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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

jueves, 6 de marzo de 2008

Un día para recordar a las rebeldes

El sábado 8 se celebrará otro Día de la Mujer. Los medios de comunicación aludirán al tema, las congéneres nos saludaremos con gesto cómplice, los hombres expresarán felicitaciones galantes, algunos negocios regalarán una flor a las clientas, abundarán las bromas sarcásticas y escucharemos la infaltable pregunta ¿por qué no existe un Día del Varón? La banalidad de los ritos actuales no debiera enmascarar la rebeldía, la justa indignación y el coraje de los gestos fundantes que dieron origen a la conmemoración y de los que siguen protagonizando todas las mujeres y hombres que ponen el cuerpo y la palabra en pos de una sociedad inclusiva y diversa.

Existen diversas versiones sobre los orígenes del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. La más conocida es la de un incendio ocurrido en una fábrica textil de Nueva York en 1857, donde murieron quemadas 146 obreras que hacían una huelga. Según algunas historiadoras feministas, no existen pruebas documentales de que ese incendio ocurriera ese año. Lo que sí fue real es el protagonismo de las trabajadoras estadounidenses de la industria textil[1] y las luchas que encararon a comienzos del siglo XX para protestar por las precarias condiciones de trabajo en las fábricas. Sus demandas unidas con los movimientos de mujeres sufragistas de la clase media y damas de la burguesía que luchaban por el voto femenino dieron origen a las primeras movilizaciones del entonces llamado Women`s Day (Día de la Mujer).

Lo que sí ocurrió en marzo de 1857
…fue una marcha convocada por el sindicato de costureras de la Compañía Textil de Lower East Side de Nueva York, reclamando una jornada de trabajo de 10 horas[2]. La policía dispersó la manifestación con disparos que produjeron la muerte y heridas a muchas manifestantes.
En 1867, también en marzo, tuvo lugar la huelga de planchadoras de cuellos de la ciudad de Troy, Nueva York. Varios centenares de mujeres formaron un sindicato y pidieron la subida de salarios, que les fue denegada. Una mañana todas ellas tiraron las tijeras y la aguja, la palangana de almidón y la plancha, durante tres largos meses ninguna acudió a las fábricas. Al final de ese tiempo, se morían literalmente de hambre y la mayoría se vio obligada a volver al trabajo, pero no con sus salarios antiguos, pues sus jefes se los redujeron aún más.
1896. Las primeras huelguistas campesinas en Italia
A finales del siglo XIX y principios del XX, las protestas colectivas de las mujeres campesinas (que ya habían organizado y habían participado en motines, revueltas y rupturas de cercados desde el siglo XIV) se transformaron en huelgas. En 1896, en la Toscana, al norte de Italia, 50 mujeres convocaron a las jornaleras a una huelga de dos semanas en que movilizaron multitudes, detuvieron trenes y quemaron materiales.

1906. Huelgas de hambre de las sufragistas en Inglaterra
La Unión Social y Política de Mujeres (WSPU), fundada por Emmeline Pankhurst y sus hijas Christabel, Sylvia y Adela radicaliza las prácticas de la lucha para difundir el sufragio femenino interrumpiendo todos los mítines de los partidos liberales británicos con manifestaciones sufragistas locales y nacionales. La persistente inactividad del gobierno llevó a la WSPU a adoptar tácticas violentas: ruptura de ventanas de las oficinas del gobierno y comercios, quema de buzones, encadenamientos a las vías del tren, campos de golf arruinados con ácido, enfrentamientos violentos con la policía durante las manifestaciones, corte de cables de telégrafo, quema de iglesias, edificios desocupados y lugares simbólicos (casa de las orquídeas de Kew, pabellón de refresco de Regents Park o Teatro Real de Dublín) o ataques a obras de arte en museos, salas de arte y edificios históricos. Las sufragistas provocaban su arresto y comenzaban huelgas de hambre una vez en la cárcel. El gobierno respondió con alimentación forzosa con métodos primitivos y dolorosos (sobre todo por las fosas nasales). En 1913, más de mil sufragistas habían ido ya a la cárcel y sólo en ese año Emmeline Pankhurst fue detenida doce veces.

En 1909… la gran huelga de las obreras de Nueva York
Conocida como la sublevación de las 20 mil por el número de trabajadoras que prestaron su apoyo, esta huelga organizada por la Compañía de Blusas Triangle contó con la adhesión del movimiento de mujeres estadounidense, la Liga Nacional de Mujeres Sindicalistas, las sufragistas, socialistas y mujeres de la burguesía. Mary Drier, una feminista de clase media, convocó a una marcha de protesta contra la represión policial reuniendo a 10 mil mujeres. Luego, las sufragistas realizaron una concentración masiva en apoyo a la huelga, y pocos días después tocó el turno a las damas de la alta sociedad neoyorquina que reaccionaron indignadas. Finalmente, el 15 de febrero de 1910, pocos días antes de la realización del segundo “Women`s Day se levantó la huelga y la gran mayoría de trabajadoras regresó a la fábrica sin haber conseguido la totalidad de sus demandas. El retorno de las obreras de Triangle a su trabajo en febrero de 1910 no fue visto por ellas como una victoria, especialmente porque la demanda que obligaba a la empresa a instalar salidas de emergencia poniendo en funcionamiento escaleras de seguridad y la prohibición de mantener las puertas cerradas durante la jornada laboral, nunca se discutió durante las negociaciones. Esto fue fatídico al producirse un año después, el incendio que destruyó gran parte de las instalaciones de Triangle, con el consiguiente saldo de 146 trabajadoras muertas y muchas otras heridas, la mayoría inmigrantes judías e italianas. El entierro de las víctimas se convirtió en un multitudinario acto de masas en el que desfilaron delegaciones de sindicatos obreros mezclados con mujeres de clase alta, sufragistas y público en general. Al año siguiente se registró en Lawrence, Massachussets, una huelga de las obreras apoyada por la Industrial Workers the World bajo el lema “Queremos Pan y Rosas”.

En 1910, la feminista Clara Zetkin propuso en la Internacional Socialista de Mujeres el 8 de marzo como conmemoración mundial de las Trabajadoras.

En 1975, una Huelga de mujeres en Islandia paró el país
El 24 de octubre, 25.000 mujeres islandesas atrajeron la atención mundial al abandonar sus hogares y lugares de trabajo para tomarse un día libre y ocupar el centro de Reykjavik visibilizando el valor de las mujeres en la fuerza laboral de la economía islandesa. Fue, posiblemente, el mayor acto político realizado hasta entonces en Islandia. A pesar de sus envidiables indicadores en la materia, las islandesas volvieron a manifestarse, 30 años después, firmes en su demanda de equidad salarial con los hombres. Pero esta vez fueron más: 50.000 solo en Reykjavik y casi 10.000 en otras poblaciones del país. Autobuses desbordados, largas colas de vehículos en las calles y olas humanas que se dirigían a pie al centro de la ciudad. Las mujeres marcharon, cantaron y entonaron consignas, hicieron ruido con cacerolas y sartenes y escucharon discursos y canciones. Algunas portaban carteles que rezaban, entre otras frases, "Cuidar niños es trabajo", "No soy 65 por ciento de una persona" e "Iguales derechos".
Mujeres de otros 24 países inspiradas en este huelga, tomaron su tiempo libre para exigir el reconocimiento del trabajo no asalariado y tuvieron conferencias, manifestaciones, reuniones para desayunar y otros actos de mujeres. Entre los logros de este movimiento figuran el reconocimiento del derecho a la herencia para las viudas en Zambia, tiempo libre pagado para las empleadas de los comedores y las oficinas universitarias y el acceso gratuito de las mujeres a instalaciones de ocio en Inglaterra. La huelga de Islandia dio también a las mujeres más poder de negociación en muchas áreas -desde los salarios a las guarderías.
Y en el 2000, también …
La Marcha Mundial de Mujeres del 8 de marzo de 2000 propuesta por el Consejo Nacional de Mujeres de Irlanda recuperó el lema “Queremos el pan… pero también las rosas” creado por aquellas trabajadoras que hacía un siglo habían logrado una de las primeras victorias del proletariado mostrando el protagonismo decisivo de las mujeres en las grandes luchas obreras.
Esta huelga internacional tuvo su antecedente el 8 de Marzo de 1999 cuando mujeres de distintos países lanzaron en la Comisión sobre la Condición de la Mujer de la ONU una Huelga destinada a visibilizar la enorme contribución de las mujeres a cada sociedad y cada economía. Exigían Un milenio que valore todo el trabajo y todas las vidas de las mujeres ya que somos nosotras las que hacemos que el mundo se mueva, criamos y cuidamos a toda su población pero la mayor parte de nuestro trabajo no es ni asalariado, reconocido, ni valorado.

Mis Mundo vs. Misseria
Un grupo de mujeres indígenas salió a las calles de Quito, Ecuador, para protestar contra el Gobierno, al que acusan de ocultar los problemas de pobreza que vive el país con la organización del concurso de Miss Mundo. Las indígenas se han manifestado portando carteles alusivos al concurso de belleza que piden "Miss agua, Miss hijos, Miss tierra" y definen la situación del país con la palabra "Misseria".

Nora Gómez
[1] La gran cantidad de mano de obra que empleaba la industria textil estadounidense era inmigrante, femenina e infantil. Más de la mitad eran mujeres, muchas de ellas, menores de 18 años.
[2] En esa época se trabajaba en fábricas y talleres entre 15 y 18 horas diarias.

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