Que vengan a discutir los que deciden

El Concejal Luis Kessler enrostró a los concejales del oficialismo que carecen de poder de decisión para debatir y discutir la legislación a aprobar, y de falta de voluntad de trabajo legislativo. Sostuvo que en estas condiciones no se puede seguir trabajando en el Concejo Deliberante y planteó que “Maldonado venga a debatir con nosotros a las reuniones de Comisión, porque es, sin duda, el único interlocutor válido del Intendente que es en definitiva quien decide lo que sale del Poder Legislativo de La Falda”.

A nadie escapa que una de las principales causas, en la Argentina actual, que ponen dudas sobre el sistema democrático es la que se ha originado en el abuso que manifiestan los poderes ejecutivos y que ha llevado a que desde el Congreso de la Nación al último de los legislativos hayan delegado funciones esenciales a su rol para favorecer supuestas “cuestiones de gobernabilidad” de presidentes, gobernadores e intendentes.
Esta desgraciada circunstancia para la Democracia, hace que los ciudadanos hayan perdido confiabilidad en un sistema que aparece como carente de control por la total falta de respeto a las normas emanadas desde la Constitución Nacional al resto del entramado jurídico que garantiza las condiciones de convivencia entre el Estado y los ciudadanos, y estos últimos entre si.
No es un descubrimiento sostener que esa lamentable circunstancia se vivencia desde hace larga data en el Concejo Deliberante de La Falda, cualquier vecino que haya seguido de cerca las actividades del legislativo así lo afirmará. No será necesario abundar en ejemplos, sobran, y lo acaecido en la última sesión exhibe con absoluta claridad lo sostenido.

La sesión del 17 de abril se desarrollaba sin mayores disidencias, tratándose algunos asuntos provenientes de Comisión relacionados con excepciones al Código de Edificación y un subsidio para la obra de gas.
Ingresaron 12 expedientes nuevos sobre el tema de esos subsidios los que pasaron a comisión al igual que un proyecto de ordenanza sobre creación de reserva ambiental presentado por la concejal Ana María Nieto.

Hasta ahí todo bien, pero en el Orden del Día figuraba como último punto de los asuntos a estudio un “Proyecto de Ordenanza ampliando los alcances de la Ordenanza 1740/05”. Como es habitual la bancada opositora desconocía el proyecto, porque como también es conocido los proyectos que provienen de la Intendencia ingresan a último momento, para ser precisos al inició de la sesión, habiendo existido casos en que se han incorporado sorpresivamente en el transcurso del debate de los ediles.
Para que la cosa tome estado público y los concejales de la oposición tomen conocimiento, se dio lectura a la documental, determinándose que se trataba de una solicitud de “autorización para que el Intendente pueda emitir cheques diferidos por un monto de $ 400.000 sobre la suma que se le había autorizado en una ordenanza anterior”.
Como es tradicional, inmediatamente el bloque oficialista (Unión por Córdoba) solicitó tratamiento “sobre tablas”, lo que se aprueba, pese a la disidencia del bloque UCR y Partido Nuevo, que manifestó que no entendía la razón para el tratamiento de urgencia que el oficialismo exigía porque en ningún caso se manifestaba esa necesidad y tampoco se señalaba taxativamente en qué momento el Intendente debía dar cumplimiento al compromiso de pago.

No se puede debatir con quienes carecen de decisión

Fue el momento en que el Concejal Luis Kessler decidió intervenir y definir aparentemente algunas cuestiones que lo tenían a mal traer y plantear diferencias con el oficialismo, respecto a lo que aparentemente considera un trabajo legislativo ineficiente y falto de las condiciones elementales que emanan del compromiso asumido entre los ediles y los ciudadanos al momento de ser seleccionados para cumplir con la función para la que se propusieron y dijeron tener los atributos y conocimientos suficientes como para desarrollarla.

En función de ello, tras manifestar que “deben tener en cuenta que un cheque diferido es un compromiso de pago, es un endeudamiento de la Municipalidad que no se puede resolver con tanta ligereza, obligándonos a decidir en este momento sobre lo que nos enterábamos hace un instante”.
Sostuvo otras argumentaciones en referencia al tema en cuestión e inmediatamente se posicionó en el sentir ciudadano para manifestar que “el bloque oficialista muestra una total falta de laboriosidad, porque salvo algún proyecto muy aislado de (Pedro) Agost sobre expropiación no se conoce ningún proyecto de ninguno de los concejales del oficialismo. En cuanto a lo que viene del Ejecutivo, en general, son pedidos de excepción al Código de Edificación. O sea que este Concejo sólo esta para servir al Intendente, dado que la cantidad de proyectos presentados por nosotros (mencionó uno a uno los proyectos presentados por el Frente de todos y con Todos), y esto muestra una diferencia cualitativa y cuantitativa sumamente superior contrastada con la falta de trabajo y acción de ustedes como miembros mayoritarios de este Cuerpo. El único proyecto del PE por el que han demostrado real interés fue el del aumento de sus sueldos.
En estas condiciones este Cuerpo no puede seguir funcionando como hasta ahora. No tiene sentido el desgaste de discutir y llegar a consensuar temas para que después venga el Secretario (Miguel) Maldonado y los obligue a dejar sin efecto lo acordado, como en el patético episodio del reglamento del Consejo de la Ciudad cuando los llamó al bloque y los obligó a retractarse. La solución es que Maldonado venga a debatir con nosotros a las reuniones de Comisión, porque es sin duda el único interlocutor válido del Intendente que es en definitiva quien decide lo que sale del Poder Legislativo de La Falda.
No podemos seguir discutiendo con ustedes concejales dado a que no tienen ninguna facultad de decisión”.

Recuadro

A sacarse la careta

No hay mayor honor para un vecino que ser elegido por sus convecinos como Concejal para que los represente en la función de determinar, a través de la sanción de ordenanzas, las políticas para el futuro de la ciudad de la que forman parte y han elegido para vivir, y para controlar a quienes desde el Poder Ejecutivo administran la cosa pública. Es decir, que para los vecinos no hay mayor vínculo con el gobierno que sus concejales.
Es indudable que las palabras del Concejal Luis Kessler dirigidas a sus pares de la mayoría, más allá de cargar con la molestia que puede haber significado el tratamiento, por imposición del número, de la ordenanza que había sido elevada por el Poder Ejecutivo que lidera Marcos Sestopal, estuvieron destinadas a recordarles el compromiso que tienen con los faldenses y que, en su criterio, no están cumpliendo.
Es más, podría decirse que Kessler no ha hecho más que trasmitir lo que sostiene un amplio porcentaje de la comunidad en cuanto al accionar de los ediles de la mayoría en quienes no observan la representatividad esperada y les vislumbran como claros operadores, sin opinión propia, de las decisiones del Intendente.
Esa falta de decisión, ese obvio responder, sin dilación ni discusión, a las exigencias de Sestopal y/o Miguel Maldonado es lo que ha llevado a que los ediles de la mayoría faldense hayan perdido el respeto del bloque de la oposición y que ésta haga pública la necesidad de salir a advertir que no puede sostener diálogo o acuerdo con quienes no poseen poder de decisión, lo que queda manifiesto en el permanente cambio de opinión cada vez que las máximas autoridades del Ejecutivo plantean disidencia.
En síntesis, lo que la oposición ha puesto en evidencia es que los concejales del bloque mayoritario deben sacarse la careta y manifestarse por trabajar para la comunidad o hacerlo por el entramado político que conduce el Poder Ejecutivo, que según se sostiene en círculos cercanos al municipio “no representa el sentir partidario”.
Por otra parte, los opositores dejan claro que quieren debatir política con quienes tienen decisión política, es obvio que interpretan que entre los concejales oficialistas no hay quien posea ese atributo.

N.H.