XVI Fiesta Nacional del Alfajor Una fiesta que superó las expectativas de propios y ajenos

Hasta el clima se confabuló para que el fin de semana en que La Falda recuperaba la Fiesta Nacional del Alfajor fuera una verdadera y total fiesta. A ello sumó una amplísima convocatoria, es seguro que cada vez que se tratan de establecer números las cifras discrepan, pero faltar público no faltó, es más, el sector del escenario central estuvo colmado a la hora de las presencias estelares. Tampoco fue menos en las diversas actividades programadas y abundó en concurrencia y compras en los 40 stands de alfajores y productos regionales que se montaron sobre Avenida Edén.
Es posible que la cantidad de alojamientos hayan estado relativamente similares a los de años anteriores, no pude discutirse que es una de las fechas en que se recepta un alto nivel de visitantes, pero, si precisamente utilizamos esta fecha para ponderar cómo procederá la elección veraniega de nuestros visitantes, en esta ocasión se le ha agregado el plus de la fiesta que, no dude, será del comentario a familiares, amigos y compañeros de trabajo, convirtiéndose en la mejor promoción.
Las autoridades se mostraban exultantes y no era para menos, mejor resultado no se podía esperar, incluso debe haber superado sus propias expectativas.
Si ponemos la atención en la organización, puede decirse que todo marcho ajustado y que es indudable que el trabajó previo debió ser importante e intenso. El más importante de esos logros fue la cantidad y calidad de los expositores, llegando incluso de otras provincias, en su mayoría se han marchado plenamente satisfechos; la concurrencia de las reinas de otras fiestas provinciales y nacionales, en cantidad (30) y belleza, fue otro de los aciertos, las candidatas que buscaron ser elegidas Reina de la Fiesta Nacional del Alfajor no fueron a la saga y la elección fue impecable, belleza, simpatía, elegancia, desenvolvimiento, completita la correntina Cynthia Falcón, que tenemos como estudiante en Córdoba, y será la embajadora de nuestra ciudad en eventos a lo largo y ancho del país; la programación artística en que los valores locales no desentonaron y expusieron a Carlos Habiague como su máximo referente, monumentales los shows de Cacho Buenaventura y Los Caligaris poniéndole el humor y hasta un toque “loco” a sus actuaciones.
Por ahí, escuché alguna crítica acerca de algún toque de egocentrismo por parte de las autoridades organizadoras, vale, será cuestión de hacerlo notar y recordarles que la humildad también genera réditos y méritos, pero también habrá que reconocer que si existió ese desfasaje, fue compensado con el reconocimiento a todos y cada uno de los que desempeñaron una labor en procura del objetivo propuesto, como así también a los precursores de la fiesta, a los productores locales y regionales que siempre la acompañaron con su presencia, y esto me hace recordar las sentidas palabras de Don Rivadera de la Confitería La Súper, el que con sencillez puso de manifiesto que es bueno celebrar lo que se recoge desde la producción del trabajo y que se traduce en buenos antecedentes y buenos amigos.
Las repercusiones de la fiesta recién comienzan a expandirse y así será por tiempo prolongado porque se vivió una verdadera fiesta.
Las expresión de “que la fiesta vino para quedarse” del intendente Eduardo Arduh, y la intención de ir por la recuperación de la Fiesta Nacional del Rock que se propuso el Secretario de Turismo Diego Veliz, lo dicen todo en relación al ánimo que embargó a los funcionarios tras el éxito obtenido.