Tras la búsqueda de solución al tratamiento de la basura en el Valle de Punilla
La Comunidad Regional de Punilla invitó a autoridades oficiales, técnicos en la materia, Organizaciones No Gubernamentales y prensa a conocer el tratamiento de los RSU que la localidad de Leones ha dispuesto y que probablemente sea el que se radicará en el Valle de Punilla.
Con motivo de una invitación promovida por La Comunidad Regional del Centro Norte de Punilla, el Jueves 7 de octubre pasado, nos dirigimos a la Ciudad de Leones para visitar una fábrica de base local de máquinas para encapsular los RSU y el lugar de enterramiento “cerrado”. Fuimos de la partida un total de 130 personas residentes en el Valle de Punilla desde Capilla del Monte hasta Carlos Paz, entre los que se encontraban personas pertenecientes a ONGs, técnicos en estos temas, funcionarios municipales, ambientalistas, periodistas locales y vecinos interesados en la problemática de la basura y su impacto ambiental. Luego de habernos reunido en frente al edificio donde funciona la Comunidad Regional, abordamos dos micros con pasaje completo más unos cuantos automóviles particulares con destino a nuestra “pampa gringa”.
Luego de cuatro horas de viaje arribamos aproximadamente a las 12,30 hs a la planta industrial de la firma FERIOLI, donde técnicos de la misma nos guiaron por los distintos estamentos productivos explicándonos el proceso de fabricación de plantas compactadoras de residuos urbanos, posteriormente nos dirigimos al lugar de enterramiento final de los RSU distante unos dos kilómetros del centro de la ciudad. En general la presentación en sociedad de esta técnica de disposición final de la basura domiciliaria, nos mantuvo muy interesados hasta casi se podría decir que nos sorprendió ver que técnicos locales fueran capaces de fabricar y organizar este proceso con materias primas nacionales casi en su totalidad y con registración de patentes de invención en varios países de América y Europa.
Hasta el momento posterior al almuerzo donde se nos instruyó mediante una presentación en video del alcance en el cuidado del medio ambiente por parte de esta empresa que hace dos años que ha comenzado a fabricar e instalar estas plantas encapsuladoras y con la fresca imagen en nuestras memorias de todo lo visto, recién entonces comenzamos con las preguntas organizadamente que el propio responsable y dueño de la empresa junto a sus técnicos, trataron de evacuar. En general mantuvieron una coherencia bastante realista en sus explicaciones respecto al proceso que ellos implementaron en donde el rol del vecino lo consideraron como clave a la hora de buscar el éxito en el manejo responsable de la basura domiciliaria.
Ante la pregunta de cuál es el monto de estos equipos se nos respondió que estaban en el orden del millón y medio de pesos cada uno y que según relevamiento hecho por ellos oportunamente en nuestro valle, necesitaríamos cuatro de estas plantas y demás accesorios para disponer de un “control adecuado de los residuos” para terminar así con los enterramientos a cielo abierto.
Una de nuestras compañeras de viaje pidió la palabra para aclarar que en realidad el posible pago y los fondos necesarios para adquirir estos equipos, estaban contemplados en las reglamentaciones del plan de manejo del fuego donde el gobierno provincial recauda para este fin, aunque nos parezca extraño los fondos estarían disponibles para que en la región se implemente el sistema por supuesto con la decisión política correspondiente.
En el decir de uno de los presentes al problema de los RSU “lo estábamos embolsando”, la realidad en este caso supone un panorama mucho más complejo y que no se trata de una solución estética solamente ya que es más que interesante el hecho de no ver más bolsitas volando por nuestra geografía, la pregunta del millón fue la de saber qué se haría para no pasar a nuestra descendencia la responsabilidad de abrir estos bolsones en un futuro para realizar rellenos que no los podemos definir como “sanitarios” ya que no lo son. Ante esta duda se nos explicó que el monitoreo de los enterramientos, ellos (los fabricantes), tienen un protocolo de muestreo donde van controlando aleatoriamente que los efluentes fruto de estos residuos, estén dentro de valores permitidos, no obstante y en honor a la verdad el dueño expresó que el mejor control lo deben hacer externos a la empresa para tranquilidad de la sociedad civil en general y que de todas maneras la tarea debe ser emprendida puertas adentro hacia los Municipios y a la ciudadanía en general, concientizando donde por ejemplo se llegue a separar los residuos domiciliarios y no arrojar todo junto indiscriminadamente (ej., pilas etc.).
El tema de los RSU es básicamente cultural y en su proceso de gestión, la aparición de las maquinarias para su tratamiento y disposición final es el último eslabón del fenómeno, hasta aquí los hechos.
En una próxima nota trataremos nuestras impresiones de la realidad local y posibles impactos fruto de una potencial implementación de este sistema en la región.
Arq. Armando Galera
Cómo funciona el sistema
El sistema propuesto por la firma Ferioli se inicia con el volcado de la recolección de residuos urbanos en una tolva que la conduce por una cinta transportadora a un espacio de selección manual de material reciclable, traspuesto el mismo la basura ingresa en un tubo compactador, que es similar a una “maquina elaboradora de chorizos”, la que la deposita en la silo-bolsa de alta resistencia, con doble capa impermeabilizada y malla resistente, de 1,60 metros de diámetro por 3 metros de largo, en cantidades aproximadas a los 5.000 kilogramos, que tienen como cierra un precintado especial, siendo su terminación final similar a un caramelo de grandes dimensiones. Estas silo-bolsas pueden quedar a la intemperie por tiempo indeterminado, aunque lo sugerido es que se depositen en un predio de enterramiento temporario semanalmente, dando uso a la grúa por tiempos determinados por la cantidad de silo-bolsas acumuladas.
El ejemplo que la empresa provee es el de la apertura de una silo-bolsa a aproximadamente 11 meses de su compactado, donde puede observarse que su peso se ha reducido en un 40% aproximadamente, que los elementos que han quedado se encuentra secos y que lo reciclable se encuentra en plenas condiciones de ser utilizado si así se lo dispone.
Los técnicos de le empresa señalan que “nuestro sistema trabaja con el encapsulado de los residuos, evitando la emisión de gases, malos olores, la acumulación de moscas y roedores y que hasta se puede poner bajo tierra, lo bueno es que luego de dos años, poder romper la cápsula y los residuos orgánicos ya se habrán convertido en compost o material de relleno, a tal punto que lo inorgánico, no separado inicialmente, se puede reciclar fácilmente, al margen de recuperar casi el 90% de la superficie de tierra utilizada para el almacenaje”.
Agregan que "el sistema efectúa un encapsulado anaeróbico de residuos sólidos que elimina los riesgos de contaminación que se dan con frecuencia en basurales o rellenos sanitarios e incluso posibilita utilizar con posterioridad esos mismos desperdicios con otros fines, como puede ser la generación de energía".
Existen dos opciones en este tipo de tratamiento de la basura. Una, como ya se a dicho, es la de depositar las bolsas en una planta de tratamiento donde operarios realizarán la selección de plásticos, vidrios, papel y otros, para luego ingresarlos en una gran compactadora que saca los líquidos y permite armar automáticamente una cápsula revestida por una bolsa impermeable. La otra es más económica aunque menos ecológica, se trata de incorporar las bolsas tal como llegan de la calle en la compactadora y proceder directamente a volcarla en la silo-bolsa. Con cualquiera de las dos opciones, la cápsula queda impermeabilizada, resiste a la intemperie y queda en condiciones de ser enterrada sin afectar el suelo con derrames.
Las estimaciones técnicas elaboradas señalan que “en una hectárea de terreno se pueden almacenar 6.300 cápsulas de cinco toneladas cada una, de las cuales no quedan rastros visuales ni consecuencias ambientales, lo que equivale a asegurar 5,5 años de los residuos que deja una población de 25 mil personas en caso de que la misma no produzca crecimiento demográfico”.
Se manifestó también que “para los municipios con perfil turístico, es decir que cuentan estacionalmente con tres o cuatro veces su población habitual, el mecanismo ofrece la alternativa de mantener las cápsulas sin enterrar hasta una posterior disposición, sin generar invasiones de insectos o alimañas”.
El sistema fue creado en 2000 y sus primeras aplicaciones se efectuaron en Brasil, ya que según se manifestó las condiciones económicas del país, por aquel entonces, afectaban el desarrollo de este tipo de emprendimientos. Una vez superada esa situación, la ciudad de Leones, donde esta radicada la empresa, se interesó en el sistema y comenzó a aplicarlo.
Cabe destacar que el gobierno provincial ya ha tomado la decisión de instalar este tipo de plantas en Huinca Renancó y Laboulaye desde donde se asistirá a otros 23 municipios. Lo que significa que la visita de los punillenses no tan sólo ha tenido un sentido informativo sino también de imponerlos sobre la más que probable decisión gubernamental para la región, donde se instalarían entre tres y cuatro plantas.
Debe decirse además que existió un estudiado discurso por parte de los técnicos de la empresa, señalando en reiteradas oportunidades que si bien este sistema representa un avance, no es menos cierto que las verdaderas soluciones al problema de los Residuos Sólidos Urbanos llegará a través de políticas públicas claras y concretas y a la concientización de los vecinos que tienen que tomar las medidas de separarlos en sus domicilios, como de buscar las formas de reducir los volúmenes de basura producidos.
Con motivo de una invitación promovida por La Comunidad Regional del Centro Norte de Punilla, el Jueves 7 de octubre pasado, nos dirigimos a la Ciudad de Leones para visitar una fábrica de base local de máquinas para encapsular los RSU y el lugar de enterramiento “cerrado”. Fuimos de la partida un total de 130 personas residentes en el Valle de Punilla desde Capilla del Monte hasta Carlos Paz, entre los que se encontraban personas pertenecientes a ONGs, técnicos en estos temas, funcionarios municipales, ambientalistas, periodistas locales y vecinos interesados en la problemática de la basura y su impacto ambiental. Luego de habernos reunido en frente al edificio donde funciona la Comunidad Regional, abordamos dos micros con pasaje completo más unos cuantos automóviles particulares con destino a nuestra “pampa gringa”.
Luego de cuatro horas de viaje arribamos aproximadamente a las 12,30 hs a la planta industrial de la firma FERIOLI, donde técnicos de la misma nos guiaron por los distintos estamentos productivos explicándonos el proceso de fabricación de plantas compactadoras de residuos urbanos, posteriormente nos dirigimos al lugar de enterramiento final de los RSU distante unos dos kilómetros del centro de la ciudad. En general la presentación en sociedad de esta técnica de disposición final de la basura domiciliaria, nos mantuvo muy interesados hasta casi se podría decir que nos sorprendió ver que técnicos locales fueran capaces de fabricar y organizar este proceso con materias primas nacionales casi en su totalidad y con registración de patentes de invención en varios países de América y Europa.
Hasta el momento posterior al almuerzo donde se nos instruyó mediante una presentación en video del alcance en el cuidado del medio ambiente por parte de esta empresa que hace dos años que ha comenzado a fabricar e instalar estas plantas encapsuladoras y con la fresca imagen en nuestras memorias de todo lo visto, recién entonces comenzamos con las preguntas organizadamente que el propio responsable y dueño de la empresa junto a sus técnicos, trataron de evacuar. En general mantuvieron una coherencia bastante realista en sus explicaciones respecto al proceso que ellos implementaron en donde el rol del vecino lo consideraron como clave a la hora de buscar el éxito en el manejo responsable de la basura domiciliaria.
Ante la pregunta de cuál es el monto de estos equipos se nos respondió que estaban en el orden del millón y medio de pesos cada uno y que según relevamiento hecho por ellos oportunamente en nuestro valle, necesitaríamos cuatro de estas plantas y demás accesorios para disponer de un “control adecuado de los residuos” para terminar así con los enterramientos a cielo abierto.
Una de nuestras compañeras de viaje pidió la palabra para aclarar que en realidad el posible pago y los fondos necesarios para adquirir estos equipos, estaban contemplados en las reglamentaciones del plan de manejo del fuego donde el gobierno provincial recauda para este fin, aunque nos parezca extraño los fondos estarían disponibles para que en la región se implemente el sistema por supuesto con la decisión política correspondiente.
En el decir de uno de los presentes al problema de los RSU “lo estábamos embolsando”, la realidad en este caso supone un panorama mucho más complejo y que no se trata de una solución estética solamente ya que es más que interesante el hecho de no ver más bolsitas volando por nuestra geografía, la pregunta del millón fue la de saber qué se haría para no pasar a nuestra descendencia la responsabilidad de abrir estos bolsones en un futuro para realizar rellenos que no los podemos definir como “sanitarios” ya que no lo son. Ante esta duda se nos explicó que el monitoreo de los enterramientos, ellos (los fabricantes), tienen un protocolo de muestreo donde van controlando aleatoriamente que los efluentes fruto de estos residuos, estén dentro de valores permitidos, no obstante y en honor a la verdad el dueño expresó que el mejor control lo deben hacer externos a la empresa para tranquilidad de la sociedad civil en general y que de todas maneras la tarea debe ser emprendida puertas adentro hacia los Municipios y a la ciudadanía en general, concientizando donde por ejemplo se llegue a separar los residuos domiciliarios y no arrojar todo junto indiscriminadamente (ej., pilas etc.).
El tema de los RSU es básicamente cultural y en su proceso de gestión, la aparición de las maquinarias para su tratamiento y disposición final es el último eslabón del fenómeno, hasta aquí los hechos.
En una próxima nota trataremos nuestras impresiones de la realidad local y posibles impactos fruto de una potencial implementación de este sistema en la región.
Arq. Armando Galera
Cómo funciona el sistema
El sistema propuesto por la firma Ferioli se inicia con el volcado de la recolección de residuos urbanos en una tolva que la conduce por una cinta transportadora a un espacio de selección manual de material reciclable, traspuesto el mismo la basura ingresa en un tubo compactador, que es similar a una “maquina elaboradora de chorizos”, la que la deposita en la silo-bolsa de alta resistencia, con doble capa impermeabilizada y malla resistente, de 1,60 metros de diámetro por 3 metros de largo, en cantidades aproximadas a los 5.000 kilogramos, que tienen como cierra un precintado especial, siendo su terminación final similar a un caramelo de grandes dimensiones. Estas silo-bolsas pueden quedar a la intemperie por tiempo indeterminado, aunque lo sugerido es que se depositen en un predio de enterramiento temporario semanalmente, dando uso a la grúa por tiempos determinados por la cantidad de silo-bolsas acumuladas.
El ejemplo que la empresa provee es el de la apertura de una silo-bolsa a aproximadamente 11 meses de su compactado, donde puede observarse que su peso se ha reducido en un 40% aproximadamente, que los elementos que han quedado se encuentra secos y que lo reciclable se encuentra en plenas condiciones de ser utilizado si así se lo dispone.
Los técnicos de le empresa señalan que “nuestro sistema trabaja con el encapsulado de los residuos, evitando la emisión de gases, malos olores, la acumulación de moscas y roedores y que hasta se puede poner bajo tierra, lo bueno es que luego de dos años, poder romper la cápsula y los residuos orgánicos ya se habrán convertido en compost o material de relleno, a tal punto que lo inorgánico, no separado inicialmente, se puede reciclar fácilmente, al margen de recuperar casi el 90% de la superficie de tierra utilizada para el almacenaje”.
Agregan que "el sistema efectúa un encapsulado anaeróbico de residuos sólidos que elimina los riesgos de contaminación que se dan con frecuencia en basurales o rellenos sanitarios e incluso posibilita utilizar con posterioridad esos mismos desperdicios con otros fines, como puede ser la generación de energía".
Existen dos opciones en este tipo de tratamiento de la basura. Una, como ya se a dicho, es la de depositar las bolsas en una planta de tratamiento donde operarios realizarán la selección de plásticos, vidrios, papel y otros, para luego ingresarlos en una gran compactadora que saca los líquidos y permite armar automáticamente una cápsula revestida por una bolsa impermeable. La otra es más económica aunque menos ecológica, se trata de incorporar las bolsas tal como llegan de la calle en la compactadora y proceder directamente a volcarla en la silo-bolsa. Con cualquiera de las dos opciones, la cápsula queda impermeabilizada, resiste a la intemperie y queda en condiciones de ser enterrada sin afectar el suelo con derrames.
Las estimaciones técnicas elaboradas señalan que “en una hectárea de terreno se pueden almacenar 6.300 cápsulas de cinco toneladas cada una, de las cuales no quedan rastros visuales ni consecuencias ambientales, lo que equivale a asegurar 5,5 años de los residuos que deja una población de 25 mil personas en caso de que la misma no produzca crecimiento demográfico”.
Se manifestó también que “para los municipios con perfil turístico, es decir que cuentan estacionalmente con tres o cuatro veces su población habitual, el mecanismo ofrece la alternativa de mantener las cápsulas sin enterrar hasta una posterior disposición, sin generar invasiones de insectos o alimañas”.
El sistema fue creado en 2000 y sus primeras aplicaciones se efectuaron en Brasil, ya que según se manifestó las condiciones económicas del país, por aquel entonces, afectaban el desarrollo de este tipo de emprendimientos. Una vez superada esa situación, la ciudad de Leones, donde esta radicada la empresa, se interesó en el sistema y comenzó a aplicarlo.
Cabe destacar que el gobierno provincial ya ha tomado la decisión de instalar este tipo de plantas en Huinca Renancó y Laboulaye desde donde se asistirá a otros 23 municipios. Lo que significa que la visita de los punillenses no tan sólo ha tenido un sentido informativo sino también de imponerlos sobre la más que probable decisión gubernamental para la región, donde se instalarían entre tres y cuatro plantas.
Debe decirse además que existió un estudiado discurso por parte de los técnicos de la empresa, señalando en reiteradas oportunidades que si bien este sistema representa un avance, no es menos cierto que las verdaderas soluciones al problema de los Residuos Sólidos Urbanos llegará a través de políticas públicas claras y concretas y a la concientización de los vecinos que tienen que tomar las medidas de separarlos en sus domicilios, como de buscar las formas de reducir los volúmenes de basura producidos.
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