Cristina y el Calendario Maya

Por Alfredo Ferrarassi

Hace unas tres décadas, estimo, en la revista El Quid apareció una nota muy interesante, por el ingenio cómo había sido abordada y porque permitía presagiar lo que vendría posteriormente, el maremágnum de teorías y doctrinas reñidas con toda lógica, con un perfil sectario alarmante, el cual terminó haciendo pie definitivamente en el norte de Punilla y suroeste del departamento Cruz del Eje, el escrito se llamaba “Piramidomania” y se centraba en la primera manifestación de esos universos fantásticos, en los cuales los seguidores depositaban, en este caso, en la Pirámides, infinidad de atributos científicos, espirituales y estelares, ninguno de ellos jamás comprobados, pero indiscutidos para quienes eran adeptos a aquella seudociencia y al mundo extraterrestre.
Hace menos de un lustro, en esa renovación permanente, porque no es aconsejable cortar el rentable negocio, se lanzó en los también pseudos canales de documentales, Infinito, Discovery y History, las “famosas Profecías Mayas”, según las cuales el mundo se termina en este diciembre de 2012, claro que antes han abierto el paraguas y dicen que por los cambios de los calendarios juliano a gregoriano, podría haber un desfasaje y la fecha sería entonces en el 2024, lo cual brinda doce años más de rentable recaudaciones vendiendo excursiones, bibliografías, souvenires de la fecha y cuanta cosa podamos imaginar, desde piedras energéticas, a menhires intraterrenos a supuestas construcciones fantásticas comechingonas en Capilla del Monte.
Todo sirve para recaudar y para “contener” a una serie cada vez mayor de “creyentes” que religiosamente rinden culto a las predicciones apocalípticas del mundo que se acaba, aunque valga aclarar ya han comenzado a sostener que se acabaría una dimensión y aparecería otra, la cual, claro está solo la verían y tendrían acceso a ellas los seguidores del culto Maya.
Todo esto viene al caso porque entre las teorías fantásticas y la política hay un disimulado nexo, porque fieles herederos del “miente, miente que algo quedará” los intereses se entrelazan y hasta podríamos suponer que son digitados, desde las sombras por quienes pretenden manejar el “Nuevo Orden Mundial” o perpetuarse indefinidamente en el poder, ya que a “río revuelto, ganancia de pescadores”, y si podemos imponer una idea, por capilaridad, podemos hacer que ese concepto sirva también para otros fines. Ergo, el mundo se acaba, pero podemos “sobrevivir” si adherimos a ciertos preceptos ilusorios, lo mismo podemos transferir a la política, sino continuamos con este modelo la Argentina se acaba, si Cristina no continúa comienza el apocalipsis nacional. Situación que es tan ficticia como que el mundo termina el 12-12-12 o que nos “desintegramos” como nación si no continúa el actual gobierno “per saecula saeculorum”, lo cual es una falsedad absoluta que pretende imponerse aunque sea necesario apelar a cuantas falacias sean necesarias.
Lo cierto es que las secuelas del 20N no han podido aún ser tabulados en su verdadera dimensión, aunque el impacto ha sido verdaderamente alto en el gobierno y más allá que se argumente que no fuese una huelga, sino un gran piquete, más allá que se le descalifique de todas las maneras posibles, lo cierto es que puertas adentro hay preocupación por las repercusiones que puedan tener y por sobre todo porque la ultima parte del año no ha sido en nada propicia al gobierno que ha demostrado una total improvisación de gestión. No solo es el affaire de la Fragata Libertad, o el caso de la Corbeta Espora, sino el temor a salir con un avión propio en viaje de estudio por parte de la Escuela de Aviación de Córdoba, que se debió conformar con una “excursión” de cabotaje por el sur argentino.
También es la verdadera situación de la economía del país, ya que la formula inflación, más PBI estancado, más el alarmante déficit fiscal, más la ausencia de inversión en el país, da como resultado la caída en picada de aquella. Indicadores que se pasan antes por la cosmética propagandística, pero que tanto empresarios como consumidores perciben distinto que el gobierno, que en lugar de asumir su fracaso, apuestan a la permanente confrontación y solo logra irritar aún más el tejido social y por sobre todo ganarse nuevos adversarios habida cuenta la incontinencia verbal de sus “voceros” que obtienen todo lo contrario a lo que buscan.
Veamos ejemplos que nos hablan a las claras de la crisis en la que estamos. Han bajado estrepitosamente la construcción, la producción metalmecánica y la automotriz, sumado a esto que desde el cepo cambiario salieron de los bancos 7.800 millones de dólares de depósitos privados, lo que debe leerse como una desconfianza hacia las posibles repercusiones y evolución de esta coyuntura inmanejable para la Presidente.
Aníbal Fernández ha logrado gracias a sus opiniones ponerse en contra a la CGT Balcarce y a Antonio Caló, quien manifestó que “el gobierno debe escuchar los reclamos que plantearon los trabajadores”, con lo cual ha iniciado la lenta separación de la política gubernamental y una eventual futura unificación con el sector liderado por Moyano.
Hasta ahora nos hicieron creer que Luis D’Elía, al igual La Cámpora, eran cuando menos una fuerza de choque agazapada y hasta armada hasta los dientes, pero la realidad nos demuestra que tanto uno como la otra solo generan repudio. Observemos en Santa Cruz, feudo de los Kirchner por excelencia, el pueblo cansado del desmanejo político de Máximo protestó en Río Gallegos con huevazos a los diputados sureños por negarle el apoyo financiero al gobernador Peralta, a quien pretende el gobierno hacerlo caer a cualquier costo.
Esto es a las claras una corroboración que las cualidades políticas no se trasmiten por osmosis y menos que por ser portador de apellido se está en condiciones de heredar las “virtudes” de sus progenitores. Por lo tanto, ante el fracaso evidente se ha creado una supra estructura política denominada “Unidos y Organizados”, la cual ya ha tenido algunos traspiés con la justicia por problemas financieros.
Lo grave de la situación es la ceguera que se puede apreciar, ya que el mesianismo reinante es alarmante dado que la disidencia es imposible y menos el debate de ideas. Para los seguidores del gobierno no existe nada potable por fuera del mismo y pretenden ser dueños de todas las posiciones progresistas existentes. Pretenden hacer creer que con ellos comienzan los Derechos Humanos, que hasta la llegada del ex presidente no existían, desconociendo que hubo una resistencia durante los años negros de la dictadura la cual desconocen, pero ello sería un juego político macabro, el cual se puedo no compartir, lo que es gravísimo es que algunos líderes de aquellas luchas cambiaron el pañuelo blanco por la camiseta K, con lo cual los mártires de aquellas jornadas han quedado devaluados frente al frio mercantilismo de algunos de sus líderes.
Según los “teóricos” oficialistas este gobierno es socialista o lo más cercano a ello y se debe profundizar el modelo “liberador” actual, sin embargo, sostenemos que el arquetipo de gobierno es distante de ser socialista y que si se lo profundiza es más conservador que progresista, con un profundo predominio bonapartista, propio de la ideología que exhiben.
Discurrir sobre esto sería una discusión, cuando menos interesante, pero ello es lisa y llanamente una utopía total dado que es un dialogo entre sordos el que puede llegarse a dar entre un simpatizante del gobierno y uno de la oposición, solo que para los acólitos K todo aquel que no está con ellos es simplemente su enemigo, con lo cual un intercambio de opiniones es una verdadera misión imposible.
En la semana un dirigente kirchnerista local, que representa a un centro vecinal en un organismo oficial, acusó a quienes difieren con el proyecto oficial simplemente como nazis porque en su rudimentaria lógica, todo aquel que piensa diferente es el contrincante a destruir, pero lo que olvida este “señor” es que los verdaderos nazis son ellos, los que avanzan sobre la libertad de prensa, los que ahogan a las provincias reteniéndoles sus derechos coparticipables, tratando de hambrear a los jubilados de las cajas interior al no girarles los fondos o los que hostigan a sus propios comprovincianos porque no le hacen el juego de la obsecuencia al gobierno.
Podríamos pensar que este es un caso aislado de un intolerante de una ciudad serrana, que no se adaptó a la idiosincrasia local, pero desgraciadamente este no es un caso aislado, simplemente así piensan la mayoría de quienes siguen al actual modelo.
El grado de fanatismo es tal que han terminado por convertirse en sectarios, en tener sus propias profecías apocalípticas, en suponer que como en los mayas el mundo termina con el fin del mandato de Cristina, olvidándose que lo que culmina es una etapa de oscurantismo político dando nacimiento a una nueva “era” de tolerancia política entre los argentinos y ojalá así sea!