Nombre:
Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 18 de abril de 2013

La falsificación de la historia

Por Alfredo Ferrarassi

Desde siempre quienes detentan el poder han querido justificar el mismo y sus acciones ante la historia, con una serie de explicaciones vía escritos, bulas, encíclicas, acuerdos, o campañas destinadas a legitimar sus derechos, no solo ante la sociedad epocal, sino más allá del tiempo físico de los actores.
Estimamos que un ejemplo rotundamente claro son las famosas Bulas de Alejandro VI, las que vinieron a justificar los descubrimientos que no se ajustaron al Tratado de Alcacovas/Toledo de 1479 que daba “prioridad” a Portugal en el Atlántico y limitaba a Castilla a Las Islas Canarias, sin embargo cuando un 2 de enero de 1492 ésta expulsa a los moros del Reino de Granada la expansión sobre el inmenso y “desconocido” océano era cuestión de meses nomás. Así un navegante judío de origen genovés, Cristóbal Colón, se lanzo a la aventura de la conquista, arribando a tierras americanas en octubre de 1492.
Casi de inmediato se advirtieron las violaciones a las disposiciones establecidas, pero resulta que la autoridad pontificia era el ex Cardenal de Valencia, Rodrigo Borgia, quien había asumido como Alejandro VI y se hallaba ligado, cuando menos afectivamente a los intereses de Castilla y Aragón, entonces dictó dos Bulas la Breve Inter Caetera, del 3 de mayo de 1493 y la Menor Inter Caetera un solo día después, por la cual se daba cierta legitimidad a lo hallado por Colón, será recién con el Tratado de Tordesillas cuando se logre evitar cualquier conflicto futuro al disponer que una línea a 370 leguas al oeste de las Islas de Cabo Verde era límite entre ambos reinos, a partir de allí un extremo de Brasil quedó para Portugal, el cual tuvo desde entonces una clara política expansionista sobre el territorio español.
Casi de inmediato con el descubrimiento se produce el inevitable caso de que como se justificaba el uso de la mano de obra indígena en las propiedades españolas otorgadas por Reales Células, no faltó la polémica en torno a la defensa que hizo Fray Bartolomé de las Casas y quienes consideraban a los habitantes de estas tierras como equiparables a un menor por lo que debían quedar a cuidado de un peninsular que le enseñara la doctrina y los “beneficios” del trabajo.
Con esto queremos señalar que toda acción que de alguna manera avance conculcando derechos es la que debe justificarse ante los tiempos que vendrán, porque más allá de la defensa que se pudiera exhibirse, estimamos que en los fueros más íntimos, aunque no lo reconocieran, eran conscientes que estaban cometiendo alguna violación a la propia doctrina que levantaban.
Esto es una constante a lo largo de la historia universal y de acuerdo a las políticas que se lleven adelante será como deba justificarse la misma, con un encastre histórico para convalidar las acciones implementadas en el presente.
Días atrás el canal estatal produjo trece capítulos de una serie que deja en claro como se manipula nuestro pasado para poder decirse herederos del mismo y sentir que el anclaje actual es convalidado por aquel, si para ello se debe operar sobre la historia todo justifica el fin como presente.
Veamos, “Las huellas del Secretario” es una producción ficcional que se centra en la figura de Mariano Moreno, quien junto a French, Berutti y Castelli fueron el ala más jacobina de la revolución contra la conservadora de Saavedra y Funes, nuestro Deán. En la misma no solo se habla del asesinato por envenenamiento de Secretario de la Primera Junta, sino de la destrucción u ocultamiento del famoso Plan de Operaciones y como un heredero de los Maderos va descubriendo las hojas ocultas por su abuelo para salvarlas de los reaccionarios conservadores que quieren arrebatárselo al pueblo y a la revolución americana actual de indiscutible orientación “bolivariana”.
Sin dudas, Moreno escribió el Plan, algunos niegan su autoría, ya que lo que queda es una transcripción del mismo que se conociera años después. Sin embargo muy pocos pueden estar en contra de su figura y del dinamismo que le imprimió a la Junta, la cual cuando fueron los patriotas señalados desplazados, se transformó en reaccionaria en la conjunción de la alianza que siempre resultó nefasta para la Argentina, la del ejército con los Saavedra y la de la curia con los Funes.
Sin embargo por definición son las FFAA un sector conservador de nuestra sociedad y si en algunos periodos se vistió de populista, por ello no dejó de serlo, sino que ese tinte le permitió armar un espacio que le permitiera hacer pie como un sector de poder que ahora pelearía con un partido propio.
Si se analiza en profundidad el surgimiento de Perón no solo se verá un movimiento fascista copiado del modelo italiano de Mussolini, con los planes quinquenales incluidos, al igual que el papel de la CGT, como brazo obrero del sistema ideado. Pero resulta que hasta la implementación de esta central, el movimiento trabajador estaba liderado por la FORA y la USA, centrales anarco sindicalistas y marxistas respectivamente, las cuales desaparecieron desde la unificación que el secretario de Trabajo y Previsión planificó.
Las reivindicaciones obreras perdieron su carácter revolucionario para pasar a defender al sistema bajo la supuesta conquista de derechos, que ni el propio líder había inventado, sino que copió del gran Alfredo Palacio, un socialista que junto a Alicia Moreau de Justo o Repetto jerarquizaron el Congreso por sus elocuentes discursos en defensa de la soberanía frente a los capitales ingleses de los frigoríficos, en donde también brillo el demoprogresista Lisandro de la Torre.
Para justificar su supuesta tercera posición, que en definitiva es desde lo epistemológico una entelequia total, debió crear líneas históricas levantando figuras opuestas a las de la historiografía tradicional. Ya no fueron Mayo, Progreso y Democracia, lo cual podemos traducir como Moreno, Echeverría, Sarmiento e Irigoyen para terminar erigiendo a Moreno, Rosas y Perón, como hacedores de la verdadera nacionalidad, frente precisamente al bando “vende patria” que estaría encabezado por quienes defendieron siempre los intereses probritánicos, como paradojalmente se trató de ubicar al propio Moreno. Así éste tuvo detractores feroces como Julio Irazusta, o Hugo Wast (Gustavo Martínez Suviría) y también algunos defensores como Eneas Spilimbergo y Jorge Abelardo Ramos, dentro de la misma posición nacionalista.
Respecto a estos dos últimos, socios en un momento y luego enfrentados políticamente, diremos que hicieron una mezcla ideológica entre nacionalismo y marxismo, saliendo una verdadera ensalada rusa (aunque no cercana al régimen moscovita) que mantuvo vigencia por varias décadas.
Algunos fueron héroes y villanos según el cristal con que se los miraba, por caso Sarmiento o Julio Argentino Roca y hasta el propio Rosas, en realidad la Argentina no logró alcanzar un término medio en esto de los amores y odios hacia ciertas figuras.
En medio de este enfrentamiento entre “liberales mitristas” y nacionalistas, en un momento se “coló” una interpretación diferente, la de la historia económico-social o historiografía marxista, la cual podríamos calificar de ortodoxa respecto al método y que alimentó aun más el abanico interpretativo de nuestro pasado. Cada corriente tuvo en la justificación de su presente político el pergamino de antaño que lo representaba y justificaba.
Así las cosas llegamos a este presente en donde la mezcla de posiciones es moneda diaria, máxime cuando se ha creado un Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano, en donde el kirchnerismo hace de las suyas con su insolente manera de concebir el poder y ejercerlo.
Allí se está tratando de destruir la historiografía liberal y la marxista, una, por todo lo que encierra para ellos la solo mención del término y la otra porque aun hay intelectuales de izquierda que no han puesto precio a su conciencia y no cotizan en la Bolsa de Valores K. En medio, dos “historiadores” que hacen de las suyas en esta cruzada contra todo aquello que no sea de la especie “pingüinifera”, como Felipe Pigna y Pacho O´Donnell.
El pasado está sujeto a transformación de acuerdo a los intereses políticos actuales y el tema de la objetividad es algo descartable o maleable de acuerdo a como pragmáticamente se lo necesite. Por ello queríamos volver a aquella serie que mencionáramos al inicio, “Las huellas del Secretario”, ya que la ficción se basa en un aparentemente inocente juego histórico, pero si lo miramos en detenimiento no solo es un ataque al grupo Clarín, como causa de todos los males del país, si no a las sociedades secretas de tipo masónicas, en donde el único objetivo es destruirnos como nación para imponer oscuros e inconfesables intereses ligados a Gran Bretaña.
Con esto queremos significar que hay una interpretación antojadiza de la realidad, la cual se ajusta de acuerdo a como se presenta el momento coyuntural de la política. Por lo tanto lo que está en juego, al menos eso pretenden los “populistas” latinoamericanos, es ajustar el “pasado y presente” a sus “deseos imaginarios”, negando lo que está sucediendo.
Queremos cerrar ésta con una lectura de lo sucedido en Venezuela, donde se inicio la falsificación de la historia americana ajustándola a los intereses de ciertas posiciones, porque sin dudas el resultado, más allá que haya triunfado el delfín político de Chaves, los escasos votos que han separado a uno y otro es muestra inacabada del comienzo del fin del populismo en Latinoamérica, ya que a pesar del aparato electoral a su disposición, de fondos a discreción para mantener la campaña, del indiscutido impulso que la muerte del ex presidente dio al contendiente oficialista, los resultados distan mucho de ser todo lo arrolladores que se hubieran deseados y sobre todo porque el ganador evidentemente no está “maduro” para la monumental crisis que se avecina.
El próximo paso a analizar será el resultado de las elecciones de Argentina, ya que si la oposición toma conciencia que debe unirse deponiendo enfrentamientos estériles y conforma un verdadero frente programático que tenga como eje central salvar a la República , no solo podrá realizar una excelente elección, sino empezar a construir un nuevo espacio político, en donde se tomen ejemplos de países confiables, en donde el progresismo radique en un socialismo para los nuevos tiempos, en una evolución de lo planteado por Marx, pero también este cambio deberá llegar a las posiciones liberales, las cuales deberán también transformarse, dejando atrás el conservadorismo y prestar atención a políticas sociales que puedan rescatar de la pobreza y marginalidad a aquellos que han pagado el alto costo de esta crisis capitalista existente.
Todo esto requerirá revisar en el buen sentido de la palabra, lo actuado, construir una historia científica, con las orientaciones ideológicas lógicas, pero por sobre todo a partir del estudio serio, sistemático del pasado, ya que sería inconcebible y hasta incompatible pretender construir una nación moderna si no tenemos en claro, antes, lo que sucedió.





0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio