Nombre:
Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 17 de enero de 2013

Cosquín 2013 Un festival en clave de crisis

Por Alfredo Ferrarassi

Reiterar que Cosquín es un evento en que la polémica no ha estado ausente jamás a lo largo de más de medio siglo de existencia, es redundar en un aspecto que parece ser una de las características del, hasta ahora, festival mayor de América.
La capital del folklore estuvo a punto de ver suspendida una edición por falta de fondos en la gestión de la ex presidente Isabel Perón. En esa oportunidad los fondos llegaron casi sobre la hora y se pudo salvar el mismo, aunque no estuvo ausente cierto clima que hacía presagiar en el ´75 los tiempos que se avecinaban y que hicieron eclosión en marzo de 1976.
Este año es muy especial para la otrora capital departamental de Punilla, ya que lo que vive la más antigua ciudad del valle es una crisis institucional de envergadura y de ríspidos enfrentamientos entre sectores del propio partido gobernante, que no ha hecho más que poner sobre el tapete un tema de carácter nacional como es la sucesión presidencial y todo lo que ello encierra.
No es costumbre de estos cronistas abordar temas políticos en los comentarios del festival, ya que se aborda lo inherente a lo artístico, sin embargo se hace necesario, en este caso puntual, referirnos a que ha sucedido el año anterior en las elecciones municipales para poder entender la crisis en la que se encuentra la conducción municipal.
En efecto, a pesar de las obras de la circunvalación y los puentes construidos, incluyendo uno que no va a ningún lado, ya que parece fue construido al revés, en cuanto a sus pendientes y se encuentra no solo sin terminar, sino sin resolución técnica a la vista. Lo cierto es que las votaciones pasadas presentaron un panorama desconocido ya que se postularon ocho candidatos a la intendencia y a pesar del acuerdo entre el FPV y Unión por Córdoba, el intendente Villanueva solo logró ganar por un escaso 3% de los votos al Socialismo, quienes obtuvieron así un inesperado 30% de los mismos.
Hubo reproches hacia algunos partidos que alcanzaron muy pocos sufragios y a los que se acusó de “funcionales” a la actual gestión dado que no supieron lograr un acuerdo y encolumnarse detrás de quien resulto segundo, habida cuenta que las plataformas y desacuerdos con el mandatario, que buscaba su reelección, eran coincidentes en muchísimos puntos.
Así Marcelo Villanueva asumió en medio de un desgaste político notorio y que le llevó a pedir licencia por diez meses en el cargo para pasar a desempeñarse en la Agencia Córdoba Turismo que depende del gobierno provincial. Su lugar lo ocupó Rossana Adaglio, la jefa del Concejo Deliberante, tal cual lo marca la ley que reglamenta los municipios que carecen de Carta Orgánica Municipal.
Durante ese plazo la intendenta logró, gracias a acuerdos con la provincia, pagar en término los sueldo, realizando una gestión destacada por todos. Al vencimiento del plazo de licencia y producido el desgaste entre De la Sota y la Nación por el tema de los fondos coparticipables de la Caja de Jubilaciones, aquel decidió volver a su cargo.
El resultado inmediato fue un enfrentamiento entre el Concejo Deliberante en su totalidad con el reasumido intendente, el pedido de juicios políticos por diversas causas, una denuncia penal del Socialismo ante la Cámara de Cruz del Eje por un dinero para una obra pública determinada y un allanamiento a la intendencia y a los miembros del nuevo ejecutivo, con secuestro de documentación y contenido de notebook y pc de escritorio.
Lo concreto es que el intendente debió buscar “refugio” en la nación dado que al romper “relaciones” con la provincia se quedaba sin un sponsor de envergadura, pero lo más irritante ha sido para el pueblo de Cosquín el supuesto que el precio de esa ayuda sea dejar en manos de “La Cámpora” el manejo del festival y que se afirmara que se pensaba cambiar el nombre de la Plaza Prospero Molina por el de Néstor Kirchner, lo cual generó una resistencia generalizada de la Ciudad Capital del Folklore la que rechazaba esta medida.
Ante esto debió desmentir la retomada gestión que ello hubiera sido planteado, pero lo cierto es que el romance entre pueblo-gobierno parece estar roto y de impredecible evolución dada su etiología del conflicto.
La promoción del Festival es casi nula y dadas las tendencias que observan en la provincia, con una temporada, que por más que se trate de disimular, es lejana a la esperada ya que está lejos de ser considerada buena, cuando en realidad se esperaba una desbordante llegada de turistas que hasta ahora no se ha producido y es muy improbable que se pueda concretar.
Lo cierto es que hubo en Punilla y en esto no podemos hacer caer en Cosquín la culpa, una pésima apreciación de la realidad, posiblemente fruto de una lectura correcta de la realidad, más cercana a las charlas de café que generan “verdades” nunca comprobables y que hacen equivocar los diagnóstico. Aunque tampoco pueda desconocerse que es esta ciudad la que más aumentó los costos del veraneo en Córdoba con un 52% respecto al año anterior.
La clase empresarial sostenía que dado el “cepo” cambiario, la escases para conseguir dólares oficiales por las trabas de la AFIP, la gente se volcaría masivamente a las sierras de Córdoba, cuando se podía leer en diciembre, en la prensa especializada, que aquellos que poseían un cierto capital preferían o cambiar el auto, o la casa o los artefactos de ésta o producir modificaciones edilicias que aseguraran la valorización del bien frente a lo improductivo, que en una crisis puede significar apostar a vacacionar.
De tal manera que se retrajo la demanda y esto se ha notado también en los festivales que suelen poblar Córdoba en la época estival, siendo por demás significativo que Jesús María tuviera que esperar cuatro noches antes del primer lleno, siendo notable la “caída” de ciertos números que hasta hace un par de años eran reaseguro de colgar el cartel “no hay más localidades”, lo cual este año vino a corroborar lo que veníamos sosteniendo con ciertos artistas, en los que las épocas de bonanza habían pasado.
El Valle de Punilla se suele colmar con el desarrollo del festival por lo cual si este fracasa, también fracasará la temporada para las poblaciones que conforman este lineal corredor. Lo concreto de ésta será corta, dado que las clases empiezan temprano en la provincia mediterránea y que sólo aumentará los fines de semana, siendo floja durante el resto de los días, resultando vital saber qué sucede en las nueve lunas coscoínas.
Si volvemos sobre el evento en sí, veremos que al recambio natural de figuras que venimos señalando por la lamentable partida de alguno de ellos, se está sucediendo otro paralelo que es el de aquellos artistas que vienen ocupando un espacio central y que no han sabido producir un recambio lógico de autores, de propuestas, terminando por agotar un “mercado” que les ha terminado de dar la espalda en los festivales que se viene desarrollando en varios puntos del verano.
Este año frente a la crisis financiera y el altísimo costo de algunos números se ha apostado a una programación con nombres nuevos, pero con pocas figuras que puedan llegar a significar una sorpresa artística, ya que quienes se muestran en el firmamento desde hace algunos lustros han apostado al aplauso fácil y la inmensa mayoría de los conjuntos suenan iguales a los consagrados y en cuanto a los solistas sucede algo similar, ya que salvo raras excepciones alguno se anima a una propuesta diferente, personal y a autores de valía.
Por ello afirmar que estamos en una meseta que comienza a inclinarse hacia una pendiente que no presenta, ni calidad ni recambio superador, es ser objetivos aunque suene doloroso, ya que se han perdido los lazos con lo que diera origen al festival y por momentos pareciera que estamos en un festival de rock y no de música folklórica, con esto no queremos significar que todo debe ser congelado en el tiempo, si no que deben aparecer figuras que oxigenen al mismo, deben aparecer, los Tejadas Gómez, los Petrocelli, los Castilla, los Dávalos, entre los poetas y en lo musical los Huanca Hua, los Zupay, los Nombradores, los Opus 4, las Voces Blancas, los Cuchi Leguizamón etc.
Para concluir debemos señalar que la Prospero Molina fue aislada del publico con un proyecto similar al de la Quinta Vergara en Viña del Mar y allí estimamos comenzó la decadencia dado que se apostó al show business, que a nuestras raíces musicales.
Observemos que este enfrentamiento entre nación y provincia, se “consumió” un locutor histórico como es el coscoíno Fabián Palacios y antes a un excelente Claudio Juárez que ha pagado el precio por su simpatía política. Este año este rubro será otra de las incógnitas a develar, ya que estimamos ni la locutora tradicional, ni el incorporado locutor Marcelo Iribarne podrán hacer olvidar a los citados y menos al entrañable y recordado Miguel Ángel Gutiérrez.
Lo que suceda en estas nueve lunas festivales tendrá entonces un valor agregado, por un lado lo que pase con la asistencia y la economía del valle y por el otro si esta indisimulable crisis tendrá repercusión sobre lo artístico y por supuesto como se resolverá la misma.


0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio