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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 1 de julio de 2010

Inoperancia, inseguridad y curiosidades contractuales

Una camioneta cayó en la zanja de Av. Edén al 100 porque retiraron la señalización preventiva, los “podadores” trabajan sin protección para si y sin contemplar la seguridad de transeúntes y comercios. No se sabe si contratan asesores técnicos o cómplices.

El viernes pasado, alrededor de las 10 horas, el celular del Director de Ecos se saturó de mensajes de texto, mensajes de voz y llamadas, la razón: un vehículo había caído en la zanja ubicada en Av. Edén al 100. Hacia allí nos dirigimos, para encontrarnos con una Eco Sport cuyo tren delantero yacía dentro de la zanja mencionada. Los vecinos y curiosos explicaban que veinte minutos antes de que la camioneta cayera al hueco, se había retirado del lugar toda la tierra que se había extraído y las vallas de seguridad que prevenían a los conductores y peatones del peligro de circular por la zona. Es obvio que el conductor del rodado vio abierta la vía de transito y confió en que podía cruzar. Lo que los ahí reunidos no podían entender era por qué ninguno de los tantos responsables y asesores técnicos que se ha difundido, desde el municipio, tiene la obra no apareció por el lugar cuando habían pasado casi dos horas y se habían observado en el lugar autoridades y funcionarios provenientes de otros municipios de la región.

“Vaya responsabilidad la de estos señores que desaparecen cuando más se los necesita” decía un señor, evidentemente ofuscado.
“Esto es una barbaridad, quién dirige estos trabajos, no se puede creer que dejen esto abierto, sin una valla o personal que advierta del peligro…mire lo que es esto, ese señor que está cortando las ramas de los árboles, no tiene casco, gafas, ni correajes de seguridad, no se fija donde caen las ramas, la gente está pasando por debajo y puede ser lastimada. Es más, ayer le rompieron la vidriera a un comercio y siguen trabajando igual sin tomar la más mínima precaución, ni para ellos, ni para los demás. Usted cree que tiene seguro esta obra, de por hecho de que no, y sino dígame por qué los responsables no dan la cara, se han borrado, no aparecen…ya va a ver que arreglar este auto y pagar la vidriera será cuestión de nosotros, los vecinos, se lo aseguro”, manifestaba una señora indignada.

En rigor de verdad, era para preguntarse dónde estaban los profesionales y asesores técnicos que dirigen las obras y también sobre su experiencia y conocimiento en emprendimientos de estas características. Y no es que falten o sean pocos, porque parece que esta criatura tiene más de un padre, y sino que nos expliquen por qué se esta pagando confección de anteproyecto, confección de planos y trabajos técnicos a un señor que se nos informó era empleado municipal y que sólo colaboraba con los responsables de la dirección y conducción técnica.

Claro que no es la única incógnita, hay otras, como por ejemplo las que aparecen en el contrato del “Asesor Técnico” Juan Carlos Grenade. En ese documento, más allá de que se señala, no se especifica cuál será el monto de multa que deberá pagar el asesor técnico si incumple las obligaciones asumidas, más aún cuando se manifiesta que “el mismo tendrá la libertad para elegir la forma cómo realizar sus servicios, procurando cumplir de manera cabal con el objeto de su prestación”.
Pero, el punto más llamativo de ese contrato, es el 6 inciso 3 donde se sostiene que el asesor técnico se obliga “A guardar reserva sobre la información que por el desempeño de su función tome en conocimiento en relación a las actividades de la MUNICIPALIDAD, asociados y/o clientes. Esta obligación subsistirá aún después de terminada la relación contractual y su incumplimiento genera la correspondiente responsabilidad de daños y perjuicio y la responsabilidad penal de ser el caso”.
Este enunciado lleva a preguntarse por si estaban contratando un asesor técnico para una obra pública o un cómplice, porque no se entiende qué secreto de Estado puede generarse en una obra de estas características, a no ser que se tenga tanta inseguridad por lo que se esta haciendo que se necesiten este tipo de clausulas para que nadie hable de los posibles vicios ocultos que se puedan provocar en la misma. Ah, y que nadie comente sobre que tipo de relación se conviene con “asociados y/o clientes”.

Es de esperar que, de aquí en más, se activen todas las medidas preventivas para que no vuelvan a ocasionarse nuevos accidentes y que las obras se desarrollen de manera que no generen mayores inconvenientes a los vecinos cumpliendo con las expectativas que se han provocado de beneficiar a la ciudad.

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