Los adioses

Por Alfredo Ferrarassi

El fin de semana nos sorprendió con tres luctuosas noticias por el fallecimiento de sendos representantes de la historia contemporánea. Uno, escritor italiano, Antonio Tabucchi, quien escribió una novela sensacional “Sostiene Pereira” en la que nos permitió descubrir la lucha ideológica en la Portugal salazarista, en donde se produce una relación intelectual entre el viejo periodista que ha tenido los ojos cerrados a lo que le rodeaba y el joven Monteiro Rossi a quien encarga necrológicas de personajes que aun viven, para ir adelantando el trabajo llegado el momento.
Suyas han sido, solo por citar algunas de su rica producción, “Nocturno Indiano”, “Los 3 últimos días de Fernando Pessoa” y “El tiempo envejece de prisa”. La relación de este autor italiano, pero el más portugués de todos los narradores peninsulares, es que en el caso de Pereira desnuda los autoritarismos de toda índole y etiología, por ello no resultó difícil establecer una conexión entre el marquismo y su séquito de adulones con aquel periodo de la Historia de Portugal en el que las libertades quedaban a merced del “Estado Novo” que tanto aquel lusitano de longevo gobierno, como este tragicómico faldense hoy legislador cordobés tuvieron y cuya principal coincidencia ha sido el amiguismo reinante.
Otro que falleciera, no sin producirnos profundísimo dolor, ha sido el arqueólogo Alberto Rex González, quien dignificó la profesión de los mismos con trabajos de campo de invalorable significado científico. Su tarea se destacó no solo “desenterrando” secretos de las culturas aborígenes, sino fundamentalmente en la de Docente, en el más amplio sentido del término, ya que no se ciñó a la labor áulica, puesto que lo suyo trascendía la misma para convertirse en un maestro de la vida, grado este que no otorga universidad alguna, solo el ejercicio de la existencia humana elevado a la máxima capacidad exponencial.
Rex González era casado con Ana Montes, una pionera del documentalismo argentino, hija de otro grande de la disciplina arqueológica como fue Aníbal Montes, un Teniente Coronel que aparte se recibió de Ingeniero Civil y debió dejar tempranamente su “vocación por las armas”, debido a las consecuencias que debió pagar por brindar la documentación probatoria de la corrupción, en la compra de armamento en el gobierno del General Justo, al diputado socialista Mario Bravo quien así logró interpelar al Ministro General Rodríguez y puso en jaque al régimen que se amparaba en el “fraude patriótico”.
Aníbal Montes fue quien realizó estudios haciendo conocer la Cultura Ayampitin y la Cueva de Ongamira, anteriormente, entre 1930 y 1931, siendo Ministro de Obras Públicas de la intervención cordobesa del historiador ultra católico, Carlos Ibarguren. Fue quien realizó el Camino del Pan de Azúcar o Camino del 6 de Septiembre (por la revolución contra Irigoyen) como era su nombre primigenio. También levantó el legendario puente colgante de Córdoba en el Parque Sarmiento y tuvo tierras y denuncias de canteras en la Pampa de Olaen, donde hizo las excavaciones mencionadas, con lo cual la relación entre aquel ignoto médico que sería su posterior yerno y su suegro, tiene con nuestra ciudad una estrecha vinculación porque nos hicieron conocer en todo el mundo por los hallazgos arqueológicos que hicieron.
Si bien el Barrio IPV tiene una calle con el nombre de Montes, denominación que logramos imponer junto a otros nombres vinculados a la historia, en la década del 90 cuando el entonces Concejo Deliberante nos supo consultar con muy buen tino, actitud esta que en las décadas venideras estuvo ausente, al menos en la relación con la ciencia madre de la vida por todos los gobiernos.
Debemos entonces los vallistas del centro de Punilla un sentido homenaje a Alberto Rex González porque nos colocó para siempre en todos los libros de historia precolombina. Por el uso de un método de datación hasta entonces desconocido, como es el del Carbono 14, las precisiones sobre la antigüedad llegaron a ser casi exactas debido al margen de error que presentaban, el cual en culturas o restos de más de 8.000 años eran realmente ínfimas. Tampoco se ciñó a la historia, la arqueología o a su labor museológica en el Etnográfico de La Plata, sino que fue el verdadero sostenedor anímico de los grupos de Antropología Forense cuando no eran reconocidos en los 80’.
Sin duda alguna, una verdadera pérdida para el mundo de la ciencia, porque nos dejó un hombre, un Profesor con mayúsculas, lo cual no es poco en los tiempos de tanta mediocridad que corren, especialmente aquella que es “alentada” desde las sombras del poder para así acallar a un pueblo que un día dirá basta y se pondrá de pie reclamando todo lo que le han sustraído.
Las coincidencias han sido llamativas, porque el mismo día 28 fallecía en nuestra Ciudad de La Falda otro gran hombre, el ex Senador Nacional Alberto Fonrouge, quien desempeñara ese cargo electivo entre 1973 y 1976, siendo autor de numerosas leyes, también fue conjuez de la Suprema Corte y cofundador, junto al ex Vicepresidente Vicente Solano Lima, del Partido Conservador Popular.
De sus numerosos proyectos y posteriores leyes nos interesa una en particular, la 20.561 que establece al 10 de junio como Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre Las Malvinas, Islas y Territorios del Sur, más conocida como Ley Fonrouge, promulgada por el Decreto Número 492 del 30 de Noviembre de 1973 y publicado en el Boletín Oficial el 20 de diciembre del mismo año bajo la firma del entonces Presidente Juan Perón y el Ministro del Interior Benito Llambí.
Hoy, 2 de Abril y ante el silencio en el emotivo Acto Oficial del Día del Veterano y Caídos en la Guerra de Malvinas, celebrado en horas de la mañana en Barrio Río Grande, queremos desde las páginas del Ecos de Punilla rendir homenaje a este destacado hombre que nos honró viviendo en La Falda, luego de haber sido protagonista principal de la Historia Argentina reciente, ya sea como Secretario General de La Hora de los Pueblos, del Frente Cívico de Liberación Nacional (FRECILINA) y posteriormente del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), en resumen una personalidad digna de haberse conocido por todo lo que representó, más allá de las diferencias existentes, y que esperemos algún día podamos reparar el silencio que como pueblo hemos tenido en la despedida de sus restos.
El respeto y rescate de la memoria es imprescindible para la salud republicana de cualquier pueblo, ya que aquellos que olvidan su pasado, que no lo cuidan, que no bregan por conservarlo están destinados inexorablemente al fracaso, porque el sustento que da el pasado es imprescindible para poder mirar de cara al futuro sabiendo que nuestro basamento radica en las obras de quienes nos precedieron y que es deber moral de la clase dirigente velar por ellos, so pena de traición a sus más caras raíces culturales, no importando la ideología, el partido, sino el pensamiento, la obra de quienes han sido hacedores de un momento histórico determinado y que por ello merecen toda nuestra consideración, más allá que un océano de ideas separen ambas márgenes continentales, puesto que en medio el movimiento de esa permanente marea acuosa, las tierras terminan siendo unidas por el mar de los pensamiento, que junto a la amistad es lo más supremo que puede tener un hombre.
El desarrollo de la historia suele para algunos teóricos no ser lineal y menos armónico, ya que si bien tiende a ir hacia delante puede presentar oscilaciones pendulares, puesto que tiene aquello que Vico llamó "los corsi e recorsi" y en esos movimientos nos volvemos a encontrar con los elementos que siempre defendemos de la preservación del patrimonio cultural faldense.
Por un lado, Alberto Fonrouge vivió y fue velado en la legendaria casa de Patria y San Lorenzo, aquella que proyectara Vladimiro Acosta (Vladimir Konstantinowki) un arquitecto de origen ruso nacido en Odessa (hoy Ucrania) y que se diplomara en Roma para posteriormente obtener el título de Ingeniero en Berlín.
La importancia de este arquitecto ha sido la aplicación de su teoría del sistema de Helios, esto es el control climático en las viviendas en la cual debido a la orientación de las misma se reduce al mínimo la influencia estacional para obtener ganancias en el ahorro energético de la construcción que mirando, generalmente, al norte en donde pérgolas o viseras impedían en verano el impacto calórico y aprovechaban en invierno las bondades del sol que calentaban así la misma.
Esta vivienda ya ha sufrido en su terreno una construcción que en nada condice con el entorno y corre graves riesgos que en el espacio que conformaban el jardín, en el cual ya estarían planificadas construcciones que destruirían una “casa de culto” construida por aquel y que congrega durante todo el año a especialistas que la estudian como ejemplo de aprovechamiento integral del terreno y medio ambiente.
Desgraciadamente nuestros ediles parecen ser ajenos a todo lo que es la preservación patrimonial y aclaramos que pueden actuar de oficio si se sintieran comprometidos con las riquezas culturales locales, ya que no deberían esperar una presentación para actuar, así es como día a día vemos la destrucción de la casona del CEM y como otras corren riesgos ante el avance arrollador de la especulación inmobiliaria que mueve enormes masas de dineros, que bueno sería investigue la AFIP para deslindar suspicacias.
El accionar de todos los gobiernos faldenses de las últimas décadas nos hacen acordar aquella máxima del virreinato...”se acata, pero no se cumple”, puesto que si quienes deben actuar no lo hacen en poco tiempo no nos quedará vestigio de un pasado riquísimo que supimos tener y las futuras generaciones corren el peligro de no poder conocer “ni en figuritas” cómo hemos sido como población.
¿Alguien se animará a ponerse los pantalones largos, ajustarse el cinturón y hacer respetar los bienes patrimoniales? Señores reaccionen antes que sea demasiado tarde y no sea cuestión que pasen a la historia por incumplimiento de sus deberes como vecinos y funcionarios.