El eterno encubrimiento oficialista
El bloque oficialista actúo, una vez más, impidiendo la acción de control, que la ley le confiere, sobre el Poder Ejecutivo. La intención de conocer los alcances de las responsabilidades asumidas por el municipio en lo referido al Museo Arqueológico Argentino Ambato y el robo de un alto porcentaje de la colección fue obstaculizado con una pobre y falaz argumentación. Los concejales de la oposición en su carácter de vecinos solicitaron requerir los datos perseguidos.
Me resultaba antipático utilizar el término oficialista en el titulo de esta nota, por chocante, por ser un término que identificaba más a los adlateres del poder en épocas de dictaduras, por sonarme militaroide, por ser demasiado benévolo ante otros términos como gatopardos o chupamedias, pero, la definición del diccionario de la Real Academia me decidió a utilizarlo.
Su definición expresa: Dicho de una persona partidaria del oficialismo o perteneciente a el, y a su vez a Oficialismo como: 1- Conjunto de hombres de un gobierno. 2- Conjunto de tendencia o fuerzas políticas que apoyan al Gobierno.
Claro cuando uno se remite al espíritu de la Democracia, de las Constituciones, de las Cartas Orgánicas, de las Leyes que definen y reglamentan el accionar de los cuerpos legislativos, y, más específicamente al de nuestro Poder Legislativo faldense, nada nos orienta a que su integración este conformada por oficialistas u opositores, más bien se enmarca como un poder independiente que no solo tiene como deberes y obligaciones el dictado de las leyes, sino, que además, fundamentalmente, el de ser un organismo de control de los demás poderes (Ejecutivo y Tribunal de Cuentas).
Todo este prologo en razón que una vez más los integrantes de la mayoría del PJ, Unión por Córdoba o como se lo llame, no permitió un pedido de informe del Concejo, en su conjunto, para que el Poder Ejecutivo (Según Carta Orgánica el Intendente) responda preguntas relacionadas con el robo al Museo Ambato.
El fundamento del rechazo fue protagonizado por el edil Pedro Agost quien aludió a razones de secreto de sumario de la causa, cuando que sepamos el Intendente no es miembro del Poder Judicial y las preguntas, como veremos más adelante, no hacen referencia a la causa, propiamente dicha, sino a respuestas necesarias para conocer que grado de responsabilidad teníamos como municipio en el cuidado de tan valiosas piezas, y cómo, en nuestra representación, Marcos Sestopal le había dado seguridad a las mismas.
Con las ausencias de los Concejales Claudio Stevenot por la oposición y Susana Tuzzio por el oficialismo, el rechazo se produce por el necesario voto de desempate del Presidente del Concejo Deliberante Eduardo Mendieta tras el voto del oficialista Rudolf Lescano acompañando a los de Ana María Nieto y Luis Kessler.
El empate se produce por los votos en negativa del propio Agost más el de Iván Aliverti y Piva.
Al día siguiente amparados por la Ley Provincial 8803 del año 1999, de acceso al conocimiento de los actos del Estado, de la cual uno de sus sostenedores fue el, entonces, Senador Provincial Omar CAPDEVILLA, los vecinos (como concejales por Carta Orgánica solo pueden elevar un pedido de informes por mes) Luís Kessler, Ana Nieto y Claudio Stevenott, en relación a los hechos ocurridos, supuestamente, el 28 de febrero de 2008, solicitan la siguiente información:
1º) Si la Justicia Federal le ha conferido la custodia de la colección Ambato.
2º) Cuáles son las medidas de seguridad implementadas para resguardar la misma.
3º) Informe el nombre de las personas que vigilaban el edificio de Cuesta del Lago 1469 cuando se produjo el robo.
4º) Cuál es el sistema de cerramiento de puertas y ventanas con que cuenta dicho edificio.
5º) Quien o quienes tienen llave de acceso a las dependencias donde se guarda la colección.
6º) Informe si esas dependencias cuentan con sistema de alarma y en su caso el nombre de la persona o empresa que tiene a su cargo ese servicio.
7º) Informe si se labra sumario administrativo con motivo del hecho mencionado y en su caso el nombre de la persona designada para la instrucción.
Como a simple vista puede observarse la solicitud no presenta elementos que pudieran o pudiesen considerarse violatorios del secreto que la instancia judicial implemento sobre el robo, y más aún cuando los autores del pedido se avenían a la modificación del texto si la mayoría así lo consideraba necesario, posición esta a la que solo adhirió el Concejal Rudolf Lezcano.
En resumen una vez más los concejales actuaron como dependientes de un poder al cual no solo no pertenecen sino al que además, por Ley, están obligados a controlar, y, en función de ello, solicitar cuántos informes y/o explicaciones consideren necesarias. Cada día nos asombra más como la obsecuencia y la verticalidad puede llegar a afectar la dignidad de algunas personas con su proceder.
Mario C. Thibault
Los vecinos peticionan
La Asociación Amigos del Museo Ambato, tras un acto público desarrollado en el centro de la ciudad, decidió elevar una nota al Poder Ejecutivo Municipal refrendada por los integrantes de la institución y vecinos en general. A la firma del documento se convocó para la hora 11 del último viernes, fue realmente interesante observar como los suscriptores iban arribando y al mismo tiempo recordando el compromiso a aquellos que no se habían presentado, lográndose un buen número de adherentes antes del cierre de las oficinas municipales, e incrementándose con posterioridad.
La nota, dirigida al Intendente Marcos Sestopal, señala que “Nos dirigimos a Ud. a los efectos de solicitar en forma urgente una respuesta oficial y responsable sobre nuestra inquietud, compartida con toso los ciudadanos abajo firmantes, en cuanto a la custodia policial y la preservación de las piezas que han quedado depositadas en los cuartos inferiores del Museo Arqueológico Argentino Ambato de La Falda, después del robo, supuestamente perpetrado el día 28 de febrero del cte. Año en el mismo, ya que es responsabilidad absoluta del Ejecutivo.
Este pedido surge de la convicción que tenemos nosotros y todos los vecinos, de que UD. debe arbitrar todos los medios necesarios ya que estamos frente a un hecho de máxima relevancia y magnitud al verse violado de manera reiterada e impune el Patrimonio Público y por ende exigimos que cumpla con la responsabilidad asumida ante la ciudadanía de La Falda”.
¿Los primeros responsables son los ladrones?
La máxima autoridad oficial en la provincia en lo que respecta a preservación del Patrimonio Histórico, Josefina Piana, declara, en relación al robo de las piezas del Museo Arqueológico Argentino Ambato, que “...hago un llamado a la gente de La Falda, los primeros responsables son los que robaron la muestra. No nos confundamos...deberíamos estar todos trabajando para recoger la mejor información posible para ver de seguir la pista de los ladrones...”. Con posterioridad señala el robo de patrimonio cultural en el Castillo Mandell en La Cumbre y otros hechos relacionados con sustracciones de esculturas y pinturas acaecidos en la región y presume que quizás todos estén relacionados con el accionar de un mismo grupo de delincuentes.
Puede que la funcionaria tenga alguna línea investigativa que la lleve a pronunciarse de la manera en que lo hace, pero llama la atención escuchar este tipo de definiciones cuando ha sido una permanente crítica de la acción e inacción del Estado municipal en cuanto a la preservación del patrimonio histórico. Puede que haya utilizado la ironía, pero si lo ha hecho el mensaje no se traslado con la intencionalidad pretendida.
En el caso del Museo Arqueológico Ambato no puede dejarse de lado que ha existido una alta responsabilidad política de los intendentes, desde Luis Emilio Simes - quién inicia el desamparo de la colección de una antigüedad que según algunos expertos alcanza a los 12.000 años a.C. – en adelante.
Pero, sin dudas, que quien carga con mayor responsabilidad es el actual mandatario Marcos Sestopal por haberla asumido ante los vecinos y las autoridades judiciales federales que han intervenido en la procura de resguardar el patrimonio. Sin embargo, el Intendente faldense trata de evitar que se lo involucre, sosteniendo que “hicimos lo que pudimos”.
Es evidente que lo realizado ha sido poco y nada.
Es así, porque ha quedado claramente evidenciado que la seguridad que predispuso no fue la suficiente, ni la correcta, permitiendo, precisamente, esa desidia, la labor desarrollada por los ladrones. La cual se agrava a partir de la hipótesis de los investigadores que manifiesta, como razonable, que lo sustraído se haya concretado en reiteradas oportunidades y no en una sola jornada.
Tampoco le alcanza al Jefe del Ejecutivo, para tratar de morigerar el impacto político, sostener que la propiedad de la colección es de la Provincia de Catamarca, del Estado Nacional o de la Sucesión Rosso, porque nadie plantea esa discusión, lo que se dice es que el gobierno municipal que conduce no ha sabido responder a las exigencias funcionales y legales que le competen en el resguardo del invalorable patrimonio de la humanidad puesto a su custodia. Cabe apuntar que en ese terreno también se corre el riesgo de que los herederos de Aroldo Rosso puedan exigir indemnizaciones por montos impredecibles, como también pudiesen hacerlo otros niveles de gobierno a los cuales se menciona con supuestos derechos sobre el abandonado y depredado patrimonio. Resarcimientos que, es obvio, recaerán sobre los bolsillos de los vecinos faldenses que son inexorablemente quienes terminan pagando la irresponsabilidad de los funcionarios electos o los elegidos por estos para conducir el gobierno de la ciudad.
Por todo lo expuesto, es de manifestar que no es fácil de coincidir con la Dra. Josefina Piana, esto en razón de que, necesariamente, hay que poner en pie de igualdad a la desidia y desinterés puesto de manifiesto en el resguardo del invalorable capital cultural y arqueológico al resguardo de un Intendente que asumió su custodia y que no ha respondido de la manera adecuada, con la de aquellos que han robado los bienes, bajo el simple sostén de que “la oportunidad hace al ladrón”.
También, hay que manifestar que aparece como una pobre explicación el que como se ha robado el ochenta por ciento de la colección, la desaparición significa que nada hay que decir ni hacer por el museo, más aún cuando ya la Justicia ha incautado lo que resta y la funcionaria provincial sostiene que nadie en La Falda esta en condiciones de otorgarle la seguridad necesaria y que no avizora quien podría, a futuro, instrumentar la exposición y custodia de este patrimonio de la humanidad. Sobre el futuro, la funcionaria sostiene que habrá que ver qué es lo que decide la Justicia para la preservación de lo que resta, la pregunta a responder es si en esta oportunidad se valorarán realmente las condiciones en que se resguardará y quienes mostrarán los atributos necesarios como para hacerse albaceas de tan rico capital cultural e histórico para el país y la humanidad, por ende cuán responsable será el “otorgador” en la selección del “tenedor”, sobre todo recordando que en su momento existía un empleado pago por la provincia y que de un día para otro quedó desafectado, sumando a la desprotección. Por esto es que son muchos los organismos y funcionarios a quienes les cabe responsabilidad, en mayor o menor grado, y daría la impresión que por estas horas están más dispuestos a actuar de Pilatos que de comprometerse en la investigación profunda de los hechos y las responsabilidades emergentes.
N.H.
Me resultaba antipático utilizar el término oficialista en el titulo de esta nota, por chocante, por ser un término que identificaba más a los adlateres del poder en épocas de dictaduras, por sonarme militaroide, por ser demasiado benévolo ante otros términos como gatopardos o chupamedias, pero, la definición del diccionario de la Real Academia me decidió a utilizarlo.
Su definición expresa: Dicho de una persona partidaria del oficialismo o perteneciente a el, y a su vez a Oficialismo como: 1- Conjunto de hombres de un gobierno. 2- Conjunto de tendencia o fuerzas políticas que apoyan al Gobierno.
Claro cuando uno se remite al espíritu de la Democracia, de las Constituciones, de las Cartas Orgánicas, de las Leyes que definen y reglamentan el accionar de los cuerpos legislativos, y, más específicamente al de nuestro Poder Legislativo faldense, nada nos orienta a que su integración este conformada por oficialistas u opositores, más bien se enmarca como un poder independiente que no solo tiene como deberes y obligaciones el dictado de las leyes, sino, que además, fundamentalmente, el de ser un organismo de control de los demás poderes (Ejecutivo y Tribunal de Cuentas).
Todo este prologo en razón que una vez más los integrantes de la mayoría del PJ, Unión por Córdoba o como se lo llame, no permitió un pedido de informe del Concejo, en su conjunto, para que el Poder Ejecutivo (Según Carta Orgánica el Intendente) responda preguntas relacionadas con el robo al Museo Ambato.
El fundamento del rechazo fue protagonizado por el edil Pedro Agost quien aludió a razones de secreto de sumario de la causa, cuando que sepamos el Intendente no es miembro del Poder Judicial y las preguntas, como veremos más adelante, no hacen referencia a la causa, propiamente dicha, sino a respuestas necesarias para conocer que grado de responsabilidad teníamos como municipio en el cuidado de tan valiosas piezas, y cómo, en nuestra representación, Marcos Sestopal le había dado seguridad a las mismas.
Con las ausencias de los Concejales Claudio Stevenot por la oposición y Susana Tuzzio por el oficialismo, el rechazo se produce por el necesario voto de desempate del Presidente del Concejo Deliberante Eduardo Mendieta tras el voto del oficialista Rudolf Lescano acompañando a los de Ana María Nieto y Luis Kessler.
El empate se produce por los votos en negativa del propio Agost más el de Iván Aliverti y Piva.
Al día siguiente amparados por la Ley Provincial 8803 del año 1999, de acceso al conocimiento de los actos del Estado, de la cual uno de sus sostenedores fue el, entonces, Senador Provincial Omar CAPDEVILLA, los vecinos (como concejales por Carta Orgánica solo pueden elevar un pedido de informes por mes) Luís Kessler, Ana Nieto y Claudio Stevenott, en relación a los hechos ocurridos, supuestamente, el 28 de febrero de 2008, solicitan la siguiente información:
1º) Si la Justicia Federal le ha conferido la custodia de la colección Ambato.
2º) Cuáles son las medidas de seguridad implementadas para resguardar la misma.
3º) Informe el nombre de las personas que vigilaban el edificio de Cuesta del Lago 1469 cuando se produjo el robo.
4º) Cuál es el sistema de cerramiento de puertas y ventanas con que cuenta dicho edificio.
5º) Quien o quienes tienen llave de acceso a las dependencias donde se guarda la colección.
6º) Informe si esas dependencias cuentan con sistema de alarma y en su caso el nombre de la persona o empresa que tiene a su cargo ese servicio.
7º) Informe si se labra sumario administrativo con motivo del hecho mencionado y en su caso el nombre de la persona designada para la instrucción.
Como a simple vista puede observarse la solicitud no presenta elementos que pudieran o pudiesen considerarse violatorios del secreto que la instancia judicial implemento sobre el robo, y más aún cuando los autores del pedido se avenían a la modificación del texto si la mayoría así lo consideraba necesario, posición esta a la que solo adhirió el Concejal Rudolf Lezcano.
En resumen una vez más los concejales actuaron como dependientes de un poder al cual no solo no pertenecen sino al que además, por Ley, están obligados a controlar, y, en función de ello, solicitar cuántos informes y/o explicaciones consideren necesarias. Cada día nos asombra más como la obsecuencia y la verticalidad puede llegar a afectar la dignidad de algunas personas con su proceder.
Mario C. Thibault
Los vecinos peticionan
La Asociación Amigos del Museo Ambato, tras un acto público desarrollado en el centro de la ciudad, decidió elevar una nota al Poder Ejecutivo Municipal refrendada por los integrantes de la institución y vecinos en general. A la firma del documento se convocó para la hora 11 del último viernes, fue realmente interesante observar como los suscriptores iban arribando y al mismo tiempo recordando el compromiso a aquellos que no se habían presentado, lográndose un buen número de adherentes antes del cierre de las oficinas municipales, e incrementándose con posterioridad.
La nota, dirigida al Intendente Marcos Sestopal, señala que “Nos dirigimos a Ud. a los efectos de solicitar en forma urgente una respuesta oficial y responsable sobre nuestra inquietud, compartida con toso los ciudadanos abajo firmantes, en cuanto a la custodia policial y la preservación de las piezas que han quedado depositadas en los cuartos inferiores del Museo Arqueológico Argentino Ambato de La Falda, después del robo, supuestamente perpetrado el día 28 de febrero del cte. Año en el mismo, ya que es responsabilidad absoluta del Ejecutivo.
Este pedido surge de la convicción que tenemos nosotros y todos los vecinos, de que UD. debe arbitrar todos los medios necesarios ya que estamos frente a un hecho de máxima relevancia y magnitud al verse violado de manera reiterada e impune el Patrimonio Público y por ende exigimos que cumpla con la responsabilidad asumida ante la ciudadanía de La Falda”.
¿Los primeros responsables son los ladrones?
La máxima autoridad oficial en la provincia en lo que respecta a preservación del Patrimonio Histórico, Josefina Piana, declara, en relación al robo de las piezas del Museo Arqueológico Argentino Ambato, que “...hago un llamado a la gente de La Falda, los primeros responsables son los que robaron la muestra. No nos confundamos...deberíamos estar todos trabajando para recoger la mejor información posible para ver de seguir la pista de los ladrones...”. Con posterioridad señala el robo de patrimonio cultural en el Castillo Mandell en La Cumbre y otros hechos relacionados con sustracciones de esculturas y pinturas acaecidos en la región y presume que quizás todos estén relacionados con el accionar de un mismo grupo de delincuentes.
Puede que la funcionaria tenga alguna línea investigativa que la lleve a pronunciarse de la manera en que lo hace, pero llama la atención escuchar este tipo de definiciones cuando ha sido una permanente crítica de la acción e inacción del Estado municipal en cuanto a la preservación del patrimonio histórico. Puede que haya utilizado la ironía, pero si lo ha hecho el mensaje no se traslado con la intencionalidad pretendida.
En el caso del Museo Arqueológico Ambato no puede dejarse de lado que ha existido una alta responsabilidad política de los intendentes, desde Luis Emilio Simes - quién inicia el desamparo de la colección de una antigüedad que según algunos expertos alcanza a los 12.000 años a.C. – en adelante.
Pero, sin dudas, que quien carga con mayor responsabilidad es el actual mandatario Marcos Sestopal por haberla asumido ante los vecinos y las autoridades judiciales federales que han intervenido en la procura de resguardar el patrimonio. Sin embargo, el Intendente faldense trata de evitar que se lo involucre, sosteniendo que “hicimos lo que pudimos”.
Es evidente que lo realizado ha sido poco y nada.
Es así, porque ha quedado claramente evidenciado que la seguridad que predispuso no fue la suficiente, ni la correcta, permitiendo, precisamente, esa desidia, la labor desarrollada por los ladrones. La cual se agrava a partir de la hipótesis de los investigadores que manifiesta, como razonable, que lo sustraído se haya concretado en reiteradas oportunidades y no en una sola jornada.
Tampoco le alcanza al Jefe del Ejecutivo, para tratar de morigerar el impacto político, sostener que la propiedad de la colección es de la Provincia de Catamarca, del Estado Nacional o de la Sucesión Rosso, porque nadie plantea esa discusión, lo que se dice es que el gobierno municipal que conduce no ha sabido responder a las exigencias funcionales y legales que le competen en el resguardo del invalorable patrimonio de la humanidad puesto a su custodia. Cabe apuntar que en ese terreno también se corre el riesgo de que los herederos de Aroldo Rosso puedan exigir indemnizaciones por montos impredecibles, como también pudiesen hacerlo otros niveles de gobierno a los cuales se menciona con supuestos derechos sobre el abandonado y depredado patrimonio. Resarcimientos que, es obvio, recaerán sobre los bolsillos de los vecinos faldenses que son inexorablemente quienes terminan pagando la irresponsabilidad de los funcionarios electos o los elegidos por estos para conducir el gobierno de la ciudad.
Por todo lo expuesto, es de manifestar que no es fácil de coincidir con la Dra. Josefina Piana, esto en razón de que, necesariamente, hay que poner en pie de igualdad a la desidia y desinterés puesto de manifiesto en el resguardo del invalorable capital cultural y arqueológico al resguardo de un Intendente que asumió su custodia y que no ha respondido de la manera adecuada, con la de aquellos que han robado los bienes, bajo el simple sostén de que “la oportunidad hace al ladrón”.
También, hay que manifestar que aparece como una pobre explicación el que como se ha robado el ochenta por ciento de la colección, la desaparición significa que nada hay que decir ni hacer por el museo, más aún cuando ya la Justicia ha incautado lo que resta y la funcionaria provincial sostiene que nadie en La Falda esta en condiciones de otorgarle la seguridad necesaria y que no avizora quien podría, a futuro, instrumentar la exposición y custodia de este patrimonio de la humanidad. Sobre el futuro, la funcionaria sostiene que habrá que ver qué es lo que decide la Justicia para la preservación de lo que resta, la pregunta a responder es si en esta oportunidad se valorarán realmente las condiciones en que se resguardará y quienes mostrarán los atributos necesarios como para hacerse albaceas de tan rico capital cultural e histórico para el país y la humanidad, por ende cuán responsable será el “otorgador” en la selección del “tenedor”, sobre todo recordando que en su momento existía un empleado pago por la provincia y que de un día para otro quedó desafectado, sumando a la desprotección. Por esto es que son muchos los organismos y funcionarios a quienes les cabe responsabilidad, en mayor o menor grado, y daría la impresión que por estas horas están más dispuestos a actuar de Pilatos que de comprometerse en la investigación profunda de los hechos y las responsabilidades emergentes.
N.H.
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