Nombre:
Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 19 de abril de 2012

Nuestras carencias culturales

Por Alfredo Ferrarassi La nota original en realidad estaba escrita hasta la mitad y el tópico era otro, pero el tema de la resolución de la UNESCO sobre el impacto de las torres “bancarias” planificadas cercanas a la manzana jesuítica, me hizo volver sobre la misma, dejarla de lado, para abordar esta que si bien la teníamos agendada era para más adelante. Al respecto y tal cual como la titulara La Voz del Interior, la medida internacional es lapidaria sobre el tema del cual venimos haciendo referencia últimamente, como es el de la preservación del patrimonio cultural provincial. En cuanto al caso puntual de La Falda, debemos advertir que se encuentra en total estado de desprotección y por ello factible de desaparecer si no se legisla urgentemente al respecto. La situación no solo requiere poner en vigencia la Carta Orgánica Municipal, dictando un Decreto “de necesidad y urgencia” para que cualquier demolición y/o refacción deba pasar antes por una consulta a una comisión ad-hoc que sea la que autorice o no la misma. De manera simultánea se podrá, tal vez con la misma organización, ir redactando el cuerpo legal que preserve los bienes culturales de todos los faldenses. Antes de avanzar es necesario destacar que las críticas no siempre llevan aparejadas malicia en su motivación, sino que tratan de ser una alerta sobre temas que son acuciantes y que deben ser abordadas con la firmeza y la premura del caso. Sucede que en esta sociedad mediática y decadente en la que estamos, se suelen confundir los alcances de la misma, comparando a la discrepancia con la puesta de piedras en el camino, cuando en realidad es la posibilidad de saber aprender de las visiones diferentes para sacar provecho de posiciones que no sean coincidentes y que pueden permitir “correr” el árbol para poder mirar el bosque. Por ello nos preguntamos ¿cuántas reorganizaciones, que surgieron a partir de un cuestionamiento, cualquiera sea el ámbito que tomemos, terminaron en éxitos rotundos? Posiblemente la respuesta radique en que casi todas las grandes obras (públicas, privadas, literarias, de investigación, etc.), ya sea en los tramos previos, como en la misma marcha, pudieron mejorar a partir de las sugerencias que se hicieron. Lo que cuenta es saber sacar provecho de lo que otros piensan o ven de forma diferente. En el caso que nos ocupa y preocupa es el del patrimonio cultural, el cual no se limita de manera excluyente a la arquitectura, sino que tiene una amplitud y riqueza que convierte a este como una las más importantes áreas que tiene la gestión administrativa de cualquier gobierno, en cualquier parte del mundo que se tome. De acuerdo a las estadísticas que produjo el Mercado Industrias Culturales Argentinas (MICA) esta representa el 3.4 % de PBI, muy por encima de aéreas tradicionales, lo cual la convierte en una de las mayores generadoras de divisas del país. Por ello el abordaje de esto no puede ser tratado como un tema menor en cualquier parte del país, ya que si se la maneja con sapiencia puede significar una fuente impensada de riqueza. Demostración de esto es que en el mundo entero es una de las “mimadas” por los recursos que genera y por sobre todo el amplio valor agregado que posee, lo cual sumado al turismo en el caso puntual de La Falda, le confiere una importancia que amerita ser tratada de manera diferente. Tampoco podemos ignorar el aspecto movilizador que tiene este mercado si se hace participar al vecino. Solo citaremos por caso el tema del Festival del Tango ¿si hay gente que desea participar en la organización, trabajando desinteresadamente, por qué no se ha conformado la vieja Comisión? ¿Por qué queda en manos de unos pocos, aspectos tan importantes como la contratación, la grilla y el perfil que se le quiere dar? Al turismo cultural no se le ha prestado atención jamás en nuestra ciudad, sus riquezas patrimoniales nunca fueron controladas por el estado, ya sea fijando políticas al respecto o conformando entes de cualquier naturaleza pero que contemplaran lo que estaba sucediendo. Sin ruborizarnos podemos decir que hemos perdido parte de nuestra identidad por la ineficiencia de funcionarios que no contemplaron las tendencias que se observaban y autorizaron medidas que significaron la destrucción de aquella, como por ejemplo el caso de permitir la subdivisión de lotes o propiedades en Villa Edén, posibilitando más de una unidad habitacional en estos, con lo cual salvo aquellas casonas que aún se conservan, estamos frente a la pérdida del perfil que el mismo tuvo y que fue el origen de nuestra ciudad cuando se escrituró el primer lote que dio nacimiento a la actual ciudad. Otra ausencia llamativa es la de un Consejo de Cultura que atienda estos y otros aspectos que hacen a nuestra riqueza. En el mismo se podrían planificar las áreas que integran el MICA (audiovisuales, artes escénicas, diseño, editorial, música, festivales, artesanías, etc.), las cuales si a cada una de ellas se le otorga debida atención significarán fuentes de trabajo genuino, atractivo turístico y dinero fresco para el mercado local. También se puede suponer que puede esto resultar demasiado para una ciudad como La Falda, pero no es descabellado que nuestros intendentes del centro del Valle de Punilla (de Valle Hermoso a Villa Giardino) se unan habida cuenta que entre todas ellas cuentan con la infraestructura necesaria para generar un polo de desarrollo cultural y sin dudas no solo originarán ocupación de mano de obra especializada, sino un crecimiento auténtico fundado en base a necesidades reales de demanda y un gasto más racional en ciertos sectores (por ejemplo contrataciones de espectáculos) lo cual redundará en beneficios palpables en el corto plazo. Recientemente escuchamos a un analista especializado en el tema , sostener que “sin ideas se va para cualquier parte” lo cual nos ubica en la necesidad urgente de hacer la amplia convocatoria para la conformación de ese ente y poner en marcha un proyecto que sea movilizador de un sector que nunca ha sido tenido en cuenta y ser también la “central” de los think-tank locales, ya que debemos comprender de una vez por todas que ciertos temas no se solucionan con un rapto de inspiración “maradoniana”, que ello es una ficción, que los países solo llegan a ser centrales por el apoyo que dan a sus estamentos pensantes, los cuales se ponen a realizar lo que saben que es la generación de proyectos, mientras que los demás sectores se nutren de ellos para obtener ganancias en sus inversiones, es por esto que se observan becas, financiamientos, subsidios a estas áreas. Mientras no comprendamos esto continuaremos en el “chiquitaje” gubernativo, en la devolución de favores políticos, en acomodar a punteros, en lugar de crear fuentes genuinas de ocupación. Nuestra falencia es carecer de Políticas de Estado, ya sean locales como regionales, no estar acostumbrados a trabajar en equipo, a desperdiciar el “capital intelectual”, creyendo que la alta complejidad que aquí y ahora se requiere se puede suplir con la obsecuencia política, ello por desgracia solo lleva al fracaso en un plazo demasiado corto. En los “tiempos modernos” la improvisación es un pecado capital que ningún pueblo se puede permitir cometer. Es necesario construir un renovado tridente entre estado, sociedad civil y mercado, buscando un equilibrio que hasta ahora estuvo ausente en nuestra ciudad. Imponer uno sobre el otro sería un desatino y una perfidia al pasado, por ello encontrar el término medio es una cuestión de Estado y no se pueden permitir carecer de políticas para las áreas vacantes, así lo comprendieron por ejemplo Montevideo y Barcelona generando un crecimiento sostenido y armónico. El uso del suelo debe ser un resorte que atendiendo a lo mencionado el estado debe controlar para evitar que se cometan atropellos en función de las necesidades inmobiliarias y en detrimento de las que la sociedad civil tiene. Por ello es que resulta necesario coordinar la obra pública con el patrimonio cultural efectuando previamente el revelamiento de las zonas que tienen valores patrimoniales y efectuando un catálogo de las propiedades tal cual lo tiene la ciudad de Córdoba, tomando como ejemplo las Ordenanzas 11.190 (Protección del patrimonio arquitectónico urbanístico y áreas de valor cultural de la Ciudad de Córdoba), la 1.202/07 o la 20.7084 (sobre demolición de inmuebles) más las modificatorias que se efectuaron, las cuales omitimos aquí por su extensión. De acuerdo a esto La Falda debe contar con un Ente de Desarrollo y Planificación Urbana que trabaje mancomunadamente con los órganos de control de bienes de valor histórico, ya que carecemos de una política al respecto, al menos actualizada, como la coyuntura requiere para evitar que se sigan cometiendo agresiones contra el paisaje urbano serrano. Es que nuestra ciudad, salvo el modelo que idearon los hermanos Walter y Bruno Eichhorn y llevara a cabo Luis Zanni administrando su loteo, lo que se implementó a lo largo de su historia ha sido una serie de parches que suplieron algunas deficiencias que se observaban, pero el desarmónico crecimiento actual necesita ser ordenado y planificado de cara al futuro, por ello aquello que señaláramos desde estas páginas, en que debíamos discutir si queríamos ser una ciudad de montaña o con montañas, cobra aún más actualidad de cara a un avasallador presente inmobiliario. En La Falda, debemos ser realistas, no hay mucha más tierra, al menos en la zona A y B para edificar, estando limitada por la expansión que tuvo dentro de su ejido, sin embargo también es indispensable ser consientes que carecemos de los puntuales pulmones o zonas verdes y también escasos espacios públicos disponibles (léase plazas y paseos) siendo imperioso legislar, por ejemplo, sobre el Paseo El Dragón que debe pasar a convertirse en una reserva paisajística con reforestación autóctona y la cual presenta, por la perforación efectuada años anteriores buscando las inexistentes termas, un caudal acuífero de importancia hasta ahora no explotado, por suerte. El estado de éste es deplorable, habiendo avanzado la vegetación sobre el camino, el cual está destruido y sirve para prueba de conducción de intrépidos cuadriciclos que ponen en peligro a quien desprevenidamente transita pretendiendo observar un paisaje majestuoso. Lo que es peor, es que nos incluimos entre quienes, cuando alguna vez nos preguntaron por un recorrido corto serrano, lo recomendamos, el cual luego de realizado, debe sonar a que le hemos jugado una broma de mal gusto. Es indudable que esto no es achacable a esta gestión, puesto que es un abandono de larga data, que excede ampliamente al gobierno de Arduh, pero ¿no es este otro tema a tratar con seriedad, para fijar una estrategia de estado que nos permita saber de cara al futuro que haremos con nuestro desarrollo? ¿podemos permitir que se siga modificando el paisaje con la extracción de áridos como sucedió en el comienzo del camino del corta fuego y “Paseo Buena Vista”? No se trata de enfrentarse con nadie, ni de perjudicar económicamente a terceros, simplemente es el momento de hacer el esfuerzo de pensar hacia adelante y tomar consciencia que lo que no resolvamos ahora es un problema que dejamos a nuestros descendientes y que algún día la historia nos lo demandará. Sabemos que no es una tarea sencilla, pero alguien deberá en algún momento abordarla porque ya no hay más tiempo y podemos estar, de ser silentes, firmando la partida de defunción de una villa turística que se ha ido degradando porque siempre se dejo “para después” lo que oportunamente era de fácil resolución. Señores el tiempo de tomar medidas es ahora…..”Faldenses a sus cosas”.

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