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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 22 de marzo de 2012

En Defensa del Patrimonio Cultural

Por Alfredo Ferrarassi

El miércoles pasado se llevó a cabo en el tradicional Bar Cayena de Córdoba el inicio de las Tertulias en Defensa del Patrimonio Cultural de Córdoba 2012, donde el interior tiene su espacio.
El citado comercio está en Colón y Pasaje Aguaducho, punto neurálgico del legendario Barrio Alberdi, aquel que fuera declarado por los “muchachos de la Reforma” en 1918 Primer Territorio Libre de Argentina y que durante el Cordobazo, Agustín Tosco, lo denominara Primer Territorio Socialista de América, aunque en realidad quien inició el camino haya sido la isla de Cuba.
Lo cierto es que estábamos acostumbrados a una concurrencia a la que se podría catalogar “selecta” ya que predominaban fundamentalmente especialistas en el tema, solo que en esta oportunidad la sorpresa fue mayúscula, ya que más de un centenar de personas, en su mayoría vecinos y estudiantes de la Escuela Alejandro Carbó se dieron cita para defender su “territorio”, su patria chica, su terruño barrial, ese que el supuesto progreso esta “borrando “ a pasos agigantados con demoliciones absurdas fruto de la especulación inmobiliaria que se expande sobre la provincia sin que nadie se anime a poner las pautas necesarias del caso.
La reunión, bien llamada tertulia, nos permitió poder observar una serie de situaciones que nos han servido para comprender la orfandad que La Falda tiene al respecto y la urgente necesidad que existe por parte de los poderes que componen el estado municipal de reglamentar al respecto en plazos perentorios ya que es demasiado tarde para algunas propiedades representativas del pasado local.
Los temas que se abordaban eran la casona Emiliani, una propiedad conservada de estilo Art Nouveau que hasta hace unos años fuera una galería de arte de prestigio en el interior del país.
El ex Cine-Teatro Colón (La Piojera) que recientemente fuera vendido por la familia Meztzadour a una iglesia evangélica y que desde 1997 es considerado Patrimonio Urbanístico de la Ciudad de Córdoba, el cual corre serio riesgo de destrucción por las actividades programadas en el mismo. También la que fuera la casa del recordado José Ignacio Rodríguez, el Chango, cantor y compositor popular cordobés de nuestro folklore. Sobre estos tópicos se explayó el Lic. Carlos Ighina, quien proyectó entrevistas y un PowerPoint sobre los temas señalados.
El reconocido periodista Francisco “Pancho” Colombo profundizó sobre las viejas acequias comechingonas y españolas del Barrio Quintas de Santa Ana y la Plaza de las Carretas, puntos fundamentales en la historia de Pueblo Alberdi.
Lo destacable es aquello que señaláramos al comienzo, como la amplia participación del barrio y de su centro vecinal, situación que habla a las claras del sentido de pertenencia que los mismos tienen y la conciencia conservadora de aquellos lugares que son representativos de la identidad del enclave geográfico.
A la charla se acercaron personajes del lugar como “Lunita de Alberdi”, o viejas vecinas que contaron historias de la ex Cervecería Córdoba, de la lucha por conservar la antigua chimenea, aún no repuesta, e historias de amor en las que estaban vinculados reconocidos artistas que vivieron en Alberdi, enclave que tuviera por la vida universitaria y su Hospital Nacional de Clínicas una bohemia que hoy es parte de una época añorada de la historia dorada de la ciudad capital.
Este tipo de encuentros sirven no solo para conocer la lucha por la conservación arquitectónica de ese pasado tan rico que tenemos, si no para adentrarnos en la construcción, cuando no están escritas, de las historias que en esos lugares sucedieron, esas “pequeñas” crónicas que al integrarse conforman la Historia General de una provincia como gustaban llamarlas los franceses de la Escuela de los Annales.
El enriquecimiento es doblemente importante, ya que por un lado se preserva ese pedazo material del pasado como es el de la arquitectura con sus casonas distintivas y por otro el saber de esa vida que sucedió dentro de esas paredes que así cobran una dimensión, que debidamente integrada compone una parte de la vida política y social de una ciudad.
Es por esto que cuando se habló de la preservación, de lo que genéricamente se llaman “las casas de la Reforma”, aquellas donde transcurrió la mayor transformación social y revolucionaria del siglo XX en Córdoba, etapa que se complementara con el levantamiento de la “Córdoba Heroica” y que culminará con el Cordobazo, en un ciclo de cincuenta años en el que nuestra provincia marcó los rumbos de aquella impronta que don Jerónimo Luis de Cabrera le impusiera desde el momento mismo de su fundación: el de la desobediencia civil.
Si al espíritu de estas jornadas lo trasladamos a nuestra ciudad, veremos que se impone despertar esa pasión por conservar nuestro pasado patrimonial, el cual desgraciadamente está no solo descuidado, si no que corre el riesgo de desaparecer, por el avance desmedido de la especulación inmobiliaria a la que nadie parece prestarle atención y que será demasiado tarde cuando quienes son los encargados de dictar las normas legales reaccionen ante lo que ya ha sucedido.
Cuando la Sociedad Anónima Edén decide vender el loteo de su parte, hoy céntrica, se edifican sobre la Avenida Central (hoy Avenida Sarmiento) una serie de edificios que conformaban lo que debería ser el centro cívico de la futura ciudad. Así se construyen tres casas que cambian la fisonomía a un descampado que va adquiriendo un perfil que en el tiempo no prosperaría.
Esas casas son las existentes en la hoy Sarmiento y San Lorenzo, la de Sarmiento y Rivadavia y la de Sarmiento y Mariano Moreno. También señalar el hermoso e imponente chalet en piedra que se erigiera frente a la primera de ellas que serviría para albergar al Correo y hoy a una cochería. Era entonces una urbanización más acorde a lo que estamos acostumbrados a ver, una calle central con una plaza imponente y frente a esta una Iglesia, si a ello le sumamos la casa donada para la policía a media cuadra del eje neurálgico, nos daremos cuenta de un proyecto serio de ciudad turística, el cual no prosperó dado que la Avenida Edén fue la que terminó imponiéndose comercialmente y algunas que tuvieron su momento de “esplendor” como la 9 de Julio y 25 de Mayo languidecen desde hace un tiempo considerable.
En La Falda por desconocimiento y desidia oficial el “progreso” está haciendo estragos, situación no achacable exclusivamente a esta gestión sino que fue ampliamente apoyada en la anterior y que de no ponerse límites urgentes a esta fiebre especulativa en poco tiempo no tendremos referentes de nuestra historia.
Nuestros ediles tendrían que haber convocado a los historiadores, a la Junta, a urbanistas a elaborar un listado de edificaciones que se deben conservar y sobre las que no pueden hacerse modificaciones, ni externas ni internas, ya que de no existir estas restricciones en poco tiempo tendremos solo cascaras de las edificaciones.
Concretamente de haber existido esto no se podrían concretar las modificaciones que se están realizando en el edificio del CEM (Sarmiento y Moreno) ya que se pierde parte de nuestro pasado en manos de un supuesto progreso.
En la tertulia se habló de un término con el cual no estamos de acuerdo personalmente, ya que el problema es más serio y profundo. Allí se manifestó que el “desarrollismo salvaje” era el causante de la destrucción del patrimonio, sin embargo el verdadero culpable es el capitalismo salvaje que este modelo nacional impone, escudándose en su supuesto progresismo, el cual no es tal ni por asomo, sino un darwinismo social que arrasa con el pasado, con las conquistas sociales históricas, en definitiva, con todo aquello que diera identidad a la Argentina del siglo XX.
Estamos en una encrucijada histórica, ya que si en nuestro caso particular, no hacemos un listado de aquellas propiedades que merecen ser conservadas y no se lucha por restaurar aquellas que están en peligro, en poco tiempo todo será un triste recuerdo de lo que no supimos cuidar.
Para ello es necesario que el Concejo Deliberante conforme una Comisión Ad-hoc e invite a aquellos comprometidos con el caso para que se elabore ese listado inmodificable, salvo para ampliarlo y que la Junta pueda pedir la puesta en valor, tal cual lo dicta la Carta Orgánica Municipal, de los edificios que están en riesgo.
Si no paramos esto en poco tiempo tendremos, en el hasta ahora único Monumento Histórico Municipal, el Edén Hotel, un nuevo Pekos, ya que la tendencia así lo está marcando y el hotel será una cascara como lo es la ex Escuela Olmos, hoy un shopping que arrasó con el pasado cultural de Córdoba.
¿Eso es lo que queremos y pretendemos para La Falda? Porque de ser así…”el último que apague la luz”

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