Agost y Kessler mostraron diferencias en el análisis de las gestiones realizadas en procura de la rescisión del contrato por la obra de gas
Mientras el Concejal Agost se muestra optimista y observa avances, su par Luis Kessler analiza que la UTE no manifiesta intención alguna de ceder a sus pretensiones y que ello traba todo intento de negociación. El edil Radical decidió no seguir formando parte de la comisión de rescisión.
La última sesión del Concejo Deliberante faldense estuvo dirigida a escuchar los informes de las comisiones creadas con el objetivo de buscar la rescisión del contrato que une a la Municipalidad con la UTE que inició la obra de gas, la que se encuentra paralizada, y la posible continuidad de la misma a través de otras alternativas.
La comisión de evaluación de la rescisión del contrato expuso a través de los concejales Pedro Agost y Luis Kessler, en su carácter de abogados y por ende de mayor experiencia en la materia. Esta comisión debía reunirse con el representante legal de la UTE Héctor Petroch, con el intendente Marcos Sestopal y con la Cooperativa de Agua, como tercero interesado por su relación de subcontratista con la UTE.
Agost, en un escueto mensaje, mantuvo que “las partes están de acuerdo en firmar un convenio de rescisión del contrato, que la empresa manifiesta en tal caso la intención de cobrar los gastos que se produjeron en el momento de la aprobación de la obra y que corresponden al sector no ejecutado, que la cooperativa de Agua pretende resarcimiento por parte de la empresa por el convenio oportunamente firmado y para el supuesto de rescisión que le correspondería un 20% de lo que la misma perciba como resarcimiento - un problema a resolver entre las mismas - que la cooperativa tiene la intención de continuar con la obra en el caso de que la empresa le ceda sus derechos y el Ejecutivo la autorizará a ello”.
Por su parte Kessler sostuvo que “Petroch, en la primera reunión nos comunica que existía la voluntad de la empresa a rescindir y la petición del resarcimiento, incluyendo el cobro a los deudores morosos. En ese dialogo hicimos presente que para acordar había que ceder en parte de las exigencias de cada uno, manifestó que iba a comunicar la situación a la empresa y que todo era negociable, que era factible una negociación, que entendía que si la municipalidad continuaba la obra por administración los costos se reducirían en un 40%, después de esa charla fue cuando informe de que tenia un cauteloso optimismo.
Con posterioridad dialogamos con la cooperativa, ahí consideran que tienen derecho a una indemnización por parte de la empresa, pero dijeron que si la obra se continuaba podía establecerse un acuerdo, todo indicaba que podíamos cerrar una negociación favorable.
Pedimos una nueva reunión con Petroch para avanzar en la negociación en temas más concretos, como no teníamos capacidad de decisión le propusimos que llevará a consideración la siguiente oferta, que la municipalidad se hacia cargo de la deuda de la cooperativa que se estimaba en 250 mil pesos, que la municipalidad tomaba a su cargo la cartera de deudores, lo que significa que la deuda de los aproximados 170 deudores que existen quedaba a cargo del municipio, pagándola en cuotas a la empresa, y le pedíamos en contraposición que hiciera una quita a los recargos sobre deuda en mora de un 30% anual a partir de abril de 2007, cuando ni siquiera existía la mora a ese momento y el incremento del monto era alto, y lo demás se podía resolver, eran condiciones por demás favorables. Aparentemente se fue satisfecho porque habrá evaluado que se eliminaban los problemas de una cartera de deudores difíciles de cobrar, dejar la obra que no les interesa para nada, estoy convencido de que la empresa no va a continuarla, pero a los dos días me llama Pedro (Agost) que le había llamado Petroch para decirle que no estaban dispuestos a hacer ningún tipo de acuerdo. Entonces la posición de la empresa es, vamos hacer un acuerdo, ustedes me deben un millón de pesos y quiero cobrar un millón de pesos, eso no es un acuerdo, no están dispuestos a ceder nada, con lo cual debo decir que entendió que la gestión nuestra no ha tenido resultado positivo. Por supuesto que hemos hecho lo posible dentro de lo que podíamos hacer, incluso aventurando alguna propuesta que después podría haber sido rechazada. Creo que Petroch puso voluntad, pero la empresa está cerrada a la negociación, incluyo a la familia Ortiz que se muestra desinteresada por todos los problemas que ha tenido, creo que la otra empresa es la absoluta responsable de lo que está pasando.
Permítanme hacer una análisis, como digo la empresa no va a seguir la obra, no quiere hacerlo, entonces habría que ver quién es el responsable de está rescisión, la empresa dice que la municipalidad porque no emitió los cedulones, pero había un proceso de mediación en curso, por lo cual el municipio no podía emitir las obligaciones de pago, lo que se me ocurre es que la municipalidad debe tomar una actitud diferente para con la empresa, hasta ahora se ha mostrado una excelente relación, hay que terminar con este romance, me parece que debe enfrentar a la empresa y hacer valer sus derechos. Por eso digo, no aceptar que la municipalidad es la única responsable de la rescisión, tácitamente la suspensión de la obra ha sido acordada, no se debe al hecho de no haber emitido los cedulones, porque si fuera por eso la empresa hubiese intimado al municipio, no lo hizo, por lo tanto la municipalidad no está en mora…así que creo que la municipalidad esta en condiciones de intimar solicitándole si está decidida a continuar con la obra y emitiendo los cedulones a valor histórico, porque, reitero, si no se ha producido la mora no existiría la posibilidad de reclamar el 30% anual de honorarios moratorios. ¿Qué es lo que me preocupa? La actitud de la municipalidad, porque si la municipalidad se auto incrimina, si acepta la responsabilidad por la rescisión, me parece que cometería un gravísimo error, la municipalidad no es culpable, en todo caso lo serán los funcionarios. En este caso si la rescisión se produce por no haberse cumplido lo especificado en el contrato, tenemos que pensar que quienes no cumplieron fueron el Intendente y los demás funcionarios responsables, y ellos deben responder personal y patrimonialmente por los perjuicios que ocasiona la rescisión de la obra…”
La posición de Kessler llevó a la aclaración de Agost, él que manifestó que “Petroch mantuvo que la quita, hoy, era imposible de manejarla con la UTE, porque dicen es un anclaje financiero que dificulta ver cómo se acomoda. Lo que si podemos adelantar es que la certificación de la deuda puede hacerse en mayor amplitud de plazo como para que la gente pueda pagar y estarían dispuestos a evaluar los casos de imposibilidad de pago para ver la posibilidad de condonación. Por otro lado hay una intención de no ejecutar, no llevar adelante ningún tipo de ejecución. En cuanto a los intereses, preguntado por Luis (Kessler), dijo que era del 2,5% mensual de acuerdo a tasa de Justicia, de ahí el 30% anual que él manifiesta, no es el interés financiero por una parte y por otra se habló de reducirlos porque había precedente judicial del Superior Tribunal de Justicia que los achicaba y Petroch sostuvo que no habría que hablar de intereses de este nivel… Disiento en que no haya sido positiva la gestión, porque si bien no está escrito, confió en lo hablado en cuanto a ampliar los plazos de pago y morigerar los intereses por cargos por mora, representan un gran avance…por otra parte, Petroch adelantó que habría disposición para transferirle la obra a la Cooperativa, y en ese caso no habría que pagarle nada…insisto, creo que hay que terminar con la empresa, que se va, que se queda, hay que tratar de rescindir el contrato en las mejores condiciones posibles, sin que afecte al municipio y por ende a los vecinos…”
La respuesta resumida de Kessler a esa apreciación fue que “no comparto la interpretación, sino se puede hablar de los intereses que es lo que pedimos reducir, no hay posibilidad de avanzar, porque aplicando un 2,5% mensual, a dos años y medio estaríamos hablando de 75% de incremento de la deuda…”
El edil Rudolf Lescano, ante las diferentes posturas, sugirió que “habría que no cerrar las negociaciones y ver la posibilidad de mejorar las condiciones rescisión”.
Finalmente Kessler anunció que “no voy a volver a dialogar, para mi la municipalidad debe ponerse firme y exigir sus derechos, la rescisión se va a hacer lo mismo y es de esperar que se de en las mejores condiciones”.
De esta manera esa comisión queda con un integrante menos, el único que representaba a la oposición.
Cabe consignar, que la comisión dedicada a conocer costos de obras similares solicitó más tiempo para elevar su informe en razón de que los informes solicitados a los municipios de Jesús María y San Francisco aún no habían llegado y que eran necesarios para la confección de un cuadro comparativo. Se le acordó 10 días más.
Recuadro
El problema son las relaciones carnales
El involucrarse en una cuestión de difícil solución suele traer aparejado problemas para los mediadores y esta no parece ser la excepción, más aún porque está inscripta en una decisión política donde la participación puede provocar un rédito.
Precisamente, está puede ser una de las causas que generen las diferencias entre los análisis efectuados por los Concejales Luis Kessler y Pedro Agost, a lo que hay que agregar que siguiendo sus experiencias e improntas uno como ex Juez siempre estará más cercano a la sentencia y el otro como abogado será más proclive a la negociación.
Pero lo cierto, es que seguimos escuchando más de lo mismo. Es decir, para cualquier seguidor de la información en torno a este debate es sabido y conocido, desde hace más de un año, que la empresa no tiene interés en continuar con la obra. De una, entonces, que la rescisión del contrato es un hecho. El tema se resolvería según quién toma la iniciativa y quién gana posiciones en su favor. El problema para la empresa y para el municipio es que no han tenido un romance como dice Kessler, sino que las relaciones carnales han sido tan profundas e intimas que no admiten discusión pública, porque todo lo acaecido ha sido de común acuerdo, por tanto el juego entre las partes es ver hasta cuándo y cómo obtienen el máximo de recaudación de los vecinos que aparecen como morosos. Mientras tanto se urden algunas gestiones para ver si se logran los dineros que en algún momento, hace largo tiempo ya, comprometió la nación y que sería la salida perfecta para ambas partes, o en el caso que no lleguen, ver como zafan de la situación entregando los derechos a otra empresa, desistiendo de la continuidad en un gesto de generosidad hacia la ciudad y el municipio, o de última dándole esos derechos a la Cooperativa en un reconocimiento a la tarea desarrollada cuando ni autoridades municipales ni empresa habían descubierto el rédito que significaba una obra de tamaña magnitud y necesidad.
Lo único nuevo que se ha conseguido, hasta el momento, es tener una ponderación de lo que pretende la UTE constructora de la obra, que sumando la deuda histórica a favor de la empresa que alcanzaría a alrededor de los 500.000 pesos, más el resarcimiento o indemnización por gastos previos a la aprobación que evalúan en 140.000 pesos, más los intereses estimados rondaría una cifra final cercana al millón de pesos.
Demasiado premio para un fracaso que es responsabilidad mutua, insisto, de las autoridades municipales y de la UTE constructora.
Sin embargo, ambas siguen teniendo el manejo de la situación, mientras los vecinos sufren el encontrarse injustamente endeudados o carecientes de un servicio que consideran esencial.
N.H.
La última sesión del Concejo Deliberante faldense estuvo dirigida a escuchar los informes de las comisiones creadas con el objetivo de buscar la rescisión del contrato que une a la Municipalidad con la UTE que inició la obra de gas, la que se encuentra paralizada, y la posible continuidad de la misma a través de otras alternativas.
La comisión de evaluación de la rescisión del contrato expuso a través de los concejales Pedro Agost y Luis Kessler, en su carácter de abogados y por ende de mayor experiencia en la materia. Esta comisión debía reunirse con el representante legal de la UTE Héctor Petroch, con el intendente Marcos Sestopal y con la Cooperativa de Agua, como tercero interesado por su relación de subcontratista con la UTE.
Agost, en un escueto mensaje, mantuvo que “las partes están de acuerdo en firmar un convenio de rescisión del contrato, que la empresa manifiesta en tal caso la intención de cobrar los gastos que se produjeron en el momento de la aprobación de la obra y que corresponden al sector no ejecutado, que la cooperativa de Agua pretende resarcimiento por parte de la empresa por el convenio oportunamente firmado y para el supuesto de rescisión que le correspondería un 20% de lo que la misma perciba como resarcimiento - un problema a resolver entre las mismas - que la cooperativa tiene la intención de continuar con la obra en el caso de que la empresa le ceda sus derechos y el Ejecutivo la autorizará a ello”.
Por su parte Kessler sostuvo que “Petroch, en la primera reunión nos comunica que existía la voluntad de la empresa a rescindir y la petición del resarcimiento, incluyendo el cobro a los deudores morosos. En ese dialogo hicimos presente que para acordar había que ceder en parte de las exigencias de cada uno, manifestó que iba a comunicar la situación a la empresa y que todo era negociable, que era factible una negociación, que entendía que si la municipalidad continuaba la obra por administración los costos se reducirían en un 40%, después de esa charla fue cuando informe de que tenia un cauteloso optimismo.
Con posterioridad dialogamos con la cooperativa, ahí consideran que tienen derecho a una indemnización por parte de la empresa, pero dijeron que si la obra se continuaba podía establecerse un acuerdo, todo indicaba que podíamos cerrar una negociación favorable.
Pedimos una nueva reunión con Petroch para avanzar en la negociación en temas más concretos, como no teníamos capacidad de decisión le propusimos que llevará a consideración la siguiente oferta, que la municipalidad se hacia cargo de la deuda de la cooperativa que se estimaba en 250 mil pesos, que la municipalidad tomaba a su cargo la cartera de deudores, lo que significa que la deuda de los aproximados 170 deudores que existen quedaba a cargo del municipio, pagándola en cuotas a la empresa, y le pedíamos en contraposición que hiciera una quita a los recargos sobre deuda en mora de un 30% anual a partir de abril de 2007, cuando ni siquiera existía la mora a ese momento y el incremento del monto era alto, y lo demás se podía resolver, eran condiciones por demás favorables. Aparentemente se fue satisfecho porque habrá evaluado que se eliminaban los problemas de una cartera de deudores difíciles de cobrar, dejar la obra que no les interesa para nada, estoy convencido de que la empresa no va a continuarla, pero a los dos días me llama Pedro (Agost) que le había llamado Petroch para decirle que no estaban dispuestos a hacer ningún tipo de acuerdo. Entonces la posición de la empresa es, vamos hacer un acuerdo, ustedes me deben un millón de pesos y quiero cobrar un millón de pesos, eso no es un acuerdo, no están dispuestos a ceder nada, con lo cual debo decir que entendió que la gestión nuestra no ha tenido resultado positivo. Por supuesto que hemos hecho lo posible dentro de lo que podíamos hacer, incluso aventurando alguna propuesta que después podría haber sido rechazada. Creo que Petroch puso voluntad, pero la empresa está cerrada a la negociación, incluyo a la familia Ortiz que se muestra desinteresada por todos los problemas que ha tenido, creo que la otra empresa es la absoluta responsable de lo que está pasando.
Permítanme hacer una análisis, como digo la empresa no va a seguir la obra, no quiere hacerlo, entonces habría que ver quién es el responsable de está rescisión, la empresa dice que la municipalidad porque no emitió los cedulones, pero había un proceso de mediación en curso, por lo cual el municipio no podía emitir las obligaciones de pago, lo que se me ocurre es que la municipalidad debe tomar una actitud diferente para con la empresa, hasta ahora se ha mostrado una excelente relación, hay que terminar con este romance, me parece que debe enfrentar a la empresa y hacer valer sus derechos. Por eso digo, no aceptar que la municipalidad es la única responsable de la rescisión, tácitamente la suspensión de la obra ha sido acordada, no se debe al hecho de no haber emitido los cedulones, porque si fuera por eso la empresa hubiese intimado al municipio, no lo hizo, por lo tanto la municipalidad no está en mora…así que creo que la municipalidad esta en condiciones de intimar solicitándole si está decidida a continuar con la obra y emitiendo los cedulones a valor histórico, porque, reitero, si no se ha producido la mora no existiría la posibilidad de reclamar el 30% anual de honorarios moratorios. ¿Qué es lo que me preocupa? La actitud de la municipalidad, porque si la municipalidad se auto incrimina, si acepta la responsabilidad por la rescisión, me parece que cometería un gravísimo error, la municipalidad no es culpable, en todo caso lo serán los funcionarios. En este caso si la rescisión se produce por no haberse cumplido lo especificado en el contrato, tenemos que pensar que quienes no cumplieron fueron el Intendente y los demás funcionarios responsables, y ellos deben responder personal y patrimonialmente por los perjuicios que ocasiona la rescisión de la obra…”
La posición de Kessler llevó a la aclaración de Agost, él que manifestó que “Petroch mantuvo que la quita, hoy, era imposible de manejarla con la UTE, porque dicen es un anclaje financiero que dificulta ver cómo se acomoda. Lo que si podemos adelantar es que la certificación de la deuda puede hacerse en mayor amplitud de plazo como para que la gente pueda pagar y estarían dispuestos a evaluar los casos de imposibilidad de pago para ver la posibilidad de condonación. Por otro lado hay una intención de no ejecutar, no llevar adelante ningún tipo de ejecución. En cuanto a los intereses, preguntado por Luis (Kessler), dijo que era del 2,5% mensual de acuerdo a tasa de Justicia, de ahí el 30% anual que él manifiesta, no es el interés financiero por una parte y por otra se habló de reducirlos porque había precedente judicial del Superior Tribunal de Justicia que los achicaba y Petroch sostuvo que no habría que hablar de intereses de este nivel… Disiento en que no haya sido positiva la gestión, porque si bien no está escrito, confió en lo hablado en cuanto a ampliar los plazos de pago y morigerar los intereses por cargos por mora, representan un gran avance…por otra parte, Petroch adelantó que habría disposición para transferirle la obra a la Cooperativa, y en ese caso no habría que pagarle nada…insisto, creo que hay que terminar con la empresa, que se va, que se queda, hay que tratar de rescindir el contrato en las mejores condiciones posibles, sin que afecte al municipio y por ende a los vecinos…”
La respuesta resumida de Kessler a esa apreciación fue que “no comparto la interpretación, sino se puede hablar de los intereses que es lo que pedimos reducir, no hay posibilidad de avanzar, porque aplicando un 2,5% mensual, a dos años y medio estaríamos hablando de 75% de incremento de la deuda…”
El edil Rudolf Lescano, ante las diferentes posturas, sugirió que “habría que no cerrar las negociaciones y ver la posibilidad de mejorar las condiciones rescisión”.
Finalmente Kessler anunció que “no voy a volver a dialogar, para mi la municipalidad debe ponerse firme y exigir sus derechos, la rescisión se va a hacer lo mismo y es de esperar que se de en las mejores condiciones”.
De esta manera esa comisión queda con un integrante menos, el único que representaba a la oposición.
Cabe consignar, que la comisión dedicada a conocer costos de obras similares solicitó más tiempo para elevar su informe en razón de que los informes solicitados a los municipios de Jesús María y San Francisco aún no habían llegado y que eran necesarios para la confección de un cuadro comparativo. Se le acordó 10 días más.
Recuadro
El problema son las relaciones carnales
El involucrarse en una cuestión de difícil solución suele traer aparejado problemas para los mediadores y esta no parece ser la excepción, más aún porque está inscripta en una decisión política donde la participación puede provocar un rédito.
Precisamente, está puede ser una de las causas que generen las diferencias entre los análisis efectuados por los Concejales Luis Kessler y Pedro Agost, a lo que hay que agregar que siguiendo sus experiencias e improntas uno como ex Juez siempre estará más cercano a la sentencia y el otro como abogado será más proclive a la negociación.
Pero lo cierto, es que seguimos escuchando más de lo mismo. Es decir, para cualquier seguidor de la información en torno a este debate es sabido y conocido, desde hace más de un año, que la empresa no tiene interés en continuar con la obra. De una, entonces, que la rescisión del contrato es un hecho. El tema se resolvería según quién toma la iniciativa y quién gana posiciones en su favor. El problema para la empresa y para el municipio es que no han tenido un romance como dice Kessler, sino que las relaciones carnales han sido tan profundas e intimas que no admiten discusión pública, porque todo lo acaecido ha sido de común acuerdo, por tanto el juego entre las partes es ver hasta cuándo y cómo obtienen el máximo de recaudación de los vecinos que aparecen como morosos. Mientras tanto se urden algunas gestiones para ver si se logran los dineros que en algún momento, hace largo tiempo ya, comprometió la nación y que sería la salida perfecta para ambas partes, o en el caso que no lleguen, ver como zafan de la situación entregando los derechos a otra empresa, desistiendo de la continuidad en un gesto de generosidad hacia la ciudad y el municipio, o de última dándole esos derechos a la Cooperativa en un reconocimiento a la tarea desarrollada cuando ni autoridades municipales ni empresa habían descubierto el rédito que significaba una obra de tamaña magnitud y necesidad.
Lo único nuevo que se ha conseguido, hasta el momento, es tener una ponderación de lo que pretende la UTE constructora de la obra, que sumando la deuda histórica a favor de la empresa que alcanzaría a alrededor de los 500.000 pesos, más el resarcimiento o indemnización por gastos previos a la aprobación que evalúan en 140.000 pesos, más los intereses estimados rondaría una cifra final cercana al millón de pesos.
Demasiado premio para un fracaso que es responsabilidad mutua, insisto, de las autoridades municipales y de la UTE constructora.
Sin embargo, ambas siguen teniendo el manejo de la situación, mientras los vecinos sufren el encontrarse injustamente endeudados o carecientes de un servicio que consideran esencial.
N.H.
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