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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

viernes, 27 de julio de 2012

Darse Cuenta

La solución de todos los males

Por Alfredo Ferrarassi

Hace un tiempo cuando salió una nota de un vecino “multifunción” en la que vertía una serie de opiniones sobre los jóvenes, las tribus urbanas, sus retos por internet y otras series de apreciaciones preocupantes por su trasfondo ideológico, pensé inmediatamente en contestarle, sin embargo por razones de salud, pero fundamentalmente porque a veces el hastío que algunas opiniones causan y el deseo de terminar con las polémicas, me hizo tomarme un tiempo para reponerme y que quienes son aprendices de brujos sean los que se hagan cargo, algún día, de lo que despiertan, solo que a veces el manejo alienante de la culpabilidad como manera de expiación de los errores hace que muchos prefieran guardar silencio o miren hacia otro lado, en lugar de tomar partido y decir las cosas por su nombre, de frente, con valentía, que es en última instancia lo que permitirá darnos cuenta de lo que está sucediendo, para así tomar las medidas pertinentes.
En cambio si no tomamos “el toro por las astas” seguiremos, no solo sin solucionar el conflicto, creciendo este exponencialmente hasta desbordarnos una y otra vez porque la razón del mismo sigue vigente. Por lo tanto, nada absolutamente nada, justifica que no llamemos a las cosas por su nombre, por más dolorosas que sean y por más “deudas” (no monetarias) que podamos tener pendientes, que son ese “pasivo” que nunca podemos saldar, pero que en algún momento debemos ponerle fin para evitar que nos inmovilicen permanentemente a la hora de tomar las decisiones o realizar las críticas que se requieren.
Evidentemente cuando los jóvenes pasan a ser sospechosos u origen de todos los males, algo nos está pasando como sociedad, cuando desconocemos los rasgos de la adolescencia, eso que los hace ser diferentes al resto de las generaciones, pero que a su vez con sutiles diferencias (esas que solo ellos advierten) los individualiza como pertenecientes a grupos internos, pasan dos cosas o nos estamos poniendo viejos y la juventud se vuelve “insolente” (por ser una etapa que dolorosamente damos por perdida) o es que aquellos principios del proceso nos han ganado, consciente o inconscientemente, solo faltándonos sostener aquel tristemente “por algo será”.
No quiero ser un “opinólogo multifunción”, esos que García Marques supo definir, en la figura de ciertos profesionales, que creen sobrevuelen dos cabezas por encima de los demás mortales, que saben de todas las ciencias y no hay secretos por descubrir para ellos, simplemente opinaré desde el análisis de la historia reciente tratando de hallar las razones de esta contradicciones que está teniendo La Falda y que evidentemente son de difícil solución, en primer lugar mientras no tengamos en claro el motivo y segundo en tanto no se tomen las medidas para solucionarlos. En ambos casos navegar a “medias tintas” es peor que no hacer nada.
Veamos, en varios números del Ecos de Punilla se vienen dando una serie de claves de lo que esta sucediendo a Barrio San Jorge, lo cual no es más ni menos que una lucha por los espacios, por la territorialidad, por el ejercicio de los más elementales derechos que cada habitante de este país debe poder ejercer, cuando esas disposiciones son conculcadas por otros grupos, es especial ajenos al círculo de procedencia la temperatura social se recalienta hasta alcanzar niveles de evolución. Ahora bien, la culpa no es ni de uno o de otro efector, la culpabilidad radica en que desde los centros donde se debían administrar políticas racionales, incluyentes, contenedoras, se hizo todo lo contrario, se cerró la válvula de escape del vapor y es bien sabido que cuando este no puede encontrar su descarga natural la caldera (en este caso social) puede llegar a estallar por la presión acumulada.
SI a esto, que puede sonar complejo, lo traducimos veremos que no lo es tanto, aunque ahora si será complicado volver a establecer un equilibrio por el grado de rigidez entre las posiciones. Estimo que Néstor Aragón en la nota del número 480 permite darnos cuenta de la razón de todos males, la cual no es otra que la política económica nacional llevada adelante que indefectiblemente termina en la exclusión, en el resentimiento, en advertir que la justicia (la social y la de tribunales) es solo para aquellos que tienen aquellas prerrogativas, el resto y ya no importa el nivel sociocultural alcanzado esta destinado a ver como se le escapan las ilusiones, las posibilidades, el futuro, las esperanzas y como un grupo ligado a los sectores de poder (político y financieramente acomodados) tiene reiteradas posibilidades de todo tipo, lo cual a la larga es un factor de escozor que termina produciendo una lesión en el tejido social de tanta agresión externa e interna, ya que cuando aquellas contradicciones se producen, también se suceden en el seno del propio grupo conflictos internos, esto es cuando se rompe el equilibrio de clase la situación ya es incontrolable y puede dispararse hacia cualquier lugar, que es lo que ha sucedido a lo largo de los últimos 30 años cuando hubo conflictos o estallidos sociales.
No se puede echar la culpa de manera excluyente al neoliberalismo, ya que lo que hoy estamos padeciendo es fruto de una política populista que ha vaciado el país, que lo dejó sin reservas, que dilapidando a mansalva el futuro de millones de argentinos, puesto que en lugar de apostar a ampliar el crecimiento, por la gran acumulación de riquezas que hubo, prefirió no hacerlo para garantizar tener una enorme base de clientismo político que lo votara por la dependencia económica con el poder “todopoderoso” que podía cortarle los beneficios de los cuales dependía por falta de trabajo genuino.
A esto lo supo definir Ferdinand Braudel como la formación de “canteras de proletarios” o sea de mano de obra o votos cautivos (en este caso puntual) que eran y son los que sufren las consecuencias de las políticas de exclusión imperantes. Pero no le podemos adjudicar la totalidad de la responsabilidad al errabundo gobierno kirchnerista, sino que tanto la provincia como el ex gobierno local tienen su altísima parte de responsabilidad. Uno por no controlar la fiesta marquista y el otro por creer que tirar manteca al techo con los amigos era gracioso y solo pensó en el bienestar de su entorno sin importarle el vecino y su futuro para nada, fuera de sus intereses lo demás era un territorio que desconocía y que tampoco quería saber cómo era.
Tenemos entonces que el deterioro social que se visualiza hoy es de vieja data, es el fruto de ocho años de políticas sociales ausentes, es consecuencia del ninguneo que sufrieron los que se opusieron a esta “festichola” de la ignominia que fue el gobierno patafísico, es el abandono que sufrió la ciudad en lo cultual, en definitiva es fruto de un intendente que nunca debió serlo porque jamás le importó ni el pueblo, ni la ideología a la cual dijo representar.
La consecuencia de ello ha sido la lenta pero progresiva ruptura de los lazos comunitarios, de la convivencia entre clases, la cual tiene diferencias pero siempre tuvo un cierto equilibrio que con políticas de acción social evitaban los desbordes, aunque no corrigieran las lógicas injusticias que una sociedad dividida en estamentos tiene.
Andrea, quien también en dicha edición de este semanario vuelca sus opiniones que son otra parte de una realidad que comienza así a desentrañarse. La misma relata las actividades en el Club River, del Club Conas de Rugby y la necesidad de un espacio que quienes practican este deporte deben tener para poder hacerlo y aquí es donde se comienza a verse ese conflicto latente que se arrastra desde la gestión Sestopal. Mientras tanto pudimos observar por un canal capitalino a una señora de apellido Tullían que desde las puertas de los Tribunales de Cosquín se quejaba de que los niños y adolescentes de San Jorge tienen dificultades para practicar el deporte mayoritario de los argentinos que es el futbol y las “persecuciones” y hostigamientos que le haría la Policía.
Por otro lado quiero agregar, que el Club La Falda vio arrasada su cancha por torneos de Moto Cross que destruyeron el campo de juego con lo cual también se puede observar que la juventud tiene un limitadísimo o inexistente espacio para sus actividades recreativas/deportivas, claro está que tenga dinero y pueda alquilar una cancha por hora para poder practicarlo.
¿Qué sucede con aquellos que carecen del alto monto que se requiere para la práctica privada de un deporte? ¿Miran de afuera?, ¿No estamos sembrando el germen del resentimiento, de la discriminación, de la marginación, los cuales después son disparadores de impredecibles acciones?
Tenemos conflictos que se han producido fruto de la desatención de largos ocho años de mirar para cualquier lado en lugar de atender funciones y deberes específicos. Lo peor es que tanto unos como otros por separado tienen razón, pero lo cierto es que las incompatibilidades son manifiestas y no podemos obviar la situación y reitero una frase escrita en el Ecos hace meses…. “si desvestimos un santo para vestir otro, al último tendremos un santo en bolas” y eso es lo que ha sucedido siempre, alguien termina pagando el costo de la ineptitud gubernamental.
¿Por qué no se planificaron espacios? ¿Por qué nadie le hace rendir cuentas a quienes tenían la obligación como funcionarios de hacerlo y solo se limitaron a cobrar el sueldo? ¿Alguien pensó acaso que perdimos, por no contar con un campo de juego acorde, los numerosos equipos nacionales que venían a hacer pretemporada, lo cual significaba trabajo para los faldenses? Por ello, vaya un aplauso a quienes están recuperando, contra viento y marea el estadio de Las Murallas, porque un espacio que se recupera es una alternativa de participación y contención, en medio del caos imperante.
Pero si el gobierno anterior tiene muchísima parte de culpa en los hechos actuales, el nuevo también tiene, aunque pequeña parte de esa responsabilidad, ya que ciertas medidas no se pueden dilatar más, como la de elevar a la Justicia todo lo recabado respecto a la gestión anterior o acaso quien se “llevó” el costosísimo equipo de audio del ex cine Rex tiene impunidad para no querer devolverlo, como desde esferas oficiales nos manifestaron, sin que nadie haga nada al respecto.
Los tan criticados subsidios ¿alcanzan para una vida digna? O son los espejitos de colores que ahora, aunque sea fragmentada, reflejan la realidad de lo que nunca podrán ser y producen el efecto contrario al que un perverso universo electoral pretendió crear. Si la inflación está pulverizando los salarios de los trabajadores de manera impiadosa, ¿qué sucede con los mencionados planes? ¿Acaso nos hemos puesto en la piel de quienes no tienen trabajo y posibilidades de acceso a él porque se le negaron las herramientas culturales para que pudiera hacerlo? ¿Acaso podemos obviar que aun existen “bolsones” del antiguo régimen donde no entró la democracia y existen proscriptos en plena democracia? ¿O podemos desconocer que vecinos de La Falda no pueden trabajar libremente porque corporaciones, como la de artesanos, priorizan a su entorno y personas de otras localidades por sobre lo local? Todo esto sin que nadie haga nada, ni mueva un pelo por querer cambiarlo.
Y podríamos continuar con la serie de cuestionamientos que llevaron a lo que pasó, porque la punta del iceberg es una muerte no resuelta, pero la parte que subyace bajo el agua es la más grande, la más importante. Si no se les brinda a los vecinos las herramientas para desarrollarse estamos peor de lo que creemos y pensamos y no solo es deporte, sino fundamentalmente cultura, porque hay que brindarles la posibilidad que se apropien de los saberes de los estamentos superiores, porque solo así se achicarán los espacios inter sociales que hoy son abismales.
Renglón aparte merece, por la claridad conceptual, el discurso del nuevo Presidente del Comité de Circuito de la UCR, cuando habló de abrir las puertas a todos, no importando las diferencias de ideas o partido, si este pensamiento se reprodujera en las instituciones locales, créanme que La Falda comenzaría a ser sustancialmente diferente.
La tarea es titánica, es como brillantemente escribiera Jorge Omar Oyola en el último Ecos, la batalla por la plena vigencia de los DDHH es una lucha diaria en donde, como en la vida misma, se enfrentarán los conservadores contra los progresista (no K), los retardatarios contra los verdaderos revolucionarios, los “multifunción” contra los que creen en el trabajo multidisciplinario, en definitiva las viejas ideas contra las nuevas...
Me atrevo a señalarle al Sr. Intendente que debe conformar equipos en torno a las Secretarias existentes con personal jerarquizado científicamente que pueda abordar el complejo tema de otra manera, que no dude que en ese accionar esta la solución a los dramas que ciertos sectores presentan, porque la evitable y lamentable muerte de Brian, estimo no se produjo el nefasto día que sucedió, porque esa muerte y otros males comenzaron cuando las políticas nacionales se planificaron para quitarle la dignidad de poco a poco a los argentinos, para sumirlos en la desesperanza y la dependencia del estado “benefactor” a cambio del voto, cuando les “afanó” la educación y la cultura para dominarlos fácilmente, cuando los arrojó al desamparo, allí comenzó esta desgracia y tuvo a quienes aplicaron a la perfección las recetas locales, mientras unos se sumergían cada vez más, otros viajaban ampulosamente y lo siguen haciendo a costa del estado, por lo tanto mientras no acabemos con las diferencias, mientras no se juzgue a quienes no cumplieron, difícilmente podamos creer en la justicia, por esta que debería ser el último y esperanzado recurso y hace rato que se le cayó la venda de los ojos, mirando solamente a los intereses de Puerto Madero y los “puertitos” de cada provincia, pueblo y villa del país, mientras tanto el resto “bien gracias y arréglate como puedas”!.


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