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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 24 de mayo de 2012

Adiós al AMIGO

Por Alfredo Ferrarassi A pesar de las estrictas recomendaciones médicas de tomarme un descanso para reponerme, la muerte de Ricardo Sisti (SE LUI) me hizo interrumpir el mismo y referirme a la infausta noticia. Hace alrededor de quince días nos encontramos un atardecer con Ricardo que iba a buscar unos cuadros para realizar una rifa, nos saludamos con el afecto de siempre y comenzamos a conversar en la vereda sobe las cosas del transcurrir, sobre lo duro que a veces resulta la existencia, por supuesto que el tema de la muerte no estuvo ausente, diría que fue una charla descarnada en torno al misterio de la vida misma. La plática fue emotiva, profunda, descarnada, en la que descubrí un ser que transitaba su etapa final con una integridad y entereza que resultaba una ejemplo de cómo enfrentar lo inevitable honrando el existir con dignidad encomiable. Quedará en mi memoria aquella frase que me dijo “mirá no le temo a la muerte, hice lo que me gustó, tuve hijos y nietos, si me preocupa poder sentir dolor, pero morir en absoluto”, la conversación giró hacia la injusticia que resulta cuando quien nos deja es joven y tiene todo por delante, todo por descubrir, cuando es hasta casi un acto de inmoralidad observar las injusticias del transcurrir para algunos. La templanza demostrada me hizo comprender que era un momento que debía disfrutar porque pocas veces tendría la oportunidad de sentir lo que es estar frente a un ser especial como era Sisti, quien dejaba traslucir esa sensibilidad existencial cuando apretaba el disparador de su máquina, cuando lograba “congelar” el tiempo, cuando el devenir quedaba registrado para siempre en una toma, cuando la cotidianeidad se convertía en arte y este en historia, cuando el tiempo es ”derrotado” por el hombre permitiendo que lo infinito sea finito, que lo instantáneo pase a ser en el mismo momento eterno, cuando el fotógrafo a partir de su máquina se convierte en un hacedor del pasado y el futuro, cuando lo que solo él supo ver y plasmar a partir del registro en un papel vence a la muerte para siempre, en una de las profesiones más hermosas del mundo como es la ser cronista gráfico y quedar para siempre en los anales de nuestro devenir, porque sin duda sus fotografías ya son parte de nuestra historia y cada día que pasen tendrán aún más valor, porque el tiempo no podrá nunca con quien nos deja semejante legado como es el que tuvo Ricardo Sisti. La gran pasión de éste fue la fotografía, la cual por esas coincidencias de la vida ha sido una de las actividades más cultivadas a lo largo de la historia de La Falda, recordemos la plena vigencia de Arturo Francisco, o las fotos que vinieron después del griego Mario con sus vestidos de colla, las de Sotelo en el balneario Morecabo, las de Ernesto junto a una pléyade de colegas en la Plaza San Martín, las de Ibarra o las de Ferrer o a aquellos silenciosos trabajadores que dejaron obras de arte de manera anónima fotografiando para las casas del ramo, o los concursos que supo organizar la Galería de Arte Torielli, heredero y continuador de eso fue nuestro amigo, por ello y bien ganado lauro tiene de ser parte del Olimpo de la Gráfica local, la cual le extrañará, no solo por sus magnifica percepción de cuando se debía disparar, sino por lo que ha significado como persona, lo cual lo ha convertido en un ser único que nos honró con sus amistad y con su creación. Con Ricardo compartíamos una pasión que a veces se convertía en dolor, la causa de ese desasosiego era la Historia del Ferrocarril en Cruz del Eje. Me había tocado escribir dos trabajos, una historia del mismo con su grandes huelgas y otro sobre el Georgismo en la Tribuna de Cruz del Eje, ambos vivimos de manera diferentes, pero comprometida al fin los cierres de los talleres y su doliente impacto en la economía regional, el abandono de aquellas piezas que serían un orgullo en cualquier museo del mundo, por ello cuando esclarecidamente sentenció que “el hierro también llora”, no hizo nada más que resumir en pocas palabras, pero en millones de estas traducidas en imágenes, el sentimiento de la impotencia que sentimos los argentinos ante el abandono inexplicable de nuestros recursos estratégicos. Con esta muestra Sisti se convirtió en un profundo analista de la realidad de un país que ha perdido su capacidad de asombro y que despierta cuando alguien como él les muestra lo que la indiferencia puede llegar a causar. En 1968 Jean Herman filmó una película, ciertamente comercial, pero que catapultó al partenaire al estrellato y ya nada volvería a ser igual, puesto que aparecía un nuevo modelo de actor en la pantalla. Apelar al título me pareció lo más adecuado para titular esta despedida al artista, al reportero gráfico, al colega, al amigo, porque de eso se trata esta nota decirle hasta siempre a Ricardo Sisti, para pasar a decir que desde su partida ya es parte de la historia cultural de La Falda y el país, que siempre estará presente en cada una de sus “postales” que por siempre recorrerán el tiempo mostrándonos como era lo cotidiano en un momento preciso, que jamás será olvidado, puesto que cada vez que alguien recorra el mundo de las imágenes estará siendo guiado por la creatividad y profesionalismo de este hombre con mayúsculas que nos acaba de dejar. Hasta siempre Ricardo, jamás nos olvidaremos de tu obra, la cual te trasciende y te hace inmortal!!

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