas de duración, aquí van algunas frases proferidas desde ese lugar, ante las cuales las peroratas de los Kirchner quedan como balbuceos infantiles que imitan malamente los modos y “gentiles” maneras de su ya lejano predecesor:
(2/8/46): El día que se lancen a colgar, yo estaré del lado de los que cuelgan…
(24/6/47): Con un fusil o un cuchillo a matar al que se encuentre…
(8/9/47): Levantaremos horcas en todo el país para colgar a los opositores…
(31/8/51): Distribuiremos alambre de enfardar para colgar a nuestros enemigos…
(3ª conferencia de gobernadores; Pág. 177): Se lo deja cesante o se lo exonera… por la simple causa de ser un hombre que no comparte las ideas del gobierno; eso es suficiente.
(16/4/53) - Horas antes del incendio de La Casa del Pueblo, la Biblioteca del Partido Socialista, la Casa Radical, la Sede del Partido Demócrata Nacional, el Jockey Club de Buenos Aires, y numerosas iglesias): Leña… leña… Eso de la leña que ustedes aconsejan, ¿por que no empiezan ustedes a darla?
(El mismo día): Hay que buscar a esos agentes y donde se encuentren colgarlos de un árbol…
(31/8/55): Aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden en contra de las autoridades…, puede ser muerto por cualquier argentino. Esta conducta que ha de seguir todo peronista no solamente va dirigida contra los que ejecutan, sino también contra los que conspiren o inciten.
(El mismo día): Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de ellos.
(El mismo día): Que sepan que esta lucha que iniciamos no ha de terminar hasta que no los hayamos aniquilado y aplastado.
(Memorando reservado “Para el Dr. Subiza”, de su puño y letra, con triple subrayado):
¡Al enemigo, ni justicia!
En la revista “Triunfo”, de Madrid, del día 9/5/70: “Ah!… si yo hubiese previsto lo que iba a pasar… entonces, si: hubiera fusilado a medio millón, o a un millón, si era necesario.”
Con la lectura de las frases precedentes queda muy claro, en mi opinión, quien fue el primer responsable del desencuentro argentino, incitando al odio y a la violencia, con la pérdida subsiguiente de los valores republicanos y democráticos que habían hecho grande a la Nación en el pasado.
Este indigno festival de egos, agresiones y obsecuencias sin límite, parece querer continuar todavía hoy, no solo con el icónico y vetusto recuerdo del viejo líder y una de sus mujeres siempre utilizado por los políticos oportunistas, sino que ahora se pretende hacer lo mismo elevando a la categoría de mártir a Néstor Kirchner, quien construyó su propio mito revanchista y divisorio después de haber llegado al poder con nada más que el 22% de los votos, puesto allí “a dedo” por otro peronista incombustible: Eduardo Duhalde.
Este nuevo intento de entronizar a una figura menor y discordante de la política, es una grosera subestimación de la dignidad del conjunto de los argentinos, a los que se pretende equiparar y tratar como a las pobres clases sociales desposeídas a las que vilmente mantienen entre la pobreza y la dádiva, arrinconadas como forzosos vasallos mendicantes. Este personalismo indigno y hartante, ha sido y es, como ya hemos insinuado, un verdadero identi-kit siempre renovado, una característica genética del tristemente famoso movimiento. Ya se escucharon y realizaron muchas propuestas para cambiar el nombre de calles, plazas y autopistas poniéndoles el del advenedizo y recientemente fallecido líder autoritario, cuyos escasos o ningún antecedente peronista, y aún menos como defensor de los derechos humanos, no parece haber sido óbice para su aceptación dentro del flexible y camaleónico movimiento, siempre necesitado de un figurón de arrastre.
Esta es la verdadera MEMORIA que debemos hacer, en momentos en que un grupo de políticos corruptos intenta poner en juego la continuidad jurídica de la Constitución Argentina que supo hacernos grandes como país republicano.

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