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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 19 de enero de 2012

Se encadenó en Av. Edén por problemas que mantiene con sus vecinos de Barrio Molino de Oro

Amado Valenzuela (51), vecino de Barrio Molino de Oro, sorprendió a los peatones de Av. Edén cuando el sábado, en horas de la mañana, decidió encadenarse a un árbol para llamar la atención sobre los problemas que está sufriendo, juntos a su familia, por supuestas agresiones provocadas por sus vecinos. Tras diálogo con las autoridades policiales y municipales depuso su actitud, previo a que se le garantizara que se ocuparían de sus demandas.
Consultado por Ecos, sobre las causas que determinaron su actitud, mantuvo que “hace aproximadamente tres años y medio que vivo acá y los problemas empezaron hace más o menos un año y medio, cuando vino la Sra. Carina Ponce al barrio y empezó a hacer juntas de menores, a chupar, a no dejarme dormir. Ahí empezaron los problemas, hubo denuncias y contra denuncias, hasta que el conflicto ha llegado al extremo de que me apedrearon la casa, le pegaron a mi mujer, mi hija no puede salir afuera, no podemos salir al patio o al frente para limpiar o tomar un mate porque nos tienen amenazados. Los Toranzo, Mariano Manzano, ese, nos fuimos a Huerta Grande a tomar unos mates y allá se fue a insultarnos. Después a la noche, cuando volvimos el Eric y Mariano encontraron a mi mujer y le pegaron en la espalda, el otro día le pegaron una pedrada en la mano, mire cómo tiene. Entonces, donde estamos, dónde está la justicia. El señor Comisario prometió el otro día poner una guardia acá, ya ve no hay guardia ninguna”.
Requerido por los trámites realizados en busca de solución en este lapso, respondió que “he hecho denuncias y exposiciones, tengo las fotocopias, todo guardado, he hecho varias, no recuerdo cuántas, inclusive he sido amenazado por la misma policía para que no haga denuncias. Acá apedrearon y rompieron todos los vidrios del frente y hemos que tenido que cerrar con chapas, cuando rompieron los vidrios el Sr. Sebastián Toranzo estuvo enfrente con los menores, hay testigos de eso. La Sra. Carina Ponce sabe también cuáles son los menores. Acá hay venta de bebida, de drogas, se chupan en la calle, se pelean en la calle, amenazan, una señora viene y me dice que me va a matar, que me va a quemar la casa, que va a quemar a la familia. O sea, qué tengo que hacer, me cansé, porque estoy cansado de lo que hacen conmigo, inclusive que no hacen justicia.
El año pasado he sido amenazado cinco veces de muerte, cinco veces han apedreado mi casa, este año le han pegado tres veces a mi mujer. Acá no hay luz, el alumbrado público recién lo arreglan, y sabe para qué lo cortan, para poder traficar, cinco días hemos estado sin alumbrado público, vayas a saber cuánto va a durar, que lo vuelven a romper”.
En cuanto a las vías de posible solución que se abrieron tras su protesta, informó que “supuestamente nos vamos a reunir en la municipalidad con el comisario, la jueza, para ver si le podemos dar un término a esto, porque si la Sra. Carina Ponce, el Sr. Toranzo, la Sra. Valeria que tiene la despensa acá, si el Sr. Mariano Manzano, quieren que me vaya del barrio que se encarguen de alquilarme una casa, porque no tengo como, vivo acá porque pago un alquiler barato, no molesto a nadie, puede preguntar a los vecinos que viven en forma normal, que debe haberlos, si molesto a alguien, no lo hago, y no puedo salir a la calle. Mire, hoy no tenemos pan y no podemos salir a la calle, porque cuando no nos esperan en el Parque Hotel, nos esperan más acá. Entonces, cómo, tengo que comprarme un revolver, andar calzado…
Ellos quieren que me vaya, porque voy a seguir denunciando, en la radio, denunciando los choreos, las malas juntas, las músicas altas, porque todo el mundo tiene derecho a escuchar música, pero sin molestar a terceros, hay una ley, en la calle no se puede estar tomando bebidas alcohólicas, ni mayores, ni menores. Mire, en el Parque Hotel tienen una cancha, acá a cien metros otra, sabe dónde vienen a jugar al fútbol, frente a mi casa. El 25 de diciembre a la una de la mañana la Sra. Valeria vino enfrente donde había 18 menores y algunos mayores y en lugar de decirles que se vayan me querían romper el medidor de la luz, es una vergüenza…Mi hija tiene once años y no puede salir a la calle, tiene miedo, cuando le pegaron a mi mujer a ella le pegaron una patada. Carina Ponce trae a las hijas de Mariano Manzano para que apedreen la chica, para que me amenacen, y después salen a decir que yo les falto el respeto, que se las seduzco, ahora cuando vayamos ante la jueza van a ver a quién le falto el respeto o a quién molesto, porque supuestamente nos van a llamar a todos”. María Rosa Rivadera (48), es la esposa de Valenzuela y muestra la mano derecha con una fuerte contusión y herida, que sería producto de la agresión sufrida.
La otra implicada en este conflicto es Carina Ponce (35), quien habita al lado de la vivienda de Valenzuela, en charla con Ecos, manifestó que “Si, el problema es con nosotros, la tiene también con mi hijo, que es un chico que va al Instituto René Favaloro, que este año ha obtenido el segundo promedio del colegio, será primera escolta, tengo las mejores referencias de los lugares en que ha trabajado y trabaja, tiene 20 años, y esto me afecta como mamá. El chico creo que tiene el derecho de tomar una cerveza con sus compañeros, con sus amigos, con quién sea, su novia, en mi casa, porque creo que de la puerta hacia dentro puedo disponer lo que quiera. Usted verá que no tengo patio. Este hombre de un día para otro cambio, nos llevábamos bien, no digo que éramos amigos, pero si buenos vecinos, nos saludábamos bien. Un ejemplo, un día fui y le pregunté sino tenía una herramientita para limar la madera de la puerta, vino él y estuvo arreglándola por dos horas y media, y desde hace un año le molesta la música, pero solo le molesta a él, es más es nuestra música la que le molesta, porque el vecino de al lado saca el equipo de música al patio y no le molesta”.
Cuando se le planteó si había buscado alguna forma de evitar el conflicto, apunto que “le dije a mi pareja que no se metiera que ya se le iba a pasar, los hombres solucionan estas cosas de otra manera…yo trabajo, mi hijo trabaja, mi pareja también, llevo mi hija al colegio, tengo una persona que me cuida la nena…y que la policía esto, que la policía lo otro, un día me amenazó, no tengo testigos porque lo hizo donde no había otra persona, hice la denuncia y creí que se había terminado todo. Un día me acerco, no hace mucho, le dije que no quería tener más problemas, me dijo que todo estaba bien, que esto, que lo otro, que había orado a Dios, que pin, que pun, que me agradecía la valentía de haber ido a hablar, pasó. Siguieron las denuncias de parte de él, que a mi casa vienen juntas, las personas que vienen a mi casa, lo puede atestiguar todo el barrio, es un matrimonio de Córdoba, el padre de mi hija y algún compañero de mi hijo porque tienen que hacer algún trabajo para la escuela, mi familia no viene porque me da vergüenza que vengan, porque no tengo ventanas, tengo que tener la puerta abierta para que entre aire, y tengo que ver el móvil de la policía en frente…”.
Agregó que “lo de él es una mentira, cada uno pide la justicia que quiere, qué tengo que hacer yo, desnudarme y encadenarme ahora en la avenida para que también me escuchen, no lo voy a hacer. La única solución que veo es la de poner un abogado, porque me siento impotente, esta persona fue al trabajo de mi hijo a hablar pestes de mi hijo, quién está acosando a quien…ha ido ante la dueña de la propiedad a pedirle que me eche, no tienen quejas mías, no tengo problemas con el barrio…me siento como si fuera una mafiosa, según él yo soy la que le mando los pibes para que lo golpeen…la mujer venía a pedir auxilio por los golpes que él le daba, esto se sabe, y a sus hijos también, quién es el malo, las veces que he ido a la policía y no he conseguido respuestas tampoco, me están ensuciando a mí, a mi hijo, y tengo que agachar la cabeza y dar explicaciones…mi hija tiene miedo de estar acá, acaba de irse con el padre, me pide que busque una casa en otro lugar, pero no encuentro un alquiler que pueda pagar, mi hija ve un patrullero y tirita, aún cuando el padre es policía, mamá me quiero ir, por qué el hombre de al lado nos hace esto, tengo que salir a la calle con vergüenza, he trabajado con gente renombrada de La Falda y tengo las mejores referencias, tener que llevar gente a atestiguar porque dice que le pego, que lo agredo, por favor. Un abogado me sale de arranque 400 pesos, no sé si es la solución, gano 800 pesos por mes, no sé qué hacer…”.
Consultadas las autoridades municipales, tanto el Vice Intendente, cuanto el Secretario de Desarrollo Institucional, coincidieron en manifestar que “las acciones que puede encarar el municipio ya se han puesto en ejecución, concretando las inspecciones de comercios en el sector y solucionando los problemas de iluminación. Por otra parte, se ha predispuesto la visita de la Asistente Social para que visite las familias y pueda elevar un informe de la situación en base a la información colectada y se abrirán las vías de diálogo necesarias, aunque lo central será la tarea de investigación policial y judicial, ya que se entiende que habría una causa penal en curso”. Agregaron que “nos vimos sorprendidos por el reclamo, desconocíamos la situación, no había sido informada al municipio con anterioridad, aunque aparentemente en la gestión anterior habría existido alguna intención de intervenir, de acuerdo a algunos comentarios que hemos recibido después del sábado. Veremos qué se puede hacer, una vez que se vayan analizando los resultados de las investigaciones que se encuentran en curso. Este hombre ha logrado su objetivo de dar a conocer su problema y ahora hay que ver qué pasa con el resto de vecinos que acusa”.

Desde la óptica periodística debe decirse que la situación es complicada, que en el contacto con los involucrados se percibe que han existido hechos violentos, y que si la solución llega porque alguna de las partes deja el barrio, no habrá que dejar de lado el seguimiento de lo que acontezca posteriormente, se ha sembrado una duda razonable y debe cancelársela.

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