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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

viernes, 4 de mayo de 2012

El 1º de mayo y Agustín Tosco, una referencia ineludible

Cada 1º de mayo, recordamos la gesta heroica de los mártires de Chicago y especialmente el significado sencillo y profundo de su permanente reclamo: 8hs para el descanso y 8 para la familia luego de haber trabajado en condiciones dignas. Sin esas 8 hs donde se cumple la función de padre o de madre, algo se pone en riesgo y ese algo es vital para el futuro y la salud de una institución social insustituible y permanentemente jaqueada: la familia. De las consecuencias de esa falencia, hablaremos luego, pero si alguien entendió como dirigente obrero ejemplar ese legado, fue Agustín Tosco, paradigma de dirigente comprometido con sus compañeros, con su clase y con las luchas emancipatorias de su época. Lo conocí personalmente en dos momentos especiales de nuestra historia. La primera fue en esos tormentosos años 57-58, de los que comentara en una nota anterior, cuando coincidíamos obreros y estudiantes en defensa de la educación pública y nuestra YPF, época en la que ya comenzaban a enarbolarse entre los manifestantes algunas banderas de un desconocido para mi, movimiento 26 de julio, (M-26-J) de combatientes contra la dictadura de F. Batista en Cuba. Tosco nunca nos dejó de acompañar a los estudiantes que nos manifestábamos en las calles de la “docta”, con fogosos y esclarecedores arengas de barricada y en una oportunidad, evitando con sus compañeros de que fuéramos maltratados y arrestados por el accionar represivo. Algunos compañeros estudiantes fueron baleados en aquellas duras circunstancias. El Ministro de Gobierno a la que respondía la policía era Raúl Faure, un ex dirigente del gremio docente y en ese momento funcionario del Gobernador Arturo Zanichelli. La otra oportunidad aconteció aquí en La Falda, en el durísimo año 1975, poco tiempo antes de su muerte y ocurrió en una absoluta clandestinidad. Algunos de quienes lo albergaron en Cosquín fueron brutalmente asesinados o desaparecidos como Amelia Insaurralde y debo reconoce el gesto del municipio de Santa María, que le puso su nombre a una de sus calles. A La Falda llegó en muy malas condiciones de salud para un estudio médico, ya que no podía acceder a ningún centro sanitario de la capital cordobesa donde era intensamente buscado. A pesar del intenso dolor que lo afectaba, nunca perdió su calidez humana que le era característica. Tosco no era un “obrerista”; su visión como dirigente de los trabajadores de Luz y Fuerza lo llevó a luchar por un país mejor: “…para que todos juntos, trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideologías, de todas las religiones, con nuestras diferencias lógicas, sepamos unirnos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su compañero y su hermano”. En pleno “onganiato” y estando detenido le escribe una carta de agradecimiento al ex Pte. Arturo H. Illía que por medio de Hipólito Solari Irigoyen se preocupaba por su situación, donde incluye estas expresiones “o defendemos el estado de derecho o aceptamos el estado de hecho, característico del actual régimen. Aquí caben toda clase de discriminaciones disimuladas y explicadas con un fariseísmo deprimente, que pretende transformar al ciudadano en súbdito”. Y respecto a su compromiso con nuestro petróleo encuentro esta cita del año 1970: “Denunciamos que el régimen había dictado una ley de hidrocarburos para facilitar en abierta medida la entrega del petróleo nacional, que había sancionado una ley de sociedades anónimas, contrariando el proceso de recuperación por parte del estado, de las fuentes básicas de la economía y de las empresas que son palancas fundamentales para el desarrollo auténtico”. Volviendo al significado del Día del Trabajador en su relación con la institución familia, me remito a nuestra cotidianeidad: 3 grupos o más de adolescentes y jóvenes de nuestra ciudad y pueblos vecinos recurren a transformarse en “tribus” y a expresar de una u otra manera su no pertenencia a nuestra estructura social: no los acogen o lo hace débilmente sus familiares, el sistema educativo y les cuesta acceder a derechos establecidos como el del deporte, la cultura, el arte o la sana recreación. Quien los recibe con agrado es la marginalidad, el alcohol y otras culturas de alto riesgo en las calles, plazas o algunos recovecos barriales. La famosa desregulación de los 90 desregló el trabajo pero también la institución familiar. 8 hs eran pocas y ¡suerte el tenerlas! ¿Y los chicos? Mucha tele y abandono. ¿Y ahora estamos mejor? Bueno mejor que España con un 25% de desocupados, indudablemente y que en Italia donde la quiebra masiva de PYMES a creado una ola de suicidios, echo confirmado desde la península por nuestro común amigo David Buccini. Las estadísticas señalan que en Argentina hemos llegado a un descenso significativo en el número de desocupados (7% según la editorial del 30/04/12 de la Voz del Interior), pero en mi consultorio atiendo niños cuyos padres trabajan más de 12 hs diarias y que por consiguiente tienen escasísimo tiempo y energía para brindárselos a sus hijos. La vigencia de los derechos del trabajador, consagrados en nuestra constitución es una deuda pendiente y aplicación impostergable. Si algo hemos aprendido en nuestro quehacer pediátrico es el de que prevenir es mil veces mejor y más económico que curar… y las cárceles y los cementerios no curan a nadie. Los graves efectos de colisiones de motociclistas con o sin alcohol en su sangre; de riñas con lesiones severas y de efectos perdurables, físicas y psicológicas; de drogas psicoactivas mezcladas irracionalmente con cualquier bebida alcohólica, o fumadas sin contemplar que los efectos adictivos y deteriorantes sobre las funciones cerebrales, todos juntos inductores de una desinhibición de los recaudos para una conducta sexual responsable, nos acercan a un aspecto del problema que afrontamos, el de la salud… y quedan los otros y no menores, educación, inserción laboral, vida social productiva. La Falda cuenta con recursos humanos y materiales, público y de su comunidad en cantidad y calidad suficiente para afrontar y paliar estos desafíos que no son pocos. Ya se están elaborando propuestas factibles desde ese espacio renacido para prevenir lesiones en el cuerpo y el alma de nuestros niños. Estamos caminando, que según E. Galeano, es lo esencial de una utopía: La Falda “Ciudad comprometida con sus niños”. Benjamín Malamud

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