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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 2 de febrero de 2012

El Cosquín que fue

Paso una edición más de Cosquín y como siempre queda tela para cortar, la cual alcanza para todo los años por cierto.
En primer lugar nos detendremos en los turistas, estos que vienen a visitar Punilla y que se han quejado de los precios desorbitantes que tiene la Capital del Folklore, costos que por la escasa hotelería que tiene están proporcionalmente más altos que veranear en centros de primer nivel nacional y de países vecinos.
Hoteles mal categorizados que escasamente pueden llegar a dos y cuando máximo alguno a tres estrellas cuesta igual que uno de cinco y las casas particulares, la inmensa mayoría con baños compartidos y habitaciones para cinco o seis personas amontonadas estaban cobrando más de doscientos pesos por persona por día, cuando en Mina Clavero, La Falda o Calamuchita hay hoteles de esa cantidad de estrellas con aire, televisión, cochera y baño privado por ciento veinte pesos, ah y con desayuno incluido.
Otro tanto pasa con la gastronomía, la cual tiene precios muy “inflados” por un servicios que dejan muchísimo que desear, tanto en calidad como en prestaciones. Si la Municipalidad no entiende que hay que cuidar la “gallina de los huevos de oro” terminará matándola por extraerle ganancias injustificadas.
En las calles no hemos observado las multitudes de otros años y ello se debe a los costos y a que la ecuación entre estos y las prestaciones definitivamente no cierran. Por ello plazas cercanas como Bialet Massé o Casa Grande que nunca fueron turísticamente hablando relevantes hoy son las elegidas, así pasa lo mismo con Valle Hermoso y La Falda.
En lo referente al espectáculo salvo algunos números centrales, en líneas generales no ha sido buena, demasiados conjuntos que suenan iguales, exceso de electrónica, la cual ha sido, al menos en las conversaciones personales, criticadas reiteradamente por el abuso de aquella y la batería, al grado que cuando por caso Alfredo Abalos, Rafael Amor o Los Arrieros actuaron fueron ovacionados por el sonido puro que muchos han ido a buscar y que desgraciadamente no está presente. También sucedió esto cuando al mejor estilo Chalchaleros, uno de Los Tekis cantó con Polo Román, ex del desaparecido grupo, lo cual si no es tenido en cuenta por los organizadores será solamente por la ceguera que tengan porque señales que algo no anda bien han tenido y en cantidades suficientes.
Otra detalle que hay que atender de manera urgente es el de los conductores, ya que la ausencia del recordado Miguel Ángel Gutiérrez se hace sentir y en demasía. Definitivamente Nadia Soswky no nos termina de convencer y creo que nunca lo hará, la frivolidad de los vestidos y la distinción con el poncho coscoíno al modisto que la vistió Benito Fernández estuvo totalmente fuera de lugar y es una señal de lo que jamás puede volverse a hacer. Cosquín jamás fue desfile de modas, ha sido siempre sobriedad y ello no puede ser borrado por más orientación marketinera que se quieran imponer.
Mucho se ha criticado el corte de la actuación de Raly Barrionuevo cuando pasaba imágenes criticando a la minería a cielo abierto y apoyando a los campesinos de su provincia. El tiempo permitirá saber que sucedió realmente, aunque hay fuertes acusaciones a que hubo detrás una mano negra. Esto claro nada tiene que ve con la Comisión del Folklore, pero si habla de la sensibilidad de los temas sociales en una Argentina en donde no se puede ocultar más lo que está pasando y que es de suma gravedad.
El gran protagonista es el publico ese que hace esfuerzos por pagar entradas para estar junto a sus ídolos, por cantar con ellos en un acto de liberación emocional impresionante, a este es al que hay que cuidar porque sin público y sin músicos que viajan desde todos los lados inimaginables a traer sus trabajos, muchos editados con sacrificios de toda la familia, con ahorros diarios para estar, a esos se les debe el máximo respeto, sin ellos Cosquín no es nada, por lo tanto se debe “mimar” al visitante porque después de los diez días del Festival Cosquín siempre está desierta y no se puede en esos días tratar de paliar todo un año, sino extender ese corto plazo para que sea una propuesta turística en serio.
Los que ayer llenaban la plaza y estadios, hoy no pueden con la Prospero Molina, porque habrá que asumir que los ciclos se cumplen para todos y que forzar el cariño es malo porque luego la decepción es mayor aún. Lo de Mona Jiménez un verdadero acierto, fue la noche de más asistencia lejos y las noches en general estuvieron en un 60%, a lo cual contribuyó el clima con noches muy calurosas y solo alguna frescas.
Una edición más de la catedral del folklore en donde brilló por ejemplo Juan Falú con la sencillez de su arte, o la entrega bajo la lluvia de Los Coplanacu, o el neo folklore de Abel Pintos que tanto ha prendido entre los jóvenes, Arbolito siendo una propuesta para romper el tedio de larguísimas programaciones mal formuladas, o lo mejor del festival que a nuestro juicio fueron las Delegaciones que educaron desde el canto provinciano y de estas verdaderas embajadas culturales resaltar que sobresalieron dos, la propuesta de Córdoba celebrando la gesta del Cordobazo y la de Santa Cruz rindiendo homenajes a los peones de las huelgas del 21, la razón de por qué gustaron tanto, es simple apelaron a la historia regional y así lo local se transformó en nacional, siendo verdadero federalismo.
Queremos hacer votos, en el final de este análisis que engloba esta nueva edición, para que quienes organizan este evento tengan la calma para reflexionar y puedan darse cuenta que se debe planificar de otra manera, con menos artistas, muchos de los cuales han debido cantar a la madrugada cuando la gente había emigrado en su mayoría, no por más cantores, debe haber más calidad, solo es una cuestión de números, lo cual no es sinónimo de nivelar hacia arriba.
Di Fulvio creó un concierto memorable que se refería al sueño de un brujo, sin dudas los brujos o cortadores de tormentas que dicen contratan los festivales, al menos este año ha fallado, habida cuenta de la noche en que debió comenzar y proseguir bajo la lluvia poniendo en peligro a artistas y público, por el alto voltaje que se maneja en los equipos de audio y luces. También recordar que el Dr. Santos Sarmiento supo traer uno hace mas de cuarenta años, que en una ceremonia previa en la ruta 38, frente al escenario, preparaba un conjuro para desviarlas, el recuerdo de las multitudes que seguían este procedimiento era impresionante todo hasta que un día San Pedro dijo...”Punilla necesita la bendición de la lluvia” y fue un diluvio sobre las sierras.
Así de estas anécdotas se hizo Cosquín y sin dudas de las de esta edición décadas más adelante se hará eco otro cronista para escribir sobre uno de los más populares encuentros de la música nativa en el mundo. Que así sea!
Desde Cosquín en exclusiva
Crónica y Análisis
Alfredo Ferrarassi / Georgina Bernardi

Apostillas del Cosquín 2012

Cuarta luna
Dicen los poetas “los cielos lloran cuando llueve” y sin dudas la noche de Cosquín es un ejemplo acabado de ello porque casi al inicio del festival se conocía que había fallecido Gerardo Barrera el primer Tesorero de aquella legendaria Comisión del Folklore que diera lugar a este ya maduro evento que trasciende las fronteras nacionales. Entonces ese límpido universo de estrellas, con una luna que se engalana todas las noches para deleite de enamorados y lobisones serranos, de golpe se oscureció, se cubrió de luto para demostrar que sentía dolor por la familia festivalera y porque de aquella pléyade de padres fundadores queda un pequeño número de ellos y es como señalara en la nota inicial de este ciclo 2012, el Olimpo de los folkloristas se nutre cada vez mas de personajes entrañables a los que costará hallarles reemplazo, si es que esto es realmente posible.

Un número que hace unos años era sumamente convocante, innovador, era el de Peteco Carabajal, quien en las ultimas presentaciones creemos no ha estado a la altura de lo que debería haber sido su natural evolución. Cierto es que no reitera trabajos y que no suele tener inclinación por el aplauso fácil, pero siempre nos queda la impresión que podría dar mas, que por allí queda en deuda, al menos con el folklore, porque sabemos es un excelente músico, pero que la proyección en demasía, como es su caso por allí lo termina alejando de sus fuentes, siendo ello, posiblemente, lo que le impide ser lo que hace tres lustros supo ser.

Quinta luna

La noche comenzó con un cantor que comenzó siendo músico de Peteco Carabajal y que con el tiempo inició su camino solista y halló su lugar en el mundo artístico de la mano del compacto Radio AM donde junto a la pianista Elvira Ceballos, al bombo de su hermano Daniel Barrionuevo y una guitarra privilegiada como la de Luis Chazarreta, todos bajo la dirección de Luis Gurevich lograron hacernos volver al tiempo en que las familias se nucleaban junto al “!aparato” de radio y escuchaban aquellos viejos valses que tanto han gustado a través de los años. Raly presentó en esta oportunidad temas de este trabajo, de Circo Criollo y de otros anteriores que fueron los que lo colocaron en un lugar de preponderancia en la preferencia del público.
El canto de la cubana Yusa como artista invitada y que le producirá su próximo disco, nos muestra esta faceta de americanismo que tiene Raly, a la par de la búsqueda permanente de nuevos sonidos y de nuevas canciones, como de propuestas diferentes, tal como fue esta que apasionó al publico por todo lo que representa esta artista internacional.


Los 4 de Córdoba comenzaron a cantar sus temas tradicionales y en el cuarto de ellos se escucho el recitado de Barrio Alberdi por la Mona Jiménez, lo cual preanunciaba que se aproximaba al escenario mayor. Y así fue, entonó ese tema del Chango Rodríguez y otro de Jaime Ross, Amándote, haciendo así su parte folklórica tradicional de la noche.
La Comisión le hizo entrega de una mención y del tradicional poncho coscoíno, a la vez que le declaraba al cuarteto como parte del folklore cordobés y entonces si estalló la plaza cuando “La Mona” dijo que retomaba aquello que había dejado inconcluso hace 24 años y sonaron los acordes de “Quien se ha tomado todo el vino”, de allí en más todo fue fiesta popular, baile, la plaza parada sobre las sillas, delirio, en suma un fenómeno de masas inexplicable ya que sabemos que canta mal, que es “fiero” como se dice en Córdoba, que está viejo, pero es pasión de multitudes y en estos casos quienes pueden describir y analizar a la perfección son los psicólogos y los sociólogos, dado que no somos ninguno de ellos solo diremos que con la Mona Jiménez la Prospero Molina luego de cuatro noches volvió a estar llena nuevamente y fue la única jornada en que lo consiguió.

Sexta luna

La cantante y compositora Teresa Parodi quien trajo los temas de siempre, aquellos que la hicieran famosa. Más los nuevos de su reciente trabajo “Otro cantar”, que se enrola en una propuesta entre protestaria y la su militancia abiertamente oficialista, confiriendo a sus canciones un mensaje más cargado de ideología que de poesía.
Teresa Parodi es una mujer que asombró hace años cuando actuó junto a Liliana Herrero y dejaron una de las más memorables actuaciones de la historia de Cosquín. La propuesta de esta noche nos hizo ver a una artista consagrada que tiene sus quilates sobre los escenarios y un repertorio muy equilibrado, pero por otro a una artista jugada por una causa, lo cual no es malo ya que anteriormente lo supo hacer la mismísima Mercedes Sosa, solo que la diferencia radica en que una cosa es lo ideológico y otro lo partidario.

Rafael Amor, dueño de una personalidad enorme, de un perfil diferente, el cual le posibilitó cantar junto a los más grandes como la propia Mercedes Sosa. También es un compositor de talento de temas memorables como Corazón Libre, Olor a goma quemada, entre otros y que plasmara en discos de antología como Batemusas, Barricanto, El canta vidas y tantos otros.
Este hombre del valle de Punilla, más precisamente de Valle Hermoso, nos ha dejado canciones que hacen que la piel se erice, que las más íntimas fibras se conmuevan, es un cantor enorme que solo necesita de su guitarra para hacerse aún más grande y que ya es uno de los artistas más queridos de este festival.

Decir Juan Falú es manifestar un intérprete intimista, dueño de un estilo acabado, profundo, sobrio, de una digitalización perfecta que hace de la guitarra, en sus manos, un instrumento supremo. Sus composiciones son a su vez ejecutadas por otros grandes lo que nos da la dimensión de su valía. Las canciones que canta, las menos por cierto, también se encuadran dentro de este panorama artístico lo cual lo convierte en un número de lujo.

Séptima luna
El ex Nochero Jorge Rojas inició la noche del jueves con un show que marca la evolución de este artista que en compañía de sus hermanos, Alfredo e Indio, han logrado adquirir un perfil distintivo, el cual los ha colocado como preferidos de la platea. Sin dudas hay una competencia encubierta entre éste y los Teruel, la cual viene desde la separación misma y que hoy por hoy gana la pulseada quien decidiera seguir sus pasos como solista. Por ello la plaza ha adquirido nuevamente un lleno total con este artista que siempre presenta un recital de primer nivel por los músicos e invitados que tiene.
La incógnita radica en que si se abre el espectáculo con un número de esta envergadura ¿Qué pasa después? Porque habrá sin dudas un éxodo a medida que transcurran las propuesta en el escenario Atahualpa Yupanqui y ello puede conspirar contra lo programado en cuanto a la asistencia masiva al terminar el espectáculo principal.
Agregar cosas a todo lo dicho de Jorge Rojas es pura redundancia, a nuestro entender tiene un exceso de instrumentos electrónicos, percusión y por sobre todo una batería estridente, una saturación de sonidos, solo que es una gran voz que cuando se decide a cantar en intimidad permite disfrutar de todo lo que sabe, pero ello solo se ve en cuenta gotas, porque lo que manda es el mercado y de eso sí que sabe este artista, que es lo que le ha permitido “vencer” en esta “batalla” entre los Capuletos y Montescos del folklore.

Actuaron también los ganadores de Pre Cosquín canción inédita, “Cosquín en la piel” y la solista vocal femenina de tango Ximena Jiménez, anticipando esta lucha por quedarse con el premio revelación que esta en marcha desde el primer día.

Octava luna
Comenzó de la mano de un cantor que paradójicamente nació roquero, siendo consagrado en el legendario Festival del Rock de La Falda hace ya varias décadas y que desde hace algún tiempo se ha volcado por el tango. En la parte inicial, Juan Carlos Baglietto acompañado por un músico integral como Lito Vitale, interpretó temas del folklore tradicional como Tonada del Viejo Amor, Piedra y Camino y tangos como Nada, los que fueron justamente apreciados por una asistencia, que es bien sabido, es más que exigente con aquello que no son “del palo” pero que en casos como este se valora todo lo que hacen de manera sincera, aunque no suene estrictamente ajustado a los cánones tradicionales del folklore.
Sin dudas la banda que acompañó a este dúo tuvo la capacidad de conferirle un encuadre a un escenario que se ajustó con luces, efectos y sonido a esta propuesta que, reiteramos no es folklórica, pero que se supo acomodar a un espacio ajeno y no traicionar para lo que habían sido convocados.

Posteriormente Los Guaraníes un grupo que venía hace un par de años de rearmar sus líneas por la partida de Nacho Prado y Daniel Campos, volviendo uno de los integrantes que habían debido dejar la formación para que entrara el primero y la otra ausencia, que en definitiva es la que formalmente fue tal es con la llegada de un sanjuanino de una voz extraordinaria. Así con esta nueva integración han salido a competir con sus ex amigos, la justicia fallo a favor de ellos y son los únicos que pueden usar el término. Aclarado esto, diremos que suenan muy pero muy bien, que ambas agrupaciones han logrado encontrar su perfil y ello sea tal vez lo que tenga importancia en este momento, ya que más allá del resultado judicial, cada uno encontró lo que creo han estado buscando y las pruebas están a la vista.
En lo personal estimamos que Los Guaranies conforman un espectro de lo que se denomina el folklore romántico, para darle un tipo de ubicación dentro del genero, el cual apunta a canciones de fuerte impacto emocional en el publico y tiene también, temas del repertorio tradicional, el cual hace a la perfección dado que son dueños de excelentes voces y de un repertorio, que al mezclar ambas corrientes, tiene como resultado un numero de envergadura.

Novena luna
La penúltima noche de Cosquin 2012 comenzó con un sentido Tributo a los Tucu Tucu, aquel conjunto tucumano que sufriera la pérdida de dos de sus integrantes en el accidente automovilístico en donde fallecieran Romero y Bulacio, quienes son recordados permanente por sus pares, periodismo y amantes del folklore por la huella que dejaron en nuestra música. El mismo pudo ser logrado gracias a la tecnología vigente ya que se sumaron Coco Martos, ex integrante y Roberto quien sobreviviera al luctuoso suceso, en conjunto con el grupo cheche, quienes lograron emocionar a l plaza que siempre tuvo predilección por este conjunto. Cantaron sus temas mas importantes y de siempre, como aquel Candombe para José, Pescador y Guitarrero y tantos otros que hicieron que mas de una lágrima escapara del control, puesto que cuando se siente afecto por algo tan sentido, todo se vuelve de pronto emoción potencializada, contando ese momento y nada, por lo que decir a viva voz ¡Por siempre Tucu Tucu! es justiciero homenaje.

El número principal fueron Los Nocheros quienes cantaron en una plaza cubierta en un 95%, quedando atrás aquellas noches en donde literalmente estaban hasta los pasillos colmados siendo imposible desplazarse, salvo cundo se abrían todas las puertas y la gente dejaba la Prospero Molina.
En esta oportunidad cantaron cosas de su repertorio más viejo, como Corazón Verdugo, Balderrama, Boquita de Luna, Chacarera del rancho, Soy tu río y la chacarera de Demi Carabajal, Solo pa’ bailarla. Lo de este conjunto salteño es una contradicción difícil de explicar porque siendo dueño de semejante voces, de una sonoridad instrumental que los supo destacar y diferenciar, apuestan a la estridencia de las guitarras eléctricas, la percusión exagerada y un bajo que produces vibraciones desmedidas. Ta vez la explicación de semejante desperdicio radique en lo que ellos señalaron en la conferencia de prensa, “Nocheros son diversión, porque eso es lo que pide la gente”, por ello mientras nadie reclame que cante folklore autentico, seguirán por la senda más fácil como es la de la efectividad y no por la de la calidad.
Un espectáculo repetitivo, que no incorpora nada nuevo a la música nuestra, un recital dentro de un festival como viene sucediendo desde hace un tiempo prolongados con esto cuatro cantores salteños.

Décima luna
Le cupo entonces abrir la noche a los santiagueños Los Carabajal, quienes viene de reemplazar a la primera voz, en este caso a Carlos Cabral por otro joven cantor que tiene cualidades totalmente diferentes a aquel.
Este es uno de los grupos que a pesar de tener en su historia numerosos cambios de integrantes, ha permanecido fiel a su impronta fundacional. Lo de ellos es netamente festivalero, una propuesta sin mayores pretensiones, solo la de trasmitir un estilo provinciano. El repertorio continúa siendo el mismo y todo gira en torno a ese “micro emprendimiento familiar” que es la familia Carabajal, formula que les ha dado no solo permanencia, sino posibilidades de trabajo a todos los miembros.
El pueblo los ha aceptado desde la simpleza musical que tienen, las cuales al ritmo de las chacareras y el clásico “palmas, palmas” tiene una fórmula que no amerita ser cambiada puesto que funciona aun. Un número que encaja por sus características en las programaciones de todos los festivales por sus conocidas características.

Los Tekis son alegría permanente en el escenario, es la sensación que invade el corazón de los concurrentes que desde el escenario baja una fuerza liberadora que hace que nos olvidemos de todos los pesares que sea el equivalente a aquellas fiestas españolas de San Juan donde como dice el poema...”todos olvidan su mujer y su gabán...todos comparten su pan”.
En definitiva una actuación consagratoria como a la que nos tienen siempre acostumbrados y que hizo sentir en el cuerpo el deseo del festejo “liberatorio” que la música produce cuando encuentra el vehículo que la ponga en marcha, en este caso, este fueron simplemente Los Tekis.

Los Premios recayeron este años en los dos rubros sobresalientes, así Revelación resulto Nadia Salamanca y Consagración, Alma de Luna, con lo cual el panorama se ha ido aclarando respecto a tan importante logro alcanzado por los músicos que concurren a Cosquín desde hace 52 años.

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