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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 10 de mayo de 2012

¿Qué tal si empezamos a cuidar nuestro patrimonio?

Por Alfredo Ferrarassi El patrimonio cultural faldense se ha convertido en una lucha que está comenzando a aglutinar a quienes pretenden que haya un respeto por el pasado y que más allá de los cambios, que los tiempos de manera inexorable traen, exista un cuidado por aquello que nos identifica, que nos da razón de ser. Pero ello la nueva utopía que observamos en varios puntos de la provincia y en otras latitudes de Argentina es la lucha por las preservaciones de aquellos bienes culturales tangibles e intangibles que el “desarrollismo feroz” de ciertos urbanista ligados a empresas multinacionales están acostumbrados a llevar adelante. Sostenemos esto porque a nivel mundial el nuevo negocio es inventar guerras, no solo para vender armas, sino para después “reconstruir” ciudades y tener ganancias siderales en base al sufrimiento de los pueblos avasallados y arrasados, en medio de ello el saqueo de los bienes culturales que luego “embellecen” colecciones privadas o museo de las potencias colonialistas, ergo Inglaterra y Estados Unidos. Antes de avanzar en lo que pasa en nuestra ciudad, voy a tomar la licencia de citar parte de la solapa del reciente número editado por la Junta Municipal de Historia de Cruz del Eje (Año 2 Nº 2) de su Revista, al respecto y en torno al Sol Comechingón emblemática pieza sustraída hace años en el noroeste de Córdoba por el inglés Gordon Gardner, la cual fue ubicada por un cruzdelejeño, Mario Raúl Moya, en el mismísimo Museo Británico de Londres y aunque no pudo verle ya que la misma en 1982 fue “puesta a resguardo” en una bóveda especial con motivo de la Guerra de Malvinas y devuelta al Departamento de Arqueología Americana en 1998, al que solo especialistas avalados por Universidades o instituciones arqueológicas tienen acceso restringido al mismo. Pero lo que importaba en este caso puntual era certificar la existencia, ya que las afirmaciones vertidas oportunamente por Guillermo Terrera y Rodolfo de Ferrari Rueda, que afirmaban su existencia habían sido puestas en duda. Solo resta agregar que llegó en 1928 de mano del citado “huaquero” como regalo a su Majestad Jorge V. Lo que importa de esta cita, es que la comunidad científica de la “Cuenca del Sol”, ha logrado tener un logo que identifique el sentimiento de un pueblo respecto a sus orígenes y que lo luce orgulloso en sus dos libros y su correspondencia oficial, es un camino que se hizo andando desde la modestia, sin caciques, sin tener que llevar el peso de aquella impronta de quienes, sin mérito alguno, creen deben estar en cuanta institución exista porque representan vaya a saber que prosapia cargada de laureles ya mustios y desteñidos blasones de percal apolillado, de la nunca comprobada nobleza de sangre y menos de saberes. Entonces cuando se observan aquellos pueblos que sienten orgullo de su pasado, que luchan por conservarlo, que se dan cuenta del valor que esto tiene desde el punto de vista del turismo cultural, sentimos sana envidia, porque en La Falda hemos perdido, por culpa de la desidia oficial, la cual no es nueva, sino de muy larga data, solo que en los últimos ocho años el abandono de la cultura fue realmente patético, permitiéndose destruir los bienes patrimoniales de todos de manera impune y descarada, porque destruir no solo es la piqueta de los arquitectos y proyectistas del capitalismo salvaje, destruir es también falsear la historia, destruir es también permitir la discriminación y la persecución ideológica de quienes piensan diferente, destruir es priorizar lo partidario por sobre el bien común. En los últimos días un periodista de TN manifestó una posición sobre el rol de quienes ejercen esa profesión, “el periodismo está para incomodar, porque cuando un funcionario público está cómodo es porque algo anda mal”, esta frase fue vertida ante los desgraciados dichos de la Senadora Beatriz Rojkés de Alperovich, la tercera autoridad del país, a esto lo queremos sumar a unas definiciones que hiciera el filósofo Tomás Abraham que servirán para delinear un razonamiento respecto al papel de la prensa en estos momentos tan particulares que estamos viviendo… “cuando hay pensamiento no hay adoración. Necesitamos pensar, no creer. Pensar en todo, con total libertad. Es muy difícil hacerlo donde se crea un clima de guerra, donde todo se lee como lealtad o traición” (1) Indudablemente cuando se ejerce el periodismo crítico, cuando se escucha a los vecinos y se advierten los errores puntuales que están sucediendo se suele confundir, tal cual lo señalara Abraham, lealtad con traición y ello es lo peor que le puede suceder a quien gobierna, porque en lugar de un abismo entre aquellas hay solamente un fino margen y la subjetividad es tan lábil que basta el mínimo acto de diferir para convertirse en el más cruel de los enemigos, cuando en realidad lo que se suele estar tratando de comunicar es las consecuencias que pueden suceder si no implementan cambios o se reorientan estos. Concretamente el tema que tiene en ascuas a varios vecinos de Villa Edén es las construcciones que se están realizando en la Diagonal Los Eucaliptus y que no se ajustarían a derecho, los mismos se quejan por motivos más que atendibles y valederos. Veamos, una construcción que no se ciñe a la zonificación existente y que fuera ya parada en los comienzos de la actual gestión, ha sido la que genera escozor, al observar que ahora se la continúa y que las respuestas obtenidas no han sido claras por parte de las autoridades, sumado a que se identifica a quien la está haciendo como uno de los favorecidos del anterior gobierno, lo cual como mínimo ha conformado un combo casi explosivo que terminó enturbiando el clima en que se mueven ciertas obras en la citada villa. La otra edificación cuestionada es la de un natatorio que se está erigiendo en las cercanías de una de las márgenes del arroyo que cruza la diagonal, que suponemos deberá cambiarse de nombre dado que ha perdido la razón para llamarse así. Más allá del tipo de estilo elegido, el cual en nada se condice con los existentes, lo cierto es que las argumentaciones que nos acercaran quienes se oponen a estas, son totalmente atendibles por la veracidad de las mismas. A los pocos días de producirse la tragedia que costó varias vidas por la crecida de dicho cauce, recordamos en una nota que el mismo había sido corrido al centro de la amplísima manzana para aprovechar los terrenos y que los eucaliptus plantados fueron para fijar el suelo. En un matutino cordobés se supo publicar un mapa confeccionado por Hidráulica sobre la cota segura del tranquilo curso de agua y en base a estudios sobre el trazado sin modificar, recién era seguro construir a partir de la vereda sur hacia adentro, lo cual habla a las claras de la peligrosidad que tiene el mismo cuando llueve en las laderas del cerro. Al ganarse espacio sobre el recorrido modificado, lo que estamos haciendo es encerrar cada vez más el recorrido y aquel espacio que no tiene los costados que le harían perder fuerzas, lo deberá inexorablemente encontrar hacia arriba, siendo entonces más preocupante el tema. También es real el argumento esgrimido que de la mano de las modificaciones observadas se ha alterado el sentido de zonificación y que no tendría sentido el cobro de una tasa preferencial de impuestos dado que ha dejado de ser una espacio residencial para ser ahora comercial, con lo cual si no definimos lo que queremos ser difícilmente podamos saber hacia dónde queremos o podemos ir. Mencionar esto cambiará el humor de algunos, pero ¿Qué es preferible, alertar o callar esperando que al estallar caigan algunos funcionarios? Cuando la crisis se podría evitar fácilmente llamando a realizar un estudio multidisciplinario para no continuar colocando parches sobre parches y tener bien en claro que cuando se debe decir no, es impensado encontrar una respuesta que sea tal vez, poner límites es también ejercer la autoridad, porque si no lo hacemos corremos el riesgo, que como ahora se esté pensando de pedir sanciones por incumplimiento de las obligaciones como funcionario público a los encargados de ciertas áreas. Sin duda, tanto el que edifica como el que cuestiona estas, tienen un punto en común, la imposibilidad de dialogo, el cual debería ser propuesto por el estado que es en definitiva el que ha permitido estos emprendimientos. Con esto queremos decir que si se posibilita la modificación del paisaje serrano, tal cual se lo está haciendo, también debemos ser conscientes que estamos matando la gallina de los huevos de oro y que La Falda tenía en las arterias tradicionales de la parte este un atractivo que se está perdiendo y que era el que le otorgaba un perfil señorial, siendo entonces el mismo parte del patrimonio que estamos adulterando con estas permisividades edilicias. En una reciente nota señalábamos en lamentable estado del tradicional paseo El Dragón, hace escasos dos días La Voz del Interior ha publicado una nota sobre el estado calamitoso del viejo camino al Cuadrado, lo cual pudimos corroborar con filmaciones de Canal 8. Ahora bien ¿nadie se ha dado cuenta que ese camino es parte de nuestro patrimonio cultural? y que hay que gestionar para que sea hasta un recambio ante el peligro de desmoronamiento que tiene el actual camino asfaltado y vender una alternativa turística que se puede promocionar de la mano de la historia. No compartimos las afirmaciones en que era parte del Camino de los Riojanos y menos un ramal del Camino Real, por lo erróneo de ambos conceptos; lo cierto es que cada vez defendemos menos lo nuestro, que no tenemos una política al respecto, lo cual excede a lo que pueda plantear la Secretaria respectiva, dado que es una cuestión del Estado y del Legislativo hacerla mediante Ordenanzas que la contemplen. Sería injusto adjudicarle toda la responsabilidad a la actual gestión ya que esta ausencia es añeja, pero mientras no asumamos que tenemos un potencial vastísimo que requiere ser abordado por todos los sectores faldense no vamos a solucionar el desierto de proyectos y leyes. A veces parece que se predica en el páramo, aunque siempre queda la esperanza que algún día nos pongamos a trabajar en serio para recuperar aquella grandeza que supimos tener, la cual nació gracias a contar con un proyecto común, el cual fue apoyado por todos, más allá de las ideas o militancias que pudieron haber, mientras no asumamos esto tendremos más de lo mismo, solo que cada vez con más parches. 1) Fernández, Luis Diego. Entrevista a Tomás Abrahan, en Ñ, Revista de Cultura, N° 449, BsAs, 2012, pág. 6 y subsiguientes.

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