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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 19 de enero de 2012

El Cosquín Cultural

Por Alfredo Ferrarassi

Más allá del evento central que es el tradicional festival en sí, durante estos años Cosquín ha sabido leer y atender las necesidades de una parte de la sociedad que busca otras actividades por fuera del comercial epicentro artístico de la Plaza Prospero Molina, que cada vez se ciñe más a un esquema alejado de aquello que le diera origen.

Sin dudas recordar a quienes Tito Nogués definiera como los pioneros es no solo rendir homenaje a una generación que con lucidez supo plantear el problema del aislamiento coscoíno y por sobre todo la solución al mismo, que fue el primer Festival Nacional del Folklore de Cosquín, el cual salvo una crisis de envergadura en la gestión de Isabel Perón, que hizo peligrar su continuidad, jamás se vio interrumpido en estas 52 ediciones.
Aquellos hombres que supieron hacer historia y entre los cuales podemos citar a Santos Sarmiento, Wisner, Barrera, Crigna, Casenave, los hermanos Nogués y otros tantos más, ya que merecerían citarse a todos para no cometer la injusticia de la omisión, pero que debemos ceñirlos en un puñado de ellos por la tiranía del espacio, tuvieron la capacidad de no limitarse a un solo evento, si no que pensaron otras actividades paralelas que marcaron historia y que ante la ya inclinada pendiente de la meseta creadora en la que está el número principal son la nutriente que queda de aquella semilla que supo germinar y dar cosechas a lo largo de más de medio siglo.
Los “padres fundadores” pensaron esas actividades paralelas, naciendo así la legendaria Feria de Artesanías que cada año se renueva con sus muestras de real valía y en donde hubo épocas en que de la mano del Dr. Sarmiento, quien supo ser, además de un reconocido tisiólogo, un investigador cultural y de su mano se conocieron por primera vez aspectos de pueblos indígenas que asombraron, en aquella época a los visitantes, por las costumbres que tenían. El contraste o el “choque cultural” no fue menor y según los diarios de la época no fue poca la polvareda que levantó la presencia de los mismos en la plaza San Martín.
A ese Cosquín cultural, a ese otro “festival”, más anónimo, sin tantas complejidades económicas, menos inclinado al estrellato, es al que queremos hacer referencia, a esa serie de eventos que tienen su público, el cual no es poco y que son los que están generando un movimiento por fuera del escenario mayor casi constante, que es también el que hace su aporte al turismo del valle habida cuenta el escaso número de plazas con que cuenta la otrora ciudad capital del departamento.
El perfil cultural esta dado por aquel ya legendario Ateneo para Locutores de frontera que marcó una época en la historia de la formación de quienes estaban ligados a la radiofonía argentina. Posteriormente apareció y sigue hoy vigente el Congreso del Hombre Argentino y su cultura, evento que tuvo distintos Directores y que pasó por una serie de orientaciones ideológicas. El mismo se desarrolla paralelamente en el Centro de Congresos y Convenciones y se abordan diversos tópicos ligados a la vida cultural de los argentinos. Su horario es de mañana, insumiendo un esfuerzo mayor a quienes cubren el festival por las noches y deben madrugar para asistir a las conferencias y ponencias presentadas.
Este año la temática que se abordará es sobre “Raíces, aportes y celebración de la cultura popular”. El mismo estará dirigido por el poeta y librero Jorge Filippa. Una nutrida serie de conferencias se podrán escuchar en la sede del mismo en el Centro de Congreso y Convenciones entre el 23 y 27 de Enero en horas de la mañana.
El Ateneo que ahora se denomina Folklórico cumple la edición número 48 y se llevara a cabo los días 28 y 29 de Enero en la Escuela Roca que se ha convertido en un bastión cultural o en un socavón de ésta frente al mercado de bienes culturales que es el espectáculo de la plaza en sí mismo.
Con el regreso de la democracia se iniciaron una serie de ciclos en dicho centro educativo y desde hace ya más de una década se lleva a cabo el Encuentro de Poetas, en esta ocasión su edición décimo primera, el cual tiene la particularidad de presentar cada año, no solo espectáculos, conferencias, ponencias, exposiciones de libros y discografía. Todo sobre diferentes temas ligados a quienes “cantan a la gente” desde las palabras y la presentación de un libro con las obras de quienes han legado poemas y canciones que jamás perderán vigencia por el carácter excelso de la poética exhibida.
Habrá también allí ”Muestras Artísticas y Culturales” en la que se destacan desde esculturas, fotografías, trabajos en telares, pinturas, etc. Este año expondrán sus obras Roberto Rosas, Luis Quesada, Sebastián Silvestre, Marta Ricci y Anahí Pollar Chic. También se podrá observar “Memoria del Norte” una muestra fotográfica y la propuesta de Domingo Huertes denominada “Homenaje”. Así mismo estará Federico del Prado, todo bajo la coordinación de Gabriela Cometto una capacitada curadora de arte y exposiciones culturales.
No menos importantes son la serie de talleres que se desarrollarán en tres puntos estratégicos de Cosquín, ellos son la propia Escuela Julio A. Roca, el Teatro “El Alma Encantada” el cual tiene una larga y aquilatada labor comunitaria desde hace varias décadas y el Centro Enrique Brizzio que tanto apoya desde su sede propia a la labor superadora de la cultura coscoína.
Todas estas actividades son fruto de aquellas visiones que tuvieron una pléyade de incansables hombres de la Capital del Folklore que imaginaron un epicentro cultural nacional que cada enero se reuniría a orillas del río conformado por el Yuspe y el Grande o Negro de Punilla para dar lugar a un paraje de ensueño al que supieron cantar los poetas por la belleza de sus playas que iluminadas por los rayos de la luna adquiría un onírico paisaje junto al puente carretero, aquel del cantor enamorado y que también fue, como el Jordán, el sitio donde varios grupos recibieron el bautismo en sus agua como cantores y poetas populares.
Un Cosquín que supo, al igual que el Ave Fénix, levantarse de sus propias cenizas y mostrar al mundo que merecía otra oportunidad, por su injusta marginación, la cual surgió paradojalmente de su aporte sanitario y de su contención hacia quienes eran discriminados por padecer tuberculosis.
Hoy existen libros de historia como el de Diego Armus que rescata el aporte de estos lugares y todo lo que se generó a su alrededor, lo cual tuvo en este caso puntual, su síntesis dialéctica en un festival, que aunque descuidado desde lo artístico, por suerte conserva aún estas propuestas que se dan sentido y significado.

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