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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

viernes, 12 de diciembre de 2014

“Ustedes no saben lo que tienen”

No son pocas las oportunidades, en especial ante las fiestas de fin de año, que un cúmulo enorme de vivencias se hacen presentes y hacen tambalear nuestra cenestesia, o mejor aún nuestro sano criterio de valorar la situación emocional, familiar, económica, contextual en que nos encontramos frente al devenir, llámese año 2015 o más allá. La expresión del Secretario General de UNASUR y ex Presidente de Colombia, al inaugurar la nueva sede en Quito que lleva el nombre de Néstor Kirchner, “ustedes no saben lo que tienen” se refería en que en el resto de Latinoamérica no se vive una guerra como la que aun padece el pueblo de Colombia, con miles de muertos, heridos, inválidos, desplazados, amedrentados, etc., por más de 60 años. "Nosotros los latinoamericanos tenemos demasiados muertos", agregó Samper al reconocer “que la paz es uno de los pilares en los que se asientan los principios de UNASUR junto su accionar por la vigencia de los derechos humanos, la justicia social, así como en la profundización de la democracia”. El homenaje a Kirchner, seguramente responde a un reconocimiento por su breve y eficaz trabajo de mediación al frente de la naciente institución, tendiente a evitar un conflicto armado entre la República Bolivariana de Venezuela y Colombia. También a su actuación junto a otros Presidentes de la región cuando un golpismo separatista amenazaba a la Bolivia en la primera gestión de Evo Morales. Evidentemente y ya lo señalamos en una nota previa, UNASUR se declaró como una zona de Paz. Y si bien el anhelo generalizado de paz domina los corazones en el continente, hay una suma de desafíos que condicionan la continuidad de ese sublime deseo. En primer lugar si bien no es la región más pobre del mundo, sigue siendo la más desigual, donde la riqueza de unos pocos desafía el bienestar de las mayorías con el antecedente de que la distribución inequitativa de la riqueza, sumado al narcotráfico, la gran cantidad de jóvenes excluidos de las fuentes laborales, etc, condicionan la posibilidad de peligrosos desencuentros. Para Frei Betto la desigualdad “no es un problema económico, sino ético”. (1) La desigualdad es la madre de todas las violencias proclama en una nota la organización Pelota de Trapo: Entre 1950 y 1974 el promedio de participación de los trabajadores asalariados en la distribución de la riqueza era de una media del 44,5%, dice Gustavo Sierra en un informe publicado por Clarín. Eran los tiempos del “50 y 50”, cuando los trabajadores disputaban la distribución de los ingresos en la calle y se iba gestando el huevo serpentario del genocidio que el poder económico utilizó como herramienta para imponer su modelo basado en la inequidad y el terror. Durante la dictadura el nivel de participación cayó en picada en pocos años hasta el 22,5%. Ya lo vivimos localmente hace un par de años en La Falda y sigue siendo una constante preocupación no solo de los gobernantes locales, sino de todos los vecinos, de todas las instituciones de nuestra comunidad, velar por la Paz con vigencia real de Derechos, que cuando están ausentes fermentan nuevos desencuentros. El desarrollo de la Audiencia Pública convocada por el CD, era una de las oportunidades que teníamos los vecinos de expresar nuestras dudas, aprobaciones o desacuerdos con la actual gestión. No fue lamentablemente todo lo numerosa que debería haber sido, prefiriendo algunos de los miembros de nuestra vecindad los medios de comunicación para hacer llegar sus reclamos o denuncias, derecho que debe preservarse, pero donde falta el diálogo vivo y enriquecedor. Tampoco ayuda que se utilicen por esos medios, improperios ni ataques verbales tanto por parte de los gobernantes como de los vecinos y sería aconsejable, no favorecer una escalada de mutuas agresiones, que nos remitan a otras épocas de agudos desencuentros mientras el endeudamiento público, tema central, seguía creciendo. Expresé mi preocupación en la AP por la situación de los trabajadores y profesionales del municipio que no cuentan con el merecido encuadre laboral y hubo un compromiso de ir otorgando solución al problema, donde legítimos derechos no pueden estar eternamente condicionados a presupuestos bien estructurados pero que los continúan ignorando. En el último número de ECOS, Karina Lucero en una excelente actualización sobre la Violencia Familiar en Córdoba y Punilla nos advierte que “En el 68,4% de las denuncias recibidas por Violencia Familiar (uno de los productos de la madre de todas las violencias), se presentan casos de menores convivientes con la víctima”. “Menores” es una expresión judicial que encubre la palabra “Niños”. Niños que están viviendo un drama, sufriendo sus consecuencias y aprendiendo un modelo de resolución de conflictos y que si no reciben contención, apoyo familiar y profesional, pueden repetir este perverso modelo en sus contextos actuales o futuros. “Los desesperados esfuerzos de prevención” que pide Lucero, nos competen a todos los vecinos y en especial a quienes estamos en contacto con familias donde las relaciones se encuentran en crisis.
Lugar de encuentro y de una sana formación y recuperación cultural es la tarea de los amigos del Museo Ambato. El museo, víctima de un despojo difícil de poder asimilar, de más de 5.000 piezas, solo quedan algo más de un centenar, pretende llegar a ser un pilar de un modelo participativo de rescate no solo de bienes materiales e históricos, sino también de saludables valores inductores de la aspirada convivencia en Paz. Justamente la prestigiosa revista The Lancet sugiere la necesidad de una quinta oleada en el ámbito de la salud mundial: la denomina Ola Cultural, “cultura de hábitos saludable, como un medio para hacer frente a las desigualdades sociales, la pérdida de bienestar por el incremento de la depresión, ansiedad, y la obesidad, etc”. Los Médicos ya no podemos confiar solamente en los importantes progresos derivados de “olas previas” con el imponderable mejoramiento de los sistemas sanitarios y ambientales, de las nuevas y antiguas vacunas, de poderosos antibióticos que enfrentan gérmenes cada día más resistentes, de métodos de detección de enfermedades genéticas antes de que dañen la salud, de diagnósticos cada día más tecnológicamente sofisticados, etc. “Pero aclaran que la consecución de esta ambición requerirá un esfuerzo positivo, holístico, y de colaboración, con la participación de una gama de las partes interesadas. Entre los diversos mecanismos prácticos para lograr este fin, creen que es importante recompensar las conductas saludables y crear entornos sociales e institucionales para fomentar opciones sanas”. Concretamente, el bienestar de los vecinos, la paz como medio de convivencia, los problemas de salud tanto física, como psicosocial que más golpean a muchos niños y sus familias se vería sumamente beneficiada por acciones de cada uno de nosotros construyendo un modelo cultural, a modo de poderosa vacuna, protectora de la salud vecinal. Bienvenido entonces todo lo que por el bien de esa cultura, “la quinta ola de la salud”, que no excluye los conflictos, que no ignora las diferencias, que procurará evitar nuevos desencuentros y posibilitará su re encausamiento incluyente.
Desde La Falda y desde el campo de la salud, le respondemos a Samper: “sabemos lo que tenemos”.

Benjamín Malamud

1) http://www.pelotadetrapo.org.ar/la-madre-de-todas-las-violencias.html



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