Aliverti se jugó por el consenso
Cuando todo indicaba que el oficialismo se saldría con la suya, imponiendo su número y respaldándolo con un dictamen no muy preciso, el concejal Iván Aliverti buscó el consenso, otorgando razón a la argumentación de la oposición y con ello garantizando seguridad jurídica a los futuros concesionarios.
Sin dudas que analizar la continuidad de la tercera Audiencia Pública para tratamiento del Proyecto de Licitación de los servicios a brindar en el Complejo 7 Cascadas es definir que en lo político tuvo un final inesperado. Inesperado porque el análisis general de la situación planteada en torno a este conflicto hacia eje sobre el reconocimiento de que se trataba de licitar servicios públicos, tal como lo sostiene el bloque opositor, o de ceder el uso y goce de la estructura edilicia que integra el complejo, como lo mantenía el oficialismo.
Más aún cuando la audiencia se inició con la lectura de un dictamen solicitado por el Poder Ejecutivo faldense al Ministerio de Gobierno de la Provincia de Córdoba en el cual si bien se definía que los expertos en el tema no podían precisar con exactitud el alcance de lo que se denominaría servicio público, usando definiciones de esos profesionales en la materia jurídica como prueba de los criterios diferentes existentes, concluía dando razón al oficialismo local, “salvo criterio contrario”, para ceder en uso y goce las instalaciones prestadoras de servicios.
El dictamen recibió la respuesta del concejal Luís Kessler, quién, una vez más, sostuvo su convencimiento de que se trataba de licitar servicios públicos y utilizando la argumentación del dictamen, leído con anterioridad, decía “coincido con todos los argumentos esgrimidos a excepción de la conclusión”. Por su parte, el edil Claudio Stevenot coincidía con su par de bancada y agregaba fundamentos de la jurisprudencia a favor de la posición por ellos sustentada.
El debate en lo técnico y político concluyo allí.
Con posterioridad se inició la lectura del Proyecto artículo por artículo, siendo debatidos una buena cantidad de ellos, entre los más destacados, sin pedir los balances correspondientes, estuvo el de cuales eran los parámetros utilizados para determinar el precio de cada servicio a explotar; hasta donde llegaban las prerrogativas del municipio para ejercer el control o determinar los precios que se imponían, cuales eran los límites para que un concesionario no se viese obligado a mantener su comercio en funcionamiento en baja temporada y como garantizar la seguridad jurídica sin afectar los intereses del municipio y del concesionario.
En este debate tuvo amplia participación el Consejo de la Ciudad, que representado por su Presidente Juan Carlos Grenade, dio lectura a varias sugerencias y modificaciones a incluir en el articulado.
Kessler aportó lo suyo y llegado el momento, siempre sosteniendo que lo que se cedía eran servicios públicos y así lo especificaba el proyecto, sugirió que debían cambiarlo para que estuviera acorde al pensamiento del oficialismo, como también ante la reiteración de dos o tres artículos en el proyecto preguntó si lo habían copiado y si ese era el instrumento que habían analizado los profesionales que habían dictaminado desde el Ministerio de Gobierno de la provincia “porque de así haber sido, nunca podrían haber llegado a la conclusión que arribaron”, afirmó.
La audiencia con escasísima participación vecinal, menos de 10 en calidad de vecinos interesados, transcurrió, hasta el final, sin encendidas exposiciones, pero con atinadas intervenciones.
La sorpresa llegaría tras la lectura del último artículo, cuando el edil oficialista Iván Aliverti pidió la palabra, y en un planteo de corte conciliador hizo un repaso del extenso proceso por el que había pasado este proyecto, aseverando que “hemos llegado al final de esta audiencia, casi coincidiendo en las modificaciones técnico legales, pero discrepando en el fondo de la cuestión, que tiene un alto condicionamiento político, por ello creo necesario que se acuerde consenso también en ese punto, en razón de ello le pregunto al bloque opositor: si nuestro bloque acuerda que lo que se licita son servicios públicos, votarían a favor del proyecto”.
La pregunta que debe haber sorprendido, en alguna medida, a la oposición, tuvo la rápida respuesta de Kessler, quien, como todo buen hombre de principios y convicciones, dijo “Si, que no le quede duda. Ya lo hice en una oportunidad y volvería a hacerlo, mientras el proyecto mantenga que lo que se licita son servicios públicos estoy dispuesto a votar a favor”. El edil Claudio Stevenot se plegó a esa afirmación, sumando que se incluyan las modificaciones que se habían tratado y las que posiblemente aparezcan en el tratamiento en segunda lectura.
Aliverti, por contrapartida, se comprometió a convencer a sus pares de bancada.
Recuadro
Por fin un buen final
La política se convierte en arte cuando llega al consenso.
En ese sentido, lo ocurrido en la Audiencia pública que estamos tratando, tuvo el reconocimiento a la actitud de convicción y principios que mantuvo, en forma férrea, la oposición.
Hay que recordar que es la tercera vez que se llega a audiencia pública, que el primer proyecto se cayó porque el oficialismo sostenía el mismo argumento que presentaba ahora y que por ello no obtuvo el voto favorable que exigían los dos tercios para la aprobación, que en la segunda oportunidad, contaron con el voto a favor del edil Luís Kessler porque estaba encuadrado en la licitación de servicios públicos, pero esa instancia le fue negativa al oficialismo porque le faltó un voto propio, el de la concejal Fabiana Piva que estuvo ausente a la hora de hacer realidad la iniciativa, a esta tercera instancia llegaban con la posibilidad de aprobar con el voto de su propia tropa porque ya habían marcado la cancha, mal, porque no garantizaban la seguridad jurídica para los concesionarios, y esto se patentizó cuando Kessler, tras sostener su posición, manifestó que “este convenio, como otros que ha firmado esta administración, pueden ser revisados si se produce un cambio de signo político en el gobierno y eso afectará los intereses de los concesionarios”. Es obvio, que el edil asentaba sus argumentos en que los afectados no podrían argüir desconocimiento de lo normado.
No sé, si esto ocupaba la mente del concejal Iván Aliverti cuando buscó la posibilidad del consenso, pero no cabe duda que su intervención fue acertada y que posibilitó que aquellos que presenciaban la audiencia con el convencimiento de que se encontraban ante una parodia, se retiraran a sus hogares convencidos de que se había dado un paso adelante. Y fue así, porque para obtener consenso en este debate exigía de arriar alguna bandera, reconociendo la razón del otro.
Pero, no es ocasión de cantar loas, falta aún que el resto de los ediles de la mayoría acepten la posición de Aliverti, hay que consignar que sólo estuvo acompañado por Susana Tuzzio y nadie garantiza que lo apoye, y que estuvieron ausentes Rudolf Lescano, Pedro Agost y Fabiana Piva. A lo que hay que agregar que se acuerden las modificaciones ya tratadas y las que se puedan presentar en la segunda lectura. Aunque todo indica que la pelota ha quedado en campo del oficialismo por una audaz y convincente decisión de uno de sus concejales.
N.H.
Recuadro
Disculpas
Al inició de la audiencia, un vecino solicitó la palabra, y manifestó que “en ocasión de la Audiencia anterior por este tema, se produjeron dos hechos que me molestaron en ese momento, el primero de ellos protagonizado por el Presidente del Concejo Deliberante que invitó a pelear afuera a un vecino y el segundo cuando un concejal respondió de mala manera diciendo que no devolvería lo cobrado. Más molesto me sentí, cuando esas escenas fueron trasmitidas por la televisión, eran una verdadera falta de respeto a todos los presentes. Una verdadera barbaridad. Por ello, solicito un pedido de disculpas para con el vecino y para con los presentes en esa ocasión”.
La respuesta estuvo a cargo de Francisco Mendieta, manifestando que “es cierto que me salí un poco de mis cabales, pero también me sentí agredido y me salió el hombre, superando toda diplomacia. Les pido disculpas a todos, si hay que hacerlo, menos al que me agredió”.
Sin dudas que analizar la continuidad de la tercera Audiencia Pública para tratamiento del Proyecto de Licitación de los servicios a brindar en el Complejo 7 Cascadas es definir que en lo político tuvo un final inesperado. Inesperado porque el análisis general de la situación planteada en torno a este conflicto hacia eje sobre el reconocimiento de que se trataba de licitar servicios públicos, tal como lo sostiene el bloque opositor, o de ceder el uso y goce de la estructura edilicia que integra el complejo, como lo mantenía el oficialismo.
Más aún cuando la audiencia se inició con la lectura de un dictamen solicitado por el Poder Ejecutivo faldense al Ministerio de Gobierno de la Provincia de Córdoba en el cual si bien se definía que los expertos en el tema no podían precisar con exactitud el alcance de lo que se denominaría servicio público, usando definiciones de esos profesionales en la materia jurídica como prueba de los criterios diferentes existentes, concluía dando razón al oficialismo local, “salvo criterio contrario”, para ceder en uso y goce las instalaciones prestadoras de servicios.
El dictamen recibió la respuesta del concejal Luís Kessler, quién, una vez más, sostuvo su convencimiento de que se trataba de licitar servicios públicos y utilizando la argumentación del dictamen, leído con anterioridad, decía “coincido con todos los argumentos esgrimidos a excepción de la conclusión”. Por su parte, el edil Claudio Stevenot coincidía con su par de bancada y agregaba fundamentos de la jurisprudencia a favor de la posición por ellos sustentada.
El debate en lo técnico y político concluyo allí.
Con posterioridad se inició la lectura del Proyecto artículo por artículo, siendo debatidos una buena cantidad de ellos, entre los más destacados, sin pedir los balances correspondientes, estuvo el de cuales eran los parámetros utilizados para determinar el precio de cada servicio a explotar; hasta donde llegaban las prerrogativas del municipio para ejercer el control o determinar los precios que se imponían, cuales eran los límites para que un concesionario no se viese obligado a mantener su comercio en funcionamiento en baja temporada y como garantizar la seguridad jurídica sin afectar los intereses del municipio y del concesionario.
En este debate tuvo amplia participación el Consejo de la Ciudad, que representado por su Presidente Juan Carlos Grenade, dio lectura a varias sugerencias y modificaciones a incluir en el articulado.
Kessler aportó lo suyo y llegado el momento, siempre sosteniendo que lo que se cedía eran servicios públicos y así lo especificaba el proyecto, sugirió que debían cambiarlo para que estuviera acorde al pensamiento del oficialismo, como también ante la reiteración de dos o tres artículos en el proyecto preguntó si lo habían copiado y si ese era el instrumento que habían analizado los profesionales que habían dictaminado desde el Ministerio de Gobierno de la provincia “porque de así haber sido, nunca podrían haber llegado a la conclusión que arribaron”, afirmó.
La audiencia con escasísima participación vecinal, menos de 10 en calidad de vecinos interesados, transcurrió, hasta el final, sin encendidas exposiciones, pero con atinadas intervenciones.
La sorpresa llegaría tras la lectura del último artículo, cuando el edil oficialista Iván Aliverti pidió la palabra, y en un planteo de corte conciliador hizo un repaso del extenso proceso por el que había pasado este proyecto, aseverando que “hemos llegado al final de esta audiencia, casi coincidiendo en las modificaciones técnico legales, pero discrepando en el fondo de la cuestión, que tiene un alto condicionamiento político, por ello creo necesario que se acuerde consenso también en ese punto, en razón de ello le pregunto al bloque opositor: si nuestro bloque acuerda que lo que se licita son servicios públicos, votarían a favor del proyecto”.
La pregunta que debe haber sorprendido, en alguna medida, a la oposición, tuvo la rápida respuesta de Kessler, quien, como todo buen hombre de principios y convicciones, dijo “Si, que no le quede duda. Ya lo hice en una oportunidad y volvería a hacerlo, mientras el proyecto mantenga que lo que se licita son servicios públicos estoy dispuesto a votar a favor”. El edil Claudio Stevenot se plegó a esa afirmación, sumando que se incluyan las modificaciones que se habían tratado y las que posiblemente aparezcan en el tratamiento en segunda lectura.
Aliverti, por contrapartida, se comprometió a convencer a sus pares de bancada.
Recuadro
Por fin un buen final
La política se convierte en arte cuando llega al consenso.
En ese sentido, lo ocurrido en la Audiencia pública que estamos tratando, tuvo el reconocimiento a la actitud de convicción y principios que mantuvo, en forma férrea, la oposición.
Hay que recordar que es la tercera vez que se llega a audiencia pública, que el primer proyecto se cayó porque el oficialismo sostenía el mismo argumento que presentaba ahora y que por ello no obtuvo el voto favorable que exigían los dos tercios para la aprobación, que en la segunda oportunidad, contaron con el voto a favor del edil Luís Kessler porque estaba encuadrado en la licitación de servicios públicos, pero esa instancia le fue negativa al oficialismo porque le faltó un voto propio, el de la concejal Fabiana Piva que estuvo ausente a la hora de hacer realidad la iniciativa, a esta tercera instancia llegaban con la posibilidad de aprobar con el voto de su propia tropa porque ya habían marcado la cancha, mal, porque no garantizaban la seguridad jurídica para los concesionarios, y esto se patentizó cuando Kessler, tras sostener su posición, manifestó que “este convenio, como otros que ha firmado esta administración, pueden ser revisados si se produce un cambio de signo político en el gobierno y eso afectará los intereses de los concesionarios”. Es obvio, que el edil asentaba sus argumentos en que los afectados no podrían argüir desconocimiento de lo normado.
No sé, si esto ocupaba la mente del concejal Iván Aliverti cuando buscó la posibilidad del consenso, pero no cabe duda que su intervención fue acertada y que posibilitó que aquellos que presenciaban la audiencia con el convencimiento de que se encontraban ante una parodia, se retiraran a sus hogares convencidos de que se había dado un paso adelante. Y fue así, porque para obtener consenso en este debate exigía de arriar alguna bandera, reconociendo la razón del otro.
Pero, no es ocasión de cantar loas, falta aún que el resto de los ediles de la mayoría acepten la posición de Aliverti, hay que consignar que sólo estuvo acompañado por Susana Tuzzio y nadie garantiza que lo apoye, y que estuvieron ausentes Rudolf Lescano, Pedro Agost y Fabiana Piva. A lo que hay que agregar que se acuerden las modificaciones ya tratadas y las que se puedan presentar en la segunda lectura. Aunque todo indica que la pelota ha quedado en campo del oficialismo por una audaz y convincente decisión de uno de sus concejales.
N.H.
Recuadro
Disculpas
Al inició de la audiencia, un vecino solicitó la palabra, y manifestó que “en ocasión de la Audiencia anterior por este tema, se produjeron dos hechos que me molestaron en ese momento, el primero de ellos protagonizado por el Presidente del Concejo Deliberante que invitó a pelear afuera a un vecino y el segundo cuando un concejal respondió de mala manera diciendo que no devolvería lo cobrado. Más molesto me sentí, cuando esas escenas fueron trasmitidas por la televisión, eran una verdadera falta de respeto a todos los presentes. Una verdadera barbaridad. Por ello, solicito un pedido de disculpas para con el vecino y para con los presentes en esa ocasión”.
La respuesta estuvo a cargo de Francisco Mendieta, manifestando que “es cierto que me salí un poco de mis cabales, pero también me sentí agredido y me salió el hombre, superando toda diplomacia. Les pido disculpas a todos, si hay que hacerlo, menos al que me agredió”.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio