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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

viernes, 19 de diciembre de 2008

La UCR faldense festejo los 25 años de democracia

Festejo con contrapunto interno

La fiesta para celebrar los 25 años de continuidad democrática en el país, organizada por el radicalismo faldense, tuvo buena convocatoria y Omar Capdevila y Mario Negri le pusieron un encendido debate de la cuestión interna de cara al futuro inmediato.

Una convocatoria cercana a las 300 personas festejó el cuarto de siglo de continuidad democrática a instancias de un homenaje concretado por la Unión Cívica Radical faldense. En la oportunidad pudo comprobarse una alta participación de los dirigentes de mayor exposición pública en este lapso, quienes recibieron, en su mayoría, diplomas de reconocimiento por los cargos partidarios y públicos que oportunamente desempeñaron. En el transcurso del acto, hicieron uso de la palabra el Presidente del Comité de Circuito Raúl Baccola, el Concejal Luís Kessler, el legislador Dante Rossi y el legendario dirigente Ernesto Aracena y se conformó un verdadero contrapunto de discusión interna entre Omar Capdevila y Mario Negri, que verdaderamente le dio un tenor especial a la ocasión.

La única opción es el radicalismo, vamos solos

Omar Capdevila fue invitado a hacer uso de la palabra y allí comenzó la sorpresa de la jornada, porque a más de hacer historia y autocrítica, decidió reflejar el pensamiento no frentista de algún sector del radicalismo y enrostrárselo al Presidente en funciones.
Los tramos más destacados de esa alocución son los siguientes: “El día más feliz de mi vida fue cuando ganamos la elección del ’83. Creo que este día, 25 años después, debe servir para retemplar el espíritu del ’83, porque no fue solo la recuperación de la democracia, que la dictadura se acababa, lograr por primera vez, para los que teníamos esos años, que amigos nuestros llegaran al gobierno, como fue el presidente, el gobernador, todos los intendentes de Punilla, y los senadores Sabre y Pelaez…el espíritu del pueblo argentino, aún el que había perdido en la elección, se sintió imbuido de una esperanza, de que a partir de ese 1º de diciembre empezaba una historia nueva. Nunca más, en este país volvió a suceder eso, porque ese día todos llorábamos de alegría, nadie pensaba en que iba ocupar un cargo, a tener un beneficio, que su situación iba a mejorar, de lo que estábamos convencidos era que a partir de ese momento empezábamos a vivir un país”

“La situación del ’83 en la nación, sacando las barbaridades de la dictadura y en lo que a derechos humanos se refiere, como país en general era exactamente igual a la de hoy, vivimos en uno de los peores mundos, la argentina está en el ostracismos mundial, no tiene ninguna importancias en el concierto de las naciones, tiene la chapa de país chanta, es decir estamos igual que en aquel entonces. Significa que es nuestra, de los radicales, la responsabilidad. Nos dicen que el peronismo a fundido la provincia, pero y quién pensaba que no iba a hacerlo. Mira lo que hace Kirchner, es un autoritario, quién pensaba que no iba a serlo. Ahora, somos nosotros, los radicales, los que debemos reflexionar seriamente, si al dejar de ser alternativa no hemos quitado el umbral ético que tiene que tener el país. Si no somos corresponsables por inacción o por haber dejado de ser la opción válida de la democracia argentina. Los responsables también de que el peronismo haga, condenándonos a todos, principalmente a las generaciones futuras, a un destino muy complicado…”

“¿Qué es lo que nos ha pasado a los radicales?... resulta que ahora los radicales no discutimos, ni nos la bancamos, vamos a la fiscalía o al Tribunal de Conducta, Es como si fuéramos un partido de maricones. Las cuestiones políticas debemos resolverlas políticamente. Veamos el modo de que estemos juntos los radicales. No puede ser posible que nos juntamos entre radicales para escuchar críticas de otro radical. Somos diferentes y tenemos que estar orgullosos de ser distintos, que hay quienes pensamos diferente es cierto, que a veces nos desconocemos, por cierto que nos desconocemos, pero juntos somos los mejores, y no hay nadie mejor que otro radical. Acabemos con el tema de los núcleos, terminemos con las divisiones internas, para hoy me habían invitado a cuatro actos, este es el único que se hizo, los otros tres no se hicieron porque los radicales no se pusieron de acuerdo para hacer un acto. Entonces, empecemos a pensar, la gente está, nadie ha dejado de ser radical, estamos, ahora necesitamos retemplarnos en lo que somos. Tenemos que hacernos un baño de identidad, volver a representar los valores que representamos toda la vida. Por eso mi amigo Mario Negri, usted que es nuestro presidente, que tiene nuestro apoyo, que va a conducir y conduce el partido con todos los radicales de bien, por favor, haga ese baño de retemplanza, no pensemos en estar con Juan, con Pedro, o con Diego, que sean ellos los que quieran estar con nosotros. Pero nosotros, a partir del radicalismo debemos ser la opción. El peronismo está exhausto, como el maratonista que corrió 42 kilómetros, no da más, necesita la sociedad que el radicalismo vuelva a ser la opción, pero a partir de nuestros valores, de nuestras propias convicciones. Todos aquellos que se nos juntan es porque necesitan la marca Coca Cola y la tenemos nosotros. Especulan con nosotros. Nosotros, tenemos que retemplarnos y pensar seriamente en ir solos. Absolutamente solos…la única opción es el radicalismo, no hay otra…”

No nos confundamos de adversario, manejemos la estrategia

La replica de Mario Negri llegó en los siguientes términos: “Soy de los que piensan que en el radicalismo son más los que tienen convicciones, son más los que tiene ideas y valores, sino no estaría en este partido. Pero no haría como hacen algunos que se van del partido y después discuten el continuar siendo afiliados al partido, un hombre de bien de la democracia ejerce la libertad y lo más lindo que tiene la política es que uno adhiere por lo que siente y por lo que piensa, entonces no tiene ni que ir al Tribunal de Conducta de Omar, ni a ningún otro lado, agradece lo que le dieron, clausura su ficha de afiliación y en libertad discute en otro lado…”

“Un partido político no es una persona, necesita convicciones, principios y un hecho colectivo, a mi el radicalismo de Córdoba me lo ha dado todo, hasta lo que no imaginaba, y aún estoy en deuda, le he pagado muy poquito, pero tengo la tranquilidad de que le pague cuando muchos no querían ser…hace un año, cuando el kirchnerismo descubrió que a la política había que liquidarla y que la transversalidad no era un fenómeno para golpear a todos los partidos sino al único que quedaba en píe y estaba mal, por la crisis de 2001, era el radicalismo y fue tras nuestro, y con mucho dolor se llevó gobernadores, pero también se llevó muchos intendentes, entre ellos muchos de esta provincia. No condeno, todos tenemos derecho a equivocarnos…qué hubiese pasado si el radicalismo hubiese enfrentado todo junto la elección, que hubiese pasado si el esfuerzo hubiere sido colectivo. La idea, pero la estrategia de un partido político, para hablar con nombre y apellido, no la puede manejar Juez, pero tampoco la puede manejar el peronismo desde el gobierno porque no vamos a llegar nunca, se ha metido adentro y no lo podemos sacar de encima. Ese es el problema que tenemos, no hay que confundir al adversario, nosotros hemos dado la batalla más importante y por eso me siento orgulloso y digo lo que digo y pienso lo que pienso. Y creo en la fuerza de este partido, pero creo que nos tenemos que mirar de frente a 25 años de democracia, discutir, debatir, entre nosotros, nos sentirnos dueños de la verdad…nosotros tenemos que terminar con la culpa, si el radicalismo no reivindica sus gestiones, con errores y con aciertos, porque nosotros a las culpas las paganos perdiendo elecciones, pero tenemos que terminar de ser culposos, Omar fue ministro de un gobierno y nosotros lo sentimos de cerca, casi nos quemaron la Casa Radical, nos fuimos por Cien Millones de pesos, una plantilla de sueldos de toda la provincia, y estos tipos después de 10 años de hacer demagogia, bajar el 30% de los impuestos y que la gente se pregunte de dónde se vivía, metieron a la provincia en 13 Mil Millones de pesos de deuda, y ahora como si no pasara nada nos dicen que hay que revaluar los inmuebles, que hay que aumentar los impuestos en el peor momento de la recesión y la crisis, cuando nos demos cuenta, si nosotros no salimos de las culpas, dentro de poco van a decir que no tuvieron nada que ver con De La Sota, que fue un tipo que se les metió colado por la ventana…nosotros estamos jugando estrategias pequeñas, y no nos animamos a decir al verdad de por qué somos opositores. Y por el otro lado, tenemos que entender que así como comprendemos estrategias de nuestros intendentes para que mantengan el poder local, como lo hicimos, porque es parte de nuestro capital territorial más importante, tiene que saber que hay que gobernar, que hay que defender su gestión, que el partido está para defenderlos, pero no se pueden poner de rodillas porque el gobierno, y menos aún un ministro de gobierno cobarde como es el de este departamento, los llamé por teléfono y los este ahogando diariamente…Esa es la verdad, como no vamos a querer ser gobierno, merecemos ser gobierno, podemos ser gobierno, pero hay que conducir la estrategia desde nuestro propio partido, con un sentido de discrepancia, de diferencia, pero con una visión estratégica de la unidad, y no que nos dividan al cuete, que se nos metan por la ventana y que crean que además valemos poco, que nos pueden comprar con dos contratos o con dos cargos…”.

El análisis lo dejamos a cargo de los militantes y dirigentes. Esperamos sus opiniones.

Recuadro

Mi abuelo tenía razón

Si querés aprender de política anda a un “mitin” radical

Mi abuelo paterno, Demócrata Cristiano, reconocido con medalla de plata, en un rinconcito de la Argentina que, por aquel entonces, no reunía a más de cien habitantes en medio del monte del noroeste cordobés, solía decirme que si se quería aprender de política se debía participar de los “mitines” del radicalismo. No es de extrañar que no le prestará mucha atención porque, a más de ser niño o adolescente, poco y nada me interesaba la política, a lo que debemos sumar que eran más los gobiernos dictatoriales que los democráticos. Si algo recuerdo de la política de mi niñez, que no haya leído en algún libro, es que fue Presidente Arturo Illia y que se comentaba que un periodista de su ciudad, Cruz del Eje, había hecho una edición especial para el día de su asunción y que la agotó en cercanías del Congreso de la Nación. Para nuestra región parecía más importante esto último que el primer mandatario fuese un vecino.
Pero así son las cosas por nuestro país.
En los primeros años de la década del ’70, rememoro la movida que había para el retorno de Perón, la asunción de Héctor Campora, si, lo que más recuerdo era que lo apodaban “el tío” y como lo sacaron de escena para que asumiera el General que llegó desde España en medio de una balacera que aún no se termina de historiar, tal vez, porque fue una más de las habituales que tienen los peronistas para dirimir cuestiones internas, y algunas externas.

Y esto que acabó de escribir es lo que debe sustraerme a la actualidad y dejar de lado la corriente histórica por recuerdo, estudio o interés.
Lo cierto es que recordaba a mí abuelo José, cuando escuchaba los posicionamientos diferenciados pero coincidentes en la defensa de la institucionalidad partidaria de Mario Negri y Omar Capdevila, en el acto conmemorativo de estos 25 años de continuidad democrática. Más allá del culto a la figura del máximo demócrata contemporáneo y quien abrió, desde la presidencia, está etapa de democracia en el país, en el que ambos coincidieron, no se dieron tregua a la hora de escenificar la realidad partidaria actual del radicalismo cordobés. Así expusieron con crudeza y sin ambages las debilidades y las posibles fortalezas de un radicalismo que se anima a discutir para adentro, para ejercitar el debate democrático, que luego deberá ser la herramienta para vencer al adversario eventual o convencer al correligionario que ha dejado de creer o porque aún siendo del palo mantiene dudas y quiere que se las esclarezcan.
Allí, en las expresiones de estos dos hombres, dirigentes, radicales, se encontraba la disparidad, el coraje, el propio convencimiento, pero también la conjunción nacida de la idea madre, la apertura mental, la persuasión. En síntesis, la predisposición a generar el diálogo enriquecedor, ese que aparece cuando la autocrítica ha sido superada y sólo queda restañar heridas y disponer el espíritu a una nueva confrontación.

Ahí, en esas exposiciones, en ese cruce verbal, en donde la verdad no duele sino que exige de comprensión y superación, que es el camino que permite acceder a la excelencia, es cuando encontré la verdad revelada por mí abuelo hace unos cuantos años.

Para quien lleva en sus oídos muchos, verdaderamente muchos, discursos, cuantiosas escenificaciones, excelsas representaciones teatrales, de la política, y por ello el escepticismo es parte íntima de su personalidad, el quedarse por unos momentos, pocos instantes, extasiado ante la argumentación, la pasión expuesta desde el convencimiento propio en procura del entendimiento, comprensión y aceptación del otro, más allá que desnaturaliza la política de la imposición a la que nos pretenden subordinar en los últimos tiempos, abre la esperanza de que aún hay espacios donde el contenido, la esencia, los principios, los valores, tienen lugar. Esas cuestiones abstractas son las que posibilitaron la recuperación de la democracia hace 25 años atrás y son seguramente las que nos conducirán a la madurez política y democrática que pretendemos para el futuro cercano y a la que aún no se ha arribado porque algunos conductores equivocaron el camino. Si el retorno a la buena senda pasa por el diálogo, pues conversemos.

Sin dudas que en muchas, la mayoría, de las oportunidades en que se participa de un acto político, cuando hacemos el análisis es poco lo que queda para comentar. No hace falta decir que en esta ocasión me sucedió lo contrario. Ojala no sea la excepción que confirma la regla.

Mi agradecimiento a la invitación realizada por las autoridades de la Unión Cívica Radical, Circuito La Falda, para disfrutar de este inusual acto.

Nicolás Heredia

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