IPEM 200 de Huerta Grande y la violencia escolar entre la realidad y la fábula
La institución escolar se vio sacudida por una denuncia pública de un padre que sostenía que su hija había sido amenazada y golpeada. El precedente de un hecho acaecido días antes dio verosimilitud a la denuncia y la información se expandió fuera de los límites de la localidad generando una movilización periodística de magnitud. Finalmente, el padre, en sede policial, se desdijo. De todas maneras, hay un problema extra institucional que existe y hay que erradicar.
Sin lugar a dudas que la comunidad educativa del IPEM 200 de Huerta Grande se encontraba sensibilizada tras un ataque que sufriera una menor el 8 de abril pasado, cuando fue agredida por, al menos, dos mayores de edad, debiendo ser atendida por un servicio de emergencia y trasladada al Hospital Municipal de La Falda. Con posterioridad a esa situación se corrieron rumores de todo tipo, entre los que se destacaban la gravedad de las lesiones sufridas por la niña y que la directora había adelantado a sus padres que le daría el pase a otro establecimiento escolar, lo que se convertía en una injusticia para la victima, en criterio de muchos.
Nueva denuncia pública
Con este panorama, se produjo, el domingo último, la denuncia pública de V. A. padre de una menor de 14 años, que en el programa Carrusel de Cadena Tres, manifestó, entre otras cosas, que su hija había sido “golpeada, le dieron patadas, le tiraron el pelo y la aporrearon en el suelo…por ser rubia y linda y caminar de una determinada forma…hay que frenar el tema de la violencia en el IPEM”.
En relación a su hija dijo que se mostraba “preocupada y atemorizada por lo que esta pasando”, recibiendo atención psicológica porque era acosada “parte adentro y agresiones afuera de la escuela”, agregando que “continuamente recibe amenazas y agresiones verbales”.
Consultado por su relación con las autoridades escolares mantuvo que “hablé con la directora y no da mucha solución, se desobliga de todo, y dice que de puertas para fuera nada puede hacer…”.
Cuando se le preguntó si había realizado la denuncia policial correspondiente manifestó que se había presentado, el sábado, en la comisaría para hablar con el comisario y que lo habían derivado para el lunes, sosteniendo que “no quiero hacer una exposición, quiero hacer una denuncia porque esto no da para más…todo el mundo sabe lo que está pasando en Huerta Grande, no se qué pasa con las autoridades policiales y escolares, se pelean en la calle, en la parada del ómnibus… hay, en las inmediaciones de la escuela 10 ó 15 reunidos ahí fumando marihuana y viendo quien pelea y quien no…”.
Capdevila: “los padres no controlan a los chicos”
Requerido Hugo Capdevila Intendente de la localidad, manifestó su preocupación por la denuncia que se había realizado y opinó que “en realidad desconozco el tema, no se si es tan así, hace un año, un año y medio, atrás pedí que el móvil policial custodie la salida de la escuela porque había algunos que se quedaban merodeando …los padres no controlan a los chicos, salen a las cinco de la tarde y no llegan hasta las seis o siete a su casa, terminan las clases y se quedan dando vueltas. Me voy a meter en el tema mañana y vamos a tratar de conseguir una solución, con charlas con los padres, que cada uno se haga responsable de lo que le corresponde”.
Agregando que “son diez manzanas podridas entre 400 alumnos que van a la escuela, habrá que echar a los que van a joder a la escuela”.
No hubo golpiza
Finalmente, el lunes pasado el mediodía, en declaraciones a la misma emisora, el Comisario Mayor Miguel Victorino Colino, informó que “El señor V. A. se hizo presente (en la sede policial de Huerta Grande) manifestando que deseaba hacer una exposición, no una denuncia penal. Según lo señalado, su hija estaba asustada y si bien su hija no había sido golpeada por nadie, había una compañera que la molestaba”.
En la ocasión habría manifestado que su hija no estaba en condiciones de declarar porque estaba “bajo tratamiento psicológico”.
También afirmó que “su hija no le había contado este hecho sino que se entera por dos madres de hijos que van a ese establecimiento escolar. Al hablar con su hija, ella le dijo que sus compañeros ya le habían pedido disculpas”.
El padre habría planteado la situación a las autoridades de la escuela pero, según expuso ante la policía, estas no le brindaron solución alguna.
Según la explicación del padre, “la menor tiene miedo a las represalias de sus compañeros y los directivos de la escuela”, dijo el policía.
Recuadro
“No hay una escalada de violencia”
Irene Zipilivan es la Directora del IPEM 200 y muestra abiertamente su enfado ante el cronista, nos recibe diciendo “no puedo entender esto que esta pasando, prácticamente el país interesado en qué pasa en nuestra escuela, cuando en realidad nada ha ocurrido. Canales de televisión, radios, diarios, provinciales, nacionales, hablando de una feroz golpiza, y la alumna involucrada recibiendo enseñanza en la escuela, no habiendo sido agredida y hasta avergonzada por los sucesos”.
Ingresados en el diálogo se le preguntó sobre los hechos acaecidos el 8 de abril último, a lo que respondió que “a la salida del colegio, unos diez minutos después, dos chicas, que habiendo sido amigas, incluso son parientes, se desconocen y se pelean, a una la acompañaba la hermana. La vicedirectora me informa del problema mientras va a la subcomisaria, yo al hospital para ver a la chiquita, desde ahí llamo a los padres. Viene la mamá desde La Cumbre. Mientras se la revisa, vino el médico policial y la revisó completa, no tenía nada. Bueno, no tenía aparentemente nada de gravedad, a simple vista no se le notaba nada, a excepción de dos o tres chichones, no lo minimizó, digo que ha sido una suerte que no haya recibido un mal golpe. Se le da el alta, que firma la mamá, y también lo hago yo. Le pido colaboración a la policía para que conduzcan a la niña, a la mamá y a una tía, hasta la comisaría de La Falda, donde se estaban labrando las actuaciones. Nadie quedó detenido, por supuesto que el proceso sigue en otro nivel. Con respecto a esto se han dicho barbaridades…
P - ¿Se dice que Ud. le adelantó a la mamá que le iba a dar el pase a otra escuela?
R – No. Cuando llegó la mamá me dijo que la iba a sacar de la escuela, le respondí que eso lo hablaríamos más adelante. El domingo siguiente me comuniqué, porque entendía que era mi responsabilidad, con el padre, me dijo que la nena estaba bien y a toda costa quería saber qué había hecho con la otra chica, le respondí que no era un tema para tratar por teléfono que era un tema para hablar en forma personal que pasara por el colegio. Le pedí que viniera con su esposa el lunes, no lo hicieron y el martes vino la mamá, y me pidió el pase porque había encontrado un lugar en una escuela cercana al domicilio, porque el problema era como controlar el transito entre La Cumbre y la escuela, esta nueva situación favorecía la seguridad que pretendían.
P - Esto ocurrió. Desde la óptica de la escuela cómo se dan los acontecimientos de la última denuncia que aparece ahora desmentida…
R – Lo del 8 de abril generó cierta convulsión, algunos padres exigían reuniones masivas de padres, la intervención del Intendente, la policía, inspectores, psicólogos, para, en definitiva, solucionar problemas que se producen afuera del colegio. Se dice que por los celulares reciben amenazas, los celulares están prohibidos en el ámbito de la escuela, pero hay que admitir que los padres quieren que los tengan, se los proveen y saben que los tienen, incluso vienen a retirarlos cuando se los sacamos porque se convierten en una molestia.
Yendo a la pregunta, el domingo recibo la visita de un periodista en mi casa que me pide escuche Cadena Tres, escucho declaraciones del Intendente, y me enteró de que hay un padre que dice que su hija recibió una feroz golpiza, primero una patota, después cinco chicas, después varias, después una, bueno no importa, no quiero poner en tela de juicio al papá. También dice que me lo había avisado y que nunca hice nada. Esto desata una ola de informaciones cruzadas, y finalmente se me informa que Miguel Claria me entrevistaría en la mañana, mientras esto acontecía me comunicó con los preceptores, la vicedirectora, a la policía de Huerta Grande y La Falda para saber qué es lo que había pasado, nadie tenía información. Me pedían que me comunicara con el padre, cómo voy a hacerlo cuando dice que no hago nada, y yo no lo conozco, nunca lo he visto, no he tenido jamás contacto con él. Tras la comunicación con Claria, se me informa que la nena había declarado que no había sido golpeada. Llego a la escuela, y acá aparece Canal 10, después Canal 12, después América, y la nena estaba en el colegio, sin signos de haber sido golpeada, estaba bien, por ser menor no puedo permitirles que filmen a la niña, ni que le pregunten, pero a la distancia se las mostré, estaba en el recreo con sus compañeras como si no hubiese pasado nada…
P – De hecho nada había pasado…
R – Es así, en privado le pregunté cómo estaba viviendo esta situación, es más, estaba admirada por la valentía que había tenido para venir al colegio detrás de este hecho que la afectaba, porque seguramente la ha afectado, le ha ocurrido a ella, porque seguramente da vergüenza enfrentar a los medios en esas condiciones. En tanto la cúpula policial exigía antecedentes de hechos similares en el último año a la subcomisaria, ahí no encontraban nada, y nos consultaban a nosotros y les respondíamos que no había nada porque nada había pasado, más que lo ocurrido el 8 de abril. Finalmente, en las primeras horas de la tarde, el padre va a asentar una exposición donde se desdice de lo denunciado con anterioridad…
P – De todas maneras, esto ha concluido afectando a la institución, a las autoridades escolares, al profesorado…
R – A la educación afecta, porque yo me pregunto en qué confían los chicos ahora, en qué. En mí, en el papá, en la familia, en los medios, a quién se le cree.
P – Se acaba de sumar a la incredulidad general…
R – A la desorganización general. Entonces, pregunto, cuál es el referente para los chicos, yo que dije la verdad, yo que recibo el apoyo de los alumnos mayores que vienen a consultar cómo respaldarnos, al final ellos, cualquiera que venga decirnos que lo lamenta…
P – Mire que importante, más allá del hecho desgraciado y perjudicial, hay un abroquelado hacia dentro de la institución, de acuerdo a lo que usted dice, que viene en respaldo y resguardo de los directivos. Pero la pregunta que debe estar rondando en la cabeza de muchos es si hay problemas de inconducta e indisciplina dentro del establecimiento que puedan hacer presumir una escala de hechos de riesgo?
R – Mire, a los chicos entre los 12 y 15 años les cuesta un poco más adaptarse a la escuela, están en la parte más convulsionada de la pubertad y la adolescencia, son chicos que pegan más contra los límites, pero los entienden, necesitan de un proceso de adaptación, pero no hay una escalada de violencia. Si creo que los chicos buscan la autoridad, buscan el límite, buscan que se los contenga. Imagínate que tenemos un alto nivel de egresos, que tenemos un alto nivel académico, y no es que lo digamos nosotros, no se puede tener eso si tenemos indisciplina.
P - Esta situación, más allá de lo cierto y lo fabulado, qué mensaje le deja para la comunidad educativa?
R – Las escuelas trabajamos, las escuelas queremos lo mejor para los alumnos, queremos que ingresen, permanezcan y egresen habiendo cumplido con todos los objetivos que la escuela propone. Sin los padres no se puede trabajar, la familia se necesita, no me voy a meter en la casa a enseñarles a hacer la cama, tampoco la familia va a incursionar acá a determinar un método de enseñanza, pero debemos saber que estamos trabajando con la misma persona.
Hoy me siento preocupada porque no entiendo la desorganización que este hecho ha provocado y tengo que reflexionar porque no sé qué confianza nos pueden tener los adolescentes y en quien pueden tener como ejemplo cuando se producen estas cosas, he recibido mucho apoyo en estas horas, pero no me quita la inquietud sobre esto que considero la cuestión de fondo.
Recuadro
Un llamado de atención
Apenas ingresado en el despacho de la Directora, me encontré con profesores de reconocida trayectoria profesional e institucional que le prestaban apoyo y se mostraban verdaderamente asombrados por la denuncia pública efectuada por el padre de alumna y por la propia desmentida realizada, horas antes, en sede policial.
Sin dudas, se ha tratado de un hecho perjudicial para la institución escolar y el cuerpo docente. Es de esperar que las autoridades de control y las ministeriales, tras la evaluación correspondiente, emitan un informe que desagravie a las autoridades docentes del IPEM 200.
De todas maneras, hay que reconocer que el antecedente previo, ocurrido el 8 de abril, pudo incidir en un padre susceptible que aparentemente es informado por otros padres de que su hija es acosada por amenazas y agresiones. Lo apropiado hubiese sido que se dirigiera a las autoridades escolares y tratase de confirmar los comentarios recibidos, se presume que no lo hizo y terminó generando irresponsablemente una movilización mediática de magnitud que concluyó con demasiados daños colaterales, entre los que se cuentan la innecesaria exposición de su hija, las dudas que se sembraron sobre el control de los educandos que tiene la institución escolar, y las que, en forma incidental, se hicieron recaer entre las autoridades municipales y de seguridad.
Esta desgraciada circunstancia, no debe dejarse de lado, hay que reconocerla como un llamado de atención, porque si existe un problema, el que se desprende de las declaraciones efectuadas por el Intendente y la Directora del establecimiento escolar, ambos han sostenido que hay un inconveniente en la calle, fuera del ámbito escolar, donde el alumnado se mezcla con otros adolescentes y jóvenes que no tienen relación con el IPEM 200, pero que habitualmente se encuentran en las inmediaciones a la hora de ingreso o egreso de los estudiantes. Sin entrar a considerar la incidencia de esa presencia, en apariencia perjudicial, se hace necesario, en forma preventiva, que todas las autoridades y las familias de los estudiantes presten celosa atención a ello y procuren erradicarla.
N.H.
Sin lugar a dudas que la comunidad educativa del IPEM 200 de Huerta Grande se encontraba sensibilizada tras un ataque que sufriera una menor el 8 de abril pasado, cuando fue agredida por, al menos, dos mayores de edad, debiendo ser atendida por un servicio de emergencia y trasladada al Hospital Municipal de La Falda. Con posterioridad a esa situación se corrieron rumores de todo tipo, entre los que se destacaban la gravedad de las lesiones sufridas por la niña y que la directora había adelantado a sus padres que le daría el pase a otro establecimiento escolar, lo que se convertía en una injusticia para la victima, en criterio de muchos.
Nueva denuncia pública
Con este panorama, se produjo, el domingo último, la denuncia pública de V. A. padre de una menor de 14 años, que en el programa Carrusel de Cadena Tres, manifestó, entre otras cosas, que su hija había sido “golpeada, le dieron patadas, le tiraron el pelo y la aporrearon en el suelo…por ser rubia y linda y caminar de una determinada forma…hay que frenar el tema de la violencia en el IPEM”.
En relación a su hija dijo que se mostraba “preocupada y atemorizada por lo que esta pasando”, recibiendo atención psicológica porque era acosada “parte adentro y agresiones afuera de la escuela”, agregando que “continuamente recibe amenazas y agresiones verbales”.
Consultado por su relación con las autoridades escolares mantuvo que “hablé con la directora y no da mucha solución, se desobliga de todo, y dice que de puertas para fuera nada puede hacer…”.
Cuando se le preguntó si había realizado la denuncia policial correspondiente manifestó que se había presentado, el sábado, en la comisaría para hablar con el comisario y que lo habían derivado para el lunes, sosteniendo que “no quiero hacer una exposición, quiero hacer una denuncia porque esto no da para más…todo el mundo sabe lo que está pasando en Huerta Grande, no se qué pasa con las autoridades policiales y escolares, se pelean en la calle, en la parada del ómnibus… hay, en las inmediaciones de la escuela 10 ó 15 reunidos ahí fumando marihuana y viendo quien pelea y quien no…”.
Capdevila: “los padres no controlan a los chicos”
Requerido Hugo Capdevila Intendente de la localidad, manifestó su preocupación por la denuncia que se había realizado y opinó que “en realidad desconozco el tema, no se si es tan así, hace un año, un año y medio, atrás pedí que el móvil policial custodie la salida de la escuela porque había algunos que se quedaban merodeando …los padres no controlan a los chicos, salen a las cinco de la tarde y no llegan hasta las seis o siete a su casa, terminan las clases y se quedan dando vueltas. Me voy a meter en el tema mañana y vamos a tratar de conseguir una solución, con charlas con los padres, que cada uno se haga responsable de lo que le corresponde”.
Agregando que “son diez manzanas podridas entre 400 alumnos que van a la escuela, habrá que echar a los que van a joder a la escuela”.
No hubo golpiza
Finalmente, el lunes pasado el mediodía, en declaraciones a la misma emisora, el Comisario Mayor Miguel Victorino Colino, informó que “El señor V. A. se hizo presente (en la sede policial de Huerta Grande) manifestando que deseaba hacer una exposición, no una denuncia penal. Según lo señalado, su hija estaba asustada y si bien su hija no había sido golpeada por nadie, había una compañera que la molestaba”.
En la ocasión habría manifestado que su hija no estaba en condiciones de declarar porque estaba “bajo tratamiento psicológico”.
También afirmó que “su hija no le había contado este hecho sino que se entera por dos madres de hijos que van a ese establecimiento escolar. Al hablar con su hija, ella le dijo que sus compañeros ya le habían pedido disculpas”.
El padre habría planteado la situación a las autoridades de la escuela pero, según expuso ante la policía, estas no le brindaron solución alguna.
Según la explicación del padre, “la menor tiene miedo a las represalias de sus compañeros y los directivos de la escuela”, dijo el policía.
Recuadro
“No hay una escalada de violencia”
Irene Zipilivan es la Directora del IPEM 200 y muestra abiertamente su enfado ante el cronista, nos recibe diciendo “no puedo entender esto que esta pasando, prácticamente el país interesado en qué pasa en nuestra escuela, cuando en realidad nada ha ocurrido. Canales de televisión, radios, diarios, provinciales, nacionales, hablando de una feroz golpiza, y la alumna involucrada recibiendo enseñanza en la escuela, no habiendo sido agredida y hasta avergonzada por los sucesos”.
Ingresados en el diálogo se le preguntó sobre los hechos acaecidos el 8 de abril último, a lo que respondió que “a la salida del colegio, unos diez minutos después, dos chicas, que habiendo sido amigas, incluso son parientes, se desconocen y se pelean, a una la acompañaba la hermana. La vicedirectora me informa del problema mientras va a la subcomisaria, yo al hospital para ver a la chiquita, desde ahí llamo a los padres. Viene la mamá desde La Cumbre. Mientras se la revisa, vino el médico policial y la revisó completa, no tenía nada. Bueno, no tenía aparentemente nada de gravedad, a simple vista no se le notaba nada, a excepción de dos o tres chichones, no lo minimizó, digo que ha sido una suerte que no haya recibido un mal golpe. Se le da el alta, que firma la mamá, y también lo hago yo. Le pido colaboración a la policía para que conduzcan a la niña, a la mamá y a una tía, hasta la comisaría de La Falda, donde se estaban labrando las actuaciones. Nadie quedó detenido, por supuesto que el proceso sigue en otro nivel. Con respecto a esto se han dicho barbaridades…
P - ¿Se dice que Ud. le adelantó a la mamá que le iba a dar el pase a otra escuela?
R – No. Cuando llegó la mamá me dijo que la iba a sacar de la escuela, le respondí que eso lo hablaríamos más adelante. El domingo siguiente me comuniqué, porque entendía que era mi responsabilidad, con el padre, me dijo que la nena estaba bien y a toda costa quería saber qué había hecho con la otra chica, le respondí que no era un tema para tratar por teléfono que era un tema para hablar en forma personal que pasara por el colegio. Le pedí que viniera con su esposa el lunes, no lo hicieron y el martes vino la mamá, y me pidió el pase porque había encontrado un lugar en una escuela cercana al domicilio, porque el problema era como controlar el transito entre La Cumbre y la escuela, esta nueva situación favorecía la seguridad que pretendían.
P - Esto ocurrió. Desde la óptica de la escuela cómo se dan los acontecimientos de la última denuncia que aparece ahora desmentida…
R – Lo del 8 de abril generó cierta convulsión, algunos padres exigían reuniones masivas de padres, la intervención del Intendente, la policía, inspectores, psicólogos, para, en definitiva, solucionar problemas que se producen afuera del colegio. Se dice que por los celulares reciben amenazas, los celulares están prohibidos en el ámbito de la escuela, pero hay que admitir que los padres quieren que los tengan, se los proveen y saben que los tienen, incluso vienen a retirarlos cuando se los sacamos porque se convierten en una molestia.
Yendo a la pregunta, el domingo recibo la visita de un periodista en mi casa que me pide escuche Cadena Tres, escucho declaraciones del Intendente, y me enteró de que hay un padre que dice que su hija recibió una feroz golpiza, primero una patota, después cinco chicas, después varias, después una, bueno no importa, no quiero poner en tela de juicio al papá. También dice que me lo había avisado y que nunca hice nada. Esto desata una ola de informaciones cruzadas, y finalmente se me informa que Miguel Claria me entrevistaría en la mañana, mientras esto acontecía me comunicó con los preceptores, la vicedirectora, a la policía de Huerta Grande y La Falda para saber qué es lo que había pasado, nadie tenía información. Me pedían que me comunicara con el padre, cómo voy a hacerlo cuando dice que no hago nada, y yo no lo conozco, nunca lo he visto, no he tenido jamás contacto con él. Tras la comunicación con Claria, se me informa que la nena había declarado que no había sido golpeada. Llego a la escuela, y acá aparece Canal 10, después Canal 12, después América, y la nena estaba en el colegio, sin signos de haber sido golpeada, estaba bien, por ser menor no puedo permitirles que filmen a la niña, ni que le pregunten, pero a la distancia se las mostré, estaba en el recreo con sus compañeras como si no hubiese pasado nada…
P – De hecho nada había pasado…
R – Es así, en privado le pregunté cómo estaba viviendo esta situación, es más, estaba admirada por la valentía que había tenido para venir al colegio detrás de este hecho que la afectaba, porque seguramente la ha afectado, le ha ocurrido a ella, porque seguramente da vergüenza enfrentar a los medios en esas condiciones. En tanto la cúpula policial exigía antecedentes de hechos similares en el último año a la subcomisaria, ahí no encontraban nada, y nos consultaban a nosotros y les respondíamos que no había nada porque nada había pasado, más que lo ocurrido el 8 de abril. Finalmente, en las primeras horas de la tarde, el padre va a asentar una exposición donde se desdice de lo denunciado con anterioridad…
P – De todas maneras, esto ha concluido afectando a la institución, a las autoridades escolares, al profesorado…
R – A la educación afecta, porque yo me pregunto en qué confían los chicos ahora, en qué. En mí, en el papá, en la familia, en los medios, a quién se le cree.
P – Se acaba de sumar a la incredulidad general…
R – A la desorganización general. Entonces, pregunto, cuál es el referente para los chicos, yo que dije la verdad, yo que recibo el apoyo de los alumnos mayores que vienen a consultar cómo respaldarnos, al final ellos, cualquiera que venga decirnos que lo lamenta…
P – Mire que importante, más allá del hecho desgraciado y perjudicial, hay un abroquelado hacia dentro de la institución, de acuerdo a lo que usted dice, que viene en respaldo y resguardo de los directivos. Pero la pregunta que debe estar rondando en la cabeza de muchos es si hay problemas de inconducta e indisciplina dentro del establecimiento que puedan hacer presumir una escala de hechos de riesgo?
R – Mire, a los chicos entre los 12 y 15 años les cuesta un poco más adaptarse a la escuela, están en la parte más convulsionada de la pubertad y la adolescencia, son chicos que pegan más contra los límites, pero los entienden, necesitan de un proceso de adaptación, pero no hay una escalada de violencia. Si creo que los chicos buscan la autoridad, buscan el límite, buscan que se los contenga. Imagínate que tenemos un alto nivel de egresos, que tenemos un alto nivel académico, y no es que lo digamos nosotros, no se puede tener eso si tenemos indisciplina.
P - Esta situación, más allá de lo cierto y lo fabulado, qué mensaje le deja para la comunidad educativa?
R – Las escuelas trabajamos, las escuelas queremos lo mejor para los alumnos, queremos que ingresen, permanezcan y egresen habiendo cumplido con todos los objetivos que la escuela propone. Sin los padres no se puede trabajar, la familia se necesita, no me voy a meter en la casa a enseñarles a hacer la cama, tampoco la familia va a incursionar acá a determinar un método de enseñanza, pero debemos saber que estamos trabajando con la misma persona.
Hoy me siento preocupada porque no entiendo la desorganización que este hecho ha provocado y tengo que reflexionar porque no sé qué confianza nos pueden tener los adolescentes y en quien pueden tener como ejemplo cuando se producen estas cosas, he recibido mucho apoyo en estas horas, pero no me quita la inquietud sobre esto que considero la cuestión de fondo.
Recuadro
Un llamado de atención
Apenas ingresado en el despacho de la Directora, me encontré con profesores de reconocida trayectoria profesional e institucional que le prestaban apoyo y se mostraban verdaderamente asombrados por la denuncia pública efectuada por el padre de alumna y por la propia desmentida realizada, horas antes, en sede policial.
Sin dudas, se ha tratado de un hecho perjudicial para la institución escolar y el cuerpo docente. Es de esperar que las autoridades de control y las ministeriales, tras la evaluación correspondiente, emitan un informe que desagravie a las autoridades docentes del IPEM 200.
De todas maneras, hay que reconocer que el antecedente previo, ocurrido el 8 de abril, pudo incidir en un padre susceptible que aparentemente es informado por otros padres de que su hija es acosada por amenazas y agresiones. Lo apropiado hubiese sido que se dirigiera a las autoridades escolares y tratase de confirmar los comentarios recibidos, se presume que no lo hizo y terminó generando irresponsablemente una movilización mediática de magnitud que concluyó con demasiados daños colaterales, entre los que se cuentan la innecesaria exposición de su hija, las dudas que se sembraron sobre el control de los educandos que tiene la institución escolar, y las que, en forma incidental, se hicieron recaer entre las autoridades municipales y de seguridad.
Esta desgraciada circunstancia, no debe dejarse de lado, hay que reconocerla como un llamado de atención, porque si existe un problema, el que se desprende de las declaraciones efectuadas por el Intendente y la Directora del establecimiento escolar, ambos han sostenido que hay un inconveniente en la calle, fuera del ámbito escolar, donde el alumnado se mezcla con otros adolescentes y jóvenes que no tienen relación con el IPEM 200, pero que habitualmente se encuentran en las inmediaciones a la hora de ingreso o egreso de los estudiantes. Sin entrar a considerar la incidencia de esa presencia, en apariencia perjudicial, se hace necesario, en forma preventiva, que todas las autoridades y las familias de los estudiantes presten celosa atención a ello y procuren erradicarla.
N.H.
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