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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Respuesta a los miembros de la Junta de Historia

Por Alfredo Ferrarassi

Con profundo dolor he leído las infundadas declaraciones de tres miembros de la Junta Municipal de Historia, las cuales debo rebatir dado que no solo son injustificadas y malintencionadas, sino carentes de sustentabilidad histórica.
También porque lo ético hubiere sido responder por mismo medio y no “farandulizar” el tema en un sitio donde estaban en conocimiento desde hace tiempo, que había resuelto no participar jamás por el maltrato que había recibido con antelación.
Señalar que con esta doy por concluida cualquier posible polémica y mi participación en la Junta Municipal de Historia, dado que ante el cariz que han tomado los acontecimientos y sabiendo lo que costó poder armarla, he puesto mi renuncia a disposición de las autoridades dado que no seré el que ponga trabas en tal difícil momento, todo a sabiendas que más allá de tan honorable institución soy y seguiré siendo historiador, por lo que las “chapas” son para aquellos que no pueden mostrar una obra detrás que avale tal condición.
Para comenzar, señalar en primer lugar que la nota que motivo aquella respuesta, no estaba dirigida a la Junta como causa principal de mi descontento con lo que sucede respecto al tratamiento de ciertos saberes y situaciones que en algún momento debemos comenzar a corregir si queremos avanzar y poder realizar cosas.
En el Word que envíe al Ecos de Punilla, la mención hacia la Junta ocupan solamente 5 renglones y medio sobre un total de 85 líneas, con lo cual evidentemente alguien motivo fuertemente a algunos integrantes para que reaccionaran de esta manera. Mi cuestionamiento ha sido a que la misma desde que debí operarme (julio 22) ha sufrido una virtual parálisis y tal cual lo manifestara en tres oportunidades el Vice Presidente Enrique Robles, su objetivo era “patearla para adelante y el próximo que venga se haga cargo, lo mío es un interregno”.
En esas oportunidades (una personalmente y dos por comunicación telefónica) le objete la estrategia que estaba siguiendo, sin oír evidentemente ninguna de las advertencias de lo que pasaría, dado que estaba sentando un precedente que terminaría paralizando a la misma, situación que evidentemente sucedió, de allí que redactara un proyecto para evitar tales circunstancias.
También sostuvo en la última conversación, que tenía que cumplir misiones encargadas por el Intendente respecto a conseguir abrir extensiones áulicas de UTN y Monserrat en La Falda y que le llevaban todo el tiempo, por lo cual “tirarla al córner” era lo único que podía hacer. Ante ello le manifesté que tratara el proyecto enviado y me dijo que si los otros miembros lo tenían, reiterando que habían sido enviadas copias a todos y que por una cuestión de respeto debía ser abordado, al igual que cualquier otra propuesta elevada por cualquier otro miembro
Me dijo que solo eran tres y le reiteré que debía invitar a todos, ya que no podía circunscribir todo a sus allegados. Tengo certeza que los demás no fueron invitados, vaya a saber por qué motivo, lo cual terminó por invaginar a la Junta. No siendo cierto que estuviera paralizada la misma, aunque por carecer de espacio físico y el frío reinante, la última reunión que presidí fue de 4 miembros, pero los otros avisaron su ausencia con antelación por lo cual las apreciaciones emitidas son tendenciosas y carentes de objetividad.
Las opiniones vertidas en el citado medio radial son las que puntualmente quiero responder. En primer lugar contestar al vicepresidente, que creo lo suyo ha sido puro palabrerío, pura cháchara, para no aportar absolutamente nada, cuando en realidad debió centrarse en el tema puntual y tangencialmente referirse a la historiografía, que es la manera en la que se escribe la historia en determinado momento y no a la filosofía, porque no solo no aclaró nada, sino que ha confundido aún más. Con esto afirmo que debió responder porque no se ha reunido la Junta y tratado el dictamen, que está planteado como una herramienta metodológica de trabajo. También ¿por qué no se ha facilitado a todos los miembros copia del material como el del colegio Mateo Molina?. La información hasta hora cuando se contaba se compartía con todos ¿o es que acaso se han privilegiado a ciertos actores y se han discriminado a otros?
Recalcar que no es cierto que no se pueda acceder a documentación, bibliografía u otro tipo de información. En La Falda en las bibliotecas existe material sobre la historia de la ciudad y región y en internet hay cientos de libros y trabajos de historia de Córdoba que si desearan bajar gratuitamente solo es cuestión de ponerse y hacerlo.
También así como se me llamó por motivos relacionados sobre la escritura en cuestión, me habría puesto a disposición de habérseme consultado sobre el tema, al grado que en tres oportunidades ofrecí a que se celebraran las reuniones en mi domicilio por los problemas de movilidad que tenía, situación que de haberse querido se hubiere podido concretar.
En ningún momento se ha querido ni desoír, ni ningunear a ningún ciudadano de esta, lo que se ha propuesto es seguir un protocolo que se ajuste a la metodología histórica que es otra cosa. Tampoco da este medio para aclararle a Robles el menjunje mental que tiene respecto a la ciencia histórica, lo cierto que sus razonamientos distan de lo que se usa actualmente, por lo que tampoco voy a detenerme a discutir sobre algo totalmente superado hace largo tiempo.
También hubiere deseado y con esto comienzo a contestarle al hiriente y desconocido Néstor Pousa, que el Sr. Vicepresidente hubiere debido aclarar que me llamó y se apersonó dos veces, una a buscar material documental porque “no lo tenía y no sabía nada del tema” y a pedirme desesperado donde podía conseguir la escritura, le dije en el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, como tampoco conocía dónde estaba le manifesté a una cuadra y media del Monserrat donde trabajaba, que debía presentar una nota de acuerdo a las disposiciones vigentes y se la darían, pero él que debía demostrar que la escritura no existía era la otra parte y no la Junta, en todo caso cuando afirmara la negativa, recién allí demostrarle la falacia. Llamó nuevamente para saber cómo se hacia la búsqueda, le di todos los datos de la ubicación, de tal manera que fue una mañana la pidió, le dijeron que le avisarían por mail cuando la tuvieran y así sucedió, por ello estimo uno debe informarse más antes de verter conceptos que son ofensivos como todos los que volcó sobre mi persona, cuando he sido quien le defendió siempre.
Aclararle también que no he renunciado a la presidencia de la Junta, por ética ante mi imposibilidad física pedí licencia, si ella coincide con el lapso de mi periodo era una cuestión administrativa decidir qué hacer, lo que sucede que a veces el inconsciente nos traiciona, diciendo lo que deseamos que suceda y creo Freud se haría un picnic con aquella afirmación suya.
Antes recalcar, que salvo ciertas excepciones de las ciudades importantes , las Juntas de los pueblos del interior son una mixtura entre especialistas en el tema y aquellos que son entusiastas aficionados y los días transcurren en una armonía placentera, en el respeto mutuo trabajando por el pueblo y por sobre todo en el aprendizaje y la investigación. Lo que aquí ha pasado es que en lugar de haber tratado de escuchar, de preguntar porque tal o cual posición, se ha cedido a las presiones, por un lado las políticas, que son solapadas, y que quieren hacer fracasar desde del primer momento a la Junta y las de aquellos que desde las sombras despechados por no saber esperar su tiempo, han hecho todo por sembrar dudas, por conspirar, a ellos es a los que en la nota anterior me refería, no a la Junta.
Si Pousa y los demás miembros se hubieren avenido a preguntarme les hubiera dado las explicaciones de tal o cual metodología, pero ello no sucedió, al menos con estos tres miembros y desgraciadamente han llevado la situación a extremos de difícil retorno por no haber simplemente preguntado o al menos hacerlo quien debía informarles lo que pasaba, ya que estaba al tanto de todo y no lo hizo, vaya a saber por qué razones, entonces él o ellos son lo que deberán dar las explicaciones del caso.
Por enésima vez voy a tratar de aclarar ciertos puntos que son esenciales entender y para no continuar discurriendo sobre algo que es sumamente simple. Si se busca la razón histórica, si queremos encontrar las causas de lo que sucedió el trabajo a realizar es uno, si creemos que por buscar cosas más viejas tenemos más razón entonces nos remitamos al primer otorgamiento de tierras y terminemos con esta parodia.
El miembro Pousa debería preguntarse porqué y me permito usar un término odioso, pero no hallo otro, los “historiadores de carrera” coincidimos en algo, como es el hecho de la venta de un lote de tierra con el fin de edificar un chalet es el inicio de un pueblo y le respondo, porque esa venta que pudo tener razones económicas, pero no es ese el motivo central, lo que hizo fue sentar el precedente que no eran operaciones especulativas, sino para un fin determinado como el de la existencia de una propiedad levantada en un lapso de tiempo concreto, eso es lo que da nacimiento a un pueblo, que luego tendrá su municipalidad y su perfil propio (1934).
En cambio la supuesta creación de una escuela no habla de que existiera un pueblo, ya que bien sabido es que La Falda como tal no existía, era un espacio rural y que dependía de Huerta Grande, entonces si por los censos sabemos que había escasos pobladores, se debe investigar primeramente donde estaba ubicada, desde donde concurrían los alumnos y por sobre todo revisar si lo actuado por el Ministerio es correcto, ya que hay quienes sostienen que la primera escuela es la actual Aeronáutica Argentina y no el J. Molina, entonces como insólitamente no se me ha otorgado copia del material que el “historiador” Ubeda acercó, estimo que las preguntas aun ante la ausencia del mismo son: ¿la existencia de ella habla del surgimiento un pueblo en términos de urbanización estable?, ¿de dónde eran los alumnos? ¿cuántos eran realmente los mismos?
No deseo polemizar con nadie, ya que todo estaba realmente encausado y de golpe, por la soberbia de no querer debatir los términos y las estrategias se llega a este estado. La ex presidenta de la Junta Provincial de Historia, Dra. Marcela Aspel, en un congreso de Historia en Capilla del Monte me manifestó “Ud. no apoye lo que no está convencido, recuerde que del ridículo no se vuelve” y posteriormente hizo hincapié en que en los círculos académicos provinciales tenía una muy buena consideración y que era necesario conservarla.
En base a esto no voy apoyar un festival de fechas como aquel de 1992, que no solo fue contraproducente, sino que es un desquicio intelectual volver veintiún años atrás, por no saber interpretar la documentación, así que considero que no “he metido la pata” como dice Pousa y menos engañado a nadie, es un disparate sostener tal situación y si él cree que es así lo intimo denuncie a la justicia tal accionar delictivo y se atenga a las consecuencias de no poder probarlo, también les digo a los tres que exijo se forme un tribunal con los más prestigiosos historiadores provinciales y/o nacionales para que juzguen el dictamen.
Creo que el error de Pousa radica en creer que los medios pueden ser el tribunal que emita un veredicto sobre el pasado faldense, no porque no haya programas dedicados a la historia, como el de radio Palermo con el ciclo de Soltando Pájaros que empezó la Lic. Marcela Feudale y hoy prosigue con Atilio Bleta, que sábado tras sábado lleva los mejores referentes del tema, al igual que otros programas que hay en las radios de todo el país; sino fundamentalmente porque es el medio académico donde se deben producir estos debates, ajustándose a ciertas normas y por sobre todo manteniendo o elevando el nivel, esto no significa que alguien deba quedar fuera, solo que es necesario diferenciar entre aquello que cambia el curso de la historia, de aquello que puede figurar en una efeméride, que puede ser recordado, pero que no tuvo suficiente trascendencia para modificar el presente, de aquello que sí cambio el curso de los acontecimientos.
Deseo ir terminando reiterando que debemos pensar en términos científicos y que no hay sitio para regresar a los ‘90 cuando se pretendía una compulsa popular para certificar que el 11 de junio realmente había pasado por primera vez el tren y luego se demostró que era un error tipográfico. ¿Qué hubiera pasado si ganaba el sí?, un papelón mayúsculo, ahora estamos ante la misma situación.
Respecto a Romanutti, solo diré que hábilmente tiro la piedra y escondió la mano. Un habilidoso en el arte de la intriga, con lo cual creo haber dicho absolutamente todo
No deseo extenderme más, el tiempo es demasiado valioso y la vida tiene un límite, por ende perderlo en estas discusiones bizantinas es un desperdicio existencial y por otro lado es imposible pretender dialogar cuando la ceguera, cuando el oscurantismo ha ganado la escena, por ello he decidido realizar mis investigaciones en soledad, en tranquilidad y si quienes detentan el poder creen que soy necesario estoy a disposición de ellos, dejando en claro que no pienso participar más en estos términos, no pienso discutir sobre cosas juzgadas, aquel que quiera viajar hacia el ridículo lo haga, pero piense que por allí no hay boleto de retorno y después será demasiado tarde para lamentarse lo que se debió hacer y por capricho no se hizo.

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