Impresiones: lo que se vivió y lo que viene.
Qué modelo, qué paradigma de gestión municipal termina y qué posibilidades reales de un cambio auspicioso para los vecinos deseo o deseamos, si me hago carne de las expectativas de quienes acompañamos en el período que concluye a nuestro concejal por el Frente Cívico y la coalición de Todos y Para Todos,
Lógicamente que asumo un enfoque parcial, sesgado por el alcance de los temas que habitualmente abordo, por mi formación humana, profesional e ideológica.
Primero debo decir que me siento orgulloso del rol jugado en el CD por nuestro representante Claudio Stevenot y en gran medida por el bloque “opositor” y especialmente por la actitud de Claudio de no aceptar la sugerencia del actual intendente de sumar su voto para re- reglamentar el funcionamiento del CD y entorpecer la gestión de la nueva administración.
Lo que no justificaría que con el pretexto de “construir poder” no se lo modifique al iniciarse el nuevo período. Creo que tanto como la construcción del poder está la necesidad de “construir coherencia” con los principios que sustentamos, como honestidad y credibilidad.
Siento un profundo orgullo por la valiente y solitaria lucha de la tribuna N. Piaggio, que honró su cargo denunciando permanentemente el uso de recursos municipales, de todos los vecinos, en gastos erogados sin justificaciones válidas, usando los artilugios legales, para eludir el verdadero fin de los mismos.
Creo que un premio a su tesón, sería dar a publicidad las observaciones realizadas en todo su desempeño como un modelo de “lo que no se debe hacer” en la administración de los recursos del pueblo.
Como hombre de la salud, desearía que la deuda en participación, comenzara a saldarse con lo 2 pilares del bienestar y progreso de la sociedad: salud y educación.
Un Consejo de Educación, sin la participación activa de toda la comunidad educativa es solo una caricatura de lo que debería ser. Reformar urgentemente su composición y posibilitar que surjan iniciativas superadoras de las actuales falencias.
Una que me preocupa especialmente es la del elevado índice de masa corporal (obesidad-sobrepeso) de gran parte de los niños y niñas de La Falda y su estrecha relación con el sedentarismo.
Aportar a las escuelas públicas docentes en E. Física, para que ningún establecimiento tenga menos de 3 clases semanales sería un logro destacable. Organizar con los recursos disponibles un programa de Salud Escolar y un equipo de Apoyo Psico, Fono Pedagógico cubriría una apremiante necesidad.
Considero que la Dra G. Gomeñuca tiene valiosos antecedentes en el quehacer de la Salud Pública. Recrear programas preventivos de Lesiones, Violencias, Adicciones, Embarazos no deseados y riesgosos, etc, requerirá su tiempo, pero cuanto antes se inicien los primeros pasos para que La Falda sea realmente una Ciudad Segura y Saludable, mucho mejor.
Tendrá que solicitar toda la ayuda necesaria a los responsables de Salud nacionales, provinciales y a los municipios próximos, para que el Hospital de La Falda, municipalizado salvajemente hace 16 años, sea reconocido como un centro de referencia zonal dentro de una red provincial. Eso incluye terminar con formas de relación laboral semi esclavistas y sin posibilidades de una estabilidad, previo los concursos que establece la COM, que permita asumir desafíos y responsabilidades.
Para que el pueblo no sea ajeno al desarrollo de un programa eficiente, la convocatoria a una Asamblea Municipal de la Salud, que no excluya a ningún proveedor ni usuario del sistema sería un paso trascendente.
Finalmente adjunto la preocupación ya adelantada al Sr Intendente electo. Y es de que seguramente con el ahorro de recursos que hasta ahora se desviaban en gastos de dudosa utilidad, se posibilitará implementar un programa de viviendas para familias jóvenes y de reparación y reconstrucción de las precarias. El hacinamiento y las malas condiciones edilicias son causa de muchos de los problemas bio psico sociales que padecemos. Hace muchos años que no se construyen viviendas “sociales” en una ciudad donde ha crecido y sigue creciendo la edificación de los sectores más privilegiados de la sociedad, acentuando inequidades, que tarde o temprano desencadenan conflictos.
Es una breve reflexión, sesgada, pero que no podía dejar de hacérsela llegar a los lectores de ECOS de Punilla.
Benjamín Malamud
Lógicamente que asumo un enfoque parcial, sesgado por el alcance de los temas que habitualmente abordo, por mi formación humana, profesional e ideológica.
Primero debo decir que me siento orgulloso del rol jugado en el CD por nuestro representante Claudio Stevenot y en gran medida por el bloque “opositor” y especialmente por la actitud de Claudio de no aceptar la sugerencia del actual intendente de sumar su voto para re- reglamentar el funcionamiento del CD y entorpecer la gestión de la nueva administración.
Lo que no justificaría que con el pretexto de “construir poder” no se lo modifique al iniciarse el nuevo período. Creo que tanto como la construcción del poder está la necesidad de “construir coherencia” con los principios que sustentamos, como honestidad y credibilidad.
Siento un profundo orgullo por la valiente y solitaria lucha de la tribuna N. Piaggio, que honró su cargo denunciando permanentemente el uso de recursos municipales, de todos los vecinos, en gastos erogados sin justificaciones válidas, usando los artilugios legales, para eludir el verdadero fin de los mismos.
Creo que un premio a su tesón, sería dar a publicidad las observaciones realizadas en todo su desempeño como un modelo de “lo que no se debe hacer” en la administración de los recursos del pueblo.
Como hombre de la salud, desearía que la deuda en participación, comenzara a saldarse con lo 2 pilares del bienestar y progreso de la sociedad: salud y educación.
Un Consejo de Educación, sin la participación activa de toda la comunidad educativa es solo una caricatura de lo que debería ser. Reformar urgentemente su composición y posibilitar que surjan iniciativas superadoras de las actuales falencias.
Una que me preocupa especialmente es la del elevado índice de masa corporal (obesidad-sobrepeso) de gran parte de los niños y niñas de La Falda y su estrecha relación con el sedentarismo.
Aportar a las escuelas públicas docentes en E. Física, para que ningún establecimiento tenga menos de 3 clases semanales sería un logro destacable. Organizar con los recursos disponibles un programa de Salud Escolar y un equipo de Apoyo Psico, Fono Pedagógico cubriría una apremiante necesidad.
Considero que la Dra G. Gomeñuca tiene valiosos antecedentes en el quehacer de la Salud Pública. Recrear programas preventivos de Lesiones, Violencias, Adicciones, Embarazos no deseados y riesgosos, etc, requerirá su tiempo, pero cuanto antes se inicien los primeros pasos para que La Falda sea realmente una Ciudad Segura y Saludable, mucho mejor.
Tendrá que solicitar toda la ayuda necesaria a los responsables de Salud nacionales, provinciales y a los municipios próximos, para que el Hospital de La Falda, municipalizado salvajemente hace 16 años, sea reconocido como un centro de referencia zonal dentro de una red provincial. Eso incluye terminar con formas de relación laboral semi esclavistas y sin posibilidades de una estabilidad, previo los concursos que establece la COM, que permita asumir desafíos y responsabilidades.
Para que el pueblo no sea ajeno al desarrollo de un programa eficiente, la convocatoria a una Asamblea Municipal de la Salud, que no excluya a ningún proveedor ni usuario del sistema sería un paso trascendente.
Finalmente adjunto la preocupación ya adelantada al Sr Intendente electo. Y es de que seguramente con el ahorro de recursos que hasta ahora se desviaban en gastos de dudosa utilidad, se posibilitará implementar un programa de viviendas para familias jóvenes y de reparación y reconstrucción de las precarias. El hacinamiento y las malas condiciones edilicias son causa de muchos de los problemas bio psico sociales que padecemos. Hace muchos años que no se construyen viviendas “sociales” en una ciudad donde ha crecido y sigue creciendo la edificación de los sectores más privilegiados de la sociedad, acentuando inequidades, que tarde o temprano desencadenan conflictos.
Es una breve reflexión, sesgada, pero que no podía dejar de hacérsela llegar a los lectores de ECOS de Punilla.
Benjamín Malamud
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