600 ediciones, motivo de celebración
El tiempo inexorablemente transcurre, a su paso va dejando retazos del accionar cotidiano que, lapsos después, serán parte de una historia. En definitiva, recuerdos, que serán valorados de acuerdo con la huella que hayan marcado en el entorno que los tuvo como protagonistas. Porque de eso se trata, del buscar el espacio de participación y del hacer con destino de fin comunitario, para lo cual hay que asumir un compromiso que esté más allá de los intereses propios, de promover una herramienta útil que sirva a un indeterminado espectro de la sociedad. Es decir, no se llega nunca a evaluar el alcance real de un disparador, pero se puede ponderar el alcance del mensaje cuando, en un determinado momento, la idea se instala en forma espontánea y pasa a ser parte del acerbo común. Ese será el instante del hecho concretado, de la realización de un determinado pensamiento o acción.
Con esa premisa, nació, humildemente, hace algo más de doce años, Ecos de Punilla, ante la necesidad cierta de que había, por ese entonces, un espacio vacío que había que tratar de ocupar. Nunca las circunstancias le fueron fáciles en lo económico, pero fue insertándose y ofreciéndose como contenedor de las ideas, las expectativas, los disensos y consensos, de aquellos que querían y se sentían capaces de trasmitirlos para promover cambios o afianzar lo benéfico establecido. A ellos, a los profesionales, a los hombres y mujeres de la política, a los conductores de las instituciones intermedias, a los comerciantes con ánimos de emprender, y a los ciudadanos comprometidos con la cosa publica, debemos agradecerles por ser participes y protagonistas del medio de comunicación y por haber depositado su confianza en las páginas en negro y blanco de Ecos.
En este sentido, no puedo decir otra cosa que no sea que el fin se está cumpliendo, que me llena de orgullo, cada miércoles, tener a mi alcance notas dirigidas a trascender en lo local y otras que superan las fronteras de nuestra aldea, firmadas por vecinos ocupados en lo colectivo. Artículos generadores de reflexión, de debate, de polémica, disparadores de diálogos encendidos y profundos, con los que se puede acordar o disentir, pero que son útiles para el crecer, para el darse cuenta, para estar informados y sentirse incluidos en la historia cotidiana.
En estos doce años, mucha agua ha corrido bajo el puente, no han sido pocas las veces en que la rutina, las ninguneadas, las exclusiones, las soledades, las injusticias, los dolores del espíritu y los físicos, porque la salud de los sentimientos y la del cuerpo también juegan en esto, han hecho que cayera en el desánimo, en el plantearme el si valía el esfuerzo, pero siempre, siempre, había una razón valedera para continuar o tal vez por aquello que de las costumbres es difícil de desprenderse y no hay que olvidar que de nuestro oficio se dice que es el más hermoso de los vicios. Es así, que aquí estoy comunicándome, descubriéndoles una parte de mí, seguramente la menos conocida, pero me atrevo ha hacerlo porque considero a los seguidores de Ecos parte de mi vivir, y son, sin dudas, aquellos que con sus palabras de aliento o de crítica bien intencionada, hacen que todavía me emocionen ciertas voces, todavía crea en mirar a los ojos, todavía tenga en mente cambiar algo, todavía, y a Dios gracias, todavía (gracias Baglietto por ayudarme a cerrar el párrafo).
Y en esto de agradecer, no tengo palabras para hacerlo con aquellos que han compartido el parto de cada miércoles, el de dar a luz al Ecos de cada miércoles, en estos doce años, y no son otros que Jesús y Mary Farías, encargados de la impresión de cada edición, y también, con algo menos de tiempo, pero no con menos paciencia para soportarme, de Alejandra Luján, a cargo de la diagramación. Por supuesto, el agradecimiento infinito en la concepción a los prolíficos y atinados columnistas Néstor Pousa, Alberto Moro, Alfredo Ferrarassi, Coty Leiva, Benjamín Malamud, a los colaboradores como Karina Lucero, Rubén Rubio, Nora Gómez, Susana Ghilardi, Armando Galera (estos tres últimos conformaron, en base a artículos publicados en Ecos, el libro Plaza Viva, dirigido a la participación y empoderamiento ciudadano, que hoy es material de estudio y forma parte de bibliotecas de universidades latinoamericanas), Luis Kessler, Mario Thibault, Fernando Stanic, y a todos y cada uno, los que, de una forma u otra, han sido protagonistas de este tiempo de información y difusión.
600 ediciones, doce años de permanencia, son motivo de celebración, gracias por hacerlos posibles.
Nicolás Heredia
Director
Junta Municipal de Historia de La Falda (Dpto. Punilla- Prov. de Córdoba)
Señor Director
Ecos de Punilla
Don Nicolás Heredia
P R E S E N T E
La Junta Municipal de Historia de La Falda tiene el agrado de dirigirse a Ud y a sus colaboradores, por la edición del número 600 de “Ecos de Punilla”.
Esta edición no es una más; como toda publicación, es el resultado y continuidad de un esfuerzo en el que Ud ha puesto su empeño y dedicación en informar con veracidad lo ocurrido en esta zona del centro del Valle de Punilla. Pero fundamentalmente, lo ha hecho manteniendo una línea de respeto hacia los distintos puntos de vista de colaboradores, columnistas y lectores, en un difícil equilibrio donde la tolerancia y la empatía no son valores habituales en nuestro medio social.
Además, se ha convertido en un testigo privilegiado de la vida de estas comunidades, y al mismo tiempo, constituyen un valioso aporte al conocimiento del pasado cercano de las mismas.
Esta Junta Municipal de Historia de La Falda desea felicitar a Ud por esta edición número 600, alentando para que sean muchos más en beneficio de la información y comunicación.
Reciba Ud. cordiales saludos.
Juan C. Romanutti EnriqueRobles
Con esa premisa, nació, humildemente, hace algo más de doce años, Ecos de Punilla, ante la necesidad cierta de que había, por ese entonces, un espacio vacío que había que tratar de ocupar. Nunca las circunstancias le fueron fáciles en lo económico, pero fue insertándose y ofreciéndose como contenedor de las ideas, las expectativas, los disensos y consensos, de aquellos que querían y se sentían capaces de trasmitirlos para promover cambios o afianzar lo benéfico establecido. A ellos, a los profesionales, a los hombres y mujeres de la política, a los conductores de las instituciones intermedias, a los comerciantes con ánimos de emprender, y a los ciudadanos comprometidos con la cosa publica, debemos agradecerles por ser participes y protagonistas del medio de comunicación y por haber depositado su confianza en las páginas en negro y blanco de Ecos.
En este sentido, no puedo decir otra cosa que no sea que el fin se está cumpliendo, que me llena de orgullo, cada miércoles, tener a mi alcance notas dirigidas a trascender en lo local y otras que superan las fronteras de nuestra aldea, firmadas por vecinos ocupados en lo colectivo. Artículos generadores de reflexión, de debate, de polémica, disparadores de diálogos encendidos y profundos, con los que se puede acordar o disentir, pero que son útiles para el crecer, para el darse cuenta, para estar informados y sentirse incluidos en la historia cotidiana.
En estos doce años, mucha agua ha corrido bajo el puente, no han sido pocas las veces en que la rutina, las ninguneadas, las exclusiones, las soledades, las injusticias, los dolores del espíritu y los físicos, porque la salud de los sentimientos y la del cuerpo también juegan en esto, han hecho que cayera en el desánimo, en el plantearme el si valía el esfuerzo, pero siempre, siempre, había una razón valedera para continuar o tal vez por aquello que de las costumbres es difícil de desprenderse y no hay que olvidar que de nuestro oficio se dice que es el más hermoso de los vicios. Es así, que aquí estoy comunicándome, descubriéndoles una parte de mí, seguramente la menos conocida, pero me atrevo ha hacerlo porque considero a los seguidores de Ecos parte de mi vivir, y son, sin dudas, aquellos que con sus palabras de aliento o de crítica bien intencionada, hacen que todavía me emocionen ciertas voces, todavía crea en mirar a los ojos, todavía tenga en mente cambiar algo, todavía, y a Dios gracias, todavía (gracias Baglietto por ayudarme a cerrar el párrafo).
Y en esto de agradecer, no tengo palabras para hacerlo con aquellos que han compartido el parto de cada miércoles, el de dar a luz al Ecos de cada miércoles, en estos doce años, y no son otros que Jesús y Mary Farías, encargados de la impresión de cada edición, y también, con algo menos de tiempo, pero no con menos paciencia para soportarme, de Alejandra Luján, a cargo de la diagramación. Por supuesto, el agradecimiento infinito en la concepción a los prolíficos y atinados columnistas Néstor Pousa, Alberto Moro, Alfredo Ferrarassi, Coty Leiva, Benjamín Malamud, a los colaboradores como Karina Lucero, Rubén Rubio, Nora Gómez, Susana Ghilardi, Armando Galera (estos tres últimos conformaron, en base a artículos publicados en Ecos, el libro Plaza Viva, dirigido a la participación y empoderamiento ciudadano, que hoy es material de estudio y forma parte de bibliotecas de universidades latinoamericanas), Luis Kessler, Mario Thibault, Fernando Stanic, y a todos y cada uno, los que, de una forma u otra, han sido protagonistas de este tiempo de información y difusión.
600 ediciones, doce años de permanencia, son motivo de celebración, gracias por hacerlos posibles.
Nicolás Heredia
Director
Junta Municipal de Historia de La Falda (Dpto. Punilla- Prov. de Córdoba)
Señor Director
Ecos de Punilla
Don Nicolás Heredia
P R E S E N T E
La Junta Municipal de Historia de La Falda tiene el agrado de dirigirse a Ud y a sus colaboradores, por la edición del número 600 de “Ecos de Punilla”.
Esta edición no es una más; como toda publicación, es el resultado y continuidad de un esfuerzo en el que Ud ha puesto su empeño y dedicación en informar con veracidad lo ocurrido en esta zona del centro del Valle de Punilla. Pero fundamentalmente, lo ha hecho manteniendo una línea de respeto hacia los distintos puntos de vista de colaboradores, columnistas y lectores, en un difícil equilibrio donde la tolerancia y la empatía no son valores habituales en nuestro medio social.
Además, se ha convertido en un testigo privilegiado de la vida de estas comunidades, y al mismo tiempo, constituyen un valioso aporte al conocimiento del pasado cercano de las mismas.
Esta Junta Municipal de Historia de La Falda desea felicitar a Ud por esta edición número 600, alentando para que sean muchos más en beneficio de la información y comunicación.
Reciba Ud. cordiales saludos.
Juan C. Romanutti EnriqueRobles
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