Lumasa siguió haciendo lo que quiso y quiere
Lumasa violó lo decidido por el Concejo Deliberante faldense en dos oportunidades, es decir que siguió cobrando $1,80 después de 15 días de aprobada la ordenanza que le impuso un boleto de $1,60. ¿Hay connivencia entre las autoridades faldenses y Lumasa? Si no la hay, todo indica lo contrario y hace aparecer al colectivero como titiritero.
Casi rayando en lo inconcebible Lumasa continuó violando las ordenanzas que le determinan los costos del boleto. Como se recordará el Concejo Deliberante faldense decidió inicialmente desdoblar la tarifa y ordenó a la empresa que presta el servicio de transporte urbano, entre Valle Hermoso y Villa Giardino, instrumentar una tarifa local de $1,40 y otra urbana de $1,80, el empresario Luís Gómez no estuvo de acuerdo porque sostuvo que administrativamente “era inaplicable”, que “le crearía problemas a los choferes” y unilateralmente pasó a cobrar una tarifa plana de $1,80 mientras solicitaba al municipio de La Falda reviera lo dictaminado. Siempre “comprensivo” el Poder Ejecutivo faldense envió un nuevo proyecto al Legislativo proponiendo que la tarifa fuese única y de $1,80. El concejal Rudolf Lescano tras manifestar que le molestaba que lo amenazaran o presionaran, esto en relación a que Gómez manifestaba que de no reconocerle su petición estaba dispuesto a no continuar prestando el servicio, propuso reconocer la tarifa única, en lo que manifestó consideraba “mal menor”, y que la misma tuviese un costo de $1,60, esta postura fue la aprobada el 9 de enero con los votos de opositores Ana Nieto, Luís Kessler y Claudio Stevenot y los oficialistas Rudolf Lescano y Pedro Agost.
La sorpresa llegó el viernes y sábado pasado cuando autoridades de diferentes municipios y algunos medios de comunicación se hicieron eco de las denuncias de los usuarios que sostenían que Lumasa continuaba cobrando $1,80.
Las reacción, que ya comienza a mostrar serios signos de hartazgo, no se hizo esperar y el Intendente de Villa Giardino Juan José Ochoa sostenía que exigiría nuevamente al municipio faldense que “aplique el Poder de Policía e imponga a Lumasa los alcances de la Ordenanza vigente” al tiempo que manifestaba que solicitaría a ese municipio “solucione el problema de falta de pago del canon y el incumplimiento de los recorridos acordados y los solicitados”, agregando que exigirá se le aplique a la empresa de transporte público “el máximo de sanción que prevé el convenio”.
Por su parte, el intendente de Huerta Grande Hugo Capdevila sostuvo que “no sé que pretende esta gente. Pareciera que no hay límites para ellos. Hay que exigirle que cumpla con las ordenanzas o que se atenga a las consecuencias. Hay que sancionarlo, haciéndole sentir el peso de la ley. La Municipalidad de La Falda también debe cumplir su rol, controlando, confeccionando las actas y aplicando severas multas”.
Cabe consignar que se informó que el municipio faldense habría labrado cinco actas, con fecha 5 de enero, en ocasión de la primera violación y que se desconoce haya realizado otras con posterioridad, tampoco se sabe si se ha emplazado al pago de esas multas.
Por su parte, el Concejal Rudolf Lescano, en diálogo con Ecos de Punilla, manifestó que “las ordenanzas deben cumplirse, el empresario podrá no estar de acuerdo con lo decidido pero debe cumplirlo. He hablado de este tema con el Intendente (Marcos) Sestopal hace unos 10 ó 15 días y me dijo que se le habían labrado actas a la empresa… Creo que la empresa debe respetar la ley y pedir si no está de acuerdo un aumento dentro de dos o tres meses. Se le ha contemplado parte de lo exigido y he propuesto, en lo que considere lo más justo, el boleto a $1.60. Eso es lo que debe cobrar Lumasa, es lo que debe respetar…”.
Recuadro
Colectivero o titiritero
Como puede observarse, la situación ha escapado de cauce y puede decirse que la actitud de Lumasa raya lo temerario, ya que pareciese que su intención de confrontación con el poder concedente, que no se reduce sólo a las autoridades municipales de La Falda sino que comprende a los tres municipios restantes, puede llevarlo a un terreno desfavorable. De todas maneras hay que admitir que las autoridades faldenses han demostrado un claro accionar favorable a la empresa de transporte ya que a 15 días de aprobada la nueva legislación el boleto seguía costando lo que Lumasa quería y los funcionarios miraban para otro lado. Claro que esto sucede porque no salen de sus bolsillos las monedas con las que los que menos tienen deben enfrentar el costo violatorio de la decisión de sus representantes. Y aquí yace la gravedad de la contravención, porque esta permisividad de las autoridades faldenses es la aceptación de la anarquía y el desprestigio para ellas y para los componentes de los demás organismos del Estado involucrados. Obvio que no es necesario aclarar que los ingresos de Lumasa serán sustanciales en este período, ya que los servicios a los atractivos turísticos trabajan a completo en cada recorrido, lo que hace que más de un vecino del centro del Valle de Punilla se pregunte si el hecho de mirar para otro lado no tendrá como contrapartida algún tipo de beneficio para el o los “distraídos funcionarios”.
Una empresa en rebeldía demuestra su poder ante la debilidad del Estado municipal faldense. Tal vez sea la oportunidad de demostrar la connivencia entre ambos protagonistas o comenzar a pensar que el colectivero es el titiritero.
Casi rayando en lo inconcebible Lumasa continuó violando las ordenanzas que le determinan los costos del boleto. Como se recordará el Concejo Deliberante faldense decidió inicialmente desdoblar la tarifa y ordenó a la empresa que presta el servicio de transporte urbano, entre Valle Hermoso y Villa Giardino, instrumentar una tarifa local de $1,40 y otra urbana de $1,80, el empresario Luís Gómez no estuvo de acuerdo porque sostuvo que administrativamente “era inaplicable”, que “le crearía problemas a los choferes” y unilateralmente pasó a cobrar una tarifa plana de $1,80 mientras solicitaba al municipio de La Falda reviera lo dictaminado. Siempre “comprensivo” el Poder Ejecutivo faldense envió un nuevo proyecto al Legislativo proponiendo que la tarifa fuese única y de $1,80. El concejal Rudolf Lescano tras manifestar que le molestaba que lo amenazaran o presionaran, esto en relación a que Gómez manifestaba que de no reconocerle su petición estaba dispuesto a no continuar prestando el servicio, propuso reconocer la tarifa única, en lo que manifestó consideraba “mal menor”, y que la misma tuviese un costo de $1,60, esta postura fue la aprobada el 9 de enero con los votos de opositores Ana Nieto, Luís Kessler y Claudio Stevenot y los oficialistas Rudolf Lescano y Pedro Agost.
La sorpresa llegó el viernes y sábado pasado cuando autoridades de diferentes municipios y algunos medios de comunicación se hicieron eco de las denuncias de los usuarios que sostenían que Lumasa continuaba cobrando $1,80.
Las reacción, que ya comienza a mostrar serios signos de hartazgo, no se hizo esperar y el Intendente de Villa Giardino Juan José Ochoa sostenía que exigiría nuevamente al municipio faldense que “aplique el Poder de Policía e imponga a Lumasa los alcances de la Ordenanza vigente” al tiempo que manifestaba que solicitaría a ese municipio “solucione el problema de falta de pago del canon y el incumplimiento de los recorridos acordados y los solicitados”, agregando que exigirá se le aplique a la empresa de transporte público “el máximo de sanción que prevé el convenio”.
Por su parte, el intendente de Huerta Grande Hugo Capdevila sostuvo que “no sé que pretende esta gente. Pareciera que no hay límites para ellos. Hay que exigirle que cumpla con las ordenanzas o que se atenga a las consecuencias. Hay que sancionarlo, haciéndole sentir el peso de la ley. La Municipalidad de La Falda también debe cumplir su rol, controlando, confeccionando las actas y aplicando severas multas”.
Cabe consignar que se informó que el municipio faldense habría labrado cinco actas, con fecha 5 de enero, en ocasión de la primera violación y que se desconoce haya realizado otras con posterioridad, tampoco se sabe si se ha emplazado al pago de esas multas.
Por su parte, el Concejal Rudolf Lescano, en diálogo con Ecos de Punilla, manifestó que “las ordenanzas deben cumplirse, el empresario podrá no estar de acuerdo con lo decidido pero debe cumplirlo. He hablado de este tema con el Intendente (Marcos) Sestopal hace unos 10 ó 15 días y me dijo que se le habían labrado actas a la empresa… Creo que la empresa debe respetar la ley y pedir si no está de acuerdo un aumento dentro de dos o tres meses. Se le ha contemplado parte de lo exigido y he propuesto, en lo que considere lo más justo, el boleto a $1.60. Eso es lo que debe cobrar Lumasa, es lo que debe respetar…”.
Recuadro
Colectivero o titiritero
Como puede observarse, la situación ha escapado de cauce y puede decirse que la actitud de Lumasa raya lo temerario, ya que pareciese que su intención de confrontación con el poder concedente, que no se reduce sólo a las autoridades municipales de La Falda sino que comprende a los tres municipios restantes, puede llevarlo a un terreno desfavorable. De todas maneras hay que admitir que las autoridades faldenses han demostrado un claro accionar favorable a la empresa de transporte ya que a 15 días de aprobada la nueva legislación el boleto seguía costando lo que Lumasa quería y los funcionarios miraban para otro lado. Claro que esto sucede porque no salen de sus bolsillos las monedas con las que los que menos tienen deben enfrentar el costo violatorio de la decisión de sus representantes. Y aquí yace la gravedad de la contravención, porque esta permisividad de las autoridades faldenses es la aceptación de la anarquía y el desprestigio para ellas y para los componentes de los demás organismos del Estado involucrados. Obvio que no es necesario aclarar que los ingresos de Lumasa serán sustanciales en este período, ya que los servicios a los atractivos turísticos trabajan a completo en cada recorrido, lo que hace que más de un vecino del centro del Valle de Punilla se pregunte si el hecho de mirar para otro lado no tendrá como contrapartida algún tipo de beneficio para el o los “distraídos funcionarios”.
Una empresa en rebeldía demuestra su poder ante la debilidad del Estado municipal faldense. Tal vez sea la oportunidad de demostrar la connivencia entre ambos protagonistas o comenzar a pensar que el colectivero es el titiritero.
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