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Lugar: La Falda, Córdoba, Argentina

El titular ha superado los 25 años en la actividad periodística, habiendo participado de los medios gráficos de la región, ha sido director de medios radiales y ha hecho televisión, fue corresponsal de La Voz del Interior.

viernes, 1 de junio de 2012

Los Centros Vecinales y el rol protagónico ciudadano

Puede decirse que es parte de la cultura ciudadanía el mantener una escasa relación con los gobiernos, incluso estar total y absolutamente enfrentados con las políticas que estos aplican, como también mantener cierta distancia con los funcionarios que los componen a los que no se escatiman críticas y adjetivaciones de menosprecio. No es menos cierto que algunos funcionarios y gobiernos lo tienen por demás merecido. A esto, decididamente hay que cambiarlo, y no hay otra forma de hacerlo que no sea a través de la participación, de la decisión de comprometerse con el presente y con el futuro involucrándose en las cuestiones que afectan el devenir diario. Hay múltiples formas de hacerlo, desde insertarse en los partidos políticos que proponen funcionarios y gobiernos, a las instituciones de segundo orden con incidencia en las cuestiones de gobierno, a las que representan intereses sociales, a las que actúan defendiendo cuestiones sectoriales, el abanico es amplio y puede obrar como contenedor de afinidades o como herramienta superadora del individualismo. Precisamente, lo que debe superarse es el individualismo, no porque sea carente de razón, sino porque aparece como aislado y sin poder para ofrecer cambios de fondo. El aglutinar voluntades bajo un interés común, es lo que produce un verdadero avance en pos de la necesaria generación de cambio. En este sentido, que mejor núcleo de acción que el que pueden conformar vecinos de un mismo barrio dispuestos a mejorar las condiciones generales del territorio que les es más próximo y en el cual pueden consensuar con la estructura social más cercana ideas y formas de acción conjunta. Sin desmerecer a las demás organizaciones, la que pueden darse los Centros Vecinales aparece como la más apta para conseguir el compromiso de participación serio y permanente, lo que se da por el asiduo contacto entre pares y por el conocimiento pleno del terreno geográfico y social donde a de actuarse. En este contexto, el gobierno del municipio de La Falda está abriendo una puerta para que los vecinos que estén interesados en crear sus Centros Vecinales puedan hacerlo, con la ventaja de que se cuenta con una legislación que anticipa la disponibilidad de fondos y asesoramiento técnico para desarrollar obras en conjunto, a través de lo que es la escalada hacia el Presupuesto Participativo. Como se conoce, la intención apareció sobre el final de la gestión de gobierno anterior, que dio un paso en tal dirección, pero de reducida incidencia. Ahora, la intención parece tomar mayor relevancia y en forma consecuente aparece la necesidad de conformación de los Centros Vecinales. Naturalmente, que esto se ira ampliando en la medida en que esos centros adquieran volumen de acción, proyecten sus necesidades, establezcan prioridades y ofrezcan resultados dignos de ser considerados. Es una oportunidad que no puede soslayarse, porque el sentido de no competencia que debería reinar en esos espacios, deja de lado los personalismos, y es entonces cuando las nuevas generaciones que se incorporan a la cosa pública pueden proyectar sus ideas y empuje, las que complementadas por el equilibrio que da la madurez y experiencia de quienes tienen algunos años más, pueden dar óptimos resultados, tanto para el quehacer vecinal, cuanto para el municipio que verá compartida su carga de responsabilidad en el control de la obra y servicios públicos, como también en la inversión para esas prestaciones. Claro está, que la cosa no termina en la obra de cordón cuneta o pavimentado, de extensión de red de cloacas o gas, de recolección diferenciada de residuos, de mejor iluminación y mayor seguridad, hay que generar la interrelación, y así plantearse los campeonatos de truco, canasta, póker, escoba de quince, bingo, fútbol, voley, básquet, bochas, ajedrez, de repostería, de comidas tradicionales, de dulces artesanales, feria del usado, feria de productos orgánicos, celebración del Día del Vecino, y demás, entre barrios, en lo posible siempre con algún fin solidario. En definitiva, es propender a tejer una red de relaciones que permita un mayor conocimiento de las potencialidades y necesidades de cada barrio, tendiendo a generar un perfil de crecimiento equitativo para toda la ciudad, en el marco de las diferencias que naturalmente se establecen de acuerdo a las características sociales existentes. Y es proveer al ejercicio del rol protagónico que deben asumir las nuevas generaciones en procura de la renovación dirigencial, con compromiso ciudadano, por la que aboga la sociedad en general. De así suceder, se habrá cerrado un circulo virtuoso, donde la comunidad, por si misma y desde su seno, genera dirigentes con vocación democrática, permeables al disenso y dispuestos al consenso en el marco del diálogo racional, con respeto por las instituciones, con conocimiento del entramado legal al que están sujetos, con experiencia en el control y administración de los dineros públicos, contestes con sus capacidades y en consonancia con ellas con las responsabilidades que deben delegar, en fin, hombres y mujeres preparados para la función pública, consustanciados de que el lugar que ocupen les es merecido y que han llegado a el a través del reconocimiento de las acciones y hechos que protagonizaron junto a sus vecinos. Demás está decir, que desde estas páginas apoyaremos toda acción que tenga por objetivo este logro y seremos órgano de difusión de toda iniciativa que lleve impreso el esfuerzo mancomunado que los centros vecinales deben enarbolar como principio y razón de ser. N.H.

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