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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 22 de marzo de 2012

El Dique La Falda está colmatado en un 53% de su capacidad de embalse

La Cooperativa de Agua ajusta el esquema de gestiones para encarar la posibilidad de desbarrar el dique y asegurar la provisión de agua en la región

El estudio realizado sobre el dique señala que ha perdido poco más de la mitad de su capacidad de embalse por el asentamiento de sedimentación en su fondo, lo que se debe a diferentes causas, entre ellas el no utilizado de los desbarradores, que no se operan desde hace unos 17 años. Proveer una solución, en el pensamiento del profesional consultado y de los cooperativistas, requiere de un trabajo multidisciplinario al que únicamente se puede acceder con el concurso del Estado, nacional, provincial y municipal. De no encararse soluciones, el resto de vida útil del dique puede llegar a los 16 años.

El estudio realizado, en 2010, a solicitud de la Cooperativa de Agua y Servicios Públicos la Falda sobre el dique, concretado por el Instituto Nacional del Agua, arrojó que el embalse ha perdido, por el asentamiento de sedimentos, el 53% de su capacidad de embalse. Tal situación exige que se concrete un proyecto para desbarrarlo y al mismo tiempo encarar un estudio de toda la cuenca que lo alimenta a efectos de encontrar soluciones alternativas. Sobre el particular dialogamos con el Presidente de la Cooperativa, Fabián Capdevila, y el geólogo y especialista en hidrogeología y geotecnia Juan Carlos Romanutti, invitado a participar en el proyecto.
Capdevila, inició la charla manteniendo que “la Cooperativa se encuentra preocupada por esta situación desde hace unos siete años, informando a la comunidad y por supuesto a las autoridades municipales, porque vemos que es una situación que va empeorando año a año y que exige ponernos a trabajar en búsqueda de darle una solución, cuando aún tenemos cierto margen de tiempo. Hay que meterse en el barro y comenzar a resolver la cuestión, por eso además de los estudios que ha hecho realizar la Cooperativa en 2010 y del diagnóstico del Dique La Falda, hemos interesado al especialista Juan Carlos Romanutti, para que con su experiencia y capacidad profesional nos dé una mano con esto, que será la continuidad de nuestros estudios, Juan se ha sumado y se ha interiorizado del proyecto con respecto a este tema y nos parece un paso de relevancia destacar este trabajo conjunto en beneficio de la comunidad. En realidad, por el desarrollo, por el futuro, por la existencia misma de la comunidad, porque sin agua no hay posibilidad alguna de vida”.
Romanutti, por su parte señalo que “ante todo lo que hay que resaltar es que lo que se ha venido haciendo es importante y lo que se requiere es la búsqueda de una solución. Esto demanda mucho tiempo y se lo ha encarado bien; creo que por primera vez vemos un trabajo que se ha desarrollado con planificación y con gente del Instituto Nacional del Agua y un colega local, lo que representa un nivel de excelencia que garantiza un buen punto de partida, en eso no hay dudas. Ahora que lo disponemos parece algo más, pero si nos remontamos al pasado y definimos que hay cosas en la Cooperativa que hace 30 ó 40 años que se vienen discutiendo, es un resultado elogiable. Ahora hay que darle continuidad, porque estamos hablando de agua y de una problemática que se extiende en el tiempo, es decir que va a insumir un lapso prolongado. Estas son soluciones que hay que buscar con calma, sin prisa, pero sin pausa, porque el tema recursos hídricos versus cantidad de población es elemental para el desarrollo de una comunidad. Son recursos vulnerables, tanto las cuencas hídricas, cuanto las corrientes subterráneas, y entonces creo que estamos en el buen camino y hablando con Fabián, agradeciendo la invitación a participar, definía que voy a poner todo el esfuerzo posible, porque toda la gente que está vinculada desde el Estado, tanto en lo nacional como provincial, son conscientes de lo que pasa. Es decir, que vamos a tomar contacto con funcionarios que van a saber, de alguna manera, de lo que se trata y cuál es el problema. El problema de Córdoba es que es una región semiárida y sabemos cual es su problemática, lo que es difícil de encarar, ya sea por cuestiones económicas o, porque no, políticas o de decisiones tomadas, siempre se lo toma como un problema de mediatez aceptable y estamos llegando al punto de que se acabó la mediatez, hay que accionar muy rápido porque la vulnerabilidad se presenta como una parte de la ecuación muy importante. Hay vulnerabilidad manifiesta a corto plazo, que es lo que ocurre en Sierras Chicas y que aparece en la prensa permanentemente. Es decir, que al crearse esta serie de barrios cerrados y semicerrados y haberse convertido en ciudades dormitorios, hay una gran velocidad de construcción y de habitabilidad y esa gente consume agua, lo que significa que el crecimiento que se manifestó en Córdoba, en el Gran Córdoba, comienza a manifestarse en toda la provincia y el Valle de Punilla es un lugar especial, el más importante sobre la Ruta Nac. 38, y requiere más que otros pueblos que pueden ser industriales, por ejemplo”.
En lo referente al estudio realizado, sostuvo que “este estudio de colmatación especifica el nivel de colmatación del Dique La Falda, si bien no me asombró el que esté colmatado, si lo hizo por estarlo en un porcentual del 53%, a ojo pensaba que era un poco menos. O sea, es como si tuviéramos medio embalse, como si en lugar de 15 hectáreas, tuviésemos 7. Es decir, que tenemos la mitad del dique o la mitad de lleno. El problema es duro, y hay que abocarse para definir cómo sigue, porque hay que admitir que se tienen casi 500 millones de litros de colmatación (barros), sedimentación asentada en el fondo y hay que sacarla. Creo que si bien es una tarea dura de abordar, hay que hacerlo por diversos frentes, para ello sirven todos los estudios, por eso este estudio de colmatación es una herramienta básica de preponderancia. Cómo sigue, nos tenemos que abocar a determinar cuáles son los métodos posibles para eliminar ese asentamiento, hay muchos métodos para hacerlo y hay una derivada que es el costo específico de lo ha realizar. Acá es donde también entran en juego el resto de los embalses que conforman la cuenca…y hay que ver la posibilidad de utilizar el descargador de fondo, mejorarlo o modificarlo, el panorama que se abre es amplio, en el caso de algunos embalse se puede producir el recrecimiento, caso San Jerónimo de la Cumbre, aunque no sea el mejor ejemplo. Como decía entonces, el tema no queda en el estudio de nuestro dique, sino que hay que avanzar hacia arriba y abajo del embalse, revisar la cuenca, porque para producir un efecto de modificación que sea atractivo y económicamente viable, sobre todo, hay que ver la cantidad de posibilidades existentes al menor costo posible. Entonces, hay que desbarrarlo, pero si esa variable es onerosa, no tiene por qué cerrarnos las puertas a otro tipo de soluciones…”.
Capdevila agregó que “como lo que dice Juan hay cuestiones de desarrollo y crecimiento poblacional que afectan la disponibilidad del recurso hídrico en si mismo y daba como ejemplo lo que sucede en Sierras Chicas, esa es una variable a considerar, pero también hay que considerar que hay un proceso de cambio climático, desde hace unos años, que maximiza el problema de semiaridez que tenemos en esta parte de la provincia, por eso el régimen de lluvias ya no es el mismo, las épocas son diferentes, lo que unido a los desastres ambientales provocados por los incendios, que los bosques no retienen más como esponjas, que los suelos se impermeabilizan, es todo un cóctel de factores que agravan la situación. En el caso de nuestro dique, los desbarradores se debieran haber utilizado dos o tres veces al año y no hubiésemos tenido problemas problemas de la magnitud de los actuales, pero se operaron hasta hace 17 o 18 años y luego no se lo hizo más. Es un conjunto de temas a revisar: qué pasa aguas abajo, qué pasa con los azudes aguas arriba, están todos colmatados también porque si los azudes retuvieran el sedimento es más fácil limpiar el Balneario San Pablo que el Dique de La Falda…durante el último gobierno municipal el Intendente se negó sistemáticamente a admitir que éste era un problema para nuestra comunidad, aún cuando se lo informamos desde el momento mismo de su asunción; para él era como que había que dejarlo debajo de la alfombra para que no se notara, que estaba ahí, pero que se hicieran cargo otros. Hoy, nosotros sentimos que las actuales autoridades municipales, al mes de asumir tomaron conciencia de la seriedad del tema y nos acompañaron a Buenos Aires a hacer las gestiones ante las autoridades nacionales en la materia, que Juan conoce y está relacionado, que son las que se tienen que participar de esto, porque escapa a las posibilidades de hacerlo con recursos genuinos de La Falda, esto es lo que nos alienta en esta circunstancia, que las autoridades asuman y digan que está pasando y estén dispuestas a involucrarse en la cuestión, porque de ello depende el futuro de la ciudad, su desarrollo y su atractivo turístico…El Dique de La Falda dejó de ser el atractivo que era hace 17, 18, años, dejamos de utilizarlo como balneario, para la práctica del windsurf, para recorrerlo en bote…”.
En lo que refiere al proyecto a encarar, Romanutti asevera que “me hago cargo de lo que digo, podría decir, con toda seguridad, que falta un estudio integral con el cual, en una de esas, se tengan que reacomodar las fuentes de embalsada, es decir, hablando del San Roque, para qué hicieron el dique nuevo si estaba el viejo. Entonces, si se necesita, por qué no hacer un dique nuevo aguas abajo, o dos, porque las condiciones geográficas están dadas, y así tener una mayor capacidad de reserva que provea agua a Córdoba, y entonces, por qué no trasladar el mismo planteo acá, en otra dimensión, más modesta, y preguntarnos si la cuenca de arriba está libre, no, tiene distintos grados de ocupación con represamiento, en ese caso estudiar la posibilidad de hacer una presa más arriba, yo lo encararía, porque la cosa pequeña, a gran escala, significa una población, y quién iba a decir hace diez años que Villa Giardino iba a tener 500 o más pedidos de construcción anuales…Entonces, creo que todo tiene que ser fruto de una buena planificación, de una paciencia razonable, y me parece que nos encontramos en un escalón más arriba en la búsqueda de la solución con este estudio de colmatación del dique. Es de recordar, que en su momento la municipalidad firmó un convenio, fui autor del borrador, con el instituto anterior al actual, donde los profesionales vinieron varias veces, pero nunca llegaron a trabajar mis colegas, esto fue en 1978, hace treinta y pico de años, y deberíamos preguntarnos por qué no seguimos con eso, porque las condiciones estaban dadas, a pesar de que en el instituto no faltan obras de magnitud para hacer, pero el Director mantenía que había tiempo y personal para hacer los estudios, lo cierto es que la oportunidad se perdió por diversas razones y había un equipo de excelencia, el dique estaba en su primeros años de servicio. Entonces, se perdió esa histórica posibilidad de tener un estudio sobre toda la cuenca”.
Sobre el particular, Capdevila definió que “el tema es que hay que empezar a trabajar, no se puede esperar, porque el colmatado avanza, y no tenemos ponderación de ello, porque, por ejemplo, dentro de poco el ciento por ciento del agua que sirva Valle Hermoso va a provenir del dique, lo que significa también una merma del agua disponible para la ciudad. Pero no nos quedemos sólo en La Falda, es la región la que necesita una salida previsible y sustentable en el tiempo, y por lo tanto hace falta este equipo interdisciplinario compuesto de geólogos, ingenieros, biólogos, ambientalistas, contadores, porque la parte económica es crucial, y demás, para arrancar de cero, sin ideas preformadas, porque toda opción requerirá de un análisis pormenorizado hasta que se encuentre la más viable para asegurar el servicio de agua en la región. Lo que tenemos hoy es un diagnóstico, que nos dice que un poco más de la mitad es barro y el resto es agua, es un paso importante, pero sólo es el primer paso, lo que viene y tenemos que conseguir es la participación del Estado en lo que hace a los profesionales a su cargo y el financiamiento de los mismos para la ejecución del proyecto, y en la siguiente etapa el de las obras a concretar”.
Consultados por el resto de vida útil del embalse, apuntaron que “tenemos un dique que está embalsando alrededor de 400 millones de litros de agua, la mitad de su capacidad en relación al momento de su inauguración que era 800 millones, se pude seguir utilizando, en la actualidad el promedio diario, en alta temporada, es de aproximadamente 5 millones de litros de agua tratada en la Planta Potabilizadora de La Falda, si aplicamos una ecuación podemos tener una idea de tiempo medida en días, pero siempre será ponderada porque agua seguirá entrando al embalse y barro también, y esto queda demostrado porque hay ocasiones, ha ocurrido este año, que el embalse está por debajo de la cota y no vuelca por el vertedero, lo que indica que se estuvo sacando más agua de la que entraba por el río. Si se dieran las variables que determina este estudio lo que le resta de vida útil del dique sería de 16,17, años más, hasta que vuelva a convertirse en un río pasando entre montañas de barro”.

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