Una parte olvidada o desconocida de la historia del gas natural
En junio de 1992, los intendentes y jefes comunales de Punilla, Cruz del Eje, San Marcos Sierras y Villa de Soto, constituimos el Ente Intercomunal de Gas donde ocupé la vice presidencia hasta finales de 1995.
Esos fueron los albores concretos de un anhelo colectivo, cual era el gas natural para todos los pueblos, comunas y ciudades.
Reuniones interminables entre nosotros, con EcoGas, Enargas, con especialistas y en regiones con obras similares, tuvieron como objetivo, avanzar en el desarrollo de un proyecto que abarcase desde Deán Funes a Tanti.
Al asumir como Diputado Provincial en diciembre de 1995 continué acompañando a los nuevos intendentes, a los que proseguían en el cargo y a otros colegas legisladores y asesores.
En diciembre de 1996 nos enteramos de la existencia de algún tipo de precontrato elaborado por el Ente Intercomunal de Gas, cosa que nos llenó a muchos de preocupación y de asombro. Era una mera concesión -sin licitación- con la empresa Roggio.
El 29 de enero de 1997, algunos legisladores elevamos un documento al Ente Intercomunal donde le expresábamos que como primera condición debía realizarse una licitación pública, único camino administrativo posible, desechando de plano toda alternativa de contratación directa. Recibimos también, el dictamen del Fiscal de Estado (emitido en marzo de 1996) donde se manifestaba que de ser viable los tiempos, el procedimiento adecuado era la licitación.
Enfatizábamos que los estudios elaborados por el Ente y los aportes que pudieran hacer organismos técnicos, nos daría la posibilidad de la confección de un pliego de bases y condiciones adecuado y beneficioso para las comunidades. Requeríamos:
a) Precio real y ajustado a los valores de mercado tanto para la red troncal como para las redes de aproximación y distribución.
b) Todos los pueblos pueden y deben ser beneficiarios.
c) El financiamiento le debe permitir al usuario comenzar a abonar una vez que cuente con el gas en su domicilio.
d) El financiamiento debe ser otorgado en los plazos y los intereses adecuados para poder cumplir.
e) Bonificaciones -en metros cúbicos de gas natural- para el usuario, una vez concretado la obra.
Nos acompañaron algunos concejales, cooperativas, mutuales, vecinos, instituciones y determinados intendentes de Punilla.
Pero por favor, no nos olvidemos la realidad económica de esos años, donde era dificultoso abordar emprendimientos de magnitud.
El 18/11/96, en Cosquín, junto a la empresa constructora, el Ente Intercomunal en cuestión dio una información que básicamente atendía a los siguientes puntos:
a) La suma total de la obra costaba de $38.000.000 (paridad cambiaria)
b) Las gestiones en Enargas estaban concluidas y aprobada la realización de la obra.
c) En cada localidad se iba a efectuar un relevamiento.
d) No habría ninguna dificultad desde el punto de vista jurídico para realizar la contratación directa.
No estuve en dicha reunión porque desconocía de la misma y jamás se me invitó.
Cuando ese pre-contrato fue a los Concejos Deliberantes surgieron las contradicciones y las conjeturas. El precio no era de $38.000.000 si no de $54.227.000 el Enargas con fecha del 10/01/97 envío una carta a cada intendencia diciendo que carecía de información sobre la obra.
Posteriormente, después de largas tratativas, obtuvimos el beneficio del Factor K (que consiste en que todos aquellos beneficiados por el gas natural, deben hacer un aporte solidario para nuevas redes) la nueva red en este caso era la de Deán Funes – Cruz del Eje – Punilla, de ahí que ¨nos ahorramos¨ mas de $12.000.000 (o dólares si lo prefiere).
De esa manera se pudo hacer la red troncal sin erogación alguna para los vecinos. A mi juicio un logro sin precedentes para Punilla.
Lo que siguió, siempre en esa economía repleta de vaivenes, es moneda de otro costal; pasaron demasiados años para comenzar las redes colectoras, de aproximación y domiciliarias, con seguridad por diferencias en el costo, financiación y otros motivos.
De una u otra manera en estos últimos años se pudo proseguir, y digo en estos últimos años, porque la troncal ya se había realizado hacía más de una década. ¿Por qué se demoró tanto aún en épocas de bonanza económica?, en especial del 2004 en adelante.., todavía no lo sé.
Bienvenido sea el gas natural, pero es dable recordar que esta historia empezó hace mas de 15 años, y lo más trascendente (además de la red troncal) fue la decisión de no aceptar contrataciones directas y obviamente el anhelo de que los fondos sean absolutamente legítimos, bien usados y la ayuda del estado nacional o provincial claramente graficados.
Recordemos que el dinero de todo subsidio proviene en definitiva del aporte que efectuamos todos los habitantes de nuestra sociedad (por tasas, impuestos, gravámenes, retenciones, cánones a las importaciones, renta, ganancias, ingresos brutos, etc)
Quizás lo antedicho ayude a comprender mas nítidamente, las complejas situaciones donde estuvimos involucrados de una u otra manera funcionarios, técnicos, vecinos, empresas, instituciones y comunidades.
Enrique Pérez
Esos fueron los albores concretos de un anhelo colectivo, cual era el gas natural para todos los pueblos, comunas y ciudades.
Reuniones interminables entre nosotros, con EcoGas, Enargas, con especialistas y en regiones con obras similares, tuvieron como objetivo, avanzar en el desarrollo de un proyecto que abarcase desde Deán Funes a Tanti.
Al asumir como Diputado Provincial en diciembre de 1995 continué acompañando a los nuevos intendentes, a los que proseguían en el cargo y a otros colegas legisladores y asesores.
En diciembre de 1996 nos enteramos de la existencia de algún tipo de precontrato elaborado por el Ente Intercomunal de Gas, cosa que nos llenó a muchos de preocupación y de asombro. Era una mera concesión -sin licitación- con la empresa Roggio.
El 29 de enero de 1997, algunos legisladores elevamos un documento al Ente Intercomunal donde le expresábamos que como primera condición debía realizarse una licitación pública, único camino administrativo posible, desechando de plano toda alternativa de contratación directa. Recibimos también, el dictamen del Fiscal de Estado (emitido en marzo de 1996) donde se manifestaba que de ser viable los tiempos, el procedimiento adecuado era la licitación.
Enfatizábamos que los estudios elaborados por el Ente y los aportes que pudieran hacer organismos técnicos, nos daría la posibilidad de la confección de un pliego de bases y condiciones adecuado y beneficioso para las comunidades. Requeríamos:
a) Precio real y ajustado a los valores de mercado tanto para la red troncal como para las redes de aproximación y distribución.
b) Todos los pueblos pueden y deben ser beneficiarios.
c) El financiamiento le debe permitir al usuario comenzar a abonar una vez que cuente con el gas en su domicilio.
d) El financiamiento debe ser otorgado en los plazos y los intereses adecuados para poder cumplir.
e) Bonificaciones -en metros cúbicos de gas natural- para el usuario, una vez concretado la obra.
Nos acompañaron algunos concejales, cooperativas, mutuales, vecinos, instituciones y determinados intendentes de Punilla.
Pero por favor, no nos olvidemos la realidad económica de esos años, donde era dificultoso abordar emprendimientos de magnitud.
El 18/11/96, en Cosquín, junto a la empresa constructora, el Ente Intercomunal en cuestión dio una información que básicamente atendía a los siguientes puntos:
a) La suma total de la obra costaba de $38.000.000 (paridad cambiaria)
b) Las gestiones en Enargas estaban concluidas y aprobada la realización de la obra.
c) En cada localidad se iba a efectuar un relevamiento.
d) No habría ninguna dificultad desde el punto de vista jurídico para realizar la contratación directa.
No estuve en dicha reunión porque desconocía de la misma y jamás se me invitó.
Cuando ese pre-contrato fue a los Concejos Deliberantes surgieron las contradicciones y las conjeturas. El precio no era de $38.000.000 si no de $54.227.000 el Enargas con fecha del 10/01/97 envío una carta a cada intendencia diciendo que carecía de información sobre la obra.
Posteriormente, después de largas tratativas, obtuvimos el beneficio del Factor K (que consiste en que todos aquellos beneficiados por el gas natural, deben hacer un aporte solidario para nuevas redes) la nueva red en este caso era la de Deán Funes – Cruz del Eje – Punilla, de ahí que ¨nos ahorramos¨ mas de $12.000.000 (o dólares si lo prefiere).
De esa manera se pudo hacer la red troncal sin erogación alguna para los vecinos. A mi juicio un logro sin precedentes para Punilla.
Lo que siguió, siempre en esa economía repleta de vaivenes, es moneda de otro costal; pasaron demasiados años para comenzar las redes colectoras, de aproximación y domiciliarias, con seguridad por diferencias en el costo, financiación y otros motivos.
De una u otra manera en estos últimos años se pudo proseguir, y digo en estos últimos años, porque la troncal ya se había realizado hacía más de una década. ¿Por qué se demoró tanto aún en épocas de bonanza económica?, en especial del 2004 en adelante.., todavía no lo sé.
Bienvenido sea el gas natural, pero es dable recordar que esta historia empezó hace mas de 15 años, y lo más trascendente (además de la red troncal) fue la decisión de no aceptar contrataciones directas y obviamente el anhelo de que los fondos sean absolutamente legítimos, bien usados y la ayuda del estado nacional o provincial claramente graficados.
Recordemos que el dinero de todo subsidio proviene en definitiva del aporte que efectuamos todos los habitantes de nuestra sociedad (por tasas, impuestos, gravámenes, retenciones, cánones a las importaciones, renta, ganancias, ingresos brutos, etc)
Quizás lo antedicho ayude a comprender mas nítidamente, las complejas situaciones donde estuvimos involucrados de una u otra manera funcionarios, técnicos, vecinos, empresas, instituciones y comunidades.
Enrique Pérez
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