La edad de la inocencia

Por Alfredo Ferrarassi

Hasta hace un par de décadas se sostenía que aquello que tenía menos de treinta años no era historia, que debían pasar un tiempo prudencial para que recién lo fuera. Sin embargo la historiografía cambió y la interconexión con otras ciencias sociales posibilitó que surgieran nuevas disciplinas que aborden la actualidad con cientificidad, así la historia reciente u otras ramas de la sociología histórica permiten estos abordajes.
Esto viene a cuentas que Luis Alberto Romero ha editado una nueva versión del libro “Breve Historia Contemporánea de la Argentina. 1916-2010. FCE) y se tentó de agregarle un nuevo capítulo “El Kirchnerismo 2003-2011” y rehacer el referente al periodo de Menem.
La aparición motivó una entrevista en la revista Ñ sobre el mismo, la cual derivó en el análisis que hace el historiador de lo que es la actualidad nacional, vertiendo una serie de conceptos más que interesantes sobre nuestra vida en democracia, que aclara, en cierta medida, el rumbo que tomarán las cosas en el corto plazo.
La idea primigenia de esta nota era hacerlo sobre algunos principios que estimamos están peligro en nuestro país, sobre el avance que ha tenido el estado sobre el corpus legal que nos permitió ser una de los diez países más importantes del mundo a este tristísimo “pelotón de cola” del cual formamos parte junto a naciones desbastadas por guerras tribales, analfabetismo, epidemias de todo tipo, corrupción desenfadada y el autoritarismo irracional que surge precisamente de esta.
Sin embargo, el periodista español que vive aquí, ávido de respuestas, para poder comprender lo que está sucediendo en nuestro querido pueblo, me sugirió que escribiera sobre el porqué debemos llegar a un “compre faldense” como manera de paliar una crisis, que bien presume viene de lejos, es casi una obligación que tenemos, como historiadores, de hacer una interpretación de ello o al menos de dar una opinión en base a la experiencia que tiene alguien que no es comerciante y cuenta con la posibilidad de “observar” lo que pasa desde otra distancia.
La reiterada insistencia me hizo cavilar sobre si era oportuno y necesario hacerlo. En cuanto a lo primero me continúan quedando dudas, aunque tampoco podemos esperar tres décadas para dar una opinión sobre si fue o no acertada la medida y en cuanto a la necesidad, allí nos quedaron dudas, ya que es imprescindible hacer los meas culpas del caso y asumir la “clase dirigente” sus aciertos y sus fallas, porque si creemos que las cosas pasan por generación espontánea, estaremos no solo esquivando el bulto, sino gatopardistamente haciendo que el tiempo pase para que nadie sea responsable de nada.
Evidentemente hay una crisis nacional, la cual no es inédita y que es indisimulable por el impacto que tiene sobre la producción, esto significa que si quisiéramos analizar el compre faldense, no podríamos obviar lo nacional como un elemento determinante en las caídas de las ventas, pero tampoco se podríamos ocultar que se llega a un “parate” por falta de reglas claras por parte del “empresariado” local. De tal manera que ahondar en el tema escapa a lo que era el sentido de esta nota, aunque sobre el final encontraremos puntos en común con la crisis que vive nuestra ciudad y que no puede ser soslayada porque depende de ciertas medidas continuar con la acertada estrategia gubernativa que se ha tenido, pero que está demostrando tener algunas fisuras últimamente.
Dicho esto, queremos volcarnos sobre el tema central de esta: “La Edad de la Inocencia”. Nos referimos a esto porque cuando se recurren a ciertos artilugios, éstos son índice indisimulado de una crisis que se quiere o se pretende encubrir, como es el caso concreto de saber que el kirchnerismo de no continuar la actual mandataria, difícilmente pueda garantizar la continuidad y menos la victoria, por ello la pretendida medida de bajar la edad de los votantes a dieciséis años, es un acto desesperado de apelar a los jóvenes como último recurso estratégico para asegurarse un piso mínimo de legisladores que le permitan plantear la modificación de la constitución, con mayoría agravada propia, lo cual le permitiría “ilusionarse” con una eterna reelección presidencial, en una nación que dejaría los preceptos republicanos que la hicieran grande para pasar a aquellos a los que apelan en las republiquetas bananeras.
Las encuestas serias, mal que le pesen a los transversales “pecetistas” y a los “vidabellicos” registran una caída abrupta en la percepción presidencial, la cual no pasa del 30% de imagen positiva, quedando atrás aquel cuatro por ciento por encima de la mitad de preferencias. Situación que de cara al futuro inmediato es catastrófica para los planes “patagónicos”, porque de darse un cambio político en el 2015 nada les puede garantizar que no se produzcan investigaciones sobre estos años y que terminen con algunos procesamientos, por lo tanto asegurarse la continuidad es garantizar la tranquilidad judicial hasta que ciertas acciones caduquen en el tiempo, sin que nadie salga con el más mínimo rasguño de esta “batalla” entre “progres y derechosos”.
Evidentemente la campaña de las técnicamente limitadas netbook para todos y la ampliación de asignaciones familiares, es el as que tiene en la manga el gobierno y que serviría para “cosechar” esos votos que le permitan la continuidad anhelada.
Mientras se usa al joven como variable de triunfo, por otro lado se lanzan mensajes claros de lo que puede significar oponerse a la propuesta que baja desde el gobierno, ya que podría ser ampliamente sancionado un joven del interior cordobés (Villa General Belgrano) por “haber sentido asco de una nuestra sobre Eva Perón”, con lo cual queda más que evidente que aquel que “saque los pie del plato” tendrá su merecido y como dicen que para muestra basta un botón, recordemos a la “juventud maravillosa” que dio su vida para que vuelva y que después fue echada de la Plaza de Mayo catalogada de “imberbes y estúpidos” y más allá de las profundas diferencias ideológicas que tenemos con aquella agrupación, lo cierto es que se los uso como verdaderos “forros” y fueron considerados “descartables” cuando se produjo el giro hacia el lopezreguismo del gobierno.
El debate es que no podemos permitir que se dañe más la república en beneficio propio, que los ultra oficialistas deberán aceptar que la periodicidad en las funciones es sano para el país, que la alternancia es necesaria, que el “priismo” indefinido termina siendo nefasto para las democracias.
Desgraciadamente los partidos de oposición han decepcionado desde hace dos años, no por haber tenido una campaña electoral atomatizada que a pesar de todo lograron juntar un 46% del electorado, con lo cual si se hubieran unido los resultados del legislativo hubieran sido diferentes, pero el protagonismo es superior a las ansias de encolumnarse detrás de un programa y el resultado es el presente de predominio estratégico gubernamental.
Por ello la elección del año próximo es vital para la continuidad del proyecto democrático y republicano, sin dudas habrá algunos que han comenzado a ser los nuevos “soldados” del kirchnerismo como el representante de Córdoba, que entre tonada y chistes se va borocotizando utilizando el mejor manual del panquequismo político votando proyectos oficialistas.
Si la oposición asume la importancia del momento se podrá poner límite a la reforma “bolivariana” que se viene y prepararse para la reconstrucción que necesariamente deberá venir después de este periodo, habrá que tener un “Batman” que restaure las trapisondas del “pingüino”. Para ello, lograr la unidad es imprescindible, sin ella será imposible toda resistencia a un régimen que reparte los recursos nacionales en pos de capturar el voto que le asegure la continuidad.
A pesar de lo doloroso que pueda resultar es necesario tomar conciencia que tenemos un país caro, que los mismos productos cuestan más del doble que por ejemplo en Estados Unidos o Brasil, que ha desaparecido el mercado de capitales, que si existía a pesar de la crisis política en el 2001, como que gracias a la falta de estabilidad jurídica en Argentina no hay inversiones y estimamos que de continuar por este camino costará un largo tiempo volver a generar nuevamente confianza, que más allá del ciclo sojero no se ha logrado generar riquezas genuinas, máximo con el cepo a las divisas que impera y que en un plazo no muy lejano estaremos pagando el desaguisado cometido por la falta de reservas en dólares existente que se tratan de conseguir a cualquier costo. Mientras Brasil logra cada año sacar de la marginalidad a un millón y medio de personas, en nuestro país esa cifra es proporcionablemente inversa, más allá que las estadísticas dibujadas puedan decir lo contrario, esto nos lleva a exigir a nuestros partidos políticos que se deben poner a la altura de las circunstancias porque lo que está en juego es demasiado importante para pensar en la pequeña quinta partidaria.
Si volvemos sobre La Falda veremos que también es necesario producir ciertas acciones, porque no solo es la parálisis comercial, sino la inseguridad creciente que tanto nos golpea, porque no se puede apoyar a ciertos efectores que descaradamente usan a las instituciones por ambiciones propias, máximo cuando se le desconoce una trayectoria coherente, porque ya está madurando una idea de conformar otra opción política por fuera de las existentes, con lo cual se produciría un debilitamiento innecesario del oficialismo que parece haber apostado algunos plenos a quien ya demostró no haber aportado nada electoralmente en su momento.
A veces solemos preguntarnos porque se producen ciertas situaciones que tiempo atrás eran impensadas y se puede inferir que la falta de institucionalidad genera violencias de todo tipo, ya que cuando se ponen por encima de todo las ambiciones personales, son las propias instituciones las que terminan sufriendo el desgaste. Cuando la que está en jaque es la Republica, como es en este caso de la pretendida modificación constitucional, son los principios rectores los que se ven perjudicados, ya que aquellos basamentos que son el cimiento sobre los que se ha apoyado nuestra sociedad de pronto sufren un sismo que los hace tambalear y cuando ello sucede lo que termina imponiéndose es el autoritarismo, sino veamos lo sucedido con el alumno del Valle de Calamuchita, que por estar en desacuerdo con la muestra se le aplican (en suspenso) amonestaciones por no coincidir con el mensaje que se quería imponer de Eva Perón, entonces debemos preguntarnos ¿Era al adolescente al que se debía sancionar o es a la profesora y directora por no permitir el disenso ideológico? ¿Son actos como estos lo que nos esperan si modificamos la carta magna? ¿Cómo puedo exigirle a un joven que aprenda a pensar si después lo castigo porque lo hace distinto?
Sobre el final volvieron las preguntas del español a golpear fuerte nuevamente, porque hay veces que a la crisis se la ayuda, con medidas desfasadas de la realidad, como aquella que los cajeros de una ciudad turística no tengan efectivo sistemáticamente los fines de semana largos, como que no se haya generalizado, como en otras partes, el uso del debito automático como manera de pago, como que las tarjetas tengan un recargo cuando en otros lados hay facilidades con cuotas sin intereses y el circulo empezó a cerrarse gracias a quien en su necesidad de integrarse trata de comprender lo que nos pasa, haciendo que debamos reformularnos ciertos silogismos, porque si no queremos entender que se desea apelar al “voto joven” para garantizar la perpetuidad gubernativa y que el único antídoto es la unidad programática de la oposición, como si no queremos darnos cuenta que los costos faldenses son conspirativamente altos porque desde los alquileres a otros ítems pertenecen a una sociedad que ya no existe y que pide a gritos un baño de realidad y modestia, solo nos queda concluir diciendo “que la inocencia les valga”!!!!