A 30 años de democracia

Corrían los años de la década de los 70. Signados por las interrupciones de las democracias en el continente subestimado de la América del Sur. Los militares irrumpían a sangre y fuego dando cumplimiento a órdenes de otro continente preocupado por el avance del comunismo y de la izquierda socialista.
Las agendas de aquellos años, los diarios, y la prensa en general auto amordazada para sobrevivir imprimían los nombres de los tiranos devenidos a “autoridades nacionales”. Con la complicidad del miedo algunos argentinos aceptaron los argumentos de la Junta militar. Otros aplaudieron y otros decidieron resistir desde la clandestinidad.
La visión de la Argentina de aquellos tiempos tenía matices diversos y contradictorios. Es que Buenos Aires ya era el país. Y por tanto allí estaba la confrontación, la clandestinidad de los que combatieron contra los que subvirtieron el orden constitucional: Videla, Agosti y Massera.
Y pasando rápidamente las hojas de los archivos de aquellos días, el 10 de diciembre de 1983 recuperamos la democracia aunque no necesariamente la estabilidad económica y emocional. Las deudas dejadas por los militares, y el inefable Martinez de Hoz comprometían la gestión de Raúl Alfonsín, aún antes de comenzar.
Gobernaron los radicales porque a Italo Luder no le alcanzó el perfil para seducir al pueblo argentino necesitado de elegir y de reconstruir los cimientos robados de una república y una democracia desacostumbrada a SER.
Aún y a pesar de las asonadas económicas, institucionales y la fuerza irreverente de los carapintadas, el sistema sobrevivió a los traidores y verdugos de los mandatos populares.
Pasaron 30 años y la Argentina sigue asombrando al mundo por su derrotero de fracasos reñidos con el desarrollo industrial, con el científico, con el económico y con la inclusión y la justicia social. Aun así el “relato” de marcado contenido populista, confunde y lleva a las mayorías empobrecidas y subsidiadas al aplauso y hasta a la convalidación electoral.
Pasaron 30 años de vivencias significativas. Entre ellas las crisis recurrentes y las inesperadas. El boom sojero que apuntaló el rojo para remarcarlo en azul. Una bonanza contextual que hubiera puesto a cualquier país en el podio de los exitosos, a nosotros sólo nos postergó el incendio.

El Relato
Los dictadores, totalitarios y hegemónicos de todos los tiempos encontraron en el relato un aliado de consecuencias favorables e imponderables. Para ello siempre fue necesario acallar voces disonantes como lo hace el modelo de “vamos por todo”. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos fue tomado por asalto, separados los técnicos y amenazados en el peor de los casos. Así con militantes ubicados cómodamente en el sillón de los expulsados y profesionales de las mediciones, los números comenzaron a mostrar una inflación leve, baja, controlada, en el nivel de las naciones más desarrolladas, exitosas y prolijas del mundo.
Ese modelo de país imaginario se vio ensombrecido por las denuncias periodísticas de corrupción. De negocios y negociados del poder que salpicó hasta la honorabilidad del vicepresidente de la Nación.
El avance del “VAMOS POR TODO” necesito también incluir a la Justicia para someter a los magistrados renuentes a complicidades y acordadas más políticas que judiciales.
El vamos por todos fue el mensaje explícito que abandonó la semanticidad para ubicarse en el terreno de una pragmática destinada a quebrar la resistencia de los utópicos del Estado de Derecho.
Hubo un Moreno piloteando la patota contra los supuestos enemigos de la democracia. Y sobrestimando su ”Poder”, se atrevió a todo lo que está negado a un funcionario de esa jerarquía amparándose en la impunidad ofrecida desde la casa de gobierno.
Distraídos y ocupados en amontonar plata, propiedades, empresas, y depositar en paraísos fiscales los progresistas del relato, desaprovecharon la inercia de la bonanza que nos proponía abandonar el subdesarrollo y remontar el status para colocarnos entre las naciones creíbles del planeta.
La Argentina resignó la competitividad económica, resintió el nivel de educación, y redefinió la inclusión poniendo a los desocupados y subempleados en la categoría laboral de OCUPADOS sólo por tener un subsidio.
La mentira alimentó el relato hasta para los acreedores del Estado Nacional y se aventuró a replicar los métodos desteñidos de la década del 50.
Así llegó el Eternauta a los colegios primarios, la consigna sin sello ni referente de aprobar a todos en el nivel secundario, los aprietes, el avance contra los medios y la conformación del monopolio ambicionado y consolidado por la “billetera” del gobierno.
Así llegó una Ley de Medios que desarticulaba la concentración existente para que la atomización fortaleciera la ambición hegemónica del Estado, tanto o más peligrosa que la de los privados.
La Década ganada contrasta con las oportunidades que los argentinos encuentran en el modelo. Están los sin tierra, los sin techo, los sin agua, los sin… despojados por la historia oficial de lo propio.
Feos, pobres, oscuros y analfabetos caminaron desde Jujuy hasta Buenos Aires para hablar con la presidenta de todos y todas. No los atendió.
La década ganada incluye a los muertos y víctimas de las inundaciones. La década ganada incluye a los muertos y víctimas de los ferrocarriles. La década ganada incluye los resultados de las pruebas PISA que nos muestra pobres de formación y conocimientos. La década ganada incluye a la prefectura denunciando precariedad laboral y salarial. La década ganada incluye las fronteras y el espacio aéreo liberado al narcotráfico que está logrando ser una industria próspera en nuestro país.
La década ganada ha reeditado títulos, copetes, crónicas y comentarios que ya leímos y escuchamos en los últimos 30 años. Testimonios periodísticos que hablan de conflictos, de excluidos, de supermercados saqueados, como hoy. Eran días de injusticas, como hoy.

Amores y odios
Con la aparición de los fans del modelo, desde el campo intelectual, político, artístico y cultural, y con el aporte incondicional de los jóvenes, la cámpora y otras organizaciones consolidaron la vuelta a la política de los más chicos. Con el estimulo subterráneo de aportes económicos y de un poder desconocido para los recién llegados a la arena militante, compensaron la pérdida de las almas volatilizadas por la canasta familiar y los seis pesos de la desvergüenza y la subestimación.
De tal manera el seno familiar, devenido en foro de debate sobre las desventuras del vivir, dividió a la familia entre los de la emoción y el aplauso fácil, y los de la razón que reaccionaron por la movilidad de los precios frente a un salario inmovilizado por la supuesta “estabilidad económica”.
Amores y odios florecieron al amparo del modelo. Nadie desconoce los datos que dan cuenta del avance sobre las garantías constitucionales, los de la inseguridad, la irrespetuosidad intelectual de la presidente. O de los periodistas de 6,7 y 8. Pocos desconocen el nombre Ciccone, La Nata, Polino u Oyarbide . Y por estos días de caos generalizado la demanda policial de aumentos de salarios y la huelga dejó indefenso al ciudadano en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Luego el virus se trasladó a diversas y numerosas capitales provinciales, municipios del interior, pueblos y localidades antes casi desconocidas.
En la década ganada los policías están bajo la línea de pobreza, empujados a decir y hacer lo que la propia legislación les prohíbe. Comercios saqueados y nuevamente muertos de la democracia.
San Juan, Catamarca, Río Negro y San Juan lograron acuerdo con los uniformados que presionaron desde la ilegalidad aunque haya fundamento en lo justo de la demanda.
A tres décadas de la recuperación de la democracia, en los que ha gobernado por más de 20 el partido Justicialista y sus aliados coyunturales, el resultado obliga a repensar porqué nuevamente el fracaso.
En las imágenes de los saqueos, donde víctimas y victimarios en algunos casos son vecinos, clientes o militantes del combustible social, rondaba el fantasma de De La Rua aunque Chupete esté aun entre los vivos. El 20 de diciembre nos encontrará nuevamente entre llanto, balas y fuego si luego de blanquear la vida real de los policías, no lo hacemos con los maestros, con los trabajadores de la Construcción, con los ferroviarios, los gastronómicos, los metalúrgicos, los trabajadores de la salud…y tantos otros. Y salimos al balcón de la Rosada a decir que la mentira era de mentira y vamos por la verdad.
En la madrugada del martes 10 de diciembre escuchábamos “Un policía en estado grave, otro herido, murió al ser atendido. Dos muertos en el intento de saqueo en la provincia de Chaco. Dijo el director del H. Perrando, está entrando otro herido de bala en el rostro en la zona de Barranquera”.
“Los dueños del comercio se defendieron a balazos, un policía está siendo intervenido, en tanto contabilizan tres muertos en otras provincias.”
La imágenes desde Resistencia muestran comerciantes armados con escopetas, a patadas y golpes de puño defendiendo la entrada del local contra hombres, mujeres y niños saqueadores.
Es diciembre el mes de la espiritualidad navideña. El De las fiestas del encuentro y la buenaventura. El De los deseos de prosperidad…también es hoy el de la violencia y la furia, de la muerte y el dolor. De la pérdida, del desencuentro, del robo, de la insensibilidad.
Si las fechas coincidieran y tuviéramos el mismo gobierno, podríamos aventurar que nos sobran argumentos para pensar que tal vez tanta desgracia podría ser recordada con algún feriado largo, propicio para la reflexión y la reactivación de la economía.

Horacio Roccazella
Periodista
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Enseñemos Democracia

El Crecimiento de nuestra Nación, el fortalecimiento de las instituciones, el sistema de salud, el respeto a los Derechos Humanos y de los trabajadores, la construcción de educación pública y privada de excelencia, también un sistema político moderno y progresista, es un desafió que contempla la virtud de sembrar actitudes tolerantes para cosechar solidariamente conductas que velen por el Bienestar Común.
Democracia sin enseñanza de valores o sin obligaciones, es una Democracia débil de un sistema regido por injusticias y desigualdades, a 30 años del restablecimiento de la misma. La juventud tiene la obligación de formarse en Democracia para llevar adelante desde la acción cotidiana metodologías sobrias de desarrollo y progreso. Los mayores deben recordar el pasado y acompañar a los que hace muy poco las disfrutan.
Un sistema que no encuentra en él mismo gobiernos austeros o dirigencias dignas y representativas, es un sistema que debe releer las bases fundacionales de nuestra República y repensar las enseñanzas escritas de Nuestra Historia.
La realidad de hoy nos exige responsabilidad y compromiso, a madurar como sociedad, a fortalecer las bases de la igualdad y demostrarnos que dentro de los 30 años de Democracia podemos tener coincidencias y disidencias, pero siempre respetando las diferencias.
Soñar con una sociedad justa, saber de la importancia de los valores fundamentales, expresarnos con total libertad y conciencia, es esencial en la vida de las personas. En lo antedicho no podemos claudicar.
Somos autores de nuestro destino, debemos desafiarnos a crecer y a mejorar, a contemplar ejemplos y sueños colectivos. Cada uno de nosotros debemos ser movilizadores sociales, establecer vínculos, relaciones, diálogos, soluciones, que redunden en beneficio de la comunidad en su totalidad.
Nuestro objetivo debe ser el de concretar un Sistema de Estado Equitativo, Igualitario, Justo, y Solidario, comprendiendo que en cada hogar hay realidades y necesidades diferentes que todos debemos interpretarlas.
La Democracia nos brinda instrumentos ejemplares, para no solo ser espectador, si no participes y protagonistas.


David Alba
Concejal
Valle Hermoso