La reestructuración del gabinete faldense parece que dejará secuelas internas

Sin estar totalmente confirmada, adquiere característica de verosímil la reestructuración del gabinete faldense, lo que ha generado el posicionamiento de Darío Almada sosteniendo que le correspondería ocupar el cargo de Concejal para el que fue elegido, lo que aparentemente no había entrado en el análisis de quienes propugnan los cambios. Posiciones encontradas entre la Concejal Susana Ghilardi y el Dr. Luis Kessler.

Finalmente, de alguna manera, ha quedado confirmada la intención de reestructurar el gabinete de gobierno en el municipio de La Falda, esto a tenor de la declaración que hiciera el Concejal Gabriel Massheimer en el programa Hablemos Claro, cuando solicitado sobre el particular, definió que “el tema esta ahí. Termina el periodo de sesiones del Concejo Deliberante…así que estimo que en enero estaré cumpliendo funciones de Secretario de Economía”.
Cabe recordar, que las versiones indican los enroques de Massheimer por Javier Dieminger en la Secretaría de Economía y Finanzas y éste a la Secretaría de Asuntos Institucionales que dejara vacante, por renuncia, Oscar Pisoni. En tanto, el actual Secretario de Obras Públicas Damián Olmos cubriría la banca que dejaría Massheimer y sería reemplazado con la incorporación del Arq. Carlos Herrero, todo esto, en el plano de lo extraoficial.
Ahora, precisamente, sobre estos últimos movimientos es donde se centra la atención, porque Darío Almada, en su condición de Concejal Titular electo, ha cursado una nota al Presidente del Concejo Deliberante Raúl Mainero, en la que sostiene que “Informado por distintos medios locales de comunicación, que uno de los concejales dejaría en forma temporaria su banca, hágole presente mi disposición a aceptar el cargo en su reemplazo, lo que me corresponde conforme a los términos del art. 56 de la Carta Orgánica Municipal en cuanto impone que el reemplazante debe ser quien le sigue en el orden de la lista de candidatos del Partido al que pertenece el concejal que se ausenta.
Cabe señalar que al producirse una vacante en el año 2011 yo me desempeñaba como funcionario del Poder Ejecutivo, lo que me determinó para que en esas circunstancias optara por permanecer en ese cargo y no aceptar ser el reemplazante de la concejal dimitente.
En estos momentos las circunstancias han cambiado. Desde hace diez meses no me desempeño en ningún cargo municipal y estoy dispuesto a acceder a la banca que por disposición de la Carta Orgánica Municipal y por el mandato popular me corresponde.
Es muy obvio que el hecho de no haber accedido voluntariamente al cargo hace más de un año atrás no puede descalificarme para poder hacerlo en esta oportunidad, dado que aquella decisión fue por circunstancias que hoy no se verifican. Es absurdo pensar que quien no acepta un cargo en cierto momento, sea porque desempeña otro, por enfermedad, por encontrarse ausente, etc. no podrá hacerlo nunca mas, máxime tratándose de un cargo electivo.
Conforme a lo expuesto queda claro que nunca renuncié a una banca de concejal toda vez que nunca fui concejal por no haber asumido ese cargo.
Teniendo en cuenta que conforme al art. 159 es Ud. Señor Presidente del Concejo Deliberante quien debe convocarme, adelanto formalmente mi aceptación, dejando constancia que en caso de no ser convocado promoveré las acciones judiciales que me corresponden en resguardo de mis derechos (art. 43 de la C.N., 248 del C. Penal y normas de la Carta Orgánica Municipal citadas)”.
Es claro, que Almada pretende reincorporarse de lleno al espacio político que, en alguna medida, perdió cuando renunció al cargo que desempeñaba en el Ejecutivo y ve en esta posibilidad la vía del retorno al protagonismo pleno. Sobre el particular, puede decirse que existen dos visiones sobre la legalidad y legitimidad planteada por Almada, por una parte, la expresada con absoluta claridad en la nota antes publicada, y por otra, la que sostiene que cuando renunció a ocupar la banca “no renunció a un derecho sino que lo hizo a un deber”. Sobre esta última opinión, la Concejal Susana Ghilardi, apuntó que “eso resume todo un concepto interesante para analizar. Como sabemos la legislación tiene muchas interpretaciones, y me alegro muchísimo de que se pongan en conocimiento público distintas interpretaciones”. Manteniéndose en el contexto y en relación a la expresión que había mantenido el Dr. Luis Kessler, en programa anterior, de que “sería bueno incorporar una voz disidente al bloque radical” sostuvo que “soy una de las personas que admiro muchísimo al Dr. Kessler que es un Concejal mandato cumplido por la UCR, pero en algunas cuestiones también me he encontrado bastante sorprendida, inclusive por algunas expresiones del sábado pasado, que personalmente me dolieron y me preocupan, porque me está dando las señales de una inestabilidad emocional muy grande. En algunas cuestiones ha sido fuente directa de asesoramiento nuestro y resulta que ahora que considere que hace falta que ingrese, que me parece que su opinión es absolutamente respetable como opinión personal, una voz disidente dentro de un bloque, me sorprende. Porque para disidencia tenemos la oposición, y nosotros que nos complementamos porque nos sentimos identificados con la gestión municipal es una cuestión, ahora, que propiciemos fracturas en el bloque y que necesitemos espectáculo para trabajar, creo que para muestra sobra un botón, 157 ordenanzas sancionadas en el año, con una producción de cincuenta y va a haber más en dos sesiones, propias, de nuestro bloque, y que en algunas cosas tuvimos un montón de dificultades para conseguir información ya que no nos consta un acta de la gestión anterior, que las últimas actas son hechas y firmadas por la ex concejal (Fabiana) Piva, que en su momento fuera secretaria del Concejo, y yo diría, con la sapiencia y con la solidez académica que tiene el ex concejal, cómo no pudo hacer, en su momento, el reclamo por la cosa que corresponde, es decir, que cada sesión comienza con la aprobación del acta anterior, dónde constaba ese acta”.
La carga emotiva y política de la declaración llevó a que se le consultara si ya se había superado el atisbo de disidencia interna para convertirse en una neta posición encontrada entre dos sectores, lo que estaría declarando una interna, a lo que argumentó que “vos sabés que yo no sé…te aclaro, de interna no sé, lo estás usando vos. Hemos tenido voces disidentes en el partido…Ahora, a lo que vos te referís Nicolás, no te podría definir como interna o como disidencia a lo del Dr. Kessler, cuando en más de un momento a nosotros nos ha dejado desconcertados con ofrecimientos que le hemos hecho desde el partido a ocupar cargos muy importantes de los cuales ha aceptado y luego los ha renunciado. Entonces, capaz que hoy si volvemos a hablar con Luis nos opine todo lo contrario. No sabemos”. La respuesta para esas opiniones llegó a través de la línea telefónica y Kessler planteó que “estaba dispuesto a debatir, en forma pública, con la Concejal Ghilardi sobre sus contradicciones”. Es de hacer notar que no recibió una respuesta concreta sobre el particular.

De lo antes expuesto, puede inferirse que el malestar interno que en alguna medida ya había hecho notar, en algunas de sus declaraciones el intendente Eduardo Arduh, comienza a manifestar sensaciones de agravamiento, es de esperar que no se convierta en alguna patología crónica que afecte la acción de gobierno.

N.H.