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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 23 de agosto de 2012

El sueño del Mono Loco

Por Alfredo Ferrarassi

La citada película de 1989, dirigida por Fernando Trueba, narra las vicisitudes por las que pasa el guionista de un filme que debe sortear una serie de inconvenientes para encontrase como escritor y poder realizar el encargo realizado.
La misma es una propuesta llena de intrigas, de pasiones encontradas y de situaciones inesperadas en el desarrollo de la trama.
La historia de Córdoba registrará este periodo que nos toco vivir como uno de los más controvertidos e inexplicables en cuanto a guiones y estrategia política, ya que el paraíso mediterráneo del “cordobesismo” hizo agua de repente y ha visto inclinar su proa de manera alarmante y peligrosa.
La actual crisis que vivimos en la provincia no es fruto exclusiva de la gestión actual, sino de los desaciertos que vienen desde hace muchísimos gobiernos de mano de Unión por Córdoba, en la cual el propio mandatario que tiene ya su tercer mandato, más el anterior de Juan Schiaretti, que terminó dejándonos una serie de obras carísimas, absurdas, mal construidas y demoliciones de propiedades en pleno funcionamiento, como la ex “Casa de las tejas” y de otras delirantes como el “Faro” del Parque Sarmiento , que en términos freudianos es un monumento de connotaciones fálicas, que debe haber sido previsto para orientar a los cordobeses en el hundimiento y naufragio que se esperaba de la provincia.
Ese descalabro administrativo y las ambiciones del Gobernador de querer ser “presidenciable” terminaron con la sanción de la ley 10078 que establece que todos los jubilados provinciales verán postergados el cobro de sus legítimos aumentos durante 180 días y así “per secula seculorum”, de tal manera que con su propios haberes terminaran abonando su propio aguinaldo, lo cual con la galopante inflación existente significa haber borrado de un plumazo de manera sutil el 82% móvil, a pesar de la negativa del primer mandatario.
El festival de inauguraciones que llevó adelante el anterior gobernador, las cuales han sido en la mayoría de los casos, verdaderos fiascos arquitectónicos, los cuales costaron millones de pesos y a los que hay que producirles “retoques y/o ajustes”, también millonarios, para que funcionen, como por ejemplo la nueva terminal de ómnibus o el permanente arreglo que requiere el Camino del Cuadrado, el cual no ha soportando aún temporadas de lluvias serias, siendo imprevisible lo que pueda verdaderamente llegar a suceder, pero no nos quedemos en eso, sino observemos que se demolió injustificadamente, gastando en alquileres y dos mudanzas, la ex gobernación la cual estaba funcionando en perfecto estado y pudo ser destinada a otro uso, máxime teniendo en cuenta el déficit de infraestructura existente.
Sin dudas la Nación extorsiona a la Provincia de Córdoba no enviando los fondos coparticipables como es debido, así como ésta lo hace con los municipios y comunas que no son del mismo signo ideológico. Esto es una lucha de todos los cordobeses por la justa distribución de lo que legalmente nos corresponde, pero ello no puede significar que exculpemos de las responsabilidades que tiene el actual mandatario con una política económica que evidentemente no le cierra y que va dejando cifras en rojo cada ejercicio mensual.
Las obras a las que hiciéramos referencias deberían ser auditadas y deslindar responsabilidades, porque si una empresa realiza un trabajo sabiendo que puede inundarse o tener otros problemas por las características de la misma y decide llevar la obra adelante cuando no está convencida de las bondades del proyecto, es tan responsable como quien lo aprobó y quien las proyecto sin las previsiones correspondientes, máximo cuando son realizadas con fondos de todos los cordobeses.
Ahora bien esos desaguisados los están terminando de pagar los jubilados con los recortes en sus haberes, lo cual corrobora que el hilo se corta siempre por lo más delgado y que los platos rotos los terminan pagando aquellos que no pueden defenderse o que no pueden hacer huelga para protestar.
Haber centrado el ajuste sobre la clase pasiva no solo es inhumano, sino discriminatorio y provocador. En primer lugar porque se aplica sobre quienes han dado todo por su tierra con años de trabajo y aportes, que siempre han sido superiores a los nacionales, si hubo casos de jubilados sin los años necesarios de aportes, no es culpa de estos sino del propio gobernador que por cuestiones electorales permitió estas medidas demagógicas para la cosecha de votos.

Lo irritante es el tratamiento relámpago entre gallos y medianoche para que se aprobara sobre tablas semejante proyecto, pero lo que es peor aún es que los legisladores de UPC no hayan demostrado que existe algo que se llama voto de conciencia, salvo Pihen, y que hicieran privar la cordura solicitando se abordara el mismo con más tiempo, nadie tuvo la suficiente valentía para plantear que era una medida antipopular, que podía ser la mecha de una serie de protestas y posibles enfrentamientos sociales, que con medidas de este calibre, los afiebrados sueños del gobernador de pretender ser presidente podían verse abruptamente abortados.
Es que nuestros legisladores padecen el síndrome del brazo enyesado o bien son prueba viviente de aquellos que planteara Pávlov sobre los reflejos condicionados, ya que basta la más mínima seña de su adiestrador para que reaccionen según lo planificado.
Nos dio rabia ver a nuestro legislador de La Falda levantar la mano como festejando una conquista, vaya a saber cual, ya que en su carrera política lo único que tiene para exhibir es una desastrosa gestión que ha dejado una abultada deuda y laceraciones sociales como aquella del gas que vaya a saber cuándo cerraran o al legislador del Frente Cívico, ahora devenido kirchnerista, Rubén Borello, uno de los responsables de la derrota faldense, quien parece haber influido en demasía, mas allá de las “peleas”, en su ex jefe Luis Juez, quien ahora vota como Senador Nacional los proyectos K de compra de la calcográfica Ciccone.
Los jubilados no tienen otra manera de repudiar a quienes los han traicionado que con su voto, dando así la espalda a aquellos que los condenaron a un padecimiento injusto por la “confiscación” de sus legítimos aumentos, los cuales habían sido otorgados con antelación de meses y que eran una manera, aunque tardía, de recuperar lo que la inflación les viene devorando mes a mes, a lo que le debemos sumar que los montos ya no se condecían con la depredación monetaria, con lo cual el aumento será realmente cobrado entre 9 a 10 meses después de otorgado, todo un despropósito y una inhumana medida de quien priorizó sus intereses por sobre los de la clase pasiva de su provincia.
El vecino jubilado y su familia, no tiene otra que cuando vea a sus legisladores hacerles saber su descontento para que se sientan incómodos y no puedan pasear gratuitamente por las calles exhibiendo camperas de estridentes colores y saludando risueños sin importarles nada, como en el caso del patafísico (a) “el gran pescado”, que parece no haberse dado cuenta del alcance y significado de su voto “positivo”.
Lo que irrita, lo que produce escozor, es que el gobernador gaste en publicidad en los canales de Capital Federal y otros medios de la mismas, para posicionarse como presidenciable, según las denuncias de la oposición, la suma de un millón y medio de pesos diarios, con lo cual son los jubilados quienes terminan pagando sus “sueños de una noche de verano” de verse ungido con la banda y el bastón en “la rosada”.
Hay un solo camino y es bien simple y en esto no involucro solo a los jubilados, sino que les propongo sean “activistas” dentro de su propia familia y núcleo de influencia, porque el año próximo hay elecciones nacionales, en donde debemos hacer sentir el descontento por estas medidas, digo estas porque el proyecto del impuesto/tasa a la nafta es otra descabellada idea, entonces hagamos campaña porque no se vote a los candidatos que lleve el gobierno provincial, con ello no perjudicará a Córdoba, ya que quien resulte elegido será de todas maneras cordobés, pero solo así se le podrá hacer saber que más allá de la supuesta vulnerabilidad de los jubilados, aún ruge un león en sus corazones que hace oír su descontento golpeando donde más le duele a quien se desvive por ser el primer ciudadano de la nación.
Cuando las urnas le sean adversas tomará conciencia que los intereses personales jamás pueden estar por sobre los del pueblo y que siempre hay medidas a tomar antes de hacer pagar las ambiciones a quienes se deben todo el respeto por lo que le dieron a la provincia, porque no puede ser que los legisladores y funcionarios cobren cifras astronómicas, que no se priven de nada y encima voten en contra de sus propios orígenes y los de su propia sangre, ya que ello es un absurdo por donde se lo mire o es que ¿acaso no hay dignidad personal y por una inentendible verticalidad se apruebe renunciando a sus principios? ¿O es que con este sistema unicameral y por una descabellada teoría de la gobernabilidad nos impongan la mayoría absoluta impunemente? ¿No habrá llegado la hora de modificar nuestra Constitución, no para las reelecciones indefinidas, sino para acabar con estos despropósitos y que se voten los tres órganos de gobierno por separado, de tal manera que pueda el gobernador no tener mayoría automática, al igual que los intendentes con sus concejos deliberantes, tal como sucede con los tribunales de contralor que si pueden ser de otros signos?
Mientras no se corrijan estas triquiñuelas seguiremos siendo tratados por nuestros representantes como algo descartable, como una “cachilera” social, que no merece tener el más mínimo respeto, porque la casta social que nos gobierna no se van a jubilar con las “chirolas” que pretenden que cobre la clase pasiva cordobesa, porque los jueces que fallan en contra de los amparos deberían pagar impuestos a las ganancias y enterarse lo que es ver recortados sus haberes, mientras no asumamos que podemos cambiar la realidad dándole vuelta la cara a quienes nos dieron la espalda seguiremos siendo ninguneados por una insensible casta política.
Señores, a los que están jubilados y a los que algún día lo estarán, porque todo llega en la vida, porque algún día el futuro nos alcanzará y también lo serán, no le demos el más mínimo apoyo al gobierno en el próximo año eleccionario, que lo onírico de aquella película que diera origen al titulo de esta sentida nota, se transforme en la versión cordobesa en “el sueño de un gorila loco”.

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