Consejo de la Ciudad de La Falda
Informe final: Desarrollo y planificación urbana - Dos -
Declaración sobre la problematica del crecimiento urbano
“ Una sociedad se define no solo por lo que crea, sino por lo que se niega a destruir” - John Sawhill, ex presidente y director general de The Nature Conservancy -
La ciudad como un todo es la escenografía en la que desarrollamos nuestras vidas y por tanto las decisiones que se adopten sobre ella nos deben comprometer pues la afectan directamente. Como grupo de trabajo reconocemos nuestras limitaciones técnicas para aportar soluciones específicas a la problemática en cuestión, pero reivindicamos nuestro rol como habitantes, usuarios y ciudadanos. En tal papel, estamos convencidos de que a nuestra ciudad la construimos entre todos, día a día. Tomando verdadera conciencia de que somos los hacedores, evitaremos que los “iluminados”: planificadores, urbanistas, emprendedores inmobiliarios y demás bienintencionados, nos indiquen unilateralmente el camino a recorrer: su papel es el de ser los intérpretes capacitados para traducir nuestros sueños, deseos y necesidades.
La ciudad crece. Hoy, una parte de ella cuenta con red de gas natural; próximamente, tendremos nuevas vías de acceso que mejoraran la comunicación y nos pondrán a las puertas de la ciudad capital. La migración y asentamiento de personas que eligen la ciudad para vivir son un fenómeno sostenido en el tiempo. La actividad turística aumenta con cada temporada. No nos oponemos al desarrollo y crecimiento: sabemos que llegaron para quedarse.
Pero también sabemos que depende de todos y cada uno de nosotros que los cambios se produzcan en forma ordenada, planificada y sobre todo, respetuosa del sentir de sus habitantes, de su patrimonio natural, cultural y arquitectónico: todos éstos, bienes irrenunciables a los cuales se deberá tener muy en cuenta al momento de tomar las decisiones.
Es nuestra responsabilidad reconocer los tiempos que vienen. El progreso suele avanzar más rápidamente que las instituciones en su accionar, lo que con frecuencia genera baches legales que terminan con la pérdida de patrimonio urbano y natural. Algunas de las debilidades que tenemos y sobre las que debemos trabajar para evitar su agravamiento, son: crecimiento desigual, avance de la ciudad sobre áreas naturales, infraestructura deficitaria, actividad económica fragmentada y estacional.
Por todo lo anteriormente expresado es que creemos que hoy es el momento para repensar y proponer. De diferenciar claramente entre el concepto de “ciudad serrana” y el de “ciudad con sierras”, términos parecidos semánticamente pero diametralmente opuestos a la hora de concebirla. La ciudad serrana se vive, respira y disfruta como una unidad que articula perfectamente sus zonas urbanas con sus áreas naturales. En la ciudad con sierras, las áreas naturales solo sirven de marco a las zonas urbanas como en una postal y sus pobladores no sienten el compromiso y el desafio que significa habitarlas.
“ Puesto que somos la causa de nuestros problemas medioambientales, somos nosotros quienes los controlamos y, por lo tanto, podemos elegir entre seguir causándolos o empezar a ponerles remedio”
Jared Diamond, biogeógrafo, escritor premio Pulitzer, explorador de National Geographic
Nuestra propuesta es elegir la “ciudad serrana” como el modelo con el cual trabajar y sobre esta base recomendamos a nuestras autoridades:
Desarrollar un Plan Maestro que incluya la zona urbana y las áreas naturales como componentes inseparables de la ciudad.
-Crear los mecanismos legales necesarios para la preservación de las sierras, sus cursos de agua y su biodiversidad (áreas naturales protegidas, reservas y áreas restringidas).
- Actualizar y adecuar el Código de Planeamiento para el desarrollo de la zona
urbana.
- Crear un Código Ambiental.
Hasta tanto la ciudad no cuente con los instrumentos legales antes enunciados, proponemos: Establecer claramente el pie de sierra hoy existente, como límite del tejido urbano para mantener libre de toda construcción las áreas naturales - Preservar el carácter e identidad de los barrios hasta la puesta en vigencia del Plan Maestro y la actualización del Código de Planeamiento. Hasta ese momento, establecer un mecanismo de consulta con las instituciones, en los casos de otorgamiento de permisos de obras que alteren el paisaje urbano y la calidad del barrio afectado, como por ejemplo: edificios en altura, depósitos, establecimientos comerciales e industriales y emprendimientos inmobiliarios - Para los nuevos emprendimientos y desarrollos urbanos, completar la legislación vigente relativa a la factibilidad técnica con la obligatoriedad de efectuar estudios de impacto ambiental, visual, económico, social y estratégico - Suspender el otorgamiento de excepciones al Código de Planeamiento hasta tanto el mismo no haya sido adecuadamente reformulado y actualizado - Evitar las aprobaciones finales ante “hechos consumados” intensificando el control de las obras en ejecución a través de las correspondientes inspecciones y exigiendo el cumplimiento de las normativas vigentes - Ante la posibilidad del remate de lotes baldíos en los barrios por parte del Municipio: generar conjuntamente con los vecinos del lugar una reserva de tierras de conveniencia estratégica, destinadas a los fines públicos (plazas, dispensarios, escuelas, delegaciones municipales, polideportivos, etc) en previsión de su futura utilización en el marco del Plan Maestro - Supeditar el otorgamiento de habilitaciones comerciales a la adecuación y puesta en regla del inmueble objeto de la solicitud. Exigir certificados de Final de Obra, Incendio y Seguridad e Higiene - Diseñar e implementar campañas de educación urbana y ambiental (disposición de residuos, cuidado de ambientes naturales, preservación de espacios públicos, turismo sustentable, entre otras).
Debemos educarnos en el compromiso y el respeto por el espacio que habitamos. Es de capital importancia que aprendamos a “vivir” el lugar que nos toca en el mundo. Elijamos qué ciudad queremos para nosotros, para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos.
“En definitiva, sólo preservamos lo que amamos, sólo amamos lo que entendemos, y sólo entendemos lo que nos han enseñado” - Baba Dioum, ecologista senegalés -
Declaración sobre la problematica del crecimiento urbano
“ Una sociedad se define no solo por lo que crea, sino por lo que se niega a destruir” - John Sawhill, ex presidente y director general de The Nature Conservancy -
La ciudad como un todo es la escenografía en la que desarrollamos nuestras vidas y por tanto las decisiones que se adopten sobre ella nos deben comprometer pues la afectan directamente. Como grupo de trabajo reconocemos nuestras limitaciones técnicas para aportar soluciones específicas a la problemática en cuestión, pero reivindicamos nuestro rol como habitantes, usuarios y ciudadanos. En tal papel, estamos convencidos de que a nuestra ciudad la construimos entre todos, día a día. Tomando verdadera conciencia de que somos los hacedores, evitaremos que los “iluminados”: planificadores, urbanistas, emprendedores inmobiliarios y demás bienintencionados, nos indiquen unilateralmente el camino a recorrer: su papel es el de ser los intérpretes capacitados para traducir nuestros sueños, deseos y necesidades.
La ciudad crece. Hoy, una parte de ella cuenta con red de gas natural; próximamente, tendremos nuevas vías de acceso que mejoraran la comunicación y nos pondrán a las puertas de la ciudad capital. La migración y asentamiento de personas que eligen la ciudad para vivir son un fenómeno sostenido en el tiempo. La actividad turística aumenta con cada temporada. No nos oponemos al desarrollo y crecimiento: sabemos que llegaron para quedarse.
Pero también sabemos que depende de todos y cada uno de nosotros que los cambios se produzcan en forma ordenada, planificada y sobre todo, respetuosa del sentir de sus habitantes, de su patrimonio natural, cultural y arquitectónico: todos éstos, bienes irrenunciables a los cuales se deberá tener muy en cuenta al momento de tomar las decisiones.
Es nuestra responsabilidad reconocer los tiempos que vienen. El progreso suele avanzar más rápidamente que las instituciones en su accionar, lo que con frecuencia genera baches legales que terminan con la pérdida de patrimonio urbano y natural. Algunas de las debilidades que tenemos y sobre las que debemos trabajar para evitar su agravamiento, son: crecimiento desigual, avance de la ciudad sobre áreas naturales, infraestructura deficitaria, actividad económica fragmentada y estacional.
Por todo lo anteriormente expresado es que creemos que hoy es el momento para repensar y proponer. De diferenciar claramente entre el concepto de “ciudad serrana” y el de “ciudad con sierras”, términos parecidos semánticamente pero diametralmente opuestos a la hora de concebirla. La ciudad serrana se vive, respira y disfruta como una unidad que articula perfectamente sus zonas urbanas con sus áreas naturales. En la ciudad con sierras, las áreas naturales solo sirven de marco a las zonas urbanas como en una postal y sus pobladores no sienten el compromiso y el desafio que significa habitarlas.
“ Puesto que somos la causa de nuestros problemas medioambientales, somos nosotros quienes los controlamos y, por lo tanto, podemos elegir entre seguir causándolos o empezar a ponerles remedio”
Jared Diamond, biogeógrafo, escritor premio Pulitzer, explorador de National Geographic
Nuestra propuesta es elegir la “ciudad serrana” como el modelo con el cual trabajar y sobre esta base recomendamos a nuestras autoridades:
Desarrollar un Plan Maestro que incluya la zona urbana y las áreas naturales como componentes inseparables de la ciudad.
-Crear los mecanismos legales necesarios para la preservación de las sierras, sus cursos de agua y su biodiversidad (áreas naturales protegidas, reservas y áreas restringidas).
- Actualizar y adecuar el Código de Planeamiento para el desarrollo de la zona
urbana.
- Crear un Código Ambiental.
Hasta tanto la ciudad no cuente con los instrumentos legales antes enunciados, proponemos: Establecer claramente el pie de sierra hoy existente, como límite del tejido urbano para mantener libre de toda construcción las áreas naturales - Preservar el carácter e identidad de los barrios hasta la puesta en vigencia del Plan Maestro y la actualización del Código de Planeamiento. Hasta ese momento, establecer un mecanismo de consulta con las instituciones, en los casos de otorgamiento de permisos de obras que alteren el paisaje urbano y la calidad del barrio afectado, como por ejemplo: edificios en altura, depósitos, establecimientos comerciales e industriales y emprendimientos inmobiliarios - Para los nuevos emprendimientos y desarrollos urbanos, completar la legislación vigente relativa a la factibilidad técnica con la obligatoriedad de efectuar estudios de impacto ambiental, visual, económico, social y estratégico - Suspender el otorgamiento de excepciones al Código de Planeamiento hasta tanto el mismo no haya sido adecuadamente reformulado y actualizado - Evitar las aprobaciones finales ante “hechos consumados” intensificando el control de las obras en ejecución a través de las correspondientes inspecciones y exigiendo el cumplimiento de las normativas vigentes - Ante la posibilidad del remate de lotes baldíos en los barrios por parte del Municipio: generar conjuntamente con los vecinos del lugar una reserva de tierras de conveniencia estratégica, destinadas a los fines públicos (plazas, dispensarios, escuelas, delegaciones municipales, polideportivos, etc) en previsión de su futura utilización en el marco del Plan Maestro - Supeditar el otorgamiento de habilitaciones comerciales a la adecuación y puesta en regla del inmueble objeto de la solicitud. Exigir certificados de Final de Obra, Incendio y Seguridad e Higiene - Diseñar e implementar campañas de educación urbana y ambiental (disposición de residuos, cuidado de ambientes naturales, preservación de espacios públicos, turismo sustentable, entre otras).
Debemos educarnos en el compromiso y el respeto por el espacio que habitamos. Es de capital importancia que aprendamos a “vivir” el lugar que nos toca en el mundo. Elijamos qué ciudad queremos para nosotros, para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos.
“En definitiva, sólo preservamos lo que amamos, sólo amamos lo que entendemos, y sólo entendemos lo que nos han enseñado” - Baba Dioum, ecologista senegalés -
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