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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 28 de junio de 2012

Hacia la recuperación del Estadio Las Murallas del Club Atlético La Falda

La Lista Roja y Negra que buscará la conducción del Club Atlético La Falda en la próxima Asamblea General Ordinaria ha conformado un Subcomisión de Fútbol que ya se encuentra trabajando en el Estadio Las Murallas, una de las propiedades de la institución a la que se ha virtualmente destruido y dejado en el más bochornoso abandono.

La sensación de abandono del Estadio Las Murallas, se ve irrumpida por la aparición de las siluetas de dos hombres, que guantes, pala y rastrillo en mano, amontonan bolsas de consorcio con basura, en la mañana que recién comienza a entibiar sobre el filo del mediodía. Los trabajadores no son otros que Jorge “Bebe” Slek y Ariel “Pichón” Núñez, integrantes de una subcomisión provisoria de fútbol que integra la Lista Roja y Negra que pretende hacerse de la conducción del Club La Falda en la próxima Asamblea General Ordinaria.
El “Bebe” deja sus guantes, saluda e informa que “hemos conformado una subcomisión provisoria de fútbol que tiene como principal objetivo inicial el limpiar el estadio saber con qué contamos y con que no. Lo más importante de este arranque ha sido conseguir que extraigan, hasta el momento 500 camionadas, la tierra y ripio que cubrían toda la cancha del Estadio Las Murallas para hacer en dos años consecutivos, en enero, las competencias de motociclismo, con algún producido económico para alguien, pero que al Club La Falda le ha dejado escasa rentabilidad y, como puede ver, la pérdida total de la cancha de fútbol. Eso se ha logrado a través de gestiones ante el municipio, ellos la zarandean y la llevan después para arreglar las calles de tierra. Ya se ha extraído alrededor del 70%, luego vendrá la motoniveladora y le daremos los niveles, vendrá la tierra negra, el regadío, lo que se hará con regadera, manguera o por aspersión, esto lo definirá la gente con su apoyo. Ahora estamos limpiando y tratando de poner en funcionamiento la cancha chica, que no sufrió los desastres que puede verse en el resto del predio. Han venido unas señoritas, parece que se va a conformar un equipo de fútbol femenino, le hemos brindado nuestro apoyo, y hay un grupo de chicos que trataremos de nuclear, para volver a ser lo que era el Club La Falda con buena actividad, de categoría superior, con divisiones inferiores insuperables”.
Observar el paisaje lunar que es la cancha de fútbol y preguntar por cuánto costará recuperarlo, es encontrarse con la respuesta tozuda y esperanzadora del “Bebe”, que dice “no tenemos idea aún de la inversión económica que va a demandar poner la cancha de fútbol en condiciones. Esto va a requerir mucho tiempo, porque se ha degradado el terreno, vamos a necesitar de mucho trabajo. Pero, con afán, ganas y si estás en esta tierra y la transitaste sin dejar huella, para qué pasaste. Le vamos a poner lo que haya que ponerle”.
Se le recuerda que no tan sólo ha transitado y dejado huella en esa tierra, y el “Bebe” echa a volar sus recuerdos y rememora “en el año `80 le compramos el predio al Sr. Schultz, ya el chalet se llamaba Las Murallas, compramos dos hectáreas durante la presidencia de Amador Almozni, que hay que reconocerlo el esfuerzo que hizo, como al Nenen Scotelaro, al Hueso Sánchez, al barba, Randazzo, Pelliza, y tantos otros que bregaron por esto, y que la memoria no me ayuda a recordarlos, a los que siempre guardamos en el corazón, con afecto y agradecimiento. En julio del `80 compramos, en noviembre jugamos el partido inaugural, a cancha llena, con Valle Hermoso, 2 a 2 fue el resultado. De ahí pasamos a jugar en la Liga de Punilla, después llegamos al Provincial, jugamos una final con Belgrano, un momento estupendo, al que se llegó porque había sentimiento, pasión, y porque cuando se quiere se puede. Pero lo importante son aquellos 155 chicos (foto) que tuvimos en las divisiones inferiores y que fueron a disputar encuentros con River Plate, en el monumental de Núñez. Allí, llevamos cinco categorías en el 1996. Después de ese año, comenzaron los avatares, los vaivenes, entró otra subcomisión, se murió mi querido amigo “Nito” Simone, otros fueron desapareciendo, algunos físicamente, y hemos llegado a esta realidad, que según las autoridades actuales, hicieron las carreras de motos porque nadie utilizaba las instalaciones en otra cosa…Vamos a tratar de recuperar el estadio, vamos a respirar hondo, y creo que no hay que darse por vencido, ni aún vencido. En lo que hace a la cancha estamos en cero, o por debajo, pero le vamos a poner todo el esfuerzo, y quizás en un año, ojala antes, estemos haciendo un partido de reinauguración”.
“Pichón” Núñez que ha seguido atentamente el derrotero de los recuerdos, sale de la ensoñación y manifiesta “para quienes hemos tenido relación con el estadio, esto es una tristeza, una pena muy profunda, llegar y encontrarte con este despropósito, con una cancha a recuperar de cero, con los cerramientos destruidos, sin árboles, sin iluminación, ha desaparecido todo el tendido del cableado subterráneo, sin la cabina de transmisión, con ratas, con toda la basura de lo que fueron los eventos, cada paso que das te encontrás con un problema nuevo, los vestuarios destruidos, con una pared de treinta volteada para generar un espacio nocturno, tipo boliche o algo así, no sé qué, sin luz, sin agua, con deudas por esos servicios…bueno, faltan los arcos, las columnas de iluminación se las habría llevado esta gente cuando rescindió el contrato…ahora queda laburar, tratar de recuperar lo que se perdió, recuperar el club, el fútbol y el deporte en general”.
Ahí quedan el “Bebe” y el “Pichón”, dos representantes de generaciones totalmente diferenciadas, uno ya no es tan bebé y el otro ya no es un pichón, uno está desandando sus últimos buenos años, el otro proponiéndose los buenos años del hacer, experiencia y empuje, sabiduría y sabia nueva, que resume Slek en el adiós “vamos a ponerle entusiasmo, garra, para que La Falda tenga nuevamente un estadio, que en su tiempo, ahora y siempre se va a llamar Las Murallas y estas murallas serán invencibles”.

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