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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 10 de mayo de 2012

“No temerle al cartero”

El director de este semanario ha dado visibilidad en el último Nº de Ecos, a un problema real de nuestra sociedad faldense o centro punillense, que no es nuevo, pero al evidenciarlo, nos da la oportunidad como comunidad, de asumir responsablemente su análisis y la búsqueda de soluciones efectivas. Que grupos de jóvenes se sientan marginados del resto de la juventud que estudia, trabaja, progresa, goza del acceso al deporte la cultura o la recreación y asuman actitudes transgresoras y a veces de alto riesgo personal y social, es un problema real que incluye a todos los estamentos de la estructura comunitaria. Incluye la deserción escolar, lesiones o enfermedades prevenibles, adicciones, ocio destructivo, clima vecinal de inseguridad configurando un panorama negativo de una sociedad que pretende ser inclusiva y solidaria. ¿Dónde pondremos el acento? En las actitudes antisociales de algunos adolescente y jóvenes o en una estructura económica y social que muchas veces se olvida o ignora las necesidades básicas de un grupo etario que a lo largo de la historia fue siempre uno de los más golpeados por las crisis generadas desde los grupos de poder. ¿Victimarios o víctimas o ambas cosas a la vez? En el Informe de Unicef sobre el Estado Mundial de la Infancia 2012, dedicado a “Niñas y niños en un mundo urbano”, se señalaba las profundas desigualdades en el interior de las ciudades y su impacto en la vida y el ejercicio de los derechos de la niñez y la adolescencia”. Hubo logros en nuestro país: en el año 2003, 6 de cada 10 niños y jóvenes vivían en asentamientos y ese porcentaje se redujo a 2 de cada 10 en 2010. La pobreza también disminuyó considerablemente, de 63,8 a 17,3 % utilizando una evaluación propia. No obstante señala 3 indicadores preocupantes: 1) los niños y jóvenes que residen en viviendas deficitarias; 16,6% de la población del país vive en ranchos, casillas o viviendas con piso de tierra, o sin agua dentro ni inodoro con descarga de agua. Quizás en La Falda este problema se manifiesta en indicadores de hacinamiento y en una abismal inequidad en el acceso a la vivienda por parte de las familias de trabajadores. 2) El 13,6 por ciento de los adolescentes y jóvenes urbanos de 15 a 24 años no estudia, no trabaja y no busca empleo. En total, son alrededor de 590.000 en todo el país, según datos de 2010. “Esta situación tiene manifestaciones explícitas en las zonas urbanas como las adicciones y la violencia, que no se observan en las áreas rurales”. 3) En salud, un problema “recurrente” que afecta a los adolescentes y jóvenes en la Argentina son los “accidentes” de tránsito por los que mueren 3 de cada 4 adolescentes o jóvenes de 15 a 24 años. A este último “indicador”, los faldenses no lo podemos ignorar en absoluto dado que en las últimas semanas, 3 vidas jóvenes se pierden dejándonos una sensación de impotencia que no podemos ni debemos aceptar. Quienes estudian el problema de la vulnerabilidad -posibilidad de lesionarse- en la adolescencia encuentran 2 antecedentes de gran importancia. Una mayoría de los participantes en transgresiones, conductas riesgosas (tránsito, sexualidad, conflitividad agresiva, abuso de drogas psicotrópicas legales o no, en especial el alcohol) y delitos menores, emergen y superan esos comportamientos problemáticos con el tiempo y terminan con una aceptable integración social. Un grupo más pequeño y mucho más conflictivo, arrastra problemas comportamentales desde los primeros años de la vida, producto tanto de condicionantes personales o genéticos que los hacen hiperactivos, impulsivos, desatentos, desafiantes y a veces agresivos como de condicionantes familiares y sociales, que incluyen el castigo físico, el maltrato emocional y lo peor de todo la desatención de sus problemas y de su persona, el abandono, el trato negligente de sus necesidades. Aquí es donde el rol de los equipos de salud primero y los educativos después junto con los servicios sociales y de salud mental con pleno involucramiento comunitario, deben batallar para que esta historia de fracaso anunciado se interrumpa. Ambas situaciones deben ser conocidas y trabajar desde las estrategias de prevención antes de caer en soluciones exclusivamente punitivas. Programas de retención escolar en todos los niveles con la plena actuación del Consejo de Educación municipal, detectando y elaborando propuestas que puedan desarrollarse con los recursos que se poseen o que se requieran. Se trata del futuro de nuestra niñez y adolescencia. Promover y facilitar el acceso al deporte, la recreación, el arte, el cuidado de nuestro ecosistema, llevando los recursos municipales a los colegios barriales y los centros vecinales. Tanto a nivel público como privado o social, La Falda y sus pueblos vecinos y hermanos, cuentan con excelentes recursos que no deberían retacearse ante un objetivo social que nos eleve en la consideración general. “Es más fácil construir niños fuertes que reparar hombres destruidos”, esto lo dijo Frederick Douglass (1817–1895) un ex esclavo negro, que luchó en su país por terminar con el erróneo concepto de razas, sexos, estratos sociales inferiores en cuanto a condiciones intelectuales. Las adicciones dejan de ser un problema policial para convertirse en un problema de salud pública, para lo cual se requieren equipos de salud mental capacitados y disponibles tanto para las escuelas como para los vecinos que carezcan de coberturas sociales. No solo son causa de adicciones las drogas. Una adicción que está perturbando nuestros niños y jóvenes es el de los video juegos (VJ): en opinión del The New York Times. "Tan vulgares, crudos, asquerosos y completamente embrutecedores como pueden llegar a ser a menudo, finalmente han sido reconocidos como un elemento válido de nuestra cultura". Arnold Schwarzenegger como gobernador, prohibió en 2005 los VJ que incluyen matar, mutilar, desmembrar o agredir sexualmente una imagen de un ser humano y…que carecen de "valor literario, artístico, político o científico". Sin embargo la Suprema Corte de Justicia de los EEUU acaba de anular la prohibición, considerando que esos VJ “transmiten ideas”. No se mencionó el antecedente de los 10.000 millones de dólares que mueven los VJ. Y traigo a colación este condicionante de nuestras violencias invisibilizado, recordando que tanto en los crímenes cometidos por niños contra sus pares y relatado en Bowling for Columbine: Un país en armas por Michael Moore lo mismo que en Carmen de Patagones, estos eran consumidores asiduos de los más violentos VJ. Nicolás Heredia, asume la función del cartero. No se enojen con el. Nos está anoticiando de que estamos a tiempo de actuar. Benjamín Malamud

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