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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

lunes, 16 de febrero de 2015

La PAZ amenazada. ¿Cuándo inició esta crisis? ¿La punta del ovillo?

Quienes formamos parte de los equipos de salud humana, sabemos que para afrontar determinadas enfermedades caracterizadas como “sociales”, no alcanza con los esfuerzos sectoriales, es necesario integrarse a redes donde la educación, la economía, la política, la justicia, la comunicación, etc, tienen un lugar destacado. Una de las más graves y letales de esas enfermedades que afectan las sociedades es la violencia, tanto en su forma más frecuente, la que se presenta dentro de las familias, las comunidades, como aquella menos frecuente en nuestra región pero más grave, que es la guerra. La lucha cotidiana por la paz, por la convivencia o “bien vivir y convivir”, por la solución amigable o al menos tolerable de los conflictos es parte de esa responsabilidad primigenia.
A nivel global es responsabilidad de organismos supranacionales bregar por modelos de relación que excluyan los conflictos armados. En el orden local nacional es la justicia la encargada de dirimir los mismos, prevenirlos, o castigar a los responsables de las violaciones a las normas legales establecidas. A todo nivel, micro o macro social siempre hay factores que protegen o perturban esas relaciones saludables y una de las que se menciona en primer lugar, son las inequidades sociales, que no tienden a mejorar en forma significativa y al contrario, parecería que el sistema económico dominante las empuja a agravarse. Según un artículo de B. Kliksberg, denominado “Un escándalo ético mayor”(1), en “ 2014 el 1 % más rico era dueño del 48 por ciento de la riqueza del mundo. El 99 % restante de la población solo tenía el 52 % y el 20% de ese 99% el 46,5% de ese 52% restante. Así que el 80 % de los habitantes del planeta solo disponía de un 5,5 % del patrimonio mundial total y con la tendencia de que el crecimiento de la brecha continuará ampliándose. La actitud que toman los estados para evitar ese agravamiento es fundamental en la lucha contra todas las formas de violencia como las estrategias políticas internacionales que adoptan con el fin de evitar o superar graves conflictos. Como ciudadanos no podemos ignorar que la muerte de un fiscal que denuncia a las principales autoridades del país y que aparece muerto de un balazo en el cráneo, a pocas horas de presentarse ante el congreso nacional para fundamentar la acusación, sobrepasa toda posibilidad de no conmoverse, pedir un rápido esclarecimiento y castigo a eventuales responsables. Vivimos en una república con profundos conflictos, muy parecidos a los que afectan a otros países hermanos de una región latinoamericana que hace poco tiempo por medio de la CELAC, adoptó la firme convicción de que sea una zona de PAZ sin armas nucleares. Dentro de nuestra región, nuestro país se caracteriza por no tener presos políticos, ni periodistas asesinados tal como lo señaláramos en una nota reciente y sí, por respeto a los DDHH, se viene juzgando a los responsables de un genocidio que padecimos desde el año 74 hasta el 83 del siglo pasado. La muerte de Alberto Nisman, es la de un fiscal de un caso emblemático de encubrimiento que afecta a tres graves episodios de la era democrática. La voladura de la embajada de Israel, las explosiones en la Fábrica de armas de Río III y el más mortífero el de la AMIA. Estos graves hechos de nuestra historia contemporánea suceden luego de un abrupto cambio de gobierno y de una actitud política del Estado en las relaciones internacionales. Nuestra recuperada democracia, tuvo con su primer Presidente Raúl Alfonsín y su ministro de relaciones internacionales Dante Caputo, una posición estratégica francamente favorable a la ola de paz que se iniciaba en medio de un continente donde las dictaduras militares, todavía vigentes en Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia, otros más. Caputo (2) expone como objetivos del nuevo gobierno:1) que la política exterior tenga como meta fundamental incrementar la independencia política y económica del país (…creciente autonomía);2) la búsqueda permanente de la paz y el resguardo de los DDHH fundamentales 3) el impulso a la integración latinoamericana para fortalecer la capacidad regional, política y económica del país. Reinicia las relaciones diplomáticas con Cuba e incluso se opone a votar en la ONU el pedido de sanciones a ese país solicitadas por EEUU (con el que se mantienen relaciones “maduras”) adhiriendo a una iniciativa de la India. Se mejoran las relaciones con Brasil y se inician las tratativas que darán lugar al MERCOUR, finaliza el conflicto con Chile por el canal de Beagle creando un
Tribunal Arbitral, y una Comisión Arbitral Permanente), que concluye con el Tratado de Amistad firmado en 1986. Este modelo de gestión, sumado al problema de la ya pesada deuda externa, crea una conflictividad creciente con la potencia hegemónica (previo al derrumbe de la Unión Soviética) y con la conjunción de la hiperinflación, la falta de financiación externa, fogoneada por Domingo Felipe Cavallo entre otros y el estáblishment local lo llevan a un aceleramiento del paso del poder (¿Primer ejemplo de Golpe Blando?) a una nueva gestión con criterios relacionales diametralmente opuestos, la de Carlos Menem. Los nuevos ministros de relaciones exteriores, Cavallo y Guido Di Tella, abandonan el latino-americanismo, el no alineamiento de los países del Tercer Mundo y se establecen lo que llamaron “relaciones carnales”, de alineación automática con EEUU, que implicó la participación en la Guerra del Golfo contra Irak, con 2 Corbetas en 1991. (3) . Vendemos armas ilegalmente a Ecuador en medio de un conflicto con Perú, nuestro solidario amigo en la Guerra de la Malvinas y Croacia por el conflicto de Yugoeslavia, violando nuestra neutralidad que incluía la presencia de Cascos Blancos Argentinos. Ambas ventas eran inconcebibles sin el visto bueno o el aliento oculto de EEUU. Con Brasil enfriamos el MERCOSUR en coincidencia con el entonces Presidente, luego destituido por corrupto, Color de Mello, se abren los caminos a la “Iniciativa de las Américas” de Bush. Se apoyan las sanciones a Cuba actitud que prosiguen luego De la Rúa y Duhalde. Estos son los antecedentes contextuales de lo ocurrido en la AMIA. La función del Fiscal A. Nisman, era investigar el ocultamiento de todas las responsabilidades que hubo desde los primeros instantes que siguieron a la explosión que se agravaron en el primer juicio donde quedaron implicados, C. S. Ménem, el Juez J.J. Galeano, el ex Pte. de la DAIA, R. Beraja, el ex asesor de M. Macri , Jorge “Fino” Palacios, H. Anzorreguy e incluso Carlos Corach. Personalmente, no estoy en condiciones de juzgar si el memorándum aprobado por el Parlamento Nacional que permitiría indagar a los presuntos responsables iraníes del atentado, era lo más adecuado o si estaba absolutamente encuadrado dentro de la Constitución Nacional, pero si sé, que era la única posibilidad de que nuestro Fiscal Nisman concurriera a Irán para poder indagarlos. Que tras un acuerdo inicial por parte de AMIA y DAIA se produce un estruendoso rechazo promovido tanto desde la embajada de EEUU como desde el Gobierno Israelí. Este último esperaba una condena de Argentina a Irán por el atentado, sin pruebas concluyentes, como un argumento más que justificara una agresión “preventiva” con armas atómicas a ese estado con el cual ellos mantenían un agudizado conflicto. Esperaban involucrarnos y por ende hacer cargar sobre nuestra conciencia, las consecuencias, muertes, destrucción, guerra. También observo, que se promueve la inestabilidad política, desde múltiples focos de la derecha internacional incluyendo los Fondos Buitres y desde los mismos sectores nacionales que le provocaron aquel “Golpe Blando” a R. Alfonsín como la Sociedad Rural, el establishment económico y judicial y nuestra derecha política, deseosa de interrumpir los juicios contra los genocidas tanto como el de evitar el juicio por la verdad en la AMIA a iniciarse en Julio. La denuncia de Nisman y su muerte deben ser investigadas con toda la transparencia necesaria.
Tanto la justicia como la equidad social son esenciales para lograr la Paz. La Paz tiene un alto precio. La lucha por la Paz le costó la vida a Mahatma Gahndi y a muchos luchadores por causas justas. Los argentinos tenemos la posibilidad de afianzarla aquí entre nosotros y con los pueblos del mundo. Es un pilar fundamental de nuestra salud y es un deber defenderla.

Benjamín Malamud

(1) Bernardo Kliksberg, Página 12, 4-2-15.
(2) Jiménez, D M La política exterior de Raúl Alfonsín (1983-1989) : un balance aproximativo
Temas de historia argentina y americana Nº 17, 2010 Biblioteca Digital de la UCA.
(3) Miranda R A Rev Relac Internac Nro. 7 Los bordes del pragmatismo: “la política exterior de Menem”.

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