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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

sábado, 10 de enero de 2015

Bienvenida la militancia, si el activismo es por causas justas y a favor de La Falda

Y Bienvenidos los debates públicos en torno a la relación que deben mantener entre si las diversas instituciones que de una u otra forma participaron en el operativo retorno de las 300 piezas del Museo Ambato, al lugar que como bien lo expresó el Intendente Eduardo Arduh, “nunca deberían haber abandonado” y que como lo señala Coty Leiva, estaban bajo custodia judicial. Y bienvenida la polémica pública, porque fue precisamente, por el alcance que tiene el significado de la palabra “militancia” y especialmente cuando la misma se efectiviza en acciones donde puede haber interpretaciones también diversas. Y más aún si esta polémica tuvo lugar entre personas de una alta calidad moral y en un contexto de respeto y ejercicio pleno de la posibilidad de expresarse sin otro objetivo y limitación que de esclarecer y apuntalar logros de interés común. Fundamentalmente quienes participaron de la misma fueron voceros de la Asociación de Amigos del Museo Ambato (AMA) y el Secretario de DDHH de la Nación, Martín Fresneda. Quienes nos enriquecimos de la misma, fuimos quienes tuvimos la oportunidad de presenciarla y asimilar conceptos que hacen a la esencia de la vida en democracia. Hay varias definiciones de la palabra militancia, algunas que adhieren a su origen del latín, con un enfoque parecido a “persona con cualidad de soldado” y otra que rescato de WP y que me parece más acertada, “El concepto de activismo o militancia, se puede generalizar como la dedicación intensa a una dada línea de “acción” en la vida pública, ya sea en el campo social, político o religioso”. O en “en contraposición al “quietismo”. Entonces son expresiones que le caben tanto a los AMA, como a quienes los apoyaron incluyendo este semanario, recordando la nota del 10/5/12 Con la Camiseta del Ambato… donde Alejandro Bovo Theiler expresa su gratitud a Nicolás Heredia, por su… aval público en momentos álgidos de soledad institucional, amenazas y maltrato para “los AMA” como organización social. Asimismo rescato otros conceptos de esa nota “amerita que el acceso al Patrimonio Cultural se afirme como un Derecho Humano más a garantizar” y finalmente “la memoria mediante la construcción de conocimiento como capital social, no puede forjarse con olvido e impunidad”. No puede negarse que con la actual intendencia hubo un cambio copernicano en cuanto al compromiso con el rescate del Museo Ambato, porque no un “activismo” institucional sin el cual este logro no hubiese tenido tan aceitada ejecución. Pero quién nació a la vida política, actúa, se viste y habla como un militante por los DDHH, es evidentemente Fresneda. Este valoró todas las militancias coincidentes de la presente etapa y en cierta forma llamó a continuar en la misma con el objetivo de que “el museo recuperado por la comunidad” o como definitivamente se llame, siga un derrotero de continuo crecimiento en bien de la cultura, como bien o “derecho humano” de esta zona de Punilla y de nuestro país.
Cuando finalizaron los actos protocolares, me presenté ante el Secretario de DDHH que se encontraba dialogando con la Presidenta de los AMA, María Elena Flores, como médico y porque no “como militante de la causa de la salud pública”, para solicitarle de que si se concretaba la llegada de la Presidenta de la Nación en un acto de re-inauguración del Museo Ambato, tuviera conocimiento de las necesidades de nuestro Hospital Municipal. Soy consciente de que al mencionar a nuestro Hospital en situación de necesidades no satisfechas, no es como producto de una sociedad en situación de carencias mayúsculas si comparo nuestra comunidad con otras del norte de la Provincia de Córdoba o del país. Lo hice y se lo expresé a Fresneda, por el hecho de que el mismo debe asumir responsabilidades sanitarias regionales con recursos propios, tema que hemos abordado en varias oportunidades en este medio. Asimismo le recordé también que estoy al tanto de todos los aportes que recibió o recibe nuestra comunidad del Estado Nacional (EN). Contamos con una mejor calidad del agua gracias a que el Estado Nacional puso recursos para el plan Director de la Cooperativa de Agua y Servicios Públicos de La Falda, en la perforación de 2 pozos, en el mejoramiento de la planta de potabilización y las redes de distribución. También estuvo presente en aportes para la ampliación de la red de Gas Domiciliario, con utilización parcial de esos recursos por causas que sería motivo de otro saludable debate. Desde el campo social y de la salud nadie puede ignorar que Planes como la Asignación Universal por Hijos que benefician a muchas familias faldenses, como los planes Nacer- Sumar, Remediar hacen más llevadera de atender a la necesidades en las primeras etapas de la vida. La lista de circunstancias donde se aprecia la presencia del Estado Nacional es mayor si consideramos a los nuevos o no tan nuevos jubilados, con una cobertura nacional del 95% de la población en condiciones de acceder a ese derecho, superando estadísticamente a otros países de la región. Del plan Procrear que ha llegado en beneficio de muchas familias locales con nuevas vivienda o reparación de las ya existentes…y la lista puede seguir con los aportes que provienen de la retención a la soja. No conozco qué respuesta tendrá mi pedido, que ha sido muy reciente y totalmente informal, pero ha sido parte de un “activismo” que lleva bastantes años y que no considero que deba abandonar. Y si hablamos de DDHH, en estas últimas semanas quienes aprobamos los pasos dados por el Estado Nacional en pro de la vigencia de la Justicia y no de la revancha o venganza frente al genocidio padecido, no podemos dejar de asombrarnos y hasta alarmarnos por algunas declaraciones, que el periodista Alejandro Mareco en La Voz del 21/12 rescata “cuesta creer que algunos de los que aspiran a gobernar esta sociedad sostengan que “hay que cerrar la etapa de los derechos humanos”, como dijo Sergio Massa, o se refieran a la cuestión como “el curro de los derechos humanos”, como dijo Mauricio Macri. y en otro párrafo señala “Entre los que alentaron y contribuyeron a imaginar la sangría para imponer sus proyectos económicos, están muchos de los responsables que –aun- no han rendido cuentas”. El colmo llegó con lo que nuestro Gobernador declaró en La Voz el 15/2 De la Sota: “La democracia no le cambió la vida a la gente”. Creo que si alguien conoce “qué había” antes de la recuperación de la democracia es justamente el Sr. Gobernador. No es mi intención refrescar su memoria ya que es evidente que sus capacidades intelectuales están indemnes. Solo me remito a releer a Eduardo Galeano en Días y noches de amor y de guerra: hablando del sistema represivo común en el cono sur. Carta de una madre: “cada noche pienso que es la última… No temo por mi, sino por los chicos”. El niño de 10 años le preguntó el otro día mirando el crucifijo: mamá, cuando esos hombres entraron aquí, ¿El estaba? Yo creía que donde El estaba no ocurrían esas cosas”. Finalizo esta nota afirmando que son muchas las razones por las que podemos y o debemos activar o militar y casi todas son sumamente necesarias. En La Nación del 3 de enero se nos recordaba, a quienes creemos que prevenir muertes por siniestros viales es posible, que “no se reducen las muertes en las rutas”. Las materias pendientes de cara a 2015; el último año murieron 7.896 personas en las rutas, un promedio de 22 por día. El dato estremece pero si se relacionan las muertes con el número de automotores circulantes se observa una sensible reducción, lo que hablaría que si hay más riesgos y la misma cantidad de muertos algo está mejorando y nos debe alentar a no bajar la guardia que a nivel municipal tienen nombre y apellido: cascos, cinturones de seguridad, menos velocidad (bienvenidas las nuevas lomadas) y menos alcohol en general y cero para los conductores. La quinta ola en salud que ya mencioné en un número anterior de ECOS, es la de la Cultura de la Salud: La Falda apuntaló su dignidad cultural y es un buen paso en los inicios del 2015 y un buen motivo para militar.
Benjamín Malamud






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