De Luigi Pirandello a La Falda preelectoral
Por Alfredo Ferrarassi
El escritor italiano Luigi Pirandello, Premio Nobel de Literatura 1934, estrenó en 1921 su obra teatral más conocida “Seis personajes en busca de un autor”, en ella da vida a esos protagonistas que interrumpen en otra obra suya reclamando su propio espacio. En la misma estos seis individuos adquieren existencia y pasan a convertirse en protagonistas de una nueva historia, la cual cuentan al director de la obra y no es otra cosa que el drama que les toca vivir, siendo la implementación de un recurso novedoso hasta ese momento y que marcó sin dudas la dramaturgia moderna, ya que los personajes no admitirán ser interpretados por los actores de la obra y exigen ser ellos mismos.
Pirandello desnuda así una serie de situaciones que de otra manera habrían pasado desapercibidas y que son las que nos sirven para comprender el drama que vivimos los faldenses, del cual la clase política parece no darse cuenta de su existencia y si lo hace no le importa en lo más mínimo, en un acto de irracionalidad que nos cuesta no solo aceptar, sino comprender, ya que la disociación con lo que el pueblo necesita es alarmante y digna de profundos estudios interdisciplinarios para tratar de desentrañar semejante actitud.
La coincidencia entre la obra literaria y nuestra ciudad se encuentra en que esos seis personajes son los vecinos y el autor es el futuro intendente, quien deberá dar cabida a los reclamos de un pueblo que no puede esperar más para ser oído, para ser tenido en cuenta, para ver que los amiguismos han terminado para siempre, para saber que todos, absolutamente todos podemos ejercer los derechos que por mandato constitucional tenemos y no como hasta ahora que hay “hijos y entenados”, amigos y ninguneados, incluidos y excluidos, en síntesis los que están dentro y la gran mayoría que ha quedado fuera del circulo de privilegio que hoy gobierna.
La realidad nos marca que, por ejemplo la obra de la Avenida Edén, cuenta con un cierto grado de aceptación, obra que por cierto es ampliamente perfectible, ya que tiene errores de concepción que deben ser corregidos, sin embargo lo que se debe reconocer es que no basta con hacer obras solamente, ya que lo que se requiere por parte del nuevo gobierno es un tiempo diferente, el tiempo de la libertad ya que es incomprensible aceptar que para aquellos que se atrevan a diferir o a alzar la voz en contra de esta gestión, les caigan encima mínimamente “las siete plagas de Egipto” y que algunos por ser obsecuentes del “simarquismo” gocen de todos los privilegios habidos y por haber, por ello estimamos que después de doce años de un modelo cerrado, expulsor, debe necesariamente venir otro en el que las puertas estén abiertas para todos, en el que el respeto irrestricto por las libertades individuales de cada vecino sea lo que impere, en que no todo sea mostrar algunas obras, puesto que ello es equivalente a pretender tapar el sol con un dedo, puesto que detrás de aquellas hay individuos que han sufrido y sufren marginación, que reclaman igualdad de oportunidades, que no aceptan el modelo actual en el que no hay un reparto equitativo de las riquezas, ya que estas son orientadas hacia los intereses de un grupúsculo de amigos, quedando desprotegidas aéreas vitales como la de Salud, en donde el Hospital de La Falda carece de los más mínimos elementos para un funcionamiento adecuado o desatendidas otras, como la de Cultura en donde ha primado el pedestrismo o la contratación de números de altísimo costo, mientras que la orfandad de actividades promovidas u organizadas por la secretaria encargada es alarmante. En estos dos ejemplos se puede observar como hay una discrecionalidad aterradora en los gastos públicos, fondos que nunca estará demás remarcar, son de todos y no del partido gobernante, por lo que tener un futuro intendente que ha demostrado en este aspecto no importarle nada más allá de sus caprichos y juegos como “empresario del espectáculo” puede llegar a ser un error que nos costará demasiado caro al final de la gestión y que por lo demostrado hasta ahora, solo se puede esperar más de lo mismo con el agravante, que con poder, puede llegar a significar la bancarrota de la economía local y que el exilio interno o la migración de quienes son críticos de esta secretaria sea la única alternativa, ya que la práctica del desconocimiento, el ninguneo o el aislamiento, es el castigo con que estos nuevos cancerberos del “Gulag Faldense” han implementado como modo de castigo hacia los opositores.
Aquellos seis personajes y los actores de esta tragedia griega que nos toca vivir, somos los que reclamamos nuestro espacio, nuestro lugar, la transparencia en el diario accionar, ya que por el simple hecho de ser habitantes de la ciudad nos merecemos gozar de la totalidad de derechos y oportunidades que hasta ahora solo disfrutan el amigaje a “gusto y piacere” y con el desparpajo que da la impunidad.
A lo largo de la historia de La Falda, aún en los gobiernos de corte autocrático, como pudo ser aquel de Juan Mereb o alguno otro de la etapa militar, se observó semejante desprecio por la opinión del vecino, que en última instancia es “vox populi, vox dei” y por ello se merece otro trato.
Esta manera de concebir el poder, es la que le ha llevado al actual gobierno, en el cual debemos incluir a la totalidad de funcionarios, porque jamás hemos observado alguien que se hubiere atrevido a disentir y menos a expresarlo, en ser el único en la historia de la ciudad que sufrió más un corte de ruta, “mérito” este que habla a las claras de su posición frente a los problemas candentes y que actúa sin consultar a quienes son sus mandantes.
Si debiéramos definir el modelo de gobierno llevado adelante diríamos que es una variable inédita del autócrata, ya que se complementa con el capricho personal llevado adelante y de manera ultrista, aunque el que sufra y pague las consecuencias de sus “antojos y extravagancias” sea el pueblo, cosa que por lo visto y “confesado” no le importa y menos le interesa.
De allí que las próximas elecciones sean cruciales para volver a transitar la senda de la tolerancia y convivencia que se comenzó a perder hace doce años y que en los últimos siete alcanzó el grado más alto de perversidad.
Si el amplio abanico de la oposición no ha podido entender, como hasta ahora pareciera ser, que es crucial vencer a este modelo, estaríamos frente al mayor acto de soberbia y ceguera política inimaginable, ya que en última instancia fragmentados pasan a ser funcionales al marquismo y sus sucedáneos, por lo que aún estamos a tiempo para intentar acercarnos para asegurar el camino que el pueblo reclama a gritos, de no hacerlo será este y la historia el que lo demande.
En estos días finales antes de asegurar alianzas, debemos exigir renunciamientos “patrióticos” e históricos en pos del futuro bienestar general, no hay tiempo señores para especulaciones, ya que lo que está en juego de demasiado importante para desperdiciar otros cuatro años más y por sobre todo darnos cuenta que se debe poner lo mejor con que se cuenta, asumiendo que esto sólo se arregla con los hombres y mujeres más capaces y no con punteros de barrio como ha manifestado un “opinólogo” político recientemente, desconocer la gravedad institucional actual y herencia futura es simplemente suicida y un lujo que no podemos permitirnos darnos.
Es tiempo que la obra de Luigi Pirandello se amplíe, es tiempo que todos podamos ser protagonistas. Señores dirigentes políticos, pensemos sólo un instante con objetividad todo lo que se perderá de no estar unidos, para darnos cuenta de la oportunidad que tenemos frente a nosotros y que no debemos bajo ningún motivo desperdiciar, después será demasiado tarde, ya que ahora si nos van a venir a buscar a todos!
El escritor italiano Luigi Pirandello, Premio Nobel de Literatura 1934, estrenó en 1921 su obra teatral más conocida “Seis personajes en busca de un autor”, en ella da vida a esos protagonistas que interrumpen en otra obra suya reclamando su propio espacio. En la misma estos seis individuos adquieren existencia y pasan a convertirse en protagonistas de una nueva historia, la cual cuentan al director de la obra y no es otra cosa que el drama que les toca vivir, siendo la implementación de un recurso novedoso hasta ese momento y que marcó sin dudas la dramaturgia moderna, ya que los personajes no admitirán ser interpretados por los actores de la obra y exigen ser ellos mismos.
Pirandello desnuda así una serie de situaciones que de otra manera habrían pasado desapercibidas y que son las que nos sirven para comprender el drama que vivimos los faldenses, del cual la clase política parece no darse cuenta de su existencia y si lo hace no le importa en lo más mínimo, en un acto de irracionalidad que nos cuesta no solo aceptar, sino comprender, ya que la disociación con lo que el pueblo necesita es alarmante y digna de profundos estudios interdisciplinarios para tratar de desentrañar semejante actitud.
La coincidencia entre la obra literaria y nuestra ciudad se encuentra en que esos seis personajes son los vecinos y el autor es el futuro intendente, quien deberá dar cabida a los reclamos de un pueblo que no puede esperar más para ser oído, para ser tenido en cuenta, para ver que los amiguismos han terminado para siempre, para saber que todos, absolutamente todos podemos ejercer los derechos que por mandato constitucional tenemos y no como hasta ahora que hay “hijos y entenados”, amigos y ninguneados, incluidos y excluidos, en síntesis los que están dentro y la gran mayoría que ha quedado fuera del circulo de privilegio que hoy gobierna.
La realidad nos marca que, por ejemplo la obra de la Avenida Edén, cuenta con un cierto grado de aceptación, obra que por cierto es ampliamente perfectible, ya que tiene errores de concepción que deben ser corregidos, sin embargo lo que se debe reconocer es que no basta con hacer obras solamente, ya que lo que se requiere por parte del nuevo gobierno es un tiempo diferente, el tiempo de la libertad ya que es incomprensible aceptar que para aquellos que se atrevan a diferir o a alzar la voz en contra de esta gestión, les caigan encima mínimamente “las siete plagas de Egipto” y que algunos por ser obsecuentes del “simarquismo” gocen de todos los privilegios habidos y por haber, por ello estimamos que después de doce años de un modelo cerrado, expulsor, debe necesariamente venir otro en el que las puertas estén abiertas para todos, en el que el respeto irrestricto por las libertades individuales de cada vecino sea lo que impere, en que no todo sea mostrar algunas obras, puesto que ello es equivalente a pretender tapar el sol con un dedo, puesto que detrás de aquellas hay individuos que han sufrido y sufren marginación, que reclaman igualdad de oportunidades, que no aceptan el modelo actual en el que no hay un reparto equitativo de las riquezas, ya que estas son orientadas hacia los intereses de un grupúsculo de amigos, quedando desprotegidas aéreas vitales como la de Salud, en donde el Hospital de La Falda carece de los más mínimos elementos para un funcionamiento adecuado o desatendidas otras, como la de Cultura en donde ha primado el pedestrismo o la contratación de números de altísimo costo, mientras que la orfandad de actividades promovidas u organizadas por la secretaria encargada es alarmante. En estos dos ejemplos se puede observar como hay una discrecionalidad aterradora en los gastos públicos, fondos que nunca estará demás remarcar, son de todos y no del partido gobernante, por lo que tener un futuro intendente que ha demostrado en este aspecto no importarle nada más allá de sus caprichos y juegos como “empresario del espectáculo” puede llegar a ser un error que nos costará demasiado caro al final de la gestión y que por lo demostrado hasta ahora, solo se puede esperar más de lo mismo con el agravante, que con poder, puede llegar a significar la bancarrota de la economía local y que el exilio interno o la migración de quienes son críticos de esta secretaria sea la única alternativa, ya que la práctica del desconocimiento, el ninguneo o el aislamiento, es el castigo con que estos nuevos cancerberos del “Gulag Faldense” han implementado como modo de castigo hacia los opositores.
Aquellos seis personajes y los actores de esta tragedia griega que nos toca vivir, somos los que reclamamos nuestro espacio, nuestro lugar, la transparencia en el diario accionar, ya que por el simple hecho de ser habitantes de la ciudad nos merecemos gozar de la totalidad de derechos y oportunidades que hasta ahora solo disfrutan el amigaje a “gusto y piacere” y con el desparpajo que da la impunidad.
A lo largo de la historia de La Falda, aún en los gobiernos de corte autocrático, como pudo ser aquel de Juan Mereb o alguno otro de la etapa militar, se observó semejante desprecio por la opinión del vecino, que en última instancia es “vox populi, vox dei” y por ello se merece otro trato.
Esta manera de concebir el poder, es la que le ha llevado al actual gobierno, en el cual debemos incluir a la totalidad de funcionarios, porque jamás hemos observado alguien que se hubiere atrevido a disentir y menos a expresarlo, en ser el único en la historia de la ciudad que sufrió más un corte de ruta, “mérito” este que habla a las claras de su posición frente a los problemas candentes y que actúa sin consultar a quienes son sus mandantes.
Si debiéramos definir el modelo de gobierno llevado adelante diríamos que es una variable inédita del autócrata, ya que se complementa con el capricho personal llevado adelante y de manera ultrista, aunque el que sufra y pague las consecuencias de sus “antojos y extravagancias” sea el pueblo, cosa que por lo visto y “confesado” no le importa y menos le interesa.
De allí que las próximas elecciones sean cruciales para volver a transitar la senda de la tolerancia y convivencia que se comenzó a perder hace doce años y que en los últimos siete alcanzó el grado más alto de perversidad.
Si el amplio abanico de la oposición no ha podido entender, como hasta ahora pareciera ser, que es crucial vencer a este modelo, estaríamos frente al mayor acto de soberbia y ceguera política inimaginable, ya que en última instancia fragmentados pasan a ser funcionales al marquismo y sus sucedáneos, por lo que aún estamos a tiempo para intentar acercarnos para asegurar el camino que el pueblo reclama a gritos, de no hacerlo será este y la historia el que lo demande.
En estos días finales antes de asegurar alianzas, debemos exigir renunciamientos “patrióticos” e históricos en pos del futuro bienestar general, no hay tiempo señores para especulaciones, ya que lo que está en juego de demasiado importante para desperdiciar otros cuatro años más y por sobre todo darnos cuenta que se debe poner lo mejor con que se cuenta, asumiendo que esto sólo se arregla con los hombres y mujeres más capaces y no con punteros de barrio como ha manifestado un “opinólogo” político recientemente, desconocer la gravedad institucional actual y herencia futura es simplemente suicida y un lujo que no podemos permitirnos darnos.
Es tiempo que la obra de Luigi Pirandello se amplíe, es tiempo que todos podamos ser protagonistas. Señores dirigentes políticos, pensemos sólo un instante con objetividad todo lo que se perderá de no estar unidos, para darnos cuenta de la oportunidad que tenemos frente a nosotros y que no debemos bajo ningún motivo desperdiciar, después será demasiado tarde, ya que ahora si nos van a venir a buscar a todos!
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