Por un Sistema Integrado Local de Salud (SILOS)
Ya estamos a 3 años de la campaña electoral del 2007, en la que como candidato a vice intendente, usé cada espacio de la misma para hablar de salud y especialmente para incorporar como un reclamo o slogan al SILOS.
Percibía la fragmentación, la inequidad, la desigualdad en el acceso a la salud de los vecinos de La Falda y de nuestro Valle de Punilla.
Recursos no faltaban y no faltan, pero sobra la visión empresarial de la salud, inversiones privadas sin un concepto de racionalidad sanitaria y un deterioro paulatino con espasmos recuperativos preelectorales del sector público.
Y especialmente una desvinculación estratégica para advertir la necesaria implementación de un plan de atención de emergencias y catástrofes y en pro de una cobertura homogénea de la Atención Primaria tanto en las áreas urbanas como rurales y suburbanas.
Las muertes evitables de vecinos y turistas por la falta de esta imprescindible integración de recursos públicos, sociales y privados, tal como se reclamara desde nuestro extinto Colegio Médico de Punilla hace varias décadas y especialmente por su mentor, el Dr. José M. Herrou Baigorri, tiene hoy más vigencia que nunca.
Punilla expresa desatención, improvisación y culpabilizaciones a mansalva para cubrir la irresponsabilidad de quienes deben anteponer el bienestar general a los de los inversionistas privados y la desidia e impotencia de Administraciones Municipales, donde conviven en el área publica, planes nacionales, provinciales y del propio municipio, con la mayoría del personal en condiciones precarias y sueldos de hambre, tal como lo reconociera con un gesto el concejal Dr. Iván Aliverti en una de las últimas audiencias públicas.
Si estas muertes como expresión de una crisis sirvieran para algo sería el momento de replantearse un vínculo superador y creativo entre la comunidad y sus necesidades y todo el sector de la salud. Todo, significa revalorizar el rol de proveedores eficientes de salud del recurso humano y de todo el recurso técnico e instalaciones, comenzando por no dejar sin atención a nadie que lo requiera por razones médicas.
Luego avanzar a programas más avanzados para que Punilla trascienda por sus méritos preventivos y asistenciales y no por las lamentables desatenciones.
Podría muy bien nuestro Concejo Deliberante convocar a la comunidad y a todos los equipos de salud locales, directamente o por medio del Consejo de la Ciudad, a fin de diseñar un programa local, participativo y efectivo, que apuntale la seguridad preventiva y reparativa de todos los vecinos, llámese SILOS o como se decida, pero signifique que estamos en un camino seguro en pro de la salud.
Creo que pondríamos a La Falda en un lugar destacado, como el que ya tuvo, ya que fue aquí, en pleno Congreso Argentino de Pediatría, que se presentó en el año 1957, un proyecto con igual fundamentación, el que fue defendido por el mencionado Dr. Herrou, primer pediatra de nuestra Ciudad.
Benjamín Malamud
Pediatra
Percibía la fragmentación, la inequidad, la desigualdad en el acceso a la salud de los vecinos de La Falda y de nuestro Valle de Punilla.
Recursos no faltaban y no faltan, pero sobra la visión empresarial de la salud, inversiones privadas sin un concepto de racionalidad sanitaria y un deterioro paulatino con espasmos recuperativos preelectorales del sector público.
Y especialmente una desvinculación estratégica para advertir la necesaria implementación de un plan de atención de emergencias y catástrofes y en pro de una cobertura homogénea de la Atención Primaria tanto en las áreas urbanas como rurales y suburbanas.
Las muertes evitables de vecinos y turistas por la falta de esta imprescindible integración de recursos públicos, sociales y privados, tal como se reclamara desde nuestro extinto Colegio Médico de Punilla hace varias décadas y especialmente por su mentor, el Dr. José M. Herrou Baigorri, tiene hoy más vigencia que nunca.
Punilla expresa desatención, improvisación y culpabilizaciones a mansalva para cubrir la irresponsabilidad de quienes deben anteponer el bienestar general a los de los inversionistas privados y la desidia e impotencia de Administraciones Municipales, donde conviven en el área publica, planes nacionales, provinciales y del propio municipio, con la mayoría del personal en condiciones precarias y sueldos de hambre, tal como lo reconociera con un gesto el concejal Dr. Iván Aliverti en una de las últimas audiencias públicas.
Si estas muertes como expresión de una crisis sirvieran para algo sería el momento de replantearse un vínculo superador y creativo entre la comunidad y sus necesidades y todo el sector de la salud. Todo, significa revalorizar el rol de proveedores eficientes de salud del recurso humano y de todo el recurso técnico e instalaciones, comenzando por no dejar sin atención a nadie que lo requiera por razones médicas.
Luego avanzar a programas más avanzados para que Punilla trascienda por sus méritos preventivos y asistenciales y no por las lamentables desatenciones.
Podría muy bien nuestro Concejo Deliberante convocar a la comunidad y a todos los equipos de salud locales, directamente o por medio del Consejo de la Ciudad, a fin de diseñar un programa local, participativo y efectivo, que apuntale la seguridad preventiva y reparativa de todos los vecinos, llámese SILOS o como se decida, pero signifique que estamos en un camino seguro en pro de la salud.
Creo que pondríamos a La Falda en un lugar destacado, como el que ya tuvo, ya que fue aquí, en pleno Congreso Argentino de Pediatría, que se presentó en el año 1957, un proyecto con igual fundamentación, el que fue defendido por el mencionado Dr. Herrou, primer pediatra de nuestra Ciudad.
Benjamín Malamud
Pediatra
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