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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Hacia un nuevo Hospital Regional Nivel Uno

En 1995 sostuvimos, con fundamentos sólidos, que el traspaso del Hospital Regional La Falda al municipio era un error y que sus consecuencias se verían con los años, junto con las del desmantelamiento de la Salud Pública a nivel nacional.
En la práctica, siguió siendo el hospital de referencia de casi todo el Valle de Punilla, pero con los acotados fondos del Presupuesto Municipal de La Falda, desde entonces los ciudadanos de esta ciudad, han costeado con sus contribuciones la salud de otros pueblos del Valle, los funcionarios de turno han hecho malabares con exiguos fondos, para resolver, por ejemplo, el parto de una señora de La Cumbre o la bronquiolitis de un bebé de Huerta Grande.
Esta semana en la entrevista realizada por Nicolás Heredia y Jorge Amelio Ortiz en el programa Tal Cual, del canal local, el Ing. Arduh, como intendente de La Falda, expresó su preocupación en referencia a la Salud Pública, destacando que de las más de 60.000 consultas que se realizan en el Hospital de La Falda anualmente, más de 30.000 corresponden a habitantes de otros municipios. Hay que destacar que en muchas de ellas se incluye internación, lo que implica insumos, comida, medicamentos, traslados a otros centros de mayor complejidad, control médico y de enfermería, etc.
En aquella época no hubo modo de convencer al Gobernador Mestre, responsable de la municipalización, ni al gobierno de turno de La Falda del panorama que se preveía y que hoy comprobamos. Se pensó, en aquel tiempo, que los gobiernos vecinos iban a colaborar con su presupuesto de salud, pero cada uno intentó resolverlo con dispensarios o sosteniendo hospitales básicos y los resultados fueron desparejos, a pesar de las buenas intenciones cumplieron una función importante, pero no lograron cubrir todas las necesidades, por lo cual el hospital de La Falda y el Domingo Funes, se vieron desbordados por una demanda creciente, que hoy se acentúa por el colapso de los servicios privados. El agravante en el caso de La Falda fue y continua siendo, que se maneja con el dinero del presupuesto municipal, y si bien recibe el FOFINDES éste tiene el monto correspondiente a La Falda y no recibe otro monto por atender pacientes de otros pueblos.
La Salud Pública requiere una inversión importante, porque la Salud, sostenida con el aporte de todos los ciudadanos, debe ser gratuita, aunque en verdad no lo es, ya que los impuestos la pagan, pero este pago no debe aumentarse con bonos o extras, ya que debe haber dinero para sostenerla si no se destina a otros fines. Este razonamiento avala el hecho de que un hospital municipal, que cubre una población de aproximadamente 90.000 habitantes, no puede hacerlo con los fondos destinados a 20.000 personas.
La Salud Pública es cara, porque no solo debe abordar los aspectos del diagnóstico y tratamiento, sino que su principal eje debe estar, como lo enseñaron grandes sanitaristas como el inolvidable Dr. Ramón Carrillo, en la Prevención y la Promoción, para ello se debe contar con Centros de Atención Primaria, (dispensarios) de excelencia, distribuidos en cada pueblo, en las zonas más accesibles y donde más se necesiten, de este modo los dispensarios reciben la primer consulta y promueven acciones de prevención tales como: control de embarazo, control del niño sano, vacunación, seguimiento clínico de pacientes con patologías en tratamiento, detección de enfermedades en sus primeras fases, controles odontológicos, detección de familias o personas en riesgo por desnutrición u otras causas, etc. Si se optimiza la barrera sanitaria de estos centros, las consultas más específicas son respaldadas por hospitales de distinta complejidad que reciben al paciente complejo realizando su diagnóstico y tratamiento, sin verse desbordados por consultas simples, que de este modo serán bien atendidas en su dispensario por profesionales que conocen al paciente, que tienen su historia clínica y que pueden contar con el apoyo invalorable de agentes sanitarios del propio barrio, (ver en Youtube: Experiencias Merendero) y en ese marco, el hospital podrá dedicar sus recursos a la atención de los casos más complejos, y de esta manera no veríamos a pacientes con patologías crónicas deambulando de un lado a otro en la esperanza de una curación, o de un turno que no llega a tiempo porque los medios son escasos, a pesar de la buena disposición de profesionales que desean ayudarlo.
Debemos terminar con el horror de ver a tantas familias, a las que la salud delicada de alguno de sus miembros, los condena a buscar recursos económicos de cualquier modo, pidiendo, haciendo rifas, organizando mil formas para conseguir el dinero que le dé a los que aman la salud perdida, y que siempre es escaso, por más que toda la comunidad ayude. Estos enfermos deben tener todo lo que necesitan y deben estar protegidos por fondos especiales del Estado Nacional.
La Salud Pública debe tener hospitales con la complejidad adecuada a estos tiempos de avances tecnológicos, sin perder el trato humano que ha tenido y aún tiene. Para ello el capital humano del equipo de salud debe jerarquizarse, reconociendo y potenciando al personal calificado, abriendo centros de formación profesional de excelencia, reconociendo esta máxima formación con honorarios justos que permitan una vida digna y una formación continua.
Además, se puede articular para beneficio de todos la salud publica y la salud privada ( consultorios, clinicas ,etc.).
Por todo lo expresado, cuando el Ing. Arduh evidenció que comprende en su totalidad este tema, pensé que llegaron buenos tiempos para la Salud Pública del Valle de Punilla, en especial en su apertura de buscar soluciones entre todos los responsables de gobiernos locales, más allá de su signo partidario, ya sea un aporte especial de la Provincia al Hospital de La Falda, hasta llegar a una solución óptima, como sería tener un hospital provincial o nacional, que complemente al viejo hospital cuya historia no debe olvidarse. Estoy segura de que los municipios vecinos apoyarán con fervor esta solicitud, ya que todos coincidimos en la necesidad de una mejor salud para todos los habitantes, como lo hemos expresado en todas las campañas políticas.
El objetivo es ambicioso, pero si el pueblo entero se compromete y participa se puede lograr.
En el juego de esta democracia imperfecta pero pasible de mejoras, ni Ud., ni yo, ni el otro, somos dueños de la VERDAD, que es tan polifacética que admite su construcción dinámica en el día a día.
No es fácil escuchar al otro, las voces de muchos a veces confunden, otras fastidian, otras demoran decisiones complicando lo que para algunos es simple, pero es el único camino para llegar al ejercicio del Poder Horizontal, en el marco de deberes y derechos reflejados en nuestra Carta Magna, aunando en el consenso, en el liderazgo que existe en cada uno de nosotros, para lograr lo único que tiene sentido social en un país como el nuestro: el estado de bienestar.
Este logro es responsabilidad de todos los elegidos por el voto de los ciudadanos -en mayoría o minoría – y no deben quedar solos, deben ser acompañados con la participación de los ciudadanos que delegaron en ellos su representación, no sirve quejarse en los bares o en soledad de los malos gobiernos, sirve PARTICIPAR.
PARTICIPE Y LOGRAREMOS UN HOSPITAL MUNICIPAL LA FALDA ÓPTIMO Y UN HOSPITAL REGIONAL NIVEL UNO !!!!!

Nora Piaggio
Agente Sanitario


N. de la R.: Y PARTICIPAR, con mayúsculas, como lo expresa la Dra. Nora Piaggio, es precisamente lo que ella ha hecho, expresar una opinión, que desde la buena fe y la esperanza nos habla de un accionar conjunto entre la sociedad, esto es todos, los que tienen la decisión política desde el Estado, los que tienen la decisión empresarial desde el comercio privado, los que tienen la decisión gremial desde las obras sociales sindicales, los que tienen la responsabilidad de ejercer la medicina en lo privado y lo público, en fin, reitero, todos predispuestos a poner lo necesario para que en el centro norte del Valle de Punilla no continuemos hablando de déficits en la prestación de salud. Lo de buena fe y esperanza de la Dra. Piaggio, para quien esto escribe es fundamental en tanto y cuanto sea tomado en su verdadero alcance, porque puede haber otros que lo interpreten apenas como un mero deseo, rayano en la inocencia, en medio del comercio feroz que se desarrolla en y con los servicios de salud. Por eso, es preciso que, como ciudadanos, estemos atentos a esta dura situación por la que atravesamos, pero no solo para mantenernos informados, sino también para mantenernos alerta ante las decisiones que pueden llegarse a tomar, para respaldarlas si es que las consideramos atinadas o para rechazarlas o modificarlas si no las estimamos correctas. Por todo ello, es tiempo de PARTICIPAR.

Nicolás Heredia
Director

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