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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 26 de abril de 2012

Antiguas y renovadas resiliencias: rememorando aquel “nulo de nulidad absoluta”

Transcurría el tormentoso año 1963. Yo iniciaba mi trabajo como médico recién recibido en La Falda, sin despojarme de todas las experiencias vividas como estudiante- practicante y al mes siguiente de mi arribo el nuevo Presidente Constitucional Arturo Humberto Illia declaraba: “nulo de nulidad absoluta, por vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la Nación los contratos relativos a la explotación y exploración de petróleo suscriptos por YPF en el período entre el primero de mayo de 1958 y el 12 de octubre de 1963…”. Volvían en ese momento a mi memoria las manifestaciones estudiantiles y populares de los años 57 y 58, donde enfrentábamos en las calles lo que considerábamos las traiciones al programa electoral de Arturo Frondizi, aquel que había escrito “Petróleo y Política” donde denunciaba a las poderosas compañías petroleras y su influencia negativa para los países periféricos. Perdíamos batallas y empezábamos a procurar entender la abrumadora telaraña de intereses que se movían en torno a las energías hidrocarburíferas. Illia asumía un rol patriótico en un momento más que conflictivo ya que las secuelas del golpe de estado del 55 perduraban y el peronismo estaba excluido de la vida democrática. No obstante amplios sectores apoyaron y celebraron la medida reivindicativa que tuvo sus serias amenazas externas “El Herald Tribune de Nueva York dice que la anulación de los contratos petroleros tendrá grave derivación en el Senado de la unión y una vez más el concepto de Alianza para el Progreso se verá en peligro”(1). También tuvo sus detractores internos especialmente en los medios, pero Illia confesaba “habrá advertido que es más fácil pelear en la guerra frontal. Ahora advertimos cuan difícil es combatir en la lucha subterránea y solapada que se ha desatado contra nosotros”.(1) La resiliencia entendida como la capacidad humana de sobrellevar grandes desafíos, incluso caer bajo el peso de los mismos y luego recuperarse para desarrollar una actividad emocional social positiva fue pensada inicialmente como algo individual pero luego pasó también a entenderse como un bien social. Especialmente se la considera como una expresión de salud mental. El apoyo popular de ayer a la actitud valiente de Illia se puede entender desde esa perspectiva resiliente que luego concluye con otro golpe de estado, donde los poderosos intereses petroleros confluyen con los de la Industria Farmacéutica, disconforme con la Ley Oñativia y los planes de una derecha cavernícola que dio origen a la etapa Onganía de nuestra historia. Abril del 2012, de nuevo YPF esta en el centro de la escena y una amplia mayoría del pueblo apoya su recuperación para lo que podemos denominar “poder nacional”. Hasta firmes detractores del gobierno y del modelo K apoyan la medida y considero que en el fondo es por el renacer de esa resiliencia ante el avasallamiento “legal” de la era menemista. No son pocas las advertencias de sanciones, ya no del poderoso Imperio, como en la época de Illia, ahora son desde un económicamente debilitado Reino de España, que aplica severas medidas de ajuste a su pueblo mientras “su soberano” ofende a la vida, matando elefantes. Lo pensarán 2 veces, considerando que sus compañías se llevan u$s 26.000.000.000 en remesas de utilidades. La resiliencia incluye un componente esperanzador, una dosis de humor, de capacidad de anticipación y especialmente un activo juicio crítico. Las contradicciones en estos últimos 20 años han sido gigantescas y cuesta ubicar a los actores en roles bien definidos. Las observaciones críticas respecto a la política energética actual no son pocas ni carentes de valor, ni credibilidad. Lo de Macri es entendible en su papel de opción electoral a este gobierno y expresa la opinión de un sector sumamente poderoso que no se puede menospreciar, si recordamos lo del 63. Y hablando de Macri y de nuestras pequeñas resiliencias locales, la recuperación de las piezas arqueológicas robadas al museo Ambato por parte de INTERPOL, nos alienta a ser más vigilantes de nuestros bienes culturales. El hecho de quien las usurpaba Mateo Goretti, ex presidente y actual vocal de la Fundación Pensar, que hoy encabeza el jefe de gobierno de la CABA, puede ser casual, pero evidentemente como especialista en el tema, no podía desconocer el dudoso origen de las mismas. Queda por saber que ruta siguieron las mismas desde su sustracción y que los responsables por acción u omisión conozcan las consecuencias de ese delito. La Falda vive una época de transición económica, social, política y cultural. No son pocas las expresiones vitales de lucha por sobrellevar problemas de todo tipo y de redes de apoyo que se instalan con o sin participación gubernamental. En los primeros pasos de CIPLA Hogar-Comunidad Protegida, surgieron iniciativas de apuntalamiento de familias que no la están pasando bien. Si como se nos informa, los delitos contra la propiedad están siendo reemplazados como primera causa de denuncia por las agresiones intrafamiliares, la solución no pasa solo por más seguridad en las calles, algo que indudablemente necesitamos, sino por más redes de apoyo y tareas específicas que ya se están proponiendo. La creatividad popular tiene múltiples formas en busca de sus resiliencias. Un buen ejemplo nos lo da Julio Monsalvo, pediatra que ejercía en Cosquín y de la cual tuvo que huir en los años 70. Es el creador de un movimiento Alegrémico, 2) donde se lucha por recuperar el sentido de pertenencia y de solidaridad aún en condiciones de gran precariedad, como la que padecen los pueblos originales de nuestro país. Es hora de que la resiliencia “alegrémica” faldense se ponga en marcha y ayudemos a que cada familia sea un lugar de cuidado, protección y convivencia afectuosa y no un campo de batalla, donde niños, mujeres y discapacitados son los más vulnerables. El estado y sus políticas de inclusión y acceso a derechos sociales básicos, incluyendo justicia, no pueden estar ausentes en estas circunstancias. Benjamín Malamud 1) Arturo Illia y la anulación de los contratos petroleros (Como informó a la opinión pública el diario El Día de La Plata) Prof. César Arrondo UNLP. 2 "Alta Alegremia"

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