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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

viernes, 22 de noviembre de 2013

A 30 años de democracia “La vida te da sorpresas”, expresó la Sra. Democracia

“La vida te da sorpresas”, expresó la Sra. Democracia. (D). Lo dijo al recordar su reencuentro con su cónyuge, el Sr. Pueblo (P), 30 años atrás… Y las tuvimos a raudales, le contestó su media naranja y desde el inicio, cuando el Presidente electo por el voto popular aquel 30 de octubre del 83, inició el Juicio a los Comandantes del proceso dictatorial y genocida. No todos pensaban que se atrevería a enfrentar a personajes tan poderosos y amedrentadores, hasta un poco tiempo antes. Incluso así especulaba, con dejo de confesable pesimismo el que relata este diálogo, para quien, ya era una agradable sorpresa llegar a poder contarlo. No menos llamativo fue la decisión de dejar en suspenso por un tiempo, el desembolso por la ya impagable deuda externa. Claro que este reconfortante optimismo nos duró poco. Los militares ya no estaban en “la rosada” y el parlamento funcionaba atiborrado de contradicciones, lógicas en todo devenir re-iniciador de hábitos no practicados durante 8 años. Y así llegó a confirmarse la presunción de la Sra.D, de que ciertas desagradables sorpresas (bombas de tiempo) habían sido dejadas en custodia de privilegiados intereses estratégicos económicos y políticos, nacionales y extranjeros, principales usufructuantes de la pasada dictadura. Fueron entre otros los beneficiarios de la apropiación extorsiva de sectores vitales para las comunicaciones sociales tal el caso de Papel Prensa y de leyes de medios audiovisuales que tardaría más de 3 décadas en llegar costosamente a modificarse.
La Sra. D. nos mencionó que los que sobrevivimos esa época de terror, no alcanzábamos a ver la magnitud de los daños latentes y reales que se habían producido. Los 30.000 desaparecidos-asesinados, los niños apropiados y con identidades fraguadas, los secuelizados física y especialmente en su memoria emocional, los postergados, los exiliados con un duro retorno, nuestros y de los países latinoamericanos hermanos, todos víctimas de un maquiavélico Plan Cóndor. A ellos se sumaban las víctimas de la gesta-aventura desarrollada en el mar austral. Lo de Malvinas quemaba y quema de indignación, por los que allí quedaron en el mar o bajo tierra, producto de actos bélicos donde la justicia de nuestros derechos nunca entra ni entrará en la consideración de potencias imperiales, cuya estrategia de dominación no respeta ni lo hará jamás a quienes no acepten sus conquistas pirateriles.
El Sr. P. asumió su dolorosa parte. Desunidos los ciudadanos, confrontados por fuegos de artificio, el punto final y la obediencia debida, más los golpes de mercado que pusieron en evidencia “quien tenía y mantenía el poder real” no le fue difícil recuperar el tiempo perdido y reinstalarse ya no con el terrorismo de estado sino con edulcorada imagen de un neoliberalismo que iba a convertir a “los proletarios en propietarios” y terminó convirtiéndolos en parias. Y a la patria que sería parte del primer mundo, en una servil pieza de un engranaje entreguista, bajo un “paraguas” que incluía relaciones carnales con el imperio y la traición injustificable a los hermanos peruanos, que solidariamente nos ayudaron el gesta de Malvinas, vendiéndoles armas a Ecuador. Al igual que participando de la agresión a Irak.
Confundidos con la paridad de los convertibles, la in-justicia trajo impunidad para genocidas, traficantes, ataques a la embajada israelí y a la mutual AMIA, las explosiones ocultistas de los traficantes de armas en Río III y una larga lista de atentados contra los disidentes (Pino Solanas) y periodistas no sumisos a la nueva historia oficial (López Echagüe).
La Sra. D. de conmocionada memoria, trastabilló cuando quiso reinterpretar los resultados del Pacto de Olivos, justificándolo por “más senadores” y logros constitucionales como la incorporación de la Convención de los Derechos del Niño a la nueva Carta Magna emergente. El Sr. P. depresivo, contemplaba todo el continuismo entreguista y excluyente que el modelo menemista prodigaba en beneficio de un establishment internacional, que ponderaba a nuestro presidente en todos los foros económicos mundiales, como líder de la mayor transferencia de bienes a lo Hood Robin. Y para peor duplicaba la deuda eterna a pesar de haber mal-vendido hasta las joyas de la abuela.
Las sorpresas no dejaron de ser prodigadas y el voto del Sr. P. le dio la oportunidad a su no siempre fiel pareja, la oportunidad de reconciliarse con sus principios inmaculados que venían desde la revolución francesa: sería posible una armónica convivencia entre las libertades individuales, una igualdad de oportunidades y la huidiza fraternidad al triunfar la alianza UCR- FREPASO. Los relojes y las computadoras no se detuvieron con el cambio de milenio ni tampoco cambiaron un ápice las malas costumbres de hacer política de un cogobierno discretamente fraterno. El Neoliberalismo, consentido por la Sra. D. la década pasada se hizo más fuerte que nunca, con corralitos, corralones y ruidos de cacerolazos que despertaban con hasta los santiagueños más dormilones, pero no a quien debería haberse enterado a tiempo de que la Sra. D. estaba en serio peligro, ya no por las botas lustrosas de invictos represores, sino por los menesteres de pulcros banqueros que silenciosamente esfumaron de las arcas nacionales verdes esperanzas de miles y miles de argentinos. Un helicóptero lo alejó de muchos jóvenes muertos y de su poder.
La historia siguió con cambios que la Sra. D. muy a disgusto suyo, tuvo que tolerar por razones de estricta etiqueta: como el festejo del Sr. P. por la decisión parlamentaria del no pago de la DE, luego la promesa del seudo presidente provisorio de que un dólar depositado sería un dólar en el bolsillo del ciudadano afectado, al igual que ignoró la licuación escandalosa de la deuda en dólares de los empresarios del establishment local, algo semejante a lo que se había producido en los últimos años de la dictadura un eterno re re inventado ministro de economía, que había estatizado las deudas privadas.
La sorpresa mayor no obstante llegó a quién se atreve a este dis-memoriado relato, cuando luego del asesinato de 2 jóvenes luchadores sociales y la no aceptación de un ballotage por el ganador de una 1ra vuelta y con el voto de solo de un 20% de los argentinos, asume la presidencia de la nación un hasta a ese momento casi desconocido gobernador patagónico. Se conocía mejor a su esposa, una aguerrida senadora que se hizo notar confrontando con uno de los mayores pesos pesados del anquilosado sindicalismo. La Sra. D. inicialmente quedó descolocada ante ese “suertudo candidato a perdedor” que ni siquiera sabía como se manejaban los atributos presidenciales. Asumió el gobierno con lo que le dejaba su predecesor y había de todo, menos coherencia. Rápidamente el Sr. P. pasó del asombro a una casi euforia contagiosa. Una Latinoamérica morocha, Fidel, Chavez, en el acto de asunción y poco después mandando “al carajo” el ALCA con el aval de un camionero, transitorio compañero de ruta. Y comenzó así esta última década que ha dado tanto para hablar y poco o nada para aburrirse.
Para mi, médico disconforme con el actual deficiente e inequitativo sistema de salud, donde medran los más poderosos intereses lucrativos, la llegada de bastante más justicia por los delitos de lesa humanidad y de una mayor protección y participación social, ha sido, quizás, una de las mejores décadas de mi vida. ¿Qué es lo que sigue?. Lo que más me preocupa y creo que a gran parte de los amigos de la Sra. D. es que las enseñanzas de los 3 decenios no olviden. Que no se pierdan los logros sociales y legales que ganaron las minorías, ya que sin una mayor equidad social no habrá una justicia legitimada y se sume más transparencia, acceso a una educación de calidad superior y con una seguridad sin narco-agentes. La equidad social requiere una mayor fortaleza del Sr. P. ante los avances de los viejos y renovados sectores del privilegio, por momentos fascistoides, que solo ven en el achique del estado de bienestar la solución de los problemas estructurales que nos afectan. La Sra. D. debe regir con plena participación del Sr. P. y como dice el ex Intendente Ottobre en ECOS, no solo para evitar la maléfica corrupción, sino incluso también para que se viva en cada hogar una convivencia respetuosa de sus integrantes, ya que todas las violencias se generan allí donde primero nos educamos. Feliz reencuentro de la Sra. D. con el Sr. P. en esta hermosa Ciudad de La Falda, es mi deseo en esta conmemoración, por el bien de los niños y jóvenes, sus familias y la comunidad toda.

Benjamín Malamud

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