Aspectos históricos de la sociedad actual

A fuer de ser sincero, creo necesario aclarar algunos aspectos históricos para una mejor comprensión acerca del escrito sobre la nota ¨Escalada de violencia social¨, publicada en el Semanario Nº480, dadas las expresiones del Sr. Ferrarassi, sobre las que podemos estar de acuerdo en la ausencia de políticas nacionales actuales que orienten a una solución real de los problemas que aquejan a nuestra sociedad, como la violencia, la existencia de un sistema educativo trastocado a asistencial, la pobreza tanto estructural como las inestables ( que se van tornando estables cada vez mas, y terminan siendo funcionales al sistema social establecido, la inseguridad, los deficitarios servicios de atención médica pública y la cada vez más onerosa y de menor accesibilidad, la atención privada, conjunto que lleva a la inequidad manifiesta que se observa y la ausencia de un Estado que permita armonizar un sistema de tal naturaleza sumado a los anuncios de que los funcionarios multiplican su patrimonio, que provocan mayores disgustos. Por lo que digo que tiene razón el Sr.Ferrarassi al denostar al gobierno nacional actual pero en parte.

Y vamos a la historia: desde el inicio de los gobiernos de facto, los primeros actos de su ¨gobierno¨ fueron: en el nivel educativo: quitar el estudio de la lógica en el nivel secundario, colocar en el frízer la historia argentina, la filosofía paso a ser historia de la misma vacía de contenido reflexivo; en lo económico épocas de plata dulce, los salarios les permitían a las mayorías vivir casi sin darse cuenta de los sucesos o hacer caso omiso, sumado a la represión silenciosa de los medios ( como ahora?), la seguridad era un pilar propio del sistema, por lo que las secuelas aún hoy persiste en el dolor de las perdidas, y el auge del ingreso de las industrias internacionales permitió también que la industria farmacéutica hiciera de las suyas bajo la tutela estatal, la justicia dependiente o ausente, y muchas cosas más que cambiaron la historia nacional con sus presos políticos, desaparecidos ,etc.etc..Nada fue por casualidad o ingenio de los mandos militares, sino véanse los resultados a los movimientos nacionalistas de la misma época en Sudamérica. Y sumaron la utilización de los medios periodísticos como entretenimiento y publicidad, invirtiendo los valores inculcados al pueblo.
Ahora bien, desde 1983 a la fecha, los gobiernos democráticos se debatieron entre la libertad y el juzgamiento histórico que no le quita valor, pero todos los partidos políticos han hablado y lo siguen haciendo, de educación, de salud, de justicia social,etc., pero solamente han terminado en la palabra y casi nada en la acción, al contrario, se desregulan los productos farmacéuticos , se cambian en menos la curricular universitaria, los contenidos educativos en general son pobres de solemnidad..
¿Alguno de los partidos políticos que llegaron a los gobiernos nacionales o provinciales han tomado alguna determinación acerca de restablecer y mejorar los contenidos educativos desde 1983? Al contrario, lo han tornado como establecimientos asistenciales con los comedores escolares, con excusa de provisionarles hasta mejorar la situación de los pobres y no solamente persisten sino que se perfeccionan, ayuda escolar, plan alimentario nacional, hoy asignación universal, etc.etc. y en la salud hoy los fármacos se publicitan como panaceas sin explicar los a veces serios y permanentes efectos secundarios en la población, mas aún desde el reaparecido ex ministro Cavallo y que nadie parece recordar como tampoco tienen la capacidad muchos de reflexionar acerca de la pseudoeficacia de muchos medicamentos; el aumento cada vez mayor de la planta de funcionarios que supuestamente están al servicio de la población pero que no rinden nada acerca de los resultados de sus funciones que justifiquen su salario, que contrasta con un indigno salario a los educandos y profesionales de salud, por decir algunos. Y así podríamos seguir desde 1983 a la fecha. Los políticos, no la política, en general, retribuyen a quienes los ayudan a llegar al gobierno y se olvidan de sus quehaceres. Y los servicios de seguridad, que hicieron tambalear la democracia en su reaparición, hoy siguen estando al servicio de los poderosos, de los políticos, de los corporativistas (sindicales etc.), de los que se encuentran en la cima de la endeble sociedad argentina, y no es de hoy, de este gobierno, sino desde el inicio. Si algo hay que achacarle al actual es la acumulación de poder y sin importarle que lleve a una seria división social y de enfrentamiento, y menos importarle a la mayoría, que solamente le es útil como acto declamatorio.
Los niveles de deserción escolar primaria y especialmente la secundaria, son alarmantes, aún con pobre contenido, y los que llegan a los niveles terciarios en su mayoría requieren de ayuda para el ingreso. La pobreza estructural sigue alta, la inseguridad viene en aumento progresivo desde los últimos cincuenta años, no de este gobierno, que si se caracteriza por la inutilidad de las medidas tomadas.
En resumen. Podemos estar de acuerdo en las falacias argumentales del accionar o su ausencia en las acciones destinadas a mejorar la vida en la sociedad argentina, pero la responsabilidad viene desde mucho tiempo atrás, lo que nos habla de una hipocresía que llevo alguna vez a pedirles que se vayan todos…….y solamente lo hicieron unos pocos, los demás aún siguen…sin vergüenza alguna. Peor, algunos innombrables de antes regresan y no se les cae nada. Que moraleja nos queda más que decir que la hipocresía parece ser una modalidad encarnada en la sociedad toda, y al parecer, un hoy ex presidente dijo por una vez la verdad: siempre hubo pobres, lo peor, que como la mayoría de los envases plásticos: son descartables. Tampoco las religiones parecen favorecer el mejoramiento, al contrario, parecen también funcionales al sistema. Flota una pregunta: ¿qué es lo que cambio, a partir de la democracia actual en nuestra sociedad fuera de las muertes injustificadas?
Hablar de reuniones para formar comisiones que traten aspectos puntuales de una sociedad enferma, y lo digo con conocimiento de causa, es solamente una perdida de tiempo. Es hora de los pantalones largos y que quienes nos gobiernan HAGAN las cosas de una buena vez, y dejar de pensar que las conductas sociales pueden ser cambiadas por leyes, decretos o normativas.
Las soluciones son sencillas pero no de corto plazo: lograr que nuestros niños y adolescentes tengan la mejor educación completa y de contenidos que les permitan comprender y entender en los aspectos globales y puntuales de cada tema, sea social o de ciencias exactas, sumado a los nuevos conocimientos y modalidades de pensamiento, como en los principios y normas éticas (¿alguno de los adolescentes de hoy leyeron a José Ingenieros, obligatorio hace años?).
Ello mejorara su calidad de vida, su salud personal y familiar, sus aptitudes laborales y profesionales, para lograr una mejor inserción social, y, por supuesto la disminución de las tasas globales y particulares de violencia son uno de los resultados esperables, que duda cabe. Lo pernicioso de los resultados es lo que atacaron los gobiernos de facto, activados por el poder económico: que los adolescentes piensen, no ha sido bueno para ellos ni lo será para los políticos de ahora, tendrán que comenzar a comportarse y ejecutar sus tareas como se les encomienda y no podrán seducir fácilmente a las mayorías: que tengan un salario digno, que piensen, reflexionen, se diviertan sanamente, es pernicioso para los pocos que ayer y hoy disfrutan de resultados logrados por el estado en que se encuentran la mayoría de los componentes de la sociedad argentina. El respeto a la libertad individual y colectiva, el conocimiento de que pueden agruparse para defender sus derechos, y la libertad de expresión, han sido y siguen siendo nocivos para esas minorías. Cualquier intento de formar comisiones para debatir temas puntuales como los sucesos recientes de la ciudad, llevara a un callejón sin salida, bueno para unos pocos, y sin resultado alguno para la mayoría hoy sufriente, y que muchos de ellos, desde hace décadas, se les ofrece solamente la opción de vivir por la dadiva estatal y mal utilizada, y a la que todos los que tenemos algún ingreso debemos aportar.
La Argentina tiene buenos ejemplos: desde un Favaloro hasta un ex presidente cordobés que renuncio a enriquecerse por haberle tocado dirigir al país, es hora de que tanto quienes manejan el dinero como los políticos, comiencen a tomarlos como tales y hacer realmente lo que el pueblo tanto necesita y reclama, dineros públicos son más que suficientes, solamente se malgastan maliciosamente.

Dr. Néstor M. Aragón
Médico retirado, Pediatra, Neonatologo, C. Maestria en Salud Publica.
Nestmanuel2002@yahoo.com.ar